Tarde divertida de viernes, y de cantar, bailar y recordar viejos himnos transgresores de la mano del principal compositor de los temas clásicos de SINIESTRO TOTAL. Como decían antaño: ante todo mucha calma y… en beneficio de todos, callese, señora… Está bien acudir de vez en cuando a la música de nuestra querida miña terra galega… Os lo contamos y mostramos:  

COSTAS – Madrid , viernes 12 de abril 2024 (sala Shoko)

Sin duda que a veces es chulo ir a una sala y a un concierto determinado solo a pasarlo bien… y aún digo más, sabiendo que te lo vas a pasar bien. Es decir, viendo a bandas / artistas que sabemos que no fallan, ya sea por su propia calidad innata en directo (pongamos el ejemplo que queramos, desde SAXON a LEIZE, por citar dos de los grupos más netamente Corsarios) como por el repertorio que van a interpretar. Y en conciertos sencillos, directos, sin artificio, incluso sin teloneros muchas veces innecesarios, ni escenografía de más (una pantalla con imagen del prota y listo). ¡Al turrón!

En este caso eramás por lo segundo, y es que tras la experiencia… no fallida, ni siquiera agridulce, pero sin duda que no completa de haber visto la reunión de SINIESTRO TOTAL hace unos meses en el Palacio de los Deportes (sí, los viejunos seguimos diciéndolo así), ahora nos apetecía repetir con su principal compositor, valedor, letrista, (co)creador o sencillamente alma máter, Miguel COSTAS (como ya habíamos hecho anteriormente, por cierto, como os contamos aquí entonces).

No voy a entrar ahora en el debate, que muchos sabemos, de que sin Costas SINIESTRO nunca ha vuelto a ser SINIESTRO.  Ni siquiera voy a aludir al hecho de que ver a COSTAS ahora es lo más parecido, una vez terminada la fugaz reunión, a ver a los clásicos SINIESTRO TOTAL… porque en realidad ninguna de las dos afirmaciones es rotundamente cierta. Pero siendo prácticos, la realidad es que un concierto de COSTAS es muy divertido y no vamos a parar de cantar y bailar aquellos himnos irreverentes y gamberros que tanto nos han marcado a los que éramos heavy / punkis antaño. Curioso, además, y en la audiencia se reflejó esto (no solo por edad, que también, sino por “estrato social”), que SINIESTRO TOTAL gustaban por igual a heavies, a punkis, a rockeros… ¡e incluso a los pijos!

Así, con una media entrada larga esta noche en la Shoko, era divertido ver la mezcla de cuarentones / cincuentones que habíamos crecido con esas canciones (y por ende nos las sabíamos TODAS de cabo a rabo), y de repente veías un grupito de punkis, otro de rockeros, unos cuantos pijos, bastantes chicas / mujeres en general… madurit@s interesantes de todo pelaje, vaya. Divertido a la par que significativo. Y la banda tres cuartos de lo mismo, jeje: Veteranos, rockeros, macarrillas y a la vez pueblerinos, si admitimos todos la broma que ellos mismos hicieron gala del detalle en toda la promo previa del concierto. ¡incluso un tipo de allende los mares! (bajista urugüayo para más señas, pero que vive divinamente en Galicia como comentaron con humor en algún momento del concierto).

Costas

Dicho esto, primero una crítica y luego pasamos a la diversión y al desenfreno del propio concierto… pero es una realidad que no fue el mejor concierto de COSTAS que hemos visto ni el protagonista estuvo lo lúcido y certero que esperábamos ni en comentarios ni en ritmo del concierto… como sí transmiten sus canciones. Los nervios del directo (que 41 años después no debería ocurrir, pero quien sabe), algún problema físico tal vez (que de hecho quizás no sea casualidad que se han aplazado algunos de sus conciertos posteriores en otras ciudades) o sencillamente el hecho de que le falte cierto rodaje a Miguel al no estar girando de manera continua en estos años como quizás sí lo han estado otros artistas de su generación.

De cualquier manera, una banda solvente, unas canciones inmortales y, al final, un tipo muy carismático (a la gallega, eso sí), cantándolas y dominando el concierto desde el centro del escenario… Detalles todos ellos que te salvan de sobra un concierto del que esperábamos más tal vez (quizás fue la duración, hora y media justa) y que se quedó en que lo pasamos muy bien, pero sin alardes… De cualquier forma me encantará volverlo a ver al final de la gira, ya más rodados y con ese punto extra de confianza y de dinamismo que te da el volver a salir a la carretera de seguido.

Eso sí, un repertorio basado al 75% en el mítico, único e irrepetible directo “Ante todo mucha calma” de SINIESTRO, no puede fallar. Todo ello con el aderezo de un par de temas conocidos de AEROLINEAS FEDERALES (recordemos que era la banda de la hermana de Miguel Costas, y muchas de las canciones eran del propio Miguel), más unos pocos temas de los discos en solitario de COSTAS… todos ellos buenos y muy recomendables, por cierto, especialmente para los que buscamos SINIESTRO TOTAL fuera de los discos de “su etapa blues” (ejem, todos sabéis a lo que me refiero, no?)

Pues lo dicho, “Más madera” y la gamberra y fiestera “El botellón” para empezar, de su propia cosecha y ya estábamos preparados para darlo todo una vez que comenzaba a sonar “Assumpta”, “Pueblos del mundo extinguíos”, la simpar “Qué le debo” y compañía, con el cachondeo y el bailoteo desbordado en la sala, como no podía ser de otra manera. Por cierto, muy curioso el detalle de contar con su sobrina (la hija de la cantante de AEROLÍNEAS FEDERALES) para cantar la más popera “No me beses en los labios”… ¡con un tono casi clavado al de su madre!

Costas

Antes de seguir con el relato de los hechos, por cierto (y a lo hecho, pecho), no quiero dejar de destacar el hecho de que ya NO EXISTE, NO SE PERMITE y NADIE SE ATREVE a hacer canciones tan políticamente incorrectas como éstas. Curioso que no fuéramos conscientes entonces de lo realmente irreverentes, subversivos y macarruzos en el fondo (o totalmente descerebrados, dicho en el mejor sentido, y/o despreocupados) que eran SINIESTRO TOTAL con sus canciones. Riéndose de todo y de todos, y dándole cera a todo, con unas letras tan divertidas como inteligentes y que, aunque suena a tópico de “abuelo cebolleta”, en estos tiempos de “cañas y libertad” (mantra tan manido como falso, traicionero y hasta indignante) se echan tanto de menos. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Yo lo diré una y mil veces: ¿a nivel musical y cultural? POR SUPUESTO QUE SÍ.

En fin, sigamos con el cachondeo, que si nos ponemos serios nos arrancamos por bulerías de sangre caliente, si me permitís el crossover con el de Plasencia por un momento, y nos salimos del renglón (que diría el de Carabanchel). Reflexiones cruzadas que me llevan a recordar lo alucinante que me pareció siempre la letra de “¿Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos?”, que ya con mis tiernos 13 o 14 añitos me hacía pensar de lo lindo. Aunque rápido pasaríamos a ser gamberros de nuevo y (muy) políticamente incorrectos con “Opera tu fimosis”, su reciente “¡Hasta los güevos!” o esa mítica versión del “Rockaway beach” de LOS RAMONES que siempre fue santo y seña de SINIESTRO TOTAL.

Momento de los himnos más rotundos, con ese “Todo por la napia” y “Camino de la cama” que tanto me marcaron de chaval (¡y me siguen encantado de mayor!). Quizás les quedó bastante peor la revisión de “Soy una punk” con chicas del club de fans y/o amigas “cantando”, pero nos vuelven a afilar las sonrisas rápido con algún guiño a sus tiempos actuales, aún gamberros y divertidos con “Yo estoy bien, tú estás gordo”, jeje, o la inmortal “Tipi dulce tipi”, y todos a hacer el indio e invocar a Manitú.

Costas

Quedaba poco y remataron con una versión alargada de ese “Miña terra galega” (que alguien dice que se parece al “Sweet home Alabama”, ni idea…), con presentación de los músicos y demás (de hecho les acompañó en esta última parte del show el guitarrista de LOS FAROLES). Esperábamos algo más, unos bises o algunas canciones extra pero la lista es la que era y no se aceptaban peticiones.

Texto: David Esquitino / Fotos: Fran Llorente

Más fotos de COSTAS en Madrid en este enlace.

¿Vemos parte del concierto para rematar la crónica?

Resumiendo: La próxima más y mejor. Lo bueno si breve… Na, qué me diga qué le debo… ¡de una vez!

P.D. – Y no, no vino Alaska finalmente… mecachis…