Crítica del nuevo disco de BATTLE BEAST, un polémico «Unholy savior»
BATTLE BEAST: “Unholy savior” (Nuclear Blast)…
Reconozco que tengo sentimientos contradictorios con respecto al nuevo trabajo de los fineses BATTLE BEAST, recién editado… Es más, no sé si hacer caso a mi cabeza, a mi corazón, a mis gustos más abiertos o más cerriles según el momento, a mi integridad como metalero convencido, a mi objetividad periodística o ser totalmente subjetivo en la impresión sobre el álbum… Y lo he escuchado bastantes veces en las últimas semanas, por un lado intentando convencerme de que no me gusta y de que la bajada de pantalones sin disimulo que contiene el disco es alta traición al rock duro y al metal, pero por otro sencillamente lo he hecho porque porque detrás de esa producción que no me convence nada, de ese intento por acercarse a las nuevas generaciones y por abrir el espectro (totalmente buscado, que es lo que más fastidia de primeras), hay aún una buena banda detrás, unas composiciones bastante interesantes, un punto comercial que hay que reconocer que no se les da nada mal, e incluso una serie de muy buenas canciones, las cosas como son.
Pero bueno, ordenemos ideas ya y vamos a comentar desde el principio de qué estamos hablando y de dónde procede la turbación. Es más, por una vez no empiezo por el principio exactamente sino por un hecho intermedio de su carrera, y es que la mayoría de nosotros conocimos a la banda (al menos a nivel de directo) en su impresionante concierto del Leyendas del verano pasado. De repente “descubrimos” (y lo entrecomillo porque varios ya conocíamos sus impresionantes dos primeros discos, superheavies por cierto, el debút de hecho aún con su primera vocalista) a una banda brutal encima del escenario, dominada por una vocalista de las que se comen el escenario y lo que se ponga por delante, un torbellino y con una voz agresiva que te desgarraba sin piedad. Pues bien, atando cabos entre esto y su fantástico disco anterior, esperábamos algo de “Unholy saviour” que sin duda no es… y que no nos engañe la portada, muy guapa y realizada por Claudio Bergamin, que una cosa no quita la otra.
Primeros nos sorprendimos con el videoclip y el que se supone que iba a ser el primer single, “Touch in the night”, mucho más cerca de MADONNA de los 80 que de JUDAS PRIEST, ACCEPT, WARLOCK, ZED YAGO y demás. ¿Era una broma o de verdad el disco iba por estos derroteros? Después llegó el verdadero adelanto, “Madness”, bastante más heavy, cierto, pero con una producción sospechosamente igual de comercial y un deje de power metal más actual, con preponderancia de los teclados sobre las guitarras que nos terminó de torcer a la mayoría. Siguiente paso, escuchar el disco completo, y se cumplen los “peores” augurios: es decir, priman los teclados en el sonido, la voz brutal de Noora no está en primera línea ni suena tan agresiva como hasta ahora (y por la producción, insisto, no por otra cosa), los temas son mucho más accesibles en general y el disco tiene muchos toques de ese sonido casi tecno-pop/rock de los 80 mezclado con la base superheavy marca de la casa (más suavizada en el disco y con más variedad tanto en el estilo como en el tratamiento de las canciones). Algo que quizás siempre han tenido, aunque antes eran leves reminiscencias de fondo que ahora se presentan protagonistas, y despista, es inevitable.
Supongo que el ejemplo de bandas como SABATON, a día de hoy uno de los objetivos prioritarios del sello, ha calado duro en estos tiempos y también está claro que un grupo como ellos tiene mucho que ofrecer comercialmente hablando (con chica al frente y esa imagen, personalidad y sonido que les definen). Pues bien, de repente tenemos un nuevo disco de BATTLE BEAST que no suena a BATTLE BEAST, y que te enfada sobre todo porque se nota a la legua que es 100% artificial, dirigido por el sello y el productor de turno quiero decir (que curiosamente es el propio guitarrista y compositor principal del grupo, Anton Kabanen), y que la banda en vez de rebelarse ha dicho “ok” y ha pasado por el aro. Pero de repente resulta que el disco está funcionando de maravilla y que, aunque nos queremos rebelar, los temas son pegadizos y hay buen material de fondo… Surge la duda de nuevo, ¿a quién hago caso, al heavy rudo y defensor de la férrea fe metálica o al roquero que de vez en cuando le gusta bailar y a la realidad que te dice que los temas de este álbum se te meten en la cabeza y no te sueltan?
Maldito espíritu true que a veces nos invade, ¿verdad?, y es que me molesta mucho cuando un grupo no es fiel a sí mismo ni auténtico, sea lo que sea que eso signifique, pero por otro lado han hecho un buen trabajo y los resultados están ahí. Y además estoy ABSOLUTAMENTE CONVENCIDO que estos temas en directo van a sonar mucho, mucho más heavies… ¿Qué hago?, ¿los defenestro para siempre o le sigo dando oportunidades a un disco que es cierto que cada día me gusta más?… Bromas aparte, aunque estoy hablando en serio, quizás no han sabido (o no les han dejado, que no es lo mismo) mantenerse en el punto justo y equilibrado entre no perder ese espíritu de heavy metal clásico y underground y han querido dar el salto al gran publico de manera demasiado abrupta y en el modo “bajada de pantalones” que es lo que me molesta. Por otro lado, los resultados me hacen callar, y eso que es polémico se mire por dónde se mire, y plantearme el disco de otra manera tal vez y tratar de disfrutarlo como es y no “cómo debería haber sido”, por decirlo así.
Dicho esto, y sin ocultar que hay muchas reminiscencias de Cindy Lauper, Madonna, Roxette, Cher y similares aquí (sí, sí, estáis leyendo bien), está claro que fuera de la producción, que es lo que menos me gusta del álbum, estamos ante un disco interesante, diferente y que tiene muchas cosas aprovechables y disfrutables. Y que en el fondo es un disco de heavy metal/hard rock, aunque con muchas concesiones a otras cosas en su sonido, que es a lo que no nos tenían acostumbrados (y eso que desde el principio el teclado ha sido importante en la banda). Es más, quitándonos de prejuicios, yo el primero, está claro que temas como la citada “Touch in the night” (adictiva y corrosiva al máximo, ¡que cuando entra no sale de la cabeza!, y ese ritmillo infernal que tiene te obliga a bailar a lo Kevin Kline en la película “In&out”: «para de mover el culo, ¡mariconazo!«, jeje), o el punto más accesible pero muy pegadizo de cortes como “Far, far away”, la propia “Madness” que decíamos o ese bonus track, “Push to the limit”, directamente extraído de cualquier videoclip con sintetizadores, calentadores y hombreras de los 80 (y no de heavy metal precisamente sino que podría ser banda sonora de cualquier película y/o videojuego de la época)… y que mola un montón, las cosas como son.
De todos modos, que nadie me malinterprete, que el disco comienza muy acelerado y potente (suavizado de sonido, eso sí) con “Lionheart” aunque “Unholy savior” es mucho más accesible, casi folk y un tema épico y “facilón” que, aunque gusta, no tiene nada que ver con el heavy metal. De repente entra un cañonazo como es “I want the world… and everything in it”, y sí, ahora levantas el puño y gritas “¡esto sí!”, un temazo de todas, todas y de los que mejor mantienen el espíritu más crudo y duro de los dos discos anteriores. Luego, “Madness” es roquera, dura y accesible a un tiempo, y el videoclip que han grabado está muy chulo (y con medios, se nota), pero “Sea of dreams” es la primera balada del disco, utilizando la vocalista finesa un registro totalmente diferente, más suave y muy limpio, cantando de manera casi lírica y delicada. No está mal, sin más, aunque “Speed and danger” retoma la vena más agresiva, acelerada y superheavy, yéndose al extremo totalmente contrario de lo que acabamos de escuchar (aunque luego tiene un tecladito como melodía pegadiza que no me gusta nada)… “Touch in the night”, lo dicho, quitármela de la cabeza, por favor, que es un “superhit de los 80” espectacular, a lo BANGLES y/o MADONNA, pero me hace dudar de mi fe… vale, pero me encanta (lo digo con voz bajita).
“The black swordsman”/ “The hero quest” es el contrapunto instrumental, power y épico a mitad del disco, que no aporta demasiado pero no molesta, y crea ambientación, las cosas como son… es muy de banda sonora de peli de aventuras, por cierto. “Far, far away”, pese a ser comercial me parece de lo mejor del disco sin duda, pegadiza, macarruza a su manera pero a la vez superaccesible y atractiva, y con mucha fuerza (y ochentera, muchísimo, más hardroquera supongo). Y para cerrar el disco, otra balada, pero en este caso mucho más interesante y atractiva que la primera, y es que “Angel´s cry” es preciosa, suave, intimista, con una ambientación preciosa y muy visual, con suaves arreglos orquestales, acústicas y la voz de Noora más suave, casi susurrando… una joya, las cosas como son (aunque no es nada BATTLE BEAST, lo tengo que decir, sino más bien a lo TARJA, por decirlo así).
En definitiva, un disco “raro”, polémico y al que soy el primero que, aunque me jode, recomiendo darle más oportunidades y sacarle la chicha y la chispa fuera del hecho de que, sí, es artificial, comercial y con una producción que silencia el heavy más rotundo y potencia el aspecto más accesible, por expresarlo así. Pero bueno, supongo que no sólo de riffs, agudos, desgarros y potencia de base vive el rock duro, ¿no? El tiempo pondrá al disco en sitio y nos dirá si ha sido un experimento acertado, fallido, si la banda se arrepiente y si el sello comprueba que ha sido una apuesta y por tanto decisión acertada o no. Por lo pronto, cada vez me entra mejor… ¡mierda!, ¿qué me está pasando, doctor?…
Eso sí, aún no pone los pelos como escarpias como sí me lo ponen los temas anteriores ni te mete esa fuerza y feeling en el cuerpo de canciones como “Out of control”, el corte homónimo, «Justice and metal» (del primer disco), “Raven” o “Black Ninja”, ¿tiempo al tiempo?, me temo que sí.
Texto: David Esquitino (david_esquitino@redhardnheavy.com)
Tracklist del disco:
- – Lionheart 4:53
- – Unholy savior 5:36
- – I want the world… and everything in it 4:37
- – Madness 4:01
- – Sea of dreams 5:00
- – Speed and danger 4:38
- – Touch in the night 4:32
- – The black swordsman 1:15
- – Hero’s quest 2:30
- – Far far away 3:46
- – Angel cry 3:33
- – Push it to the limit (bonus track) 3:19
Un comentario en “Crítica del nuevo disco de BATTLE BEAST, un polémico «Unholy savior»”