Crónica de GMM (1) – Graspop Jueves 16 de junio 2022
Retomamos las crónicas pendientes del verano, que ha sido intenso y vamos a publicar las crónicas de Graspop, al que asistimos un año más. Después del resumen que publicamos tras el festival, recopilamos las crónicas de los 4 días, de manera genérica, que sabéis que es IMPOSIBLE verlo todo. Nos lo cuenta Pablo Mayoral, empezando por el jueves:
GMM 2022 – Crónica del Jueves 16 de junio y comentario general
Otro año más, y superamos la década volvemos a Dessel y al Graspop Metal Meeting que, como bien sabéis, es uno de nuestros OpenAir favoritos en Europa después de dos años en blanco y preparados para los cambios de esta edición de 2022, la más masiva hasta la fecha.
Aún así la maquinaria festivalera belga no falló y toda la logística funcionó con precisión. Ahora entraremos con detalle en las novedades de este año, pero antes dos tirones de orejas: las lanzaderas ahora te dejan aún más lejos de la zona de acreditaciones y, también relacionado con el transporte, pudimos recabar muchas quejas de aquellos que optaron por alojarse en Lommel y utilizar las lanzaderas que unían el festival con los bungalows del llamado “Devil’s Lake”, si bien nosotros no experimentamos ese inconveniente directamente, sí que pudimos ver las largas colas para acceder a los buses.
Por lo demás, sonido perfecto en todos los escenarios (el mejor en años, y eso que el listón estaba alto), todas las comodidades del mundo en cuanto a comida, baños y fuentes de agua a las que todo el mundo dio buen uso debido a las altísimas temperaturas en todas las jornadas a excepción de la última.
Para esta edición, y según se anunció puntualmente, el festival pasó a ocupar el área de la antigua zona de acampada, y ésta se extendió a otras zonas aledañas al perímetro de la zona de conciertos. También el mercadillo y el Metal Market se vieron reubicados entre la entrada y el parking y por último la carpa Metal Dome y el escenario Jupiler (uno de los principales patrocinadores del festival, como marca de cerveza oficial, desde hace años) ocupan nuevos lugares, con una zona más grande para el público de éste último y próximos los dos al ya gigantesco Classic Rock Café, que sigue siendo el lugar ideal para el esparcimiento nocturno, sin menospreciar las siempre animadas fiestas del Metal Dome.
El resto del festival, desde los escenarios principales renombrados South y North a la gigantesca carpa Marquee siguen con la misma disposición, igual el puesto de merchandising oficial, con una zona diferenciada sólo para IRON MAIDEN que en ningún momento dejó de tener cola. Quizá sería interesante a futuro ampliar la zona de llegada Metal Plaza pues el encuentro de las colas del merchandise con las de las máquinas de cambio junto al tráfico de gente entre escenarios al ser un lugar de obligado paso hacían del sitio un lugar abarrotado a cualquier hora. Con la perspectiva que nos dan los años de asistencia, estamos seguros de que habrá mejoras al respecto el año que viene.
¿Y lo musical? Pues un gran nivel general con contadas excepciones, algunas muy sonadas y el segundo año consecutivo con bandas españolas en el cartel, vamos a desgranar cada concierto que vimos (no todos, pues es imposible) en las crónicas.
GMM – JUEVES – 16 Junio 2022:
IN EXTREMO
Después de una larga caminata hasta recoger nuestros pases de prensa y hacernos con la nueva disposición del recinto el primer concierto que pudimos ver al completo fue el de IN EXTREMO. No tocar en el escenario principal no hizo que escatimaran en puesta en escena ni en producción, destacando como siempre el fuego y la decoración del escenario con motivos de “Kompass Zur Sonne” y “Quid Pro Quo” y mostrando la banda su cara más dura, musical, no me entendáis mal.
Abrir con la potente “Troja” tras un “Wintermärchen” casi a modo de intro fue sólo el principio antes de que los temas más queridos como “Vollmond” o antes “Feuertaufe” sonaran con todo el público coreando. Poca o ninguna tregua en el tono contundente del setlist, quizá sólo la festiva “Liam” rompió un poco el ritmo de un concierto que discurría a todo gas. Casi sin darnos cuenta “Sängerkrieg” y el final de la actuación de IN EXTREMO llegaban de la mano.
No veía al grupo actuar en una posición que no fuera de máximo privilegio desde sus primeras venidas festivaleras a España y me gustó el formato concentrado de éxitos y energía que ofrecieron. Gran arranque del Graspop 2022.
DEATH TO ALL
No vamos a arrancar la crónica de este concierto entrando en disquisiciones sobre la validez o no de DEATH TO ALL como banda o tributo. Como somos nosotros los que escribimos zanjamos con que el no dejar que las canciones de DEATH mueran es motivo más que suficiente para aprobar que como si de un “Zombie Ritual” se tratara, los viejos temas salgan de la tumba interpretados con una alineación de la era “Individual Thought Patterns”/Symbolic que quita el hipo con Steve DiGiorgio (SADUS, TESTAMENT, AUTOPSY y docenas más) ejerciendo de líder.
Bajan las luces y la carpa Marquee retumba con “Overactive Imagination” y DEATH y su legado vuelven a estar vivos. Aún con músicos de los 90 el repertorio abarcó todos los discos y a continuación recorríamos «Spiritual Healing” de la mano de “Living Monstrosity”. Impresionante Bobby Koelble haciendo solos de todas las épocas bordados, sin importarle si le tocaba ponerse en el lugar más fácil de Rick Rozz (MASSACRE y mucho antes los olvidados THATCHER) o abordar la complejidad de James Murphy (CANCER; OBITUARY, TESTAMENT…) o Andy La Rocque (KING DIAMOND)…
¿Por qué sacar esto ahora? Pues porque el espectacular sólo de “Spiritual Healing” estaba atronando en todo Dessel bien doblado por Max Phelps (CYNIC) que borda las partes vocales también y que atrae todas las miradas sustituyendo al insustituible Chuck Schuldiner que nos dejó hace ya 21 años. “Suicide Machine”, “The Philosoper” o la vuelta al pasado más lejano con “Zombie Ritual”… allí sólo se veía headbanging, caras de felicidad y el sacudirnos todos 20 ó 30 años de encima de un plumazo mientras encarábamos la traca final con “Spirit Crusher”, Crystal Mountain” y “Pull the Plug”.
Sí, todo éxitos y nada muy rebuscado, pero teniendo en cuenta de que estábamos celebrando el legado de la mejor banda de Death Metal de todos los tiempos (con permiso de MORBID ANGEL) ¿A quién le importa?
POWERWOLF
Volvamos por un momento al año 2012, cuando POWERWOLF abrían uno de los días de Graspop en la carpa pequeña. No estuvieron brillantes, más bien todo lo contrario. Cada vez que veo al grupo actuar ahora recuerdo con una sonrisa pensar hace 10 años que no iban a llegar a nada y meter la pata hasta el fondo, tanto como para que de vuelta en 2022, el montaje de grandes estrellas, las miles de personas que corean cada tema… todos los factores que conlleva el éxito, me hagan sonreír.
POWERWOLF mostraron su mejor cara personificada en su vocalista, Attila, que tiene una solidez y una presencia en escena como para poner a cantar cada tema al público desde el arranque con “Fire & Forgive” y a tope de fire en el escenario también, una constante en todo el tiempo que estuvieron en escena. “Army of the Nigh”, “Amen & Attack” o “We Drink your Blood” se consagran, nunca mejor dicho, como clásicos entre un público que parecía haber estado esperando este concierto para estallar durante años. En unos días les volveríamos a ver en el Leyendas… ¡Amen!
DROPKICK MURPHYS
Continuando el tono festivo de POWERWOLF, en el escenario contiguo disfrutamos la actuación de DROPKICK MURPHYS. “The boys are back” sonaría en los primeros compases del concierto, y es que los chicos «irlandeses» (de Boston) estaban de vuelta en Graspop y con unas tremendas ganas de agradar, sin importarles nada ocupar la difícil posición de tocar justo antes de un cabeza de cartel como MAIDEN que tenía gente esperando a que salieran ya desde primera hora de la mañana.
DROPKICK MURPHYS no se achantaron para nada, al revés, “Middle Finger” para la presión y a hacer disfrutar a sus muchos seguidores ¿El punto álgido de la actuación? Creo que habría que señalar a la siempre emocionante “Rose Tattoo” que una vez terminó de sonar sólo dejó tiempo al cierre por todo lo alto con “Shipping up to Boston”.
IRON MAIDEN
Me da por pensar que habrá quién incluso se haya saltado todos los párrafos previos para ir directo a esta crónica. No es nuevo que IRON MAIDEN es un grupo que ya trasciende géneros y que han llegado no ya en el Heavy, sino en la música al estatus de leyenda viva que sólo 4 ó 5 han alcanzado.
Dicho esto, a mi modo de ver se han acomodado ahí y lo que ofrecen es muy poco comparado con el nivel de exigencia que hay que tener para un grupo que lo es todo en el corazón de docenas de miles de fans. Con toda la sinceridad, se echa de menos la entrega de los años en los que estuvieron tragando barro con Blaze (WOLFSBANE) al frente, o cuando volvió Dickinson y reconquistaron la popularidad perdida y la ampliaron.
Sobre el escenario IRON MAIDEN están agotados y ejecutan más mal que bien sus canciones clásicas mientras dan cabida en el repertorio a canciones nuevas que, no nos engañemos, nunca se harán un hueco en el repertorio más allá de su correspondiente gira de presentación. Así, “Senjutsu”, “Stratego” y “The Writing on the Wall” abrieron el concierto sin provocar ninguna reacción destacable. Quizá “Stratego” fue la que mejor caló por ser lo más parecido a un single dentro de su último trabajo, pero a años luz de los históricos de la banda.
Ninguna electricidad en el escenario, recayendo toda la responsabilidad de conducir la actuación en ese sentido en Dickinson, pues poco a poco cada músico ha ido renunciando a su parcela de protagonismo, que ya ni Adrian Smith es preciso haciendo solos, del resto de guitarristas ni hablamos…
En este punto se deshincha el decorado japonés y aparece el de la gira Legacy, y con él llega “Revelations” y al reconocer el riff por un momento parece que asoma algo de lo que pensamos que debe de ser un concierto de MAIDEN, pero la ilusión se pincha como un globo por la ejecución horrible y descoordinada, y Dickinson cumpliendo, pero sufriendo y escondiéndose en las partes finales más altas.
“Blood Brothers” y “Sign of the Cross” terminarían de matar el ritmo del concierto. Pongamos el foco en la primera, con un discurso de buenismo y hermandad a modo de presentación con mención a la IRON MAIDEN family, emparentada con la METALLICA family en la que todos somos hermanos, o más bien primos de empresas millonarias a tres cifras la entrada. No soy ajeno a cómo funciona esto entre bambalinas, pero ya que estoy dispuesto a dejarme engañar, por lo menos que me engañen bien.
Es decir, queremos Eddies asesinos de nuevo y conciertos con intensidad y ganas, y ni en el tramo de clásicos que cerró la parte central aparecieron salvo por parte de un público 10 que llevó a la banda en volandas independientemente de lo poco que estaban ofreciendo. A “Flight of Icarus” la salva la impresionante puesta en escena y los lanzallamas, pero “Fear of the Dark”, “Hallowed be Thy Name”, “The Number of the Beast” y “Iron Maiden” quedaron insulsas y, hablando en plata, “sin huevos”.
Ni el doble bis levantó los ánimos, “The Trooper”, “Run to the Hills” o “Aces High” ralentizadas no sirven, y “The Clansman” es un clásico menor. Ojalá IRON MAIDEN miraran hacia abajo desde el pedestal y vieran a otros compañeros de su generación aún en forma y amando la música a la que dieron forma y nos enamoró a todos de cara a poder volver a mostrar su mejor cara.
Uno de los peores conciertos de todo el festival e históricamente sólo por debajo de los del tour de presentación de “The Final Frontier”. (NDR: Guste o no la opinión, y ya somos dos personas muy cercanas a MAIDEN los que opinamos igual, refrendaron esta misma sensación / impresión en Lisboa semanas después. ¿Que a lo «die hard fans» o a los nuevos fans os vale esta versión de MAIDEN? Perfecto… Nosotros les pedimos muchísimo más… sin obviar el hecho de que llevar el mayor y posiblemente mejor montaje de su historia, una cosa no quita la otra).
MERCYFUL FATE
La gente con criterio en la última hora de IRON MAIDEN ya iba acercándose a la carpa para el concierto del día, y a la postre uno de los mejores del festival. Un telón con el querido logo de MERCYFUL FATE desvelaría una gigantesca escalinata imitando mármol presidida por un pentagrama y con la intro de “The Oath” la oscuridad cayó sobre Dessel.
Inevitable comparar la apatía de IRON MAIDEN sólo unos minutos antes con la entrega de MERCYFUL FATE, con Kim Bendix («King Diamond», para los amigos) con un atuendo eclesiástico para la ocasión abordando los dos primeros discos del grupo (y el EP) además de un tema nuevo titulado de “The Jackal of Salzburg” de primer nivel. Ni una nota falló nadie mientras recorríamos “Black Funeral”, “Melissa”…
Por protestar de algo decir que ojalá se hubiera llevado la selección de canciones un poco más allá de lo legendario y que hubiéramos podido paladear algo de “In the Shadows” o de cualquier otro de los trabajos posteriores, pero mientras sonaba “(…) long black hair, face like a dead, I am here, Satan in my head (…)”, la letra de “Doomed by the Living Dead” os puedo asegurar que no estábamos pensando en eso, sino disfrutando de un grupo de leyenda en un estado de forma óptimo y al que sólo se le podía pedir que hubieran crucificado una monja entre llamas (como hacían en su día) y tocar “Nuns Have no Fun” a la vez para sentirnos del todo transportados a cuando el Heavy era relevante y amenazador.
Aún así, el mejor concierto del festival de largo.
Texto: Pablo Mayoral (pablo@redhardnheavy.com) y Joaquín Prieto
Fotos: Oficiales de GMM – Galería completa del jueves en este enlace
P.D. – Sí, sabemos que hubo muchos más conciertos en el día, pero no se puede ver ni sobre todo contar. En este caso os ofrecemos una selección de, a nuestro entender, lo más destacado del primer día… Y pasamos al viernes…