De vez en cuando nos gusta salirnos de la línea recta y acercarnos a bandas y conciertos diferentes… En este caso hablamos de los peculiares e inimitables DOCTOR DESEO, celebrando 40 años de rock irreverente y particular. Os lo contamos y mostramos:

DOCTOR DESEO – Sala Copernico   –  15/10/2022 (Madrid)

Doctor Deseo

Llegué a la sala un rato antes, y mientras veía como se iba llenando me acerqué a la primera fila a un  hueco que había. Allí tuve la suerte de conocer a Marivi, señora de Guipúzcoa, de 58 años, que había venido al concierto en autobús y venía de la manifestación de pensionistas. Marivi todavía trabajaba pero la lucha afecta a todo el mundo, y ella cumplía con orgullo. A nuestro lado estaba el micrófono, donde una boa de color fucsia estaba enrollada en él, lo que daba señales de que el Doctor estaba preparado para el espectáculo.

Marivi preguntó si conocía a DOCTOR DESEO al verme con la cámara, ella llevaba desde el 2000 yendo a sus conciertos, unos veinte me dijo que había podido ver. Yo les conocí unos tres años más tarde que ella, por un amigo, y en realidad nunca pude verles en directo, así que éste era mi primer concierto suyo.

Me extrañaba que le gustaran tanto y ver la pasión en sus ojos, esperand… Tuve la respuesta… Os lo cuento rápido: su marido murió en el 2000 en un accidente de coche, y cuando Marivi encontró la cinta que  estaba escuchando en el coche cuando sucedió, ponía «Doctor Deseo» en una cara y «Fugitivos del paraíso» en la otra. Desde entonces, en cada concierto al que acude algo mágico sucede… Ésa cinta vuelve a sonar y las canciones convierten los recuerdos en realidad, la tristeza en amor y el deseo en medicina, así es la consulta nocturna del doctor.

Y la magia empezó cuando salieron al escenario entre la ovación de los cientos de personas que llenaban la  sala… “Ni naíz (Soy)” del disco «Metamorfosis» sonó abriendo el concierto, dejando claro que DOCTOR DESEO va a por todas en cada actuación; inmediatamente una presencia radiante y magnética llenó la sala. «Ez nauzu izango berriz» convirtió el cielo en el infierno de los enamorados, y “Tracy Lord” del «Maketoen iraultza» confesó que doctor deseo hace   honor a su nombre, “es solo pornografía, y me gusta”, confesó Francis al terminar la canción.

Doctor Deseo

La poesía seguía en euskera, certificando el compromiso de la banda con el idioma que han incluido siempre en sus discos y directos. Con poesías que enamoran, que hacen bailar y sonreír. «Eta Moxua Hil Atsekabez» y «Maketoen Iraultza» llegó el final del bloque en euskera, que si no conociese sus temas en castellano, podría hacer seguido soñando y bailando con ellos todo el concierto.

Marivi estaba encantada, sonriendo y disfrutando como nunca. Todo el esfuerzo del viaje y la lucha estaba siendo recompensado con un escenario donde Francis te miraba a los ojos cantar a medio metro y podías tocarle. Normalmente los escenarios están mucho más altos y separados, pero las salas de  conciertos así te permiten acercarte a tus artistas preferidos y que te hagan vibrar el corazón a menos de un metro.

El público empezó a cantar y me di cuenta que, “Somos pequeños héroes”, nos da una fuerza poderosa para enfrentamos a cosas muy bestias como la muerte de nuestros seres queridos. Mientras buscábamos labios que nos diesen vida, las olas y naufragios nos llevaron al frío de Saturno, donde se convierte el frío en esperanza y Francis se queda a nuestro lado mientras te canta “abrázame” en su inmenso amor. Marivi con gotas de rocío en los ojos y yo con el recuerdo de un corazón herido que se curó con esta canción, nos abrazamos compartiendo sentimientos. Francis cantó la mayor parte de la canción abrazado a las piernas de Aitor Agiriano, guitarra principal, en una atmósfera de luz azul violeta y un público entregado cantando de corazón.

«No hacemos canciones tristes para las tristeza, las hacemos para que se transforme la tristeza en algo que nos permita superarla» compartían al final de la canción. Doy fe que lo consiguen… El concierto seguía con una coreografía cómplice con el público al que Francis ser acercó, cantó con él, abrazó, bajo hasta mitad de la sala mientras seguía cantando y haciendo bailar… No pudo  ser más próximo e íntimo, cosas de salas pequeñas, y una banda con experiencia y calidad sobrada, cariño y pasión, acompañada de un público vibrante.

Seguimos soñando con la lluvia de primavera mientras atrapábamos instantes donde todo va bien, a jugar con la locura en un rincón e iluminar sueños perdidos, a pasear por comisarías donde conocer a María que te desea en cualquier lugar, a vivir en el mejor de los mundos por qué podemos elegir el color de nuestros barrotes… entre humo y poesía.

Doctor Deseo

Juegos de luces y saxo hipnóticos llegando al final del concierto… Queriendo engañarnos y diciendo que esto va a durar siempre. Sonó “Corazón de tango” dejando a la sala cantar como una sola voz una de esas canciones que te acompaña en la vida y transforma la tristeza en amor. Esta noche mi corazón tenía varias tiritas nuevas que le daban valor y fuerza. Mi compañera de concierto creo que debía sentir lo mismo mientras cantaba… Nadando en las aguas de dulces engaños con esa niña inquieta, que nos robó el sueño salpicando nuestros sueños de imaginación, conocimos a la chica del batzoki que despidió dos horas de concierto, dejándonos un sabor a deseo en la boca.

El aplauso general y los vítores se los ganó con el repaso de canciones de los cuarenta años de vida de la banda, que demuestran la perseverancia de Francis Diez y Josi Giménez, corazón y pulmón, que mantienen vivo un proyecto musical que ha llenado de deseo y alegría nuestro corazones.

Gracias, Doctor, por la cura.

Texto: Luca Vian / Fotos: Charly Rock n Roll y Luca Vian

Galería de fotos de DOCTOR DESEO en Madrid, en dos bloques: I (Luca Vian) y II (Charly)

P.D. – La noche acabo con una foto de Francis y Marivi para recordar, y prometiéndome llamarla para un (próximo) concierto de DOCTOR DESEO en Guipúzcoa.