Crítica/comentario del nuevo trabajo de LEO JIMENEZ, «La factoría del contraste»
LEO JIMENEZ: “La factoría del contraste” (Rock Estatal)…
Personal, atrevido, valiente, honrado, diferencial, exótico, pero también desigual, errático e inacabado… Todos estos adjetivos me vienen a la cabeza mientras escucho el nuevo trabajo de LEO JIMÉNEZ, “La Factoría Del Contraste”, concebido en los estudios de Anti Horrillo. Y como de contrastes se trata, así voy a diseccionar mi comentario, con contrastes, con luces y con sombras, a la manera de esta valiosa y, a la vez, extraña e imperfecta obra que acaba de publicar la mejor voz de España dentro del metal.
De la belleza, la valentía, la independencia y “la bestia”:
La valentía, la independencia…:
“La Factoría Del Contraste” es, sin duda, la producción más personal, independiente y atrevida de la andadura en solitario de LEO JIMÉNEZ. Es un lanzamiento donde Leo no se corta en plasmar todas las influencias que generan su imaginario como vocalista y músico. Aquí vamos a encontrar todas y cada una de las raíces de las que se alimenta el artista enlazadas en un gran contraste. “La Factoría Del Contraste” empieza fuerte, lanzando tres tiros que campan a sus anchas entre el metal estilo ‘90, el metalcore de corte mucho más moderno, y el death metal melódico (y no tan melódico). Hablamos de “Soy Libertad”, “Hambre” y “Con Razón o Sin Razón”, tres temas que han salido como single y que muestran de un retazo gran parte de la cara más extrema de LEO JIMÉNEZ en este CD.
Dentro del gran desarrollo técnico, sobre todo en los sincopados rítmicos, haciendo fácil lo difícil, lo cierto es que, especialmente “Soy Libertad” y “Con Razón o Sin Razón” están solucionados de una manera muy directa y concreta, haciendo que gocen de una falsa “comercialidad” que hará que mucho público ajeno a estos estilos se enganche a este lanzamiento. La voz limpia y poderosa de Leo también ayuda a este empeño. Este intento de mostrar el aliento extremo de la formación es llevada al límite de la bronca y la guturalidad en momentos como “D.E.P” y “El Dilema” (brutales y agresivas gracias a la aportación de Tony Mero, del grupo CUERNO DE CHIVO y ya sexto LEO JIMENEZ), que se encuadran directamente en el death metal melódico, con cierto toque a DULCAMARA incluso (ndr.: de dónde proviene su fichaje más “reciente”, el guitarrista Rufo, ya segundo guitarrista de la banda por derecho), y sólo aligeradas por las líneas de voz limpias de Leo. Todo impregna un olor exquisito a gasolina y pólvora de los clásicos más cercanos en el tiempo como MACHINE HEAD, PANTERA, o METALLICA, pasado de forma eficiente por el filtro JIMÉNEZ.
Estos momentos cañeros en especial nos sirven para hablar también de un hecho evidente que sobresale en “La Factoría Del Contraste”: Las composiciones más extremas y metaleras se despliegan bajo un desarrollo técnico que no está al alcance de cualquiera e, indirectamente, al servicio siempre de los temas, pues los músicos que acompañan a LEO JIMÉNEZ brillan por los cuatro costados. A nivel de base rítmica, Edu Fernández y el genial batería Carlos Expósito simplemente se salen. Basta con escuchar un minuto de “Soy Libertad” para que entendáis lo que digo. También el trabajo de Antonio Pino y Rufo es aún más evidente y clavadísimo, aunque realmente, a nivel de rítmicas no sé de cuánta parte se habrá encargado directamente Leo. En todo caso, sobresaliente a nivel técnico y creativo para todos los músicos involucrados en la grabación.
“La bestia”:
LEO JIMÉNEZ es el mejor vocalista de metal de España… seguido de cerca por otros, sí, pero él es el mejor, y punto. Además, según comenta él mismo, los problemas de garganta que suele tener que controlar con paciencia y mucha agua caliente le dieron un respiro para la grabación, con lo que nos encontramos con una “bestia” al cien por cien… y se nota. Ojo a las líneas imposibles de “Hambre” o “Un día más”, están al alcance de muy pocos cantantes en la actualidad. Cumple también en los cortes más death y agresivos, aunque personalmente me descoloca su voz tan alta y limpia en temas tan potentes. En los momentos más relajados como “Quién le pregunta a él”, la interesante “Que me digas ven”, en dueto con Merche (ojo a esa voz del pop español actual), y, por supuesto, en el baladón “Caballo viejo”, la voz de Leo va sobrada y juega mucho más armonizando con la música. Gran factura vocal de Leo en todo el disco…y nosotros, agradecidos.
“La belleza”:
Comentados los ciclones de metal agresivo y abrasivo, en “La Factoría Del Contraste” encontramos una serie de temas más orientados al rock y al pop que, tomados uno a uno, y por separado, contemplan una bella factura. De hecho, “Que me digas ven”, con Merche, aislada del entorno, es posiblemente de lo mejor de este redondo. Lo mismo le ocurre a “Caballo viejo”, baladón a medio tiempo y clásico instantáneo desde su publicación, o a “Quién le pregunta a él”. Peor parada sale “Ojos así”, la versión de Shakira, transformada adecuadamente, cierto… pero no me dice nada. En global, la parte más rock/pop de la obra atesora la misma calidad que su némesis metálica, aunque todo va por otros derroteros y, por un lado o por otro, no sé si todo junto pega. Eso lo vemos ahora.
De lo desigual, lo errático y lo inacabado…
Vaya por delante que LEO JIMÉNEZ y su banda me parece de lo mejor que hay en Europa a nivel de calidad, profesionalidad y nivel técnico. No, no me vais a oír decir que Leo es un poser, una cara guapa unida a una voz. Leo es un currante y un profesional de los pies a cabeza, pero creo que le persigue el trauma de no atender a otros, cansado de tragar en las bandas donde “trabajaba para”…
Esto nos lleva a los pocos problemas que le encuentro al notable “La Factoría Del Contraste”. Me explico: Respeto la idea de la libertad creativa y mercantil que tiene Leo para publicar lo que quiere cuando quiere. Eso es tener huevos estando así el mercado, pero a veces hay que poner las ideas a remojo, re-pensarlas y escuchar. “La Factoría…” es un gran lanzamiento, pero podría ser sobresaliente.
“Es desigual”:
La idea de mezclar influencias y estilos no me acaba de cuadrar unido en un único lanzamiento. Quizá me hace falta un disco doble. O dos sencillos separados por estilos y algo de tiempo. Escuchar este trabajo descoloca estilísticamente y creo que no es bueno. El público metalero pasará los cortes pop y al revés. No creo que es lo que busca Leo.
“Es errático”:
Volvemos a la idea de “Juan Palomo” de LEO JIMÉNEZ. Una cosa es no querer estar al servicio de otros y otra cosa es no saber arroparse de un buen productor que te arregle los temas y las letras. Los temas rayan el notable, pero falta un punto extra que los solucione mejor a nivel de detalles y producción. Eso sólo te lo aporta una persona que se aleje de las composiciones y las vea tal y como son. Déjate aconsejar, Leo, que los temas, ya de por sí buenos, lo agradecerán.
“Suena inacabado”:
Y éste es el punto que más me duele. Leo ha generado un producto orgánico, directo, básico y con una mezcla cruda y casi vintage pero, según mi humilde opinión, no ha quedado bien. Hay trabajos crudos donde todo está bien ecualizado, limpio, con la compresión y limitación justa para que no se pierda el aire y la realidad de la grabación. Bien, la mezcla de “La Factoría Del Contraste” parece inacabada y no lo logra. Desde la batería ultra cruda de Expósito (con una caja en un tono “que cansa”, como se dice en el argot de mezcla), seguramente buscada, a unas voces que llevan un tratamiento demasiado mínimo, llegando a un trabajo de máster más que humilde, dejando el sonido algo bajo y sin brillo, el experimento de realizar un trabajo artesanal afecta y ataca negativamente al resultado sonoro final…
No entiendo la decisión creativa de dejar la mezcla así, pero no es justo que semejantes temas e interpretaciones, que por composición alcanzan el sobresaliente en muchos momentos, sean tan deudores de una producción, mezcla y masterización más acorde a lo que se puede lograr en la actualidad y quede un producto que, antes de que el oído se adecúe, recuerde, de lejos y en ciertos acabados, a una maqueta muy bien terminada. Ni la sobreproducción actual ni el punto prehistórico analógico y de los primeros tiempos de la era digital, que quizás en el punto medio está la clave.
“La Factoría Del Contraste” hace honor a su nombre, como decía al principio. Es la obra arriesgada, independiente, brutal, bella y personal de un músico, LEO JIMÉNEZ, que ha decidido ir por su camino, para lo bueno y lo malo. Hay mucho bueno en este LP y lo menos bueno, o lo “malo”, a poco que se arrope y se deje aconsejar poniendo los temas a barbecho y dejando descansar el oído, lo tendrá solucionado. Sea como sea, con sus defectos y sus virtudes, vuelve LEO JIMÉNEZ, “la bestia”, y vuelve más fuerte que nunca, con una banda detrás que parece nacida para permanecer, vencer y quedarse durante mucho tiempo. Con canciones así, donde la banda lo tiene claro y acierta, tienen casi todo el trabajo hecho.
Texto: Javier Paredes (javier@redhardnheavy.com)
P.D. – No hablamos de los cortes extra a propósito por aquello de ser versiones bastante fieles al original en su mayoría (con la excepción del punto del “Getsemaní”, de la ópera rock Jesucristo Superstar, que es un puntazo) y maravillosamente interpretadas y solventadas, pero queríamos centrarnos en analizar el disco en sí, los temas nuevos y la parte netamente propia de este “La factoria del contraste”.
Tracklist del disco:
- Soy Libertad
- Hambre
- Con Razón o Sin Razón
- D.E.P
- Caballo Viejo (electric version)
- Ojos Así
- El Dilema
- Un Día Más
- Quien Le Pregunta a Él
- Que Me Digas Ven
- Keroseno
- Ascensión
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- Neon Knights (versión de BLACK SABBATH/HEAVEN&HELL)
- Tierra de Nadie (versión de BARÓN ROJO)
- Getsemani (de la opera Rock “Jesucristo Superstar”)
- Es Por Tí (demo version)