Así sí, qué gusto y qué gozada poder ver en 2023 conciertos de verdad, de bandas que toquen, que suenen y que digan cosas. Qué fácil parece o debería ser… y qué difícil es en estos tiempos. ILEGALES celebraban 40 años del primer disco en La Riviera y nos volvieron a demostrar que siempre han estado un peldaño por encima en todo. De 10, ¡bravo!

ILEGALES – Sábado 21 de octubre de 2023 (sala La Riviera, Madrid)

Quedan pocos grupos veteranos manteniendo el filo, la incorrección, subversión, rebeldía, coherencia y clase como el primer día. Y que ir a verlos no sea un ejercicio de nostalgia sino una obligación y un aún fascinante viaje al pasado ¡y presente! Gente que nos recuerde que el rock n´roll no es una pantomima y que todavía se puede ser irreverente y coherente a la vez, y creérselo ellos y creérnoslo nosotros.

Ellos siempre fueron por su camino y les daba lo mismo que los de la diarrea mental les dijeran esto o aquello, que los pijos les consideraran amigos o enemigos que los de La Movida les quisieran fagocitar o que los heavies, punks y rockeros de todo pelaje se quisieran apropiar de su sabiduría y contar con ellos en su carnet de grupos auténticos a escuchar. Nada, no son de nadie y a la vez deberían ser de todos… los que lo merezcan, eso sí.

Y yo que cada vez soy más y más descreído, estoy más alejado de las causas comunes, y me desprendo de todos mis carnets como si fueran cromos de autenticidad que regalo a quien los quiera. Pero heme aquí que aún necesito que de vez en cuando que los grupos en directo me acaricien o golpeen, según se mire, el corazoncito y me hagan reaccionar. Que me hagan levantar el puño, mover la peluca (aunque sea el rarito de la sala haciéndolo) y cantar sin rubor proclamas subversivas que me crea al escupirlas al aire de la sala de turno. Y si tengo al lado a un compañero de causas perdidas que me entienda, mejor, o si es un viejoven moderno que está ahí para figurar, mejor todavía, a ver si aprende alguna lección de vida y escucha por una vez un poco de música de calidad y auténtica de verdad.

Ilegales

Y así me declaro fan ilegal de pro, que yo también voy cumpliendo 40 años en esto de la música, al menos como seguidor irredento, que como profesional de la pluma y/o las ondas aún estoy en las bodas de plata. Mensajes subversivos en las canciones a mí, por favor, canciones irreverentes de las que nos alimentan el alma a los descreídos, y recaditos políticamente incorrectos esculpidos (que decir “escupidos” siendo Jorge Ilegal el que nos los regala, me parece una gran falta de respeto y de entendimiento) desde el escenario a quien los quiera escuchar o interpretar.

La autenticidad no se compra ni se vende, que o se tiene o no se tiene, y la actitud menos, e ídem con la clase y la elegancia. ¿Palabrería barata para adornar un texto? Pues vale, piensa lo que quieras, pero vete a ver a los ILEGALES y luego me cuentas. Así sí, así se hace, así se configura un setlist coherente, así se prepara y se ofrece un concierto de 40 aniversario, así se toca sobre un escenario y así se demuestra que tienes un nombre histórico y un legado detrás por algo.

¿Qué les gustan a los pijos y a los modernos de 50? Bueno, me sigue pareciendo inexplicable pero así es. Y por el contrario mirabas alrededor y una vez más faltaban los heavies y los punkies, en fin, ellos se lo pierden. Los que no faltaban eran/ eramos los rockeros que cada vez tenemos menos bandas clásicas que nos creamos y que sigan siendo tan solventes como el primer día, o más, hayan pasado 40 años o los que sean. Y a esos conciertos no se falta y esas bandas no fallan, con canciones más vigentes que nunca, incluso las de mensajes obsoletos o de lenguaje “trasnochado”. Y si hay que hablar de drogas, se habla, y de violencia, y de sorna o sarcasmo, pero por favor con mensajes claros, directos, universales y totalmente sinceros.

Ilegales

¿Tiempos nuevos en los que ya no es nuestra pelea? ¡Los cojones!, hay que estar ahí más que nunca, que vivimos tiempos aún más salvajes ahora. Y pese a todo ellos van por su camino, el que quiera entender que entienda, que no van a luchar por ti… pero sí a darte todas las armas que tienen para seguir manteniéndonos despiertos y alerta, que si no luchas te matas (y este mensaje no es de hace 40 años sino de hace “4 días” y tiene una veracidad dulce y amarga de la que aún me hace creer en la autenticidad de los grupos auténticos en la actualidad).

Jorge, como eterno capitán de a bordo, líder en primera línea, ideólogo y brillante opinador contracultural, junto a un Willy Vijande, tan rudo y macarruzo como en los primeros tiempos (no es bajista original del grupo ni grabó el primer disco, pero sí estuvo en la banda en la primera etapa clásica del grupo y se reincorporó de manera ¿definitiva? cuando lamentablemente murió de manera repentina su antiguo bajista hace pocos años). Y de la mano de su batería desde hace ya bastantes años, Jaime Belaustegui, junto a un joven teclista / guitarrista del que no tengo controlado el nombre (mis disculpas), forman la base musical del grupazo que nos deleitaron con más de dos horas de conciertazo en Madrid. Así se celebran los aniversarios, y sin darle importancia extra más que sobre las tablas.

Comenzando con temas nuevos pero tan intensos como “Si no luchas te matas” (que nunca se pierda el filo, por favor)… “nosotros hacemos rock n´roll tóxico sobre el escenario, señores, y yo me siento joven, con pocas cicatrices”… nos decía un jovial y siempre particular Jorge, ¡amén! Actitud, y canciones sobre drogas, sobre peleas, sobre hacernos pensar, sobre sentirnos poderosos, sin pensar si molestamos, ofendemos o si somos políticamente incorrectos, ¡pues claro que lo son!, y a mucha honra. “Chicos pálidos para la máquina”… que el rock n´roll mata? ¡una mierda! Y nosotros disfrutando de lo que antaño fueron estragos de la noche y las cacerías nocturnas que forjaron el carácter de ILEGALES ahora y siempre.

Ilegales con Tarque

Todo lo que digáis lo somos… ¡y aún peor!, poco antes de sonar otro de los temazos inmortales del grupo, ese “Agotados de esperar el fin” que aún pone los pelos de punta, con imágenes impactantes en la pantalla de fondo. ¡Y cómo suena, cómo molan, qué temazos, y qué actitud! Rock n´roll de verdad, señores, y cómo suena el bajo, y qué ritmo de batería, y qué melodías tan certeras… y las letras, inmortales, incluso con más razón y sentido que nunca ahora, como en “Enamorados de Varsovia” o “El ángel exterminador” (los hechos más terribles, producen las canciones más tristes… qué gran verdad), casi nada…

En el bar o en el escenario, actitud máxima, “nuestra obligación es daros un concierto de puta madre, ¡y lo vais a tener”… Con qué poco te ponen alerta y lo consiguen: Seguridad y experiencia, y temazos, y así la fórmula no falla.

Sale Tarque para darle brillo a “Divino imbécil”, presentándolo como la mejor voz del rock de los últimos 30 años, y no seré yo quien le quite la razón. Por cierto, sublime la referencia a Serrat antes de “Soy un macarra”, de un Jorge que no se casa con nadie y al que nadie le podrá acusar nunca de no ser él mismo: En nuestros tiempos juveniles lo petaban los cantautores como Serrat, con rimas facilonas de mierda, y nosotros decíamos “soy un macarra soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera” como respuesta.

Tremenda la parte más punk de la parte final del show, con imprescindibles como “Destruye”, “Eres una puta”, “Bestia bestia” (casi rockabilly a todo trapo en directo), y sonando supercrudos y macarruzos, incluso experimentando antes con el tecno punk ochentero con “Juventud, egolatría”. Y rematan la primera parte del show de manera netamente punk, y sin cortarse un pelo en hacerlo tal cual, con el tema sobre las anfetaminas que hicieron hace tantos años… Insisto, actitud, personalidad y mucho morro, que no falte.

Era el momento de celebrar el 40 aniversario con el maravilloso primer disco completo (o casi) a modo de largos bises y que fue glorioso. Y sí, 40 años después y el LP sigue teniendo la misma magia o más, aunque ahora escuchemos con nostalgia, e incluso con “rabia”, ciertas canciones pensando que no hemos aprendido nada, y/o que siguen haciendo falta muchos más grupos como los ILEGALES diciendo esas cosas y así. Especialmente en este mundo de generación de cristal, ofendiditos y demás…

Eso sí, no se atrevieron a tocar “Heil Hitler” o quizás hoy está fuera de lugar o porque lamentablemente la ficción ha superado a la realidad.. y una canción así ya no se entendería ni desde el punto de vista de la provocación, o quizás ya no les apetece alimentar estupideces o malentendidos. Además, “Soy un macarra” la habían tocado antes, que se incluyó también en el segundo disco, así que bueno, la usaron antes…

Ilegales

Y nada, desde la magia de “La casa del misterio”, que imagino que hacía muchos años que no la tocaban, la genialidad de cada frase de “Yo soy quien espía los juegos de los niños” (menudo temazo), el punto rockabilly (quizás menor) de “El hombre solitario”, la actualidad y crudeza de “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, la preciosidad de “Hola mamoncete” (quizás la melodía más bonita del rock español, y una canción alucinante se mire por dónde se mire), el gamberrismo de “Caramelos podridos”, ¡soy un borracho!, para rematar de nuevo con Tarque en escena con la irónica y denunciativa “Problema sexual”, presentación de los músicos incluida. Reverencia, sin más.

Salí sonriente, y ya sin cara de conejo, después de muchos conciertos de grupos clásicos en los últimos meses saliendo algo mustio o indiferente. Los ILEGALES volvieron a despertar en mí esa magia de la música de verdad en directo y ese “algo” intangible que tienen los grupos especiales con los que crecimos y aprendimos tanto.

Lamentablemente esto se muere, pero mejor morir matando… y disfrutando, ¿no?

Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com) / Fotos: Boliche Angeles