LOQUILLO en Madrid: El gran capo del Rock nacional
Publicamos la crónica pendiente del concierto de LOQUILLO en Madrid de hace unos días, a lo grande ante un abarrotado Wizink Center. Demostrando tablas, experiencia, ganas y una gran banda… y mostrando chulería, pero de la buena. Os lo mostramos y contamos:
LOQUILLO – Sábado 13 Noviembre 2021 Wizink Center (Madrid)
Tras la suspensión de la puesta de largo de “El último clásico” en diciembre del año pasado, debido a las restricciones que impuso la maldita pandemia, volvió LOQUILLO al Palacio de los Deportes como acostumbraba antaño: en loor de multitudes y a lo grande. Todo ello demostrando una vez más ser el ‘puto amo’ del rock’n’roll en la lengua de Cervantes, facturando un show de muchos quilates, del que salimos relamiéndonos, como gatos en celo. Ahora que Rosendo, Yosi, y otras ilustres luminarias del “Rock Suave” andan de retirada, José María Sanz Beltrán toma el testigo, rodeado de una banda para frotarse los ojos (y los oídos) también…
Nunca se nos olvidará unas declaraciones del ‘Loco’, cuando a propósito de la presentación de “Hermanos de Sangre”, su tercer gran álbum en directo, en 2006, nos espetó todo ufano: “Nosotros somos la gran banda del rock nacional… El resto es rock ‘litronero’… ”. A lo que este humilde escriba le respondió: “Hombre, José María, no te sobres tanto… ¿Verdad que BARRICADA, a los que rindes homenaje en ‘Un camino de Piedras’ no entran dentro de esa categoría?”. Anécdotas jugosas que conservamos en la memoria y que vienen hoy muy al caso, en estos difíciles momentos, en estos tiempos oscuros de cierta confusión y desbandada, parece que actualmente si se cumple la profecía que nos lanzó nuestro protagonista hace quince años.
Con permiso de otras grandes ESTRELLAS como nuestros adorados TOPO o de MIGUEL RÍOS, el Rey del Rock Español, ahora sí que LOQUILLO se ha convertido en el capo del rock autóctono, en “El Último Clásico” por derecho propio de un género que no da su brazo a torcer y al que le cuesta entonar su postrero lamento de vida. “Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud…”.
Rodeado por una banda de auténtica Liga de Campeones, compuesta por el gran Josu García (director musical y productor de sus últimos discos) e Igor Paskual a las guitarras, más Pablo Pérez como tercer guitarrista de apoyo, a los que se añaden Gabriel Casanova a los teclados, Alfonso Alcalá al bajo (ya recuperado del COVID) y el estupendo Laurent Castagnet a la batería, LOQUILLO se lanzó a tumba abierta por ese rock insobornable que tan bien domina. Desde los primeros compases todo fue coser y cantar: “Las calles de Madrid” (recordando al gran Pepe Risi), más “Los buscadores” y “El hijo de nadie” pusieron las primeras dosis de mordiente al evento, marcando una “Línea clara”, iluminado por el “Sol” de su talento, proyectando ese “Planeta Rock” que nos levanta siempre el ánimo.
Como bien saben nuestros lectores, hay Rock para niños (para adolescentes, si se prefiere) y ROCK (con mayúsculas) para adultos, y lo que trae entre manos el autor de “Salud y Rock’n’roll” pertenece a esta segunda categoría. “Cruzando el paraíso” (en franco homenaje a Johnny Hallyday, “recién” fallecido) y muy pagado de sí mismo, “Creo en mi”, fue otra demostración del ego enorme que atesora el cantante del Clot (Badalona/Barcelona), ‘al final, no hay más remedio que llegar y vencer, yo creo en mi’. Bravo por su tesón.
Justo antes del ecuador, sale a escena Gabriel Sopeña a cantarse dos maravillosos temas acústicos junto a Loquillo: “Brillar y Brillar”, más la exquisita “No volveré a ser joven”, cuya letra pertenece al poeta Jaime Gil de Biedma… Una rola que nos elevó al cielo y que nos recordó mucho el inicio de la película autobiográfica, “El Cónsul de Sodoma”, donde un joven Gil de Biedma recitaba esos mismos versos desde el tren que le conducía a su trabajo en Filipinas y desde el que contemplaba los enormes poblados chabolistas de Manila en aquel entonces, los años cincuenta del pasado siglo, un film que recomendamos fervientemente a todos aquellos amantes de la poesía arrebatada y del cine de autor más auténtico. Algo que conecta a nuestro protagonista, pues el “Rock’n’Roll de Autor” que LOQUILLO trae entre manos hizo las delicias de propios y extraños el día de autos, por más que algún amigo me comentara al final del show que el ‘Loco’ había estado demasiado lento e intimista en algunas fases, podemos asegurar que pocos CONCIERTOS (con mayúsculas) tan buenos y tan afinados hemos visto este año.
“El Rompeolas”, “Memoria de jóvenes airados” más la arrebatadora “Rock Suave”, dieron buena prueba de ello, con declaración de intenciones incluida: “Es un viejo conflicto tan viejo como el hombre, la defensa de la libertad individual o el interés colectivo”. “La ciudad de las mujeres”, antaño titulada “El mundo necesita hombres objeto”, más la composición que da título a su reciente elepé, “El último clásico”, añadieron más leña al fuego. Si bien antes de los bises, entre tanta intensidad, hubo momentos para cierta relajación festiva con “Carne para Linda” y “Rey del Glam”. Cigarrito en ristre, el hombre de negro con la mano en el pecho, como el Caballero de El Greco, dio muestra de sinceridad abrumadora en el último tramo de la función.
“Rock’n’Roll Actitud” en el frontispicio, en su particular camino de baldosas amarillas compuesto por canciones tan emocionantes (y tan políticamente incorrectas) como “La mataré”, “El hombre de Negro” de Johnny Cash o “La Mala reputación”, versión castellanizada por Paco Ibáñez del inmortal himno de Georges Brassens. Compartimos de cabo a rabo la visión del cantautor belga: ‘La Música Militar nunca me supo levantar, el día de la Fiesta Nacional yo me quedo en la cama igual. A la gente no le gusta que uno tenga su propia fe…’. Amén. Insuperables himnos intercalados por la sorpresiva “La mafia del baile”, nada habitual en sus últimos repertorios, y “La vampiresa del Raval” (de su último disco), con una reflexión a quemarropa: ‘Y dime tú: quien se acuerda hoy de ti, tan joven y tan muerto, tan fuera de tu tiempo…’, frases con las que nos sentimos muy identificados y que se nos clavaron muy dentro, como una estaca en el corazón, justo antes de poner el broche de oro con las sempiternas “El ritmo del Garaje”, “Feo, Fuerte y Formal” y “Cadillac Solitario”, himno que endulzó nuestros labios y nuestro paladar una vez más.
Fueron dos horas y media en el parnaso del rock’n’roll más intenso y auténtico que hemos escuchado en bastante tiempo. Nos hubiera gustado que el show hubiera sido eterno, que hubiera durado 4 horas al más puro estilo BRUCE SPRINGSTEEN y de este modo haber podido escuchar muchos clásicos que se quedaron en el tintero desde la imprescindible “Rock’n’Roll Star” a otras rolas que hacen nuestras delicias como “La Edad de Oro”, “Cuando fuimos los mejores”, “El año que mataron a Salvador”, “Antes de la lluvia”. “Por amor”, “Veteranos” o “En el Final de los días”.
Pese a todo, y sabiendo que no se puede tocar “todo”… sobresaliente CUM LAUDE para LOQUILLO una vez más. Chapeu!!
Texto y fotos: Fran Llorente
Galería de fotos completa de LOQUILLO en Madrid en este enlace… Y cerramos con un vídeo in situ del concierto: