Crítica del nuevo disco de los norteamericanos OVERKILL

Overkill_-_The_Grinding_WheelOVERKILL – “The Grinding Wheel” (Nuclear Blast)...

OVERKILL han fracasado estrepitosamente en hacer un disco con el sonido de sus primeros años. La intención está ahí, pero las composiciones son todas mediocres y planas con pocos picos realmente destacables.

Y eso que tenía muchas ganas de escuchar lo nuevo del grupo después de un buen “White Devil Armory” en 2014 (que vinieron a presentar poco después como os contamos en este enlace) y un todavía superior “The Electric Age” en 2012. Es más, en ese análisis previo de la portada y los títulos de los temas antes de escuchar el CD, me parecía que la cosa prometía bastante a pesar de que la aparición de Chaly (la calavera alada mascota de la banda) sea casi una repetición de la que adornaba la portada de “Coverkill”. Aun así leer algo como “Mean, Green Killing Machine” sonaba prometedor… El verde siempre ha sido emblemático para OVERKILL; fue el color elegido por Rat Skates (Lee Kundrat fuera del mundillo musical y batería de la primera época de la banda) buscando replicar lo que era el rosa a la imagen de TWISTED SISTER en su propio grupo.

“The Green and the Black” hizo justicia a esa identificación de OVERKILL con el verde en “Ironbound”, pero no es así con “Mean, Green, Killing Machine”, que además me parece una elección incomprensible como  tema de presentación abriendo el LP, con sus siete minutos de tedio. Nada que objetar contra los temas largos, pero por más que “The Grinding Wheel” busque una vuelta al sonido de “Under the influence” o “The Years of Decay”; “Mean, Green, Killing Machine” está lejos de ser la nueva “Overkill III (Under the influence)”. Para single se ha escogido “Goddamn Trouble”, en la que los elementos clásicos del grupo brillan más, empezando por el sonido metálico del bajo de D.D. Verni y las estrofas atropelladas de Bobby Blitz. ¿Un buen tema? Sí, o al menos lo suficientemente bueno para servir como acompañamiento de algún verdadero trallazo que contuviera el disco, pero ya os adelanto que lamentablemente no hay ninguno.

Cuando una canción como “Our Finest Hour” parece que va a despegar, o bien la ahoga la repetición de versos o la falta de inspiración. Esto no deja de ser curioso en contraposición al espléndido estado de forma de OVERKILL en directo. Siempre impecables en escena, pero esto no se ve reflejado en estudio en este caso. Escucho esos “C’moooon” en “Shine On” combinados con la repetición casi rapeada del nombre de la canción y la cosa puedo decir que incluso llega a molestarme, casi tanto como la sensación de collage cuando la canción entra en la parte lenta. No pega nada una cosa con la otra.

Es una pena que un disco no pueda sostenerse sólo en el buen trabajo instrumental. En realidad, y hablando en general, sí que puede, pero no uno de OVERKILL… que están obligados a ofrecer mucho más (ndr.: es lo mismo que comentamos hace pocos días del nuevo trabajo de GRAVE DIGGER, que sí, que suena a ellos, pero a los grandes y clásicos hay que pedirles mucho más). Dicho esto, el trabajo del guitarra Dave Linsk (pues Derek -The Skull- Tailer deja toda la tarea de grabar a su compañero) es de primer nivel, como lo es el de Ron Lipnicki (HADES) a la batería a lo largo de todo el disco. Por el lado de la percusión, lo que oigo a veces me resulta un tanto mecánico en la ejecución, y la sombra de la duda sobre cómo es de natural la batería que estás oyendo aparece, pero realmente no me atrevería a asegurar que la batería no sea humana, sobre todo por el nivel que he visto a Lipnicki demostrar en concierto.

El disco avanza y encontramos “The Long Road”, la cuál podemos considerar el mejor tema del disco y a la que podemos perdonar su introducción alargada en exceso por ser por fin la primera canción que incluye un estribillo realmente fuerte y pegadizo. Además, tiene también éxito al transmitir una épica en consonancia con lo que pide la letra. Aunque sea pequeño, si hay algún diamante sepultado en el fango de “The Grinding Wheel” es “The Long Road”: Es una canción larga pero mantiene la cohesión a lo largo de todo el minutaje, y cuidado porque no es tan sencillo ya que, durando mucho menos “Let’s all go to Hades”, no queda así de redonda. Hablando de la segunda, Bobby luce distintos registros, hay un buen solo… pero todo se mezcla anárquicamente con una intro a todas luces demasiado larga. De los “yujus” y demás onomatopeyas de Blitz ni hablamos… en el resultado final se nota quién ha trabajado menos sus partes a la hora de componer.

¿No notáis que falta algo en este intento de vuelta overkillmeangreenal sonido de “The years of Decay” y “Horroscope”? Seguro que los viejos fans tenéis claro que falta el típico tema cadencioso deudor de SABBATH y demás. Pues aquí llega “Come Heavy” para rellenar el hueco. Mi época preferida de OVERKILL es la que va desde el EP a “Taking Over” pasando por supuesto por “Feel the Fire”. La inmediatamente  posterior (Del 89 al 91 cuando Sid Falk estuvo a la batería), que “The Grinding Wheel” intenta recrear, ya no me gusta tanto, aunque dejó una ristra de clásicos y canciones memorables muy a tener en cuenta.

Entiendo que Bobby y D.D., como jefes de la banda, quieran revivir ese sonido de madurez musical. Hasta ahí todo bien, pero hacerlo de una manera tan previsible para cualquiera que conozca a fondo la discografía de OVERKILL es un error. Supongo que si no fuera seguidor de la banda desde hace tiempo, este tipo de cosas no me chirriaría tanto, pero la sensación de mal deja vu es demasiado fuerte. Al haber buscado intencionadamente encorsetar el disco el conocedor de OVERKILL llegado este punto, puede suponer que no va a haber lugar para ninguna punkarrada  como «Sonic Reducer» o la más reciente «Old School» y acertará.

Hay que llegar a los últimos coletazos del álbum para encontrar otro tema digno de mención, y éste es “Red, White and Blue”. Vale, aquí OVERKILL han ido a lo fácil, un corte a piñón con el doble bombo y la velocidad mandando sobre el resto de elementos. Están tirando de oficio, sí, pero en este terreno son maestros y de esta manera pueden conseguir un tema apañado… y lo hacen por duplicado pues en “The Wheel” emplean la misma técnica. Vale, no se han exprimido los sesos con esto pero, aunque no brillen demasiado, al menos no se han lanzado a experimentos raros ni han metido groove de más.

e301484ebd63c25a225262f403eada0eEl LP termina como empezó: aburriendo con “The Grinding Wheel”. Un tema larguísimo que no avanza, independientemente de si el protagonismo lo tiene Bobby, Linsk o D.D. Verni, ya que se lo van repitiendo en las distintas partes del tema. De hecho la pretendida épica del final con los teclados y los coros grandilocuentes no cuela, y está mucho más lograda en «The Long road».

Vendrán de gira (ya están confirmados en el Leyendas y yo estoy deseando verlos una vez más) arrasarán como siempre, y en un plazo de uno o dos años no habrá ni rastro de temas de este disco en el repertorio como ya no los hay de “The Killing Kind”, “Necroshine” y demás discos que no estaban mal, pero que el tiempo se ha ido tragando porque no eran tan buenos…

Una pena pero el disco se queda en «uno más en la discografía de OVERKILL»… pero ni de lejos es una máquina de triturar como se nos insinúa en portada y título.

Texto: Pablo Mayoral (pablo@redhardnheavy.com)

«The Grinding Wheel» track listing:

01. Mean Green Killing Machinehqdefault (1)
02. Goddamn Trouble
03. Our Finest Hour
04. Shine On
05. The Long Road
06. Let’s All Go To Hades
07. Come Heavy
08. Red White And Blue
09. The Wheel
10. The Grinding Wheel

Cerramos con el vídeo del single del nuevo disco de OVERKILL:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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