Crítica del nuevo trabajo de CONAN, "Revengeance"

Crítica del nuevo trabajo de CONAN, «Revengeance»

Ene 31, 2016 por Red Hard´n´Heavy en Discos

CONAN ”Revengeance” (Napalm Records)…

Años después de su carismático “Blood Eagle”, los británicos CONAN regresan a la actualidad del Metal Extremo con “Revengeance”, su tercer largo hasta la fecha. A pesar de haber cambiado radicalmente de formación con las incorporaciones de Chris Fiedling al bajo y Rich Lewis a la batería hace dos años, la esencia del grupo permanece intacta gracias a la incombustible tenacidad de Jon Davis, miembro fundador, cantante y guitarrista de la banda.

CONAN es un grupo que podríamos definir sin temor a equivocarnos como Stoner-Doom Metal. Su sonido es primitivo, contundente, denso, grave, lisérgico y muy, muy potente. No seré el primero ni el último que compare su música con una carga de descontrolados Mámuts en medio de una pradera del mundo Hyboreo. El propio nombre del grupo así nos lo hace intuir ya que Conan es posiblemente el bárbaro más famoso de la literatura de ficción, y un grupo que le rinde tributo así no debería dejarnos indiferente bajo ningún concepto.

“Revengeance” se compone de seis temas, todos ellos alrededor de 7 minutos de duración, salvo el primero y el último que duran cuatro y doce minutos respectivamente. “Throne of Fire”, el primero de los seis mazazos que recibirá el oyente antes de caer inconsciente, es un primer y brutal impacto que define lo que serán los estándares de sonido a lo largo de todo el disco: Dos voces enfrentadas, riffs densos y reiterativos y una batería que marca el ritmo que ellos mismos definen como “Tan heavy como un trueno interplanetario amplificado por el rugido proveniente del ojete de Azazoth”, ahí queda eso. ¡Actitud y contundencia al poder!

“Thunderhoof” es una especie de mantra entonado en honor a Crom, obsesivamente se suceden los versos sobre la misma base rítmica. Con la mente totalmente en trance y en un desgarrador ejercicio de distorsión de más de tres minutos de duración llega “Wrath Gauntlet”, posiblemente la canción más Doom de todo el disco. Los mamuts han dejado de correr para caer y perecer, uno a uno y en cámara lenta, debido al exceso de energía empleado. Y sobre la pila de cadáveres se encuentran CONAN tocando su música y cantando acerca de misteriosas misiones y artefactos mágicos que se encuentran ocultos en los prehistóricos bosques que forman su mundo.

“Revengeance” es el tema que da nombre al disco, quizás el más rítmico, accesible y, a la par, agresivo de todos. Por ello ha sido usado como primer vídeo y single oficial. De hecho podemos encontrar un interesante “lyric video” colgado en Youtube donde animan la portada del disco al tiempo que se superponen los versos de la canción sobre las diversas ilustraciones. Lo vemos al final…

Cierran los de Liverpool su disco con “Every man is an enemy” y la monstruosa “Earthenguard”, de nada menos que doce minutos de duración. No hay disco Doom que se precie que no cuente con un tema de al menos 10 minutos de duración, ¿verdad? Pues aquí tambien lo tenemos, como estamos comentando.

En la hora de la valoración y reflexión final hay que ser justos y objetivos… He de decir que personalmente se me ha quedado una sensación agridulce tras la escucha de “Revengeance”. Me explico: el sonido me gusta pero es cierto que no ha habido ningún momento que me haga conectar emocionalmente con la música más allá de los dos primeros temas. El sonido es tan denso que llega un momento que se convierte en un todo que fluye por tu cerebro constantemente convirtiéndose en algo predecible y, lo voy a decir, monótono.

Dos o tres canciones te pueden entonar lo suficiente como para hacerte participe de la ambrosía hyborea pero poco más. La fantasía se diluye y la mente abandona el camino del Cimmerio en pos de otros reinos que conquistar.