LOQUILLO en Madrid: Rock’n’Roll Actitud, soberbio y elegante

En espera del último concierto de la Gira “El Rey 2022”, en el Kursaal de Donosti, Loquillo volvió por sus fueros, con llenazo una vez más el WiZink, demostrando que se mantiene en buena forma. Cuajó un sobrio pero intenso concierto, con una parca escenografía, muy en la onda de su álbum en directo de 2014. Damos todos los detalles a continuación…

LOQUILLO – Sábado 15 Octubre 22 ( Wizink Center, Madrid)

Loquillo

Lo fácil en esta crónica sería decir que José María Beltrán Sanz es el ‘puto amo’ de la escena estatal, el ‘Rey’ (entre comillas) del rock’n’roll en lengua castellana, el gran capo dentro de la ‘Mafia del Baile’ (que vivimos actualmente) y otras lindezas por el estilo, pero como eso ya lo hemos contado en anteriores crónicas, como la del año pasado: con el mismo protagonista en idéntico lugar, pues vamos a ver si logramos una pizca de originalidad en estas cuitas…

Así a bote pronto nos surge una primera reflexión al respecto: dado lo degradado (y contaminado de podredumbre) que está el panorama musical actualmente, debería ser relativamente fácil coronarse como monarca laureado del rock’n’roll español… al menos para alguien con el enorme talento y la descomunal perseverancia que atesora nuestro protagonista. Ya se sabe: “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, si bien LOQUILLO no necesita oftalmólogo, ni tiene abuela, pues atesora un magnífico ego y una visión arrogante al respecto (use o no gafas de sol durante los recitales) y además sabe rodearse de la gente adecuada, marcando los tiempos en su propio beneficio.

Segunda andanada: si alguien no pudo asistir al evento (o desea revivirlo) en Alta Fidelidad debería ponerse en casa el DVD de “El Creyente”, pues hasta la sobria escenografía fue casi calcada el día de autos… Rodeado por una banda de auténtico lujo, compuesta por el gran Josu García a las seis cuerdas (director musical y productor de sus últimos discos) más Igor Paskual a la segunda guitarra (colorida y posturera),y Pablo Pérez como tercer guitarrista (de arreglos y apoyo), a los que se añaden un cauto Gabriel Casanova a los teclados, el feroz Alfonso Alcalá al bajo (ya recuperado de la maldita pandemia) y el siempre estupendo Laurent Castagnet a la batería.

Con esos mimbres, LOQUILLO se lanzó a tumba abierta por la autopista del rock insobornable que tan bien conoce. Desde los primeros compases todo fue coser y cantar: “Los buscadores”, “Sol” y “Planeta Rock” mostraron a las claras por donde iban a rugir los motores en las dos horas siguientes. Sin duda, una aseada función que continuó al ritmo de “Libertad”, “Salud y Rock’n’roll”, más esa perla cautivada de la autoestima sin parangón llamada “Creo en mi”: ‘al final, no hay más remedio que llegar y vencer, yo creo en mí’. ¡Bravo por su tesón!

Loquillo

Como bien saben nuestros lectores, hay rocanrol para niños (para adolescentes, si se prefiere), y efluvios de mal vino en forma de moderno cha-cha-cha, que es una verdadera plaga en la actualidad (de la moda ‘trapera’y del detritus reguetonero es mejor no hablar…) pero también hay ROCK’N’ROLL (con mayúsculas) para adultos (y para minorías selectas y acaudaladas), si no de dinero, al menos de experiencia y conocimientos musicales… y es en esta última categoría donde se mueve como pez en el agua nuestro protagonista. “Sonríe” aunque corran tiempos asesinos. “El hombre de Negro” (tras las huellas de Johnny Cash) “Cruzando el paraíso” (en sincero homenaje a Johnny Hallyday), estrellándose contra “El Rompeolas” que imponen los grandes emporios de la tecnología en la actualidad.

Muy pagado de sí mismo, LOQUILLO no hace prisioneros. Es un verso libre que sigue a lo suyo, desgranando un repertorio de altura, donde alternan canciones reposadas de reciente factura: “El último clásico” o “El Rey”, con algunos guiños ‘frivolones’ a los añorados años 80 como “Carne para linda” o “El rey del Glam”, algo posterior, añadiendo otras puñaladas a quemarropa: “Memoria de jóvenes airados” o “La Mataré” a un show que es pura adrenalina. Es decir, “Rock’n’Roll Actitud” en estado puro, hasta llegar a los grandes HITS de la noche, con las sempiternas, “El Ritmo del Garaje”, “Feo, Fuerte y Formal” y “Rock’n’Roll Star” (que funcionan como un reloj suizo en el ánimo del personal) más la divina y adorada “Cadillac Solitario” para redondear un trasiego de migas de pan a cargo de nuestro particular Pulgarcito (de dos metros de estatura).

Para rematar la función, un postrero bis: “Las calles de Madrid” (recordando al gran Pepe Risi y a aquella inolvidable metrópoli en vías de desarrollo donde los milagros culturales eran posibles…), y ya solo cabía aullar y gritar de puro gozo. Debemos subrayar y remarcarlo bien fuerte (para que lo oigan los mandamases de los medios en sus fríos despachos): “Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud…”.

Loquillo

El ROCK’N’ROLL auténtico, aunque moribundo, todavía respira por los poros y nos eleva el alma. Salimos con muy buen sabor de boca. Bravo por LOQUILLO una vez más.

Texto: Fran Llorente

Fotos: Cesar Lorenzo

Galería completa de fotos de LOQUILLO esta vez en Madrid en este enlace.

¿Vemos un vídeo de la noche para cerrar?

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