CHILDREN OF BODOM: “I worship chaos” (Nuclear Blast)…

Los chicos del lago Bodom lo han vuelto hacer. Han vuelto a crear una obra abrasiva, cañera, irreverente y perfecta… y amarilla. Esta vez toca amarillo en la portada, sí. Además, Lahio y los suyos vuelven aderezando el clásico sonido BODOM con ciertas novedades en la sonoridad y la producción.

Sin salirse del jardín desde que perfilaron su sonido actual con el ya lejano “Follow The Reaper” (2000), volviéndolo acertadamente más crudo, borde y Punk con sus lanzamientos posteriores, CHILDREN OF BODOM han apretado el acelerador de la mala hostia para dejarnos un “I Workship Chaos” que es un bombazo, en detrimento de unas líneas de teclado más difusas y menos presentes, todo ello a favor de unas guitarras muy afiladas.

Otra de las marcas de la casa que continúan inquebrantables es esa sensación tan especial que te queda al escuchar a esta banda sobre lo inmensas que son sus composiciones gracias al acabado final. C.O.B siempre han intentado aligerar sus obras dándoles ese carácter canalla al fantástico death metal melódico que practican, pero no lo logran. Lo acertado de los arreglos, lo poderoso de las partes rítmicas intermedias y una manera sobresaliente de componer, dejan a esta formación a años luz de ser ligera. En los trabajos de BODOM hay que rascar detrás de los desgarros vocales de Alexi y la caña superficial de los temas, porque hay mucho más.

Así comenzamos la andadura por “I Worship Chaos”, diez temazos sin mácula de pega, algunos de los cuales rompen los cortos minutajes habituales de la banda hacia temas que se van a más de cinco minutos. “I Hurt” y “My Bodom (I am The Only One)” desatan la furia de los chicos del lago, demostrando que, en su versión de 2015, siguen más en forma que nunca. Rabia, Lahio hiriendo con su voz rasgada como siempre y, primera sorpresa como comentábamos, nos damos cuenta de que las guitarras de Alexi Lahio y  Antti Wirman están especialmente altas y los teclados de Janne Wirman se van abajo. BODOM van a por la caña en este nuevo capítulo de su carrera.

Estas dos primeras píldoras dibujan el espectro musical típico del combo: rapidez, mucho ajuste por parte de la base rítmica que dibujan el batería Jaska Raatikainen y el bajista Henkka Seppälä, grandes partes rítmicas con interesantes armonizaciones de guitarra, estribillos coreables y comerciales dentro del estilo… y una mala hostia de no tenerse en pie.

Si, además, las composiciones te salen más redondas que en su anterior intento “Halo Of Blood”, el éxito lo tienes asegurado. Para ser un redondo bastante poderoso dentro de la carrera de C.O.B, la verdad es que no me esperaba el tema “Morrigan”, tan pronto en el orden de canciones: aperturista y más tranquilo y, por ende, uno de los singles de este trabajo. Corte redondo y concebido para gustar, sin alterar ni un ápice los principios de la banda, “Morrigan” se agradece en el vendaval melodeath que es “I Worship Chaos”.

Pero que nadie se relaje, que esta ligera concesión a la apertura se viene abajo de nuevo con otro trallazo de la casa BODOM. “Horns” sigue desplegando el aroma típico de los platos calientes que presenta la formación en cada uno de sus trabajos. Además, “Horns” rompe cualquier abismo de medio tiempo, comenzando con los blast beats imparables de Jaska Raatikainen, que, de nuevo, realiza una labor impecable detrás de los bombos. Sacudidas por todos lados, guitarras dobladas, armonizaciones… El universo BODOM en una palabra, vaya.

Como la amante de la guadaña tampoco se queda manca en medios tiempos intensos de los que llegan dentro, y nos suelen regalar uno por disco, en este “I Worship Chaos” no podían ser menos. “Prayer For The Afflicted” conjunta a la perfección todos los elementos que C.O.B suelen desplegar cuando se ponen serios y el resultado les queda de sobresaliente épico.

Desplegamos alas de nuevo para llegar al momento de saber por qué han titulado este plástico con el nombre de la canción que nos ocupa. “I Worship Chaos” es de lo mejor que nos vamos a encontrar en esta jungla de diez cortes. Con una mezcla que, esta vez sí, deja algo más de espacio a los teclados de Janne Wirman y su hits de orquesta marca de la casa. Ojo también al solazo de teclado que se marca. Nota graciosa al final del tema también. Os toca descubrirla.

“Hold Your Tongue” sigue dentro de la sonoridad típica de la banda, y sirve para desplegar, de nuevo, esa contundencia melódica tan propia y única. Pocas novedades, ni falta que hacen cuando, dentro de lo que te hace único, además, te salen composiciones redondas. “Suicide Bomber” sigue en las suyas: rapidez, melodía y un falso deja vú de ligereza…, y que siga cayendo madera a la hoguera.

Como diez temas sin parar sería demasiado para las arterias de más de uno, de dos y tres que vamos rozando los cuarenta, encontramos un segundo medio tiempo en este trabajo que nos permite bajar pulsaciones y aflojar los dedos del agarre del sillón. “All For Nothing”, es más melódica y tranquila aún que “Prayer For The Afflicted” y, a su vez, más oscura y amenazante. No llega a matarnos, con cierto aire progre en sus rítmicas y una línea de teclados más evidente, es uno de los momentos más interesantes del trabajo, por el descanso y la variedad que representa.

Cerramos con “Widdershins”, que esto es CHILDREN OF BODOM. Se guardan para un final un tema ciertamente elaborado y algo abierto para el torrente de decibelios que hemos disfrutado antes. Aroma épico, de buen hacer, parte media muy rítmica y moderna… Los BODOM se despiden de manera inteligente y elaborada… hasta la próxima vez que aparezca el segador con su guadaña.

Gran obra de CHILDREN OF BODOM, más acertada y brutal que se anterior “Halo of Blood”. Los chicos del lago Bodom vienen de nuevo a por ti…y no hay quién se escape esta vez.

Texto: Javier Paredes 

Tracklist del disco:

01. I Hurt
02. My Bodom (I Am The Only One)
03. Morrigan
04. Horns
05. Prayer For The Afflicted
06. I Worship Chaos
07. Hold Your Tongue
08. Suicide Bomber
09. All for Nothing
10. Widdershins