Ramón J. Márquez, RAMONCÍN, triunfó nuevamente en el Teatro Barceló, que registró un cómodo lleno (sin agobios ni apreturas) y cuyas paredes fueron testigo una vez más del directo felino y abigarrado que esta figura emblemática del ROCK madrileño (con mayúsculas) trae entre manos. Os contamos todos los detalles a continuación:

RAMONCÍN – Teatro Barceló (Madrid) Viernes 4 de Noviembre 2022

Ramoncin

Fue un show muy parecido al que ofreció en marzo de este mismo año en idéntico lugar, pero en esta ocasión sin grandes invitados. Con un ambiente algo menos festivo que la vez anterior, una vez más en su local “fetiche” de los últimos tiempos, RAMONCÍN volvió a cortar orejas (metafóricamente hablando), al menos a endulzar los oídos de la concurrencia con esas grandes CANCIONES (con mayúsculas) que nuestro protagonista trae entre manos.

Si en algo es CAMPEÓN ‘cum laude’ el autor de “Barriobajero”, un elepé esencial en nuestra banda sonora emocional (que también fue hilo conductor en los añorados años 80’) es de atesorar una discografía envidiable, al alcance de muy pocos. Obras maestras de la talla de “Arañando la ciudad” (81), “Como el fuego” (85) o “La vida en el filo”(86), fueron capitales para comprender la evolución de una ciudad en vías de desarrollo a la moderna urbe de hoy en día. Madrid, ciudad y Comunidad de los milagros, donde los sueños se cumplen y los deseos (por muy estrambóticos que sean) se hacen realidad.

RAMONCÍN es dueño también de una encomiable actitud de ENTREGA TOTAL sobre el escenario, amén de rodearse siempre de un gran equipo de músicos. Con su banda muy renovada, LOS ELÉCTRICOS DEL DIABLO, con novedades en casi todos los puestos: los antaño guitarristas Oscar Castelló y Manuel Silva, han sido sustituidos por el magnífico ‘hacha’ segoviano Guss ‘Algarrobo’ Martín (ex DEVRA) y el también estupendo Juan Carlos Moya ‘Jota’, (LA NARANJA BLOSSOM, un combo rocanrolero que nos mola mucho). Completaban la actual formación, Dani ‘California’ Growl al bajo, y el siempre solvente batería Carlos Expósito (‘tamborilero’ nada más y nada menos con STRAVAGANZZA, LEO JIMÉNEZ, JORGE SALÁN, ASFALTO y un larguísimo elenco de grandes figuras…) como sustituto de otro baterista cuasi ‘manco’ (entiéndase la broma), el superlativo Luis García (SOBREDOSIS, ÑU, Super Funky Express  etc). Por último, mencionar a otro imprescindible profesional en la banda que nos ocupa: Jesús Varas a los teclados, que siempre nos transporta en una alfombra mágica con su medido Hammond algodonoso.

De esta guisa, comenzó el recital con la nueva perla (aún no publicada) “Volverán a volar”, una canción feminista dedicada a todas las mujeres maltratadas para que levanten el vuelo, seguida de la maravillosa y sempiterna “Putney Bridge”…  Qué gusto da siempre escuchar esa primera estrofa: “(…) El último PUNK se suicida en Putney Bridge, su cuero negro lleva el nombre de los CLASH, se ha tirado sin mirar atrás…” y todo lo que viene después:“Si muere el Rock, ¿Cómo vas a disfrutar?, si muere el PUNK, ¿con quién vas a pelear, si vuelven los de siempre… es que algo marcha mal…”  ¡Amén! “Déjame” y “La Chica de la Puerta 16” añadieron nuevas dosis de mordiente a un evento que iba ya sobre ruedas…

Ramoncin

Asoma el lado cheli con “Blues para un camello y “Hola muñeca” antes de un rotundo ‘in crescendo’ con “Reina de la noche” y “La vida en el filo”, primera andanada realmente deliciosa, a la que siguieron unas exquisitas e imprescindibles “Canciones desnudas” y “Como un susurro”, esta última puro terciopelo sonoro a bajas revoluciones. Momento para la diversión con “Quiero huir” y ese “Rocanrol Duduá” tan vacilón que siempre trae entre manos. A estas alturas, ya estaba todo el personal absolutamente conquistado y entregado a la causa, así que “Sangre y Lágrimas” puso una nueva cuenta en el haber de un recital realmente brillante, que tuvo su cénit sonoro con las insuperables “Miedo a soñar” y “Forjas y aceros”, ya en el tramo final.

En esos momentos de rotunda emoción, elevaron sus instrumentos al cielo como plegaria de respeto y amor por la MUSICA (con mayúsculas). “El límite” y la eterna “Hormigón, Mujeres y Alcohol”, pusieron el broche de oro a una velada donde disfrutamos como niños y lo volvimos a pasar fenomenal. Poco más se puede añadir de una función superlativa, donde RAMONCÍN volvió a dar el do de pecho, en otra espectacular vuelta de tuerca (con 67 ‘primaveras’ en su cuerpo).

El pacto con el Diablo sigue más vivo que nunca, mostrando el don de la eterna juventud en el local que le vio nacer artísticamente allá por 1978. Chapeu !!

Texto: Fran Llorente / Fotos: Mar Fuertes 

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