Recuperamos crónica de LUIS CRUZ en el Teatro Real de Aranjuez

Luis Cruz volvió a actuar en la Comunidad de Madrid, en el precioso y recoleto Teatro Real de la localidad ribereña y palaciega de Aranjuez. Fue un show muy bonito, entrañable y provechoso. Damos todos los detalles a continuación y pedimos humildes disculpas a nuestros lectores por el retraso en la publicación de estas letras.

LUIS CRUZ – Teatro Real de Aranjuez (Madrid), Viernes 28 de Octubre 2022

Luis Cruz

Muy bien acompañado y con su banda parcialmente renovada, se presentó Luis Cruz en el coqueto y párvulo (por sus reducidas dimensiones, no por su dilatada historia) Teatro Real de Aranjuez. Antes de entrar en harina sobre el show, me gustaría subrayar unas breves líneas sobre el marco incomparable que acogía la descarga, unas pequeñas pinceladas históricas (que nunca vienen mal) sobre la acrisolada historia, belleza y solemnidad del local donde iba a desarrollarse el evento. Precisamente este era otro de los grandes atractivos (ajenos a la actuación) para acudir a conocer, los que no hubieran estado allí antes, uno de los Palacios de las Artes más excepcionales de los que disfrutamos en esta región.

Construido bajo el mandato de Carlos III en 1768 (el arquitecto Jaime Marquet fue quien lo diseñó), y no se escatimó en gastos para su edificación, como suele ocurrir en todas las obras hechas para el disfrute de la realeza. Lógicamente los avatares de la historia afectaron a su funcionamiento y ya avanzado el siglo XX, el recinto pasó a manos privadas pasando a denominarse Gran Teatro Maestro Guerrero. Estuvo operativo hasta el año 1995, donde cerró sus puertas y fue sometido a una estupenda rehabilitación, al estilo de su hermano mayor, el Teatro Real de Madrid. Todos aquellos que quieran saber más al respecto (y algunas curiosidades históricas al respecto) pueden hacerlo visitando la web del sitio.

Actualmente el aforo del Teatro Real de Aranjuez es de 300 personas (aproximadamente) y nuestro protagonista consiguió llenarlo, un lleno sin agobios y con alguna localidad suelta sin ocupar, colgando el ansiado cartel de “Sold Out” (algo que siempre complace a los músicos), más aún en los difíciles tiempos que vivimos actualmente tras la dichosa Pandemia de Covid que tanto ha afectado al sector, como se encargó en recalcar nuestro protagonista. A la salida, mantuvimos un pequeño debate entre colegas (si había sido PLAN-demia o no), como algunos gustan en denominar a la TRAGEDIA que nos asoló desde 2020.

Personalmente pienso que sufrimos lo peor de ambas circunstancias (una pandemia nunca vista), seguida de planes de control estatal para menoscabar nuestras libertades, impulsar por la fuerza la tan traída (y a veces perniciosa) digitalización, con claras intenciones de debilitar el estado del bienestar y los servicios públicos, como ha ocurrido en los centros de Atención Primaria (en el Sector Sanitario y también en las oficinas de la Seguridad Social), y aumentar de paso, ad limitem, el denostado y odioso CONTROL SOCIAL de la población. De China al resto del mundo, en todo el planeta ocurrió lo mismo. Algunas de las declaraciones del autor de “Rocker” durante el recital fueron en este sentido, y aunque no hemos recogido sus palabras exactas (sería muy largo traer a colación aquí todos sus parlamentos) si queda constancia del espíritu de las mismas. Pero vayamos al grano del asunto musical:

Luis Cruz

La velada se presentaba fabulosa, bien es verdad que los Palcos Superiores no se abrieron al público, lo que restó un poco de ambiente a la función, que comenzó casi puntual, pasadas las ocho y media de la tarde, en un horario muy tempranero para nuestros sibaritas gustos noctámbulos. Fue una tarde-noche guitarrera a tope (y algo fría entre la concurrencia) en líneas generales. Arropado en unos estupendos músicos como banda base, con Luis Rodrigo, de contramaestre y ‘jefe de máquinas’ a la guitarra rítmica, sumando al jovencito (y sorpresa para casi todos) Nico Díaz al bajo y con la participación del veterano Pedro Navarro a la batería, más el apoyo de un coro de niños en algunos temas (chavales procedentes de la Escuela de Música arancetana “La Isla”), donde imparte clases de guitarra el propio Luis Cruz. Sin olvidarnos, por supuesto, de la participación estelar de algunos invitados de postín, como sus amigos Javier Barrado y Pilar Machi.

Luis Cruz dio rienda suelta a toda la pasión que lleva dentro, enarbolando su Stratocaster señera y dando cera autobrillante durante todo el encuentro. Desde las primeras perlas, todo fue coser y cantar en un show muy ameno, que despegó al ritmo de “Gallega, Celta y Meiga” y que al poco rato ya nos estaba invitando a irnos “Con la música a otra parte”, dejando muy claro, eso sí, que él es un acrisolado “Rocker” y que “Nos gusta la gente”, sobre todo, la buena gente. Tras estas primeras rolas, subió al escenario Alberto Carrero (a la viola) para dejar su granito de arena en la maravillosa “Isla Esmeralda”, dedicada a la memoria del excepcional guitarrista y compositor Gary Moore, ya fallecido.

Cambio de tercio, y “Hace calor” como declaración expresa de intenciones, si bien la temperatura atmosférica en el local era más bien fresquita, para a continuación marcarse, en medio del cachondeo, “Seré una estrella del rock”, rodeado por los chavales de “la Isla”, antes de presentar “Gregario” y convidarnos a discernir por nosotros mismos. Viva el librepensamiento y la libertad, ¡sí, señor!, mostrando a las claras que lo suyo es el rock’n’roll. Tras estos cortes relajados y fiesteros, Luis invita a Javier Barrado a compartir protagonismo en “Mi guitarra y yo”, y a continuación asoman la conocida actriz Pilar Machi en los coros junto a Isabel Roig en los teclados en “Valentina” y “Magia pura”. Nunca mejor dicho.

Luis Cruz

En el tramo final, salen de nuevo los chicos de “La Isla” a marcarse la divertida “Bartolo” (al que le sonó la flauta del éxito por casualidad…). Momento estelar del show con la reivindicativa “Silencio” (‘todos guardamos silencio cuando debemos gritar’) incidiendo en no caer en la autocomplacencia y mantener alto los ideales, sobre todo defender los Derechos Humanos hasta el final, ahora más necesarios que nunca. Como cantaban los EXTREMODIURO en su momento, “(…) Hay que dejar el camino social-alquitranado, porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas…” Amén.

Con un postrero bis final, “Como un loco”, una canción para hacer mover el esqueleto al personal, invitando a todos los músicos participantes a sumarse al elenco sobre el escenario, en un grand-finale muy típico y acostumbrado (cuando está con los geniales TOPO) y que casi siempre finaliza al ritmo del himno “Mis amigos, ¿dónde estarán?”… De este modo, alegre y desenfadado terminó la brillante actuación, que nos dejó un dulce sabor de boca.

Bravo por Luis Cruz.

Texto y fotos: Fran Llorente

Galería de fotos de LUIS CRUZ en Madrid en este enlace.

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