Dos visiones del concierto de ATLAS en Madrid
ATLAS: Viernes 19 de junio de 2015. Sala We Rock (Madrid)…
Ya que el concierto era importante, os ofrecemos dos visiones a modo de dos crónicas diferentes del concierto de los renacidos ATLAS en Madrid. Una de las mejores formaciones de hard rock de este país y que en directo demostraron una vez más que siguen siendo la revolución… además de una de nuestras mejores realidades en estudio y encima de un escenario. Nos lo cuenta primero Leticia, y después Rocío.
Recién aterrizada del Sweden Rock Festival, cuya crónica podréis leer próximamente, una viene contenta por la cantidad y la calidad de las bandas que ha podido disfrutar allí. Pero los cuatro años que he vivido esa experiencia se ha repetido la misma depresión post-festivalera, mezcla de nostalgia y rabia… Nostalgia porque lo bueno dura poco. Y rabia por no haber podido ver todavía en directo ningún grupo español en el paraíso sueco. Y es que hasta la fecha, sólo LUJURIA ha sido una de las afortunadas ganadoras del concurso de bandas que organiza cada año este festival. Muchos son los grupos que se presentan a este concurso, unos cuantos las que pasan el primer corte, y algunos los que han llegado a la final. Pero ninguno, salvo los segovianos, ha conseguido el apoyo suficiente para poder tocar allí. Y sí, esto me produce rabia porque en este país tenemos formaciones de muchísimo nivel musical, que merecen ser conocidas por el mercado internacional, pero ni siquiera aquí han logrado el apoyo suficiente que garantice su continuidad. Es el caso de ATLAS que, viendo el panorama musical, había dejado la banda en suspenso hace algunos años para darse un respiro… hasta ahora.
Muy grata fue la noticia que recibimos en octubre de 2014 cuando anunciaron que la formación original (Manolo y Ángel Arias, José Martos e Ignacio Prieto) se reunían para retomar la actividad y hacer lo que más les gusta, todavía en un local de ensayo. Y lógicamente muchos nos preguntamos que cuándo podríamos verlos sobre un escenario. Pues bueno, el pasado viernes 19 de junio llegó el gran momento y en la sala We Rock nos congregábamos un nutrido grupo de “jóvenes roqueros” para disfrutar de una bandaza de hard rock y demostrar nuestro apoyo a estos excelentes músicos. Y ellos nos premiaron con algo más de dos horas de maestría y pasión. Fue una delicia ver la sala llena, con un público entregado, muchas caras conocidas, además de otros artistas y numerosos medios de comunicación. Y es que esa noche el rock nacional se vestía de gala para dar la bienvenida de nuevo a una banda que regresa con más fuerza y ganas que nunca.
A las 22:15, sobre un elegante y sencillo escenario, arrancaba ATLAS con la apocalíptica y rotunda “2040”, de su álbum debut. Con su ritmo veloz nos metían de lleno en el concierto nada más empezar, haciéndonos corear con fuerza como si quisiéramos que alguien fuera de la sala escuchara nuestro “Adiooooos, al mundo que hemos conocido. Adiooooos, ¿en qué nos hemos convertido?”. Y es que Ignacio es un magnífico frontman, que conjuga una espléndida voz llena de matices con una gran energía y rock’n’roll attitude. Durante todo el show no paró de bailar, interactuar con el público incitándolo a cantar, bromear con sus compañeros, apoyar con una segunda guitarra en temas como “Parte de tí, parte de mí” o tocar en acústico “¿Quién no ha sido un perdedor?”. Una auténtica rock star que nos recuerda al Jon Bon Jovi más ochentero.
El repertorio incluyó un repaso a lo largo y ancho de sus dos trabajos, “Atlas” y “Contra viento y marea”. No tuvimos ocasión de escuchar ninguno de los cortes de “Against all odds”, versión en inglés de su segundo disco, pero es que esa noche el rock hablaba castellano y no era cuestión de perder ni un solo detalle de las letras. Sí incluyeron “Nada que hablar”, el tema compuesto por Ángel Arias en sus últimos tiempos de BARÓN ROJO, que sonó más contundente si cabe. Y es que la base rítmica de ATLAS, formada por el propio Ángel y José Martos, es poderosa como un cañón.
19 temas, más un solo de guitarra magistral, para deleite de los asistentes. Hubo tiempo para cortes cañeros como “Unidos”, “Abriendo los ojos” y “Adicto a la carretera”, himnos como “Contra viento y marea” o “Generación sin miedo a vivir” y baladas como “¿Quién no ha sido un perdedor?” o “Demasiado bueno para durar”. Como dice un amigo, los músicos hacen música. Y como estamos ante unos músicos excelentes el resultado no puede ser mediocre.
Temas cañeros, pero con clase y elegancia, en la línea del hard rock más clásico. Letras para pensar y movilizarnos, que nos recuerdan que está en nuestras manos cambiar las cosas o ser nosotros mismos hasta el final. ¿Alguien da más? Pues sí, ellos: Perfecta ejecución, derroche de fuerza y pasión… que una cosa es tocar bien y otra es transmitir. Y es que Manolo Arias es de esos guitarristas capaces de acariciarnos el alma y arañarnos el corazón hasta llevarnos al éxtasis.
Está claro que ATLAS es una de nuestras mejores bandas y se merece estar en el olimpo del hard rock. Algún día nos daremos cuenta de ello. Esperemos que ese día no sea demasiado tarde…
- Intro – 2040
- Adicto a la carretera
- Oveja negra
- Condenado loco
- Parte de tí, parte de mí
- Intro – Demasiado bueno para durar
- Odisea
- Abriendo los ojos
- Nosotros somos la revolución
- Solo de guitarra Manolo
- Quién no ha sido un perdedor (acústica)
- Viviré
- Si me faltas tú
- Da igual
- Generación sin miedo a vivir
- El imperio de la ley
- Highway Star – Unidos
- Nada que hablar
- No necesito a nadie
- Contra viento y marea
Texto y fotos: Leticia RC
Tuvimos la suerte de asistir al regreso a los escenarios de los madrileños ATLAS, la banda de Hard Rock cuyos miembros forman parte de la leyenda del hard/heavy español. Era obligatorio asistir y fue un placer comprobar que la gente les respondió llenando o casi la sala We Rock de Madrid el pasado viernes 19 de Junio 2015, algo que desgraciadamente no se ve todos los días.
ATLAS está formado por los míticos hermanos Arias (Manolo y Ángel) más con el gran batería José Martos e Ignacio Prieto a las voces, que juntos hacen alarde un Hard Rock con una clase y elegancia difícil de describir. Con mucha gente en la sala, a las 21:10, con un gran cartel en el fondo y dos más a los lados con su bonito logo, se oyeron unos truenos a modo de intro (pocas veces en esta sala hay efectos así al comienzo) apareciendo tímidamente la banda y comenzando con “Adicto” dando ya pistas de que íbamos a ver un concierto espectacular.
No contaron con un buen sonido al principio, todo había que ajustarlo a medida que iban descargando los temas pero lo que más problemas les dio fue la batería de José Martos que o no estaba muy bien fijada o él se encargó de intentar desarmarla de mala manera. Desde los primeros compases, veíamos cómo le caían las baquetas del batería moviéndose en demasía sobre todo el bombo provocando que el roadie tuviera mucho trabajo durante muchos temas. José Martos no se cortó a la hora de seguir dándole cada vez con más fuerza y poderío, siendo presentado en plan gracioso por Ignacio como “Pedro Picapiedra”, provocando las risas de todos.
Después de “Adicto”, y casi sin interrupción, la banda se arrancó con “Oveja Negra”, de su álbum “Contra Viento y Marea”, que fue prácticamente en el que se basó el concierto. Todo rezumaba elegancia, incluso serenidad por parte de los hermanos Arias que contrastaba enormemente con los movimientos en el escenario de Ignacio (vocalista) que no paró en ningún momento, viviendo los temas como si le fuera la vida en ello. Mientras Manolo a la derecha, con una cálida y sincera sonrisa, y Ángel a la izquierda, más serio y muy concentrado, estaban serenos, controlando la situación y dando una sensación de firmeza increíble. A la vez Martos en su batería estaba como poseso dándole a las baquetas e Ignacio parecía electrocutado, con espasmos bailando, iba de un lado a otro haciéndonos la vida imposible a los tropemil fotógrafos al tratar de sacarle en condiciones.
Esa parte, la de los fotógrafos, merece una nota al pie de esta crónica así como mi pequeño tirón de orejas a Ignacio ya que más que bailes al principio, era como ataque nervioso, demasiado movimiento… que sí que está bien pero llegaba a marear, a agobiar tanto para allá y para acá. Tal vez los nervios del momento, incluso las ganas, pero luego se fue calmando, ya encontrando su lugar natural y agradeciéndole que pudiéramos verle más tranquilo. También la voz fue de menos a más aunque poco le costó ponerla a tono demostrando sus grandes cualidades como vocalista.
Al público le costó un poco meterse en el concierto también, que al principio Ignacio se esforzaba lo indecible para que coreáramos o diéramos palmas en temas como “Condenado Loco” (de su primer álbum homónimo) consiguiendo una tímida reacción, creo que debido a que estábamos más pendientes de admirar a toda la banda como se merecía que de estar ya cantando con ellos… eso vino luego, unos temas más tarde. Mientras, era una delicia admirar los tranquilos y suaves movimientos con la guitarra de Manolo Arias que me encantó: transmitía una serenidad, una calma, una elegancia como pocos he visto en esa Sala teniendo detallazos de auténtica Rock Star.
De hecho, soy sincera diciendo que no me lo esperaba, abriendo las piernas en plan Pete Townsend (THE WHO) y agachándose mientras tocaba apuntándote con la guitarra. Me recordaba enormemente al logo del Sweden Rock Festival, al dibujo del guitarrista del “Fill Your Head With Rock” que me encanta, recogiendo Manolo toda la esencia del mejor Hard Rock clásico. Su hermano no, Ángel estaba como semi escondido, a veces en penumbra por las luces pero poniendo la nota más tranquila, más firme al torbellino de vocalista de la banda. Como decíamos antes, era curioso comprobar la serenidad y la actitud firme y tranquila de los hermanos mientras Ignacio corría, saltaba, se arrodillaba, daba vueltas como un loco y José Martos prácticamente se dedicaba a destrozar (en el buen sentido) su batería. Un contraste brutal y absolutamente espectacular calando esto muy fuerte en el público que ya coreaba las canciones e iba animando más sobre todo cuando Manolo se hizo un solo de lo mejorcito tras un tema que me recordó a los primeros AC/DC (por las graves guitarras) “Abriendo los ojos” o el reivindicativo “Nosotros somos la Revolución”.
Tengo que destacar que el solo de Manolo Arias me hizo recordar a mi adorado Peter Frampton, del que tiene gran influencia a mi modo de ver, terminando dándole un elegante y cariñoso beso a su guitarra, ¡qué detallazo! Eso sí, puede que para alguno fuera un solo demasiado largo o demasiado intenso cortando un tanto la animación del concierto. Bueno, para gustos y opiniones los colores… Para después del solo, necesitábamos un poco de intensidad y qué mejor que un tema acústico comenzado con las primeras notas de EXTREME (“More Than Words”) en “Quién no ha sido un perdedor” para ya pasar a más caña hardrockera viendo de nuevo a José Martos detrás de su kit de batería el cual se volvía a acercar peligrosamente al final de la tarima de los meneos que la daba. “se parece al Animal de los Teleñecos”, comentó divertido Ignacio al ver cómo ya más de un técnico de la sala anclaba de nuevo el doble bombo.
Dejaron un tanto de lado la caña para pasar en la recta final de su tremendo concierto a desarrollar partes más Blues, influidos por los primeros WHITESNAKE a los que tanto admiran (y nosotros también) incitando al público a corear el consabido “nah, nah, nah” pero ya obteniendo una gran respuesta siendo el propio público quién comenzó las palmas en el Rock‘n Roll cañero del “Da Igual” animándose Ignacio a poner el micro entre las abiertas piernas de Manolo, otra vez en plan Rock Star, ¡sí señor! A estas alturas del concierto, Ignacio se había serenado un poco en sus locos movimientos (ayudando también a la segunda guitarra en algunos momentos), la batería estaba ya más anclada y la banda se vino arriba como un sólido bloque dispuesta a dejarnos boquiabiertos en la parte final. Así ya fueron a saco con “Generación sin miedo a vivir” y “El Imperio de la Ley” (comenzando Manolo con su guitarra el tema) llegando a casi las doce de la medianoche para irse por unos momentos acompañados de más que merecidos aplausos.
Para los bises, Ignacio se explayó con las primeras y difíciles escalas del “Highway Star” de DEEP PURPLE que juntaron a “Unidos”, ya propio que supieron meter como continuación del tema británico con mucha maestría… aunque luego vino “Nada que hablar” que fue el que menos me gustó de todo el show. ¿Por qué?, pues la verdad es que me resultó un tanto raro aunque puede que fuera después de tanta crema escuchada en tan poco tiempo. El final ya estaba cerca aunque quedaban todavía casi 20 minutos extra de maravilla, con todos acompañándoles en coros y palmas y la banda dando una lección de música como pocas… Finalmente, a eso de las 00:28 nos dijeron un “Nosotros Somos Atlas” que puso punto y final al mejor concierto de banda nacional que he visto en esa sala. Sólo puedo decir que aquí tienen a una nueva fan.
Brutal ATLAS, ¡qué caña!
Texto y fotos: Rocío Gómez Sánchez (rocio@redhardnheavy.com)
Nota: Tengo que comentar el asunto de los tropecientos fotógrafos que allí estábamos apiñados en el pequeño foso de la We Rock y que, salvo los que siempre vamos a todos, o casi todos, estaba compuesto de gente a la que no has visto en foso ni fuera de él en ningún concierto. Mi enhorabuena a los organizadores por convocar a tanta gente de prensa pero, por favor, que alguien me responda y me quite esta ignorancia: ¿tantos medios hay en Madrid o en España relacionados con el Hard Rock/Heavy Metal o Rock? Si es así, mucho mejor para todos pues, cuanto más seamos, más fuerza haremos… Pero derivado de este supuesto me surge la segunda duda, más grave quizás: ¿Dónde están estos medios representados cuando tocan otros grupos nacionales e incluso bandas consagradísimas internacionales (SEXPLOSION unos días antes, MOTORES en la misma sala en su momento o ATROCITY y LEAVES’ EYES hace pocos meses por poner un ejemplo). Me lo expliquen por favor.
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