Crónica de ÑU / MOLINA en Numancia de la Sagra (Toledo)

Crónica de ÑU en Numancia de la Sagra

Dic 26, 2021 por Red Hard´n´Heavy en Conciertos

El legendario flautista volvió a conquistar a la prole y a llevarla por su camino. ÑU ofreció en Numancia de la Sagra un fantástico concierto lleno de alegría, buen humor, muchos guiños y sonrisas, y los nuevos y viejos himnos de José Carlos Molina, os contamos cómo fue.

ÑU – Sábado 18 de diciembre de 2021 (Numancia de la Sagra, Toledo)

Molina

Al piano de cola, con sus flautas, su guitarra, con su voz y sus palabras, sus gestos de complicidad, con sus muecas, saltos y movimientos de juglar dicharachero… José Carlos Molina desplegó todas sus armas y su potencial el pasado sábado 18 de diciembre en la carpa de Numancia de la Sagra (Toledo), para conquistar de nuevo a un buen número de acólitos fieles que no dudamos en ir hasta allá para dejarnos conquistar de nuevo. Dentro del ciclo de conciertos organizados por Universo Rock bajo el lema “Numancia Suena”, le tocó el turno a ÑU, mítica banda madrileña que ya no necesita ninguna presentación.

Liderados por el trovador del chaleco bordado y la melena perenne, todos los componentes actuales de la banda ofrecieron un par de horas de concierto animadísimas, muy divertidas y fiesteras, para un numeroso público que no se limitó a mirar. Con un buen sonido que logró anular totalmente los ruidos procedentes de la feria navideña en medio de la cual se encontraba la carpa, y con un despliegue de luces fantástico, Luis Calzada en su afilada guitarra, el simpático César Sánchez al bajo, el potente Óscar Pérez en la batería, y el siempre alegre Juan Miguel Rodríguez en los teclados fueron el apoyo perfecto para la maestría del maestro, valga la redundancia en este caso.

Justo seis meses después de su concierto en Madrid (que ya os contamos aquí), en el que sonaron algunos de los nuevos temas que componen el disco en solitario de Molina (que se podía comprar en exclusiva y por primera vez en el concierto), esta vez nos conformamos (y disfrutamos) con un setlist mucho más clásico (del que finalmente se cayeron un par de temas que no llegaron a sonar), ya que “Calor Nublado” fue la única novedad que sonó en esta fría noche. Eso sí, es una canción muy nueva, con solo medio año de existencia pública, pero ya suena como el último gran himno del genio, pegadizo y muy aclamado. Ésta y todas las demás canciones fueron coreadas con ganas por todos los fans, que también participaron cuando Molina les pidió que le siguieran en sus “juegos vocales”.

Ñu

Precisamente Molina se mostró especialmente animado, sonriente, gesticulante, dicharachero, muy participativo con el público, y muy conectado con su banda, con constantes gestos de complicidad y admiración, sobre todo hacia el que hoy era el guitarrista único, Luis Calzada (echamos de menos a Manolo Arias otra vez, como en Madrid, no vamos a decir lo contrario). Reconociendo que sin ellos no podría haber grabado el nuevo disco que próximamente saldrá a la venta de forma masiva, incluso les dio dos ocasiones para que lucieran su calidad y “buen hacer” musical, en sendos momentos instrumentales en los que el público no perdió ni un ápice de ánimo.

Resumiendo, fue otra gran noche de fiesta “a la antigua”, con música de antaño que no pasa de moda, la prueba es que sigue en la memoria y en las gargantas del público como el primer día. Fue otra noche de mucha calidad musical por parte de cinco profesionales de reconocido mérito, destacando al genio incombustible, en plena forma física, vocal y musical a unos irreconocibles 66 años, que ya quisiéramos muchos llegar así. Nos hizo cantar, bailar y disfrutar a lo grande, fuera y dentro del foso en el que los fotógrafos pudimos trabajar muy a gusto.

Ñu

Muchas gracias, maestro Molina y acompañantes (extensivo a la organización y al séquito familiar que acompaña a Molina, incluyendo sus dos nietas, disfrutando entre bambalinas como dos fans privilegiadas). En 2022 habrá más noches como ésta, seguro, repartidas por la geografía nacional… como os contaremos en unos días.

Si puedes, no te lo pierdas, pues sigue mereciendo la pena tantas décadas después. El flautista llegó… por el horizonte.

Texto y fotos: Mar Fuertes Magdaleno

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