Crítica del nuevo disco de SANCTUARY: «The Year the Sun Died»

SANCTUARY-“The year the sun died” (Century Media)

Press_Cover_01Aunque el disco sea de Octubre no podíamos dejar de reseñar uno de los trabajos que más nos han gustado de 2014.

En mi caso concreto, siempre he sido muy seguidor de SANCTUARY y poco (o casi nada) del grupo surgido tras su separación, NEVERMORE, por lo que la reunión con casi toda la formación de los dos primeros discos (a excepción del guitarrista Sean Blosl) ya me generó bastante expectación, y más al conocer que el recambio iba a ser de lujo: nada más y nada menos que Brad Hull, conocido sobre todo por haber formado parte de los thrashers FORCED ENTRY (no confundir con la banda alemana llamada de la misma manera). Nombres y curiosidades aparte, la gran pregunta estaba encima de la mesa: ¿a a estar el contenido de “The year the sun died” a la altura del logo de la espada que adorna la espectacular portada?

Los fans podemos congratularnos de que así ha sido a pesar de que es patente la influencia de los años que tanto Warrel Dane (cantante) como Jim Sheppard (bajo) han pasado haciendo una música mucho más pesada y alejada del primigenio US Metal con NEVERMORE… Precisamente ahí está la gran sorpresa de “The Year the Sun Died” porque, no sé qué opinarán los seguidores de NEVERMORE, pero para mí que nunca me llamaron la atención reconozco que los trazos de sus estilo conjuntados con los de SANCTUARY han dado a luz a un auténtico discazo con raíces tradicionales, sí, pero muy actual a la vez. La producción es aplastante, por cierto, y si bien Warrell Dane ya no canta con el registro híper agudo de sus primeros tiempos constantemente, sí que hace uso de él en conjunción con otros de su amplísimo rango con voces dobladas y triplicadas en más de un pasaje (más habituales en NEVERMORE).

903Como en las mejores épocas, el LP lo abre el single de ataque “Arise and Purify”. Un rompecuellos total, pero ojo, no exento de melodía aportada tanto por las líneas vocales como por los precisos y virtuosos solos de guitarra. Afortunadamente, si bien el disco tiene ciertas partes con detalles más Groove, el que manda es el Power Metal  (y no es centroeuropeo/alemán precisamente). De hecho, esto no tiene más partes pesadas y lentas que las que pueda tener “Cowboys from Hell” de PANTERA por poner un hito de referencia.

Los aires de temas como “Let the serpent Follow Me” (de la que destacamos los juegos de guitarra), “Exitium (Anthem of the Living”) o “Question Existence Fading” nos llevan a referirnos a lo mejor que editaran en su día bandas que fueron estandarte en los 90 como FEAR FACTORY, e incluso TYPE O NEGATIVE en alguna ocasión y por extraño que parezca. Toda esta diversidad viene dada sobre todo por la variedad en las voces puesto que, en un formato más maduro y  con mayor pericia que cuando los primeros discos de SANCTUARY aparecieron, la parte esencialmente musical no se ha visto alterada, solamente mejorada con la experiencia y los años de rodaje, pero esto es Heavy Metal realmente cañero, sin experimentos raros.

Como viejos zorros que son SANCTUARY, han cuidado también el orden de los temas y, así como el disco empieza con los más cañeros y directos, la parte media se reserva para “I Am Low”, que aunque va en crescendo es de los más lentos y pesados. No me atrevo a referirme a la canción como la balada del disco ya que la distorsión de la guitarra destierra esa idea, pero sí que el tempo crea un fuerte contraste con “Frozen”, que retoma la velocidad para volver de nuevo a la calma de “One Final day(Sworn to Believe)”. Ésta es una de las canciones menos inspiradas del disco, tanto como para llegar a parecer más un tema inacabado construido sobre un buen estribillo, pero con unas estrofas y desarrollo musicales más bien para salir del paso.

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Casi sin darnos cuenta estamos encarando ya el final del disco con “The world is Wired”, “The Dying Age” y la propia “The Year the Sun Died”, eso sin contar la instrumental “Ad Vitam Aeternam” que sirve como introducción a ésta última. Una tripleta de temas en las que el aire épico que impregna varias partes del disco toma el control, sobre todo cuanto más nos acercamos al final del trabajo y que consiguen cerrarlo por todo lo alto.

Sólo hay un aspecto en el que “The Year the Sun Died” no acaba de despegar, y no es otro que el de las letras. No son malas, pero sí demasiado genéricas en mi opinión y esperaba más en este sentido. Un paso atrás en su carrera respecto al nivel conseguido en “Into the Mirror Black”, si bien es cierto que este aspecto nunca ha sido un puntal de la banda ni mucho menos.

Para redondear el buen momento de la banda sería bonito que se unieran en gira a los MEGADETH de su descubridor (y primer productor) Dave Mustaine, que significaría el broche de oro a una de las vueltas más consistentes de una banda clásica en los últimos años.

TEXTO: Pablo Mayoral (pablo@redhardnheavy.com)

santuary band

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2 comentario en “Crítica del nuevo disco de SANCTUARY: «The Year the Sun Died»”

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