MONTERREY en Madrid – Añejos y electrizantes
Tremenda descarga rocanrolera en la Sala Rockville a cargo de un cuarteto de curtidos ‘bandoleros’, que pusieron patas arriba la coqueta sala madrileña, protagonizando un aquelarre de muchos quilates. Os contamos cómo fue el concierto de MONTERREY en Madrid:
MONTERREY – Sala Rockville, Viernes 10 Marzo (Madrid)
Muy interesante el concierto de MONTERREY en Madrid, aún en espera de la ansiada publicación de su tercer elepé, “Cosas del 83’ ”, que está presto a ver la luz en próximas fechas y algunas de cuyas canciones desvelaron en una noche muy agradecida y sobre todo muy electrizante.
La banda madrileña de rock’n’roll añejo vuelve por sus fueros tras el parón obligado por la maldita pandemia. El cuarteto formado por Julio Dávila a la voz (ex MR.ROCK), José de Benito ‘Pararito’ a la guitarra (ex miembro fundador de los míticos SOBREDOSIS), Julio Gutiérrez ‘Guti’ al bajo (ex AZOTE) y el nuevo miembro, Mariano Grasso a la batería, se mostró más en forma que nunca, recordando el espíritu asilvestrado de unos seminales M-Clan, cuando allá por sus inicios, Carlos Tarque y compañía protagonizaban verdaderos tornados rocanroleros por allí donde pasaban…
Recogiendo el testigo, nuestros protagonistas, supervivientes de la vorágine ochentera, verdaderos ‘forajidos’ del rock’n’roll madrileño más auténtico, amplifican los soleados paisajes del blues y el rock sureño de los años dorados del género, de los buenos y “Viejos Tiempos” que no volverán, de tal guisa que el espectador sale con un bronceado importante, tras contemplar la rotundidad sonora que los MONTERREY traen entre manos. Ya sin el gran guitarrista Manolo Arias entre sus filas, la banda se ha reconvertido en cuarteto de rock clásico y macizo, donde José de Benito brilla sobremanera en las seis cuerdas y lleva al oyente en una alfombra mágica.
Por allí desfilan una rutilante colección de guitarras Gibson, incluidas la magnífica Les Paul anaranjada (que rugió como nunca), una estupenda SG roja carmesí y hasta una “Firebird” marrón oscura (muy vintage) y que no pudo utilizar ya que se desafinaba por culpa del ventilador que proporcionaba aire fresco a los músicos. Más madera, nunca mejor dicho, pues completaba el elenco, una Gretch 335 granate, que siempre da bastante juego en directo…
Las primeras andanadas del show: “Lo veo claro en tus ojos” y “Donde el río suena”, dejaron a las claras por donde iban a ir los ‘tiros’ en una jornada donde el calor procedía del escenario, a falta de un lleno más rotundo, circunstancia que echamos de menos, dado lo propicia que se presentaba la ocasión. Primera declaración de intenciones on “Yo sigo aquí”, antes de presentar algunos temas que formarán parte de su nuevo elepé “Cosas del 83” como “El diablo quiere rock’n’roll” o la propia canción que da título al disco. A destacar el sonido añejo del grupo, blues n’ roll cultivado en barrica de roble con un Julio Dávila en estado de gracia, cantando mejor que nunca, con gran fuerza y señera entonación. “Me haces sentir bien”, que duda cabe, hasta surcar “Me olvidé de ti”, donde Nacho Arriaga (anterior batería del combo) agarró las baquetas para marcarse esta composición de su primer E.P.
Con espacio también para alguna semi-balada en la mochila, si lo requiere el guion, sonaba “Alba”, con armonías a lo LYNYRD SKYNYRD. De este modo fueron regando el camino de brillantes perlas, como las cuentas de Pulgarcito: “Abre las alas” y “La vieja estación”, invitando a Johnny Cifuentes y Nico Álvarez (BURNING) a marcarse con ellos “En mil pedazos” y “Mueve tus caderas”… Se doblan las guitarras como por arte de magia, certero rock’n’roll, no va más, donde “Ya nada será mejor”… y cada espectador puede sacar sus propias conclusiones al respecto. “Lo mejor de mi” y “El Boni” marcan el trasiego final, antes de los explosivos bises, donde ruge fuerte el motor, “No necesito más”, “Al final del camino”.
Notamos la sensación de rotundidad (la fuerza de la gravedad, en la que todo cae por su propio peso) en un show superlativo. Chapeu!!! Bravo por los MONTERREY y su capacidad para reinventarse y sobrevivir en este árido e ingrato mundo artístico de la pálida actualidad.
Texto: Fran Llorente / Fotos: Mar Fuertes
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