Review del nuevo y «monstruoso» trabajo de KADAVAR

A estas alturas, hablar de KADAVAR está claro que es hablar de una de las bandas más prometedoras y de futuro que tiene la escena de ROCK mundial con mayúsculas. Un fenómeno que ya a pocos se les escapa, un gigante que no para de crecer y devorar todo a su paso. Os hablamos de su último trabajo:

HEader

KADAVAR: “For The Dead Travel Fast” (Nuclear Blast)

Hace apenas dos años que nos volaron los sesos con su magnífico “Rough Times”, un disco que nos sorprendía, con una vuelta de tuerca a su sonido… sí, otra más. No dejaba de ser rock psicodélico setentero, stoner directo y machacón del que te atrapa al instante, pero con una densidad y una atmósfera mucho más doom, con una deliciosa oscuridad que no impedía para nada que el oyente terminase completamente atrapado a la primera escucha.

Kadavar

Y es que esto es KADAVAR, una banda que puede guiarte por un camino de sonidos plagados de sabor a LED ZEPPELIN, sumirte en la oscuridad más absoluta, que traspasa a los BLACK SABBATH más ennegrecidos, o pegarte un buen viaje de psicodelia al estilo PINK FLOYD sin dejar de sonar a KADAVAR. Un grupo que puede hacer dos discos super pesados como “Kadavar” o “Abra Kadavar” y después sacarse de la manga otro como “Berlín”, con un sonido más ligero, casi hasta pop, pero que sigue siendo eficaz y sonando a ellos mismos al 100%.

Pero “The Dead Travel Fast” hay que tomarlo de una manera diferente a cómo nos hemos encontrado hasta ahora otros discos de KADAVAR. Que nadie espere un disco fácil, que enganche a la primera, pues esto es algo mucho más complejo. Es un álbum casi conceptual, un homenaje al cine de terror clásico, arropado por una atmósfera angustiosa, densa, plagada de detalles, psicodelia marca de la casa y sin perder esos estribillos pegadizos que les caracterizan desde sus inicios. Estamos sin duda ante su disco más maduro, más trabajado y cuidado, un trabajo que hay que saber disfrutar con cada escucha y dejarse llevar para llegar al punto al que quiere llevarnos la banda.

Y para llegar a él, hay que meterse en el universo que se han encargado de crear desde el minuto 0, empezando con la estética que han elegido para la portada del LP y la sesión de fotos, realizadas nada menos que en Transilvania, con el castillo de Vlad el Empalador de fondo, unido al título escogido para envolver todo el trabajo “ For The Dead Travel Fast”, sacado de un poema del autor alemán del s. XVIII Gottfied August Bürger.

Kadavar

Leyendas del este, Drácula, películas de terror clásico… con todas estas cosas en la cabeza podemos empezar a adentrarnos en esta nueva entrega de KADAVAR. El viento sopla y comienza la tensión, apenas unos acordes sueltos, y una melodía vocal que parece sacada de la canción infantil que la madre le canta a su hijo para calmarle, a sabiendas de que el monstruo está a punto de llegar, así comienza la escucha con la intro “The End”.

Con la semilla del mal ya implantada en nuestros cerebros para no abandonarnos más durante toda la escucha, llega “The Devil´s Master”, un tema que ya conocíamos, porque fue el elegido como primer adelanto, y que nos llegó hace un par de meses en forma de videoclip. Según sabemos por palabras del propio Lupus, cantante y guitarrista de la banda, estaba pensado como una historia de terror, inspirada en películas como el clásico de Dario Argento “Suspiria”, pero terminó derivando en un “Spaghetti Western” por temas de presupuesto.

Es una canción lenta, de melodías oscuras, que recuerda a las bandas sonoras de películas de terror de los años 70, especialmente en el estribillo, con ese gusto “retro rock” que está presente en todas las canciones del grupo, una canción de estructura poco convencional con un solo de guitarra sencillo pero más que eficaz, y una atmósfera oscura e inquietante, con espacio para partes morbosamente lentas y riffs machacones, un tema redondo en mi opinión. Quedaos con estas palabras: I am the child of your deepest fears, I am your nightmare´s procreation…”, no saldrán nunca de vuestras cabezas.

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Bastante diferente comienza la siguiente canción, “Evil Forces”, rompiendo la calma anterior con un riff de guitarra de corte casi heavy, acompañado por un registro agudo y chillón por parte de Lupus a las voces, que de inicio nos puede hacer pensar casi en grupos de New Wave, pero que pronto se esfuma de nuestras mentes en cuanto llega la estrofa y todo comienza a volverse oscuro y tétrico, cerrando con un estribillo bastante espeluznante, en el mejor sentido de la palabra, que da paso a un buen solo de guitarra sobre una base muy pesada y Stoner al uso. Sin duda el corte más diferente del disco.

Con “Children Of The Night” vuelve el misterio, la melancolía, la tensión, el terror, la sensación de estar inmerso en una película de Dario Argento, con un montón de matices que nos llevan hasta una estrofa super melódica de cantar, que nos guía hacia partes instrumentales muy doom, el bajo de Dragon nos golpea duramente la cabeza, haciendo daño, como nos gusta a los amantes de este tipo de géneros, y el trabajo de Tiger, que como siempre, es simplemente alucinante a lo largo de todo el disco, destaca especialmente durante esta canción.

“Dancing With The Dead” continúa extraña, oscura e inquietante, con un comienzo que casi recuerda a un “tango terrorífico”, y con partes que al igual que en “The End” podrían pasar por oscurísimas canciones de cuna. Más animada, aunque igualmente oscura sigue sonando “Poison” quizá la que más me recuerda a los KADAVAR de siempre, sonando añeja, rítmica, y plagada de melodías de guitarra, con un estribillo muy pegadizo y digamos que hasta bailable, y con una estructura bastante poco convencional, como casi todos los cortes del disco, llevándonos de un lado a otro para que acabemos siempre en el punto en el que han planeado que estemos en cada instante.

Seguimos con “Demons in my Mind”. Genial línea de bajo, batería bailable, con pequeños detalles constantes, estribillo pegadizo, una canción sencilla pero con “rollo”, que engancha. El tramo final me trae a la mente el “Simpathy For The Devil” de ROLLING STONES. Es quizá la canción que menos sorprende del álbum pero seguro que será una de esas canciones que funcionan en los conciertos, muy en la onda de los KADAVAR más “bailongos”.

Kadavar desde su Facebook

Se acerca el final, y es hora de volver a los sonidos más melancólicos y deprimentes, de la mano de “Saturnales”, es realmente sorprendente lo bien que se les da a estos chicos crear canciones de este tipo, supongo que salidas de la mente de Lupus, calmadas, bellas, tristes, apenas una guitarra, una melodía de voz acertada y consiguen hacerte poner los pelos de punta, algo que ya me sucedió en anterior disco con la genial “The Lost Child”.

Y esta vez sí que sí, el disco llega a su fin con el tema “Long Forgotten Song”, que comienza donde lo dejó “Saturnales”, lenta, melódica, melancólica, con un gran trabajo de Lupus a las voces y melodías de guitarra, al que van sumándose Dragon con su bajo en forma de losa, aplastante, denso, oscuro, impecable, y Tiger, con un trabajo hecho para lucirse, con un pequeño solo de batería incluido. Una de mis favoritas del LP, de las más oscuras, sin duda, un resumen casi perfecto de lo que supone la totalidad del álbum, soledad, terror, tristeza, oscuridad, densidad, psicodelia, rock, stoner, doom

Una maravilla de disco, de principio a fin, en el que la banda da un paso más allá, y vuelve a reinventarse, mientras sigue teniendo una identidad completamente clara e identificable… ¿Quién dijo que el rock está muerto? No, el rock vuelve desde la tumba y viene sediento de sangre, ¡dejen paso a KADAVAR!

Texto y fotos de directo: Javier Gil

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