Wacken 2018: Comentario general y jornada del miércoles
Seguimos publicando crónicas pendientes de los grandes festivales del verano… Vamos ya con W.O.A. 2018 que, en su 29 edición, ha tenido mucho calor, sol y muchas increíbles actuaciones que comentar… Y ésta, del miércoles, es sólo la primera parte del reportaje dividido en 4 que os ofrecemos como resumen de esta edición.
Justo al volver del festival os ofrecimos un primer resúmen / crónica de urgencia, que podéis leer en este enlace, y ahora es el momento del reportaje completo… Recordemos antes de empezar, por si alguien duda aún, que Wacken es seguramente el festival más importante de metal a día de hoy del mundo. También el más popular, exitoso y reputado. Además, la edición número 29 (es decir, que el año que viene se cumplen 30 años de Wacken… con entradas ya agotadas, por cierto).
El año pasado (y ediciones anteriores, claro) os ofrecimos también por supuesto las correspondientes crónicas (aquí podemos leer el reportaje del año pasado, dividido en 3 partes: I, II y III), y es el momento de presentaros nuestro resúmen completo del Wacken 2018. De la mano de Pablo Mayoral y Rocío Gómez, aquí está la primera parte de nuestro artículo:
WACKEN 2018: Miércoles 1 de agosto de 2018 (Jornada de presentación e inaugural)
Con la tienda ya plantada desde la jornada anterior, el miércoles 1 de agosto se presentaba como el día perfecto para quedarse toda la tarde en el Wackinger Stage, es decir, en la zona Vikinga de Wacken… El Wackinger es un lugar donde puedes retroceder unos cuantos siglos transportándote al medievo nórdico. Hay mucha gente vestida de época, demostraciones de batallas medievales y a modo didáctico, además, divertidísimos juegos… si bien un tanto brutos, todo ello acompañado de buenas viandas y mejores bebidas tradicionales para todos los gustos.
El ambiente es de lo más amigable, con todos los asistentes enfocados a disfrutar cuanto más mejor, tanto de la compañía (desmintiendo tópicos, y es que los alemanes y nórdicos no pueden ser más fiesteros y divertidos) como de las bandas que sonarían en el pequeño escenario decorado en plan medieval a juego con la pequeña iglesia románica de mentira que cubre la mesa de sonido.
Comenzaron muy temprano, a las 11:00, PAMPATUT. El dúo es habitual en ese escenario, pero está dirigido sobre todo a un público local que comprende y se divierte con sus chascarrillos y gracias, todas en alemán, que componen la mayoría de su actuación. Por eso disfrutamos más el show de DA ROCK & DA WAITLER, otros conocidos de allí con sus versiones de AC/DC, MAIDEN y demás, convenientemente adecuadas al sonido de la Bavaria más profunda. Mucho acordeón y, sobre todo, muchísimo calor agobiante que no quitó a nadie de participar en las larguísimas líneas de bailes, congas, saltos… Todo ellos aderezados en esta edición con unas buenas dosis de polvo en suspensión derivado de la gran animación que consiguieron con versiones muy logradas de temas como el “Should I stay or should I go” de THE CLASH, que en versión Folk Germana sonó más que sorprendente y curiosa.
Para terminar de lujo el fiestón que habían logrado, nada mejor que un “Run to the Hills”, a lo MAIDEN verbenero, y un “Bomber” de MOTÖRHEAD sonando innovador gracias al acordeón, omnipresente en sus temas que le dio ese toque tan especial. Para animar a la gente de cualquier festival, DR&DW son más que recomendables.
Seguimos aguantando unas altísimas temperaturas en el Wackinger Stage, a pleno sol, pero un tanto aliviados por un pequeño aspersor que salía de uno de los muchos bares cuando aparecieron IGNIS FATUU. Nada que ver con los dos grupos anteriores, destinados sólo para diversión y calentar el ambiente. Los alemanes ofrecieron el primer concierto del festival como tal. Con temas muy influenciados por sus compatriotas SUBWAY TO SALLY, quizás demasiado (la voz es casi idéntica a la de Fish). En ellos el sonido del instrumento tradicional hurdy gurdy, queda escondido entre las guitarras y sobre todo el bajo, que sonaba intenso y penetrante.
Me resultó rara la reacción del público, muy estática y manteniéndose los asistentes fríos y distantes ante temas como “Nemesis”. Quizás daban más Metal que lo demandado en esa hora y ese día… Ya habría tiempo para bandas y conciertos “serios” en el resto de las jornadas. Habrá que verles en otro lugar y en otro horario.
Tras esta actuación, la nota general era que todo el mundo necesitaba más dosis de animación y menos seriedad, y eso fue justo lo que ofreció HAGGEFUGG. Se trata de otra banda nacional germana con sonido Medieval Metal, pero mucho más comunicativos que sus predecesores en escena y con caballos ganadores como su “Met, Wir, Betstelt|”, muy en la onda primeros IN EXTREMO. Con él pusieron a cantar otra vez a los asistentes a los que les encanta este tipo de bandas. Desde cierto punto de vista pueden parecer actuaciones intrascendentes, pero cumplen con la labor de amenizar un primer día de festival enfocado a estar relajado, encontrase con los amigos y cantar con ellos con las cervezas en alto. Si además es con sol, como este año, ¡todavía mejor!
Llegó la hora de cambiar de aires y de escenario. Era el momento de darnos una vuelta por el recinto del festival, para llegar al Biergarten Stage, donde la presencia alemana es mayoritaria. Un lugar idóneo para estar con los amigos tomando cervezas mientras suena de fondo música en directo. El Biergarten Stage contó con numerosísimo público durante todas las actuaciones y es que el caluroso tiempo reinante acompañaba. En esté escenario no vas a ver grupos, llamémosles, “serios”; que para eso están los principales. Digamos que su cometido es animar con música intrascendente la camaradería reinante.
Nada mejor para ello que IVÁN IVANOVICH & THE KREML KRAUTS, desconocidos para nosotros y que, a pesar de ser una copia de lo más descarada de RUSSKAJA, nos gustaron por el salero y la gracia que pusieron en su show. Originales no son, pero cumplen con creces a la hora de tener a muchos miles de espectadores entretenidos bailando, haciendo «traineras» (es decir, el público remando sentados delante del escenario) y, sobre todo, bailando en línea y recorriendo todos juntos haciendo el trenecito en el abarrotadísimo recinto, mientras sonaban canciones divertidas y tan fáciles de corear con ellos como el “Kalinka,…”
Risas y una forma más que divertida de esperar a uno de los grupos más pintorescos del Wacken: los Bomberos o W:O:A FIREFIGHTERS, ya legendarios del festival. La agrupación musical de la comarca de Schleswig-Holstein, (Wacken Feuerwheer) tiene programadas varias actuaciones durante todo el festival animando la ingesta de cervezas varias y recordando a cualquier día de fiestas patronales de la zona de Valencia, pero a la germana. Yo siempre animo a todo el mundo a verlos, a descubrir otra forma de pasar un rato más que divertido en un festival sin buscar nada más allá que escuchar el “Thunderstruck”, “The Final Countdown” o el “Run to the Hills” de otra manera, a ritmo de orquesta de pueblo.
Eso sí, no estás receptivo o si tu mente espera virtuosismos, mejor dejarlo y no aparecer por este escenario… y menos cuando tocan ellos. Por el contrario, si quieres impregnarte del espíritu del Wacken, del hermanamiento con la gente, de bailar hasta que no puedas más, bailar, reírte y escuchar lo impensable: ¡acércate a verlos y seguro que terminas cantando a pleno pulmón el “Wacken, Wacken, Feurerwhere” (¡Bomberos del Wacken!). No hay que perderse la experiencia de participar del concierto como un alemán más mientras se suceden los Wall of Death o los circle-pits amenizados con sonido de fiesta patronal con tecnología alemana de primera calidad.
Volvimos a la zona vikinga una vez más pero, como no nos llamaban la atención mucho los grupos que actuaban en este escenario, nos cambiamos al llamado Wasteland Stage, localizado en el área medieval pero en la zona dedicada a la película “Mad Max” y su parafernalia. Increíble todo: la ambientación, los increíbles coches que te dejan sin memoria en el móvil de tanto sacarles fotos o los miembros del Clan que se pasean con las vestimentas más increíbles. Hay que destacar lo logradísima que está la ambientación y el furor que causa entre los aficionados a este tipo de películas post apocalípticas. El escenario de la zona va acorde con el ambiente, decorado con latas de gasolina viejas, partes de coches y todo ello metido en un contenedor semi quemado.
Todo ello muy adecuado para acoger a lo que íbamos a ver, varios grupos del mejor Thrash/Speed Metal como los locales REZET. El Wasteland Stage acogió a mucho público y muy activo, tanto como para que al primer tema se levantara un polvo asfixiante por los circle y moshpits que se sucedían sin descanso. Muy buen sonido y mucha actitud por parte de la banda que se entregó totalmente. Guitarras rapidísimas, sonido excelente y a saco, sin descanso apenas entre tema y tema.
Las canciones eran todas fantásticamente recibidas y conectaron inmediatamente con el público recordando a los buenísimos METALLICA de sus comienzos. Presentaron a un nuevo batería, más joven todavía que ellos pero espectacular. En definitiva, una banda muy sólida, muy entregada, con cortes directos y aplastantes donde la batería sonaba como un cañón, acompañada de la voz seca de Ricky Wagner. Actitud y energía logrando un show que se pasó volando entre toneladas de polvo en suspensión.
También thrashers, pero hiper técnicos son DUST BOLT, a quiénes ya teníamos fichados de cuando vinieron a Madrid junto a LEGION OF THE DAMNED… comiéndoles la tostada al grupo principal. Desde entonces no han hecho más que crecer y si siguen así les esperan grandes cosas. Inclinando la balanza hacia el lado del Speed Metal, llegaba el turno de EVIL INVADERS…
La voz de su cantante Joe y la velocidad de las composiciones rápidamente evoca el mejor Metal de AGENT STEEL, pero en una versión todavía más rápida y furiosa todavía. Entre un denso humo que cubría el escenario ofrecieron varios cortes de su último trabajo titulado “Feed me Violence” con píldoras de trabajos anteriores como “Pulses of Pleasure” y, como guinda, una poderosa versión de “Witching Hour” de VENOM que terminó de subir la intensidad del concierto hasta cotas insospechadas.
El listón quedó demasiado alto para que TOXIC HOLOCAUST consiguieran pasar el corte, y es que tanto EVIL INVADERS como REZET y DUST BOLT lo habían hecho jodidamente bien. Lo de TOXIC HOLOCAUST era un sí pero no. Su música es potente, pero carece de ese atractivo que conecta contigo y te hace querer descargar adrenalina como sea. Ritmos rápidos, pero muy poco contundentes y además con constantes y largas interrupciones que repercutían en la continuidad de un show que poco a poco la gente abandonaba insatisfecha. No moló ni el “Nuke the Cross”, lástima.
Menos mal que para consolarnos quedaba la opción de disfrutar de las divertidas atracciones medievales del Wackinger Lande, como la competición de trepar por la escala de cuerda (por la que es complicadísimo subir) o las competiciones de enfrentamientos con sacos. Diversión sana sin gasto de luz que puede compaginarse perfectamente con dar una vuelta admirando la joyería, la ropa, o los artículos de decoración vikingos a la venta disfrutando de comer delicatesen como el “knobibrot” (panes con ajo y mil cosas más encima), uno de los platos que no pueden faltar en el Wacken Open Air…
Enseguida llegó la hora de coger sitio para disfrutar de HEILUNG, la banda que más me apetecía ver ese día. Un sentimiento que debían de tener también los miles de asistentes que se apretaron a muerte contra el pequeño escenario de la zona vikinga esperando a los daneses y su atractivo show. No llovía, todo lo contrario, que hacía una noche tan buena como ninguna que recuerde en Wacken, y allí estábamos esperando que a las 23:00 comenzaran los ritmos nórdicos ancestrales (de la Edad del Hierro). Pasaba el tiempo y seguíamos esperando a que esos sonidos tan cautivadores nos llenaran los oídos… pero lo único que se veía eran las luces blancas del escenario. Por allí no aparecía nadie y menos todavía se oía música.
Pasaron unos minutos, y más minutos, muchos más,… ¡demasiados!. Algo así sólo se había vivido en WACKEN cuando tocó allí una banda española que no me apetece recordar. En dos décadas que llevo yendo al festival alemán nadie sale a escena tarde, pero HEILUNG tardaron treinta minutos en aparecer (sí, impensable en la Germania) cuando ya el cansancio del día y la espera había hecho mucha mella en el público.
Se escucharon los primeros acordes de apertura de la ceremonia y estos fueron aclamados y muy bien recibidos, sin embargo enseguida nos dimos cuenta de que algo fallaba. Sí, la sacerdotisa estaba sobre las tablas acompañada de varios músicos con instrumentos tradicionales, sin embargo por la PA sonaban muchas más cosas de las que podíamos entrever detrás del humo denso que invadía el escenario.
Analizando de manera más minuciosa comprobamos que estábamos siendo testigos de un concierto en el que predominaba la grabación sobre la actuación. Puede que hubieran brillado más en un escenario como el Louder Stage y no en un sitio tan pequeño, y puede también que tuvieran problemas que lastraron su actuación. Nunca lo sabremos… Fue una pena, y para mí la decepción más grande del Wacken 2018 y de muchos más, además sus camisetas eran 5 euros más caras que las del resto. Fatal.
Bastante enfadados, salimos corriendo a olvidarnos del cabreo para una cita clásica en Wacken: la actuación de MAMBO KURT en la Bull Head Tent (la inmensa carpa). Sí, puede que este personaje toque todos los días del festival en distintas ubicaciones, pero aún así se recomienda verle de noche en este lugar. Había tanta gente para el concierto que la seguridad tuvo que impedir el acceso hasta que se desalojara la carpa y se aliviara un poco el aforo. Por ello la entrada fue un tanto caótica, si bien eso no impidió que rápido conseguimos llegar a los primeros temas y vivir el fiestón que son los conciertos de este personaje, odiado por extranjeros y adorado por los alemanes.
Buen sonido para recoger las versiones que MAMBO KURT hace de famosos temas (tanto de Metal como de Pop) que no por pasar por su estrambótico órgano dejan de sonar como un cañón. Si a la mezcla añadimos los sonidos de una máquina de juegos GameBoy de Nintendo (la de hace décadas) y las alocadas re-interpretaciones del “Dancing Queen” de ABBA o del “Final Countdown” de EUROPE, el resultado final es una fiesta difícil de explicar si no lo vives allí.
Poneos en situación: en ese inmenso espacio rodeado de miles y miles de alemanes que sólo quieren divertirse bailando unos con otros y cantando en plan chabacano con unas improvisadas go-gós sacadas del público a cada cuál más dispuesta a pasárselo bien sin ningún tipo de complejo. Una muy buena forma de terminar el intenso día de actuaciones de una jornada fuera del festival en sí, pues lo más duro y potente estaba por llegar.
Como conclusión decir que recomendamos terminar esta primera jornada de festival en cualquiera de las mil fiestas distintas que se organizan en el gigantesco camping. En ellas siempre seréis bienvenidos de la forma más cordial, igual que en ese lugar tan “especial” llamado METAL HEART. Se trata de una micro discoteca en la que el encargado de poner la música (odio la palabra DJ, me suena a otro tipo de música), está caracterizado a lo ABBATH, si bien se dedica a pinchar lo más bailable de la década de los 80 buscando que estés tan entretenido como para que sin darte cuenta te sorprendas de que han llegado altas horas de la madrugada y tú sigues bailando a WARRANT, POISON, los CRÜE y demás.
Eso sí, este año el ambiente al no haber suelo y ser tierra, era irrespirable por la cantidad de polvo que se levantaba… pero igualmente divertido hasta decir basta… Así, después de bailarnos todas y más y participar en varias fiestas, nos retiramos cubiertos de polvo, sudando como jamás en Wacken a esas horas, dispuestos a descansar algo para afrontar lo que ya iban a ser las jornadas fuertes del Festival alemán, pues nos quedaba todavía muchísimo por vivir, por ver y oír. Os lo contamos más adelante… ¿jueves?
Texto: Rocío Gómez (rocio@redhardnheavy.com) y Pablo Mayoral (pablo@redhardnheavy.com)
Fotos: Redhardnheavy y Facebook oficiales de las bandas.