CICLONAUTAS – Rocanrol árido y desgarrado en Madrid
El trío hispano-argentino volvió por sus fueros en la coqueta Sala Moby Dick, vistiendo de largo, en formato cercano, su tercer elepé “Camping del Hastío” (2021). Cuajaron un rabioso concierto para sus fans más acérrimos, y así os lo contamos:
CICLONAUTAS – Sala Moby Dick, 6 de Mayo (Madrid)
Rocanrol a quemarropa, repleto de historias personales y ciertas movidas crípticas, que muchas veces no entendemos del todo y otras veces nos cuesta descifrar, pero repletas de electrizante energía por los cuatro costados. Damos todos los detalles de esta estupenda descarga a continuación…
Paso a paso, sin prisa, pero sin pausa, el trío formado por Mai Medina a la guitarra y voz principal, más Javier Pintor al bajo y Alén Ayerdi a la batería, van haciéndose un hueco en la escena del ROCK ESTATAL, con mayúsculas. Alén, muy conocido por ser miembro de los MAREA, además de CALAÑA, y fundador de la discográfica El Dromedario Records, (que tantas facilidades y buen trato nos otorga siempre…, desde aquí nuestro más sincero agradecimiento) es un verdadero tornado en la percusión, que va rompiendo la hora (como dicen en CALANDA) y percutiendo unos ritmos de pura lija y seda.
Este magnífico trío de músicos pasionales se marcó un bolo de lo más animado en la Sala Moby Dick. El concierto arrancó con las dos rolas que abren su nuevo álbum “El Sol” y “Abrazado a un misil”. Para entonces, la peña ya estaba casi a cien, por lo que en los quince temas que faltaban por desgranar (como una apisonadora) todo fue coser y cantar… Melodías para “Tristes corazones” y “Deseo” de enloquecer a una parroquia entregada a la causa de antemano.
A destacar también, la potente imagen que ofrece el combo, con su bajista ‘Txo’ ataviado como una estrella del rock internacional, mientras que Mai pone el contrapunto stajanovista en las seis cuerdas, con voz cortante como un cuchillo jamonero. Bienvenidos al carnaval, aquí son bien recibidos los vivos y también los que están un poco ‘muertos’, que con este bálsamo de Fierabrás revive hasta el más pintado, nunca mejor dicho.
Ritmo a flor de piel, calor humano y contundentes rolas como “Bombo sicario” o “Agua va”, ejerciendo de “Eterno Aprendiz” del rocanrol más asilvestrado, hasta topar con los huesos en ese “Camping del Hastío”, que da nombre a su último trabajo. Sus canciones son como una eterna plegaria de desgarro, el desconsuelo de un tiempo gris oscuro que nuestros protagonistas exprimen hasta bebérselo de un trago como reposado licor que abrasa el gaznate. Una celebración febril que tuvo su punto de inflexión en “Dale al play”, con la tropa encendida como en una hoguera de San Juan.
Las últimas piezas, “El Souvenir”, “Matando al suicidad”, más la rutilante “Bienvenidos los muertos” junto con la postrera “Que tal” certificaron que estamos ante una banda que sabe lo que se hace y que sin hacer mucho ruido (mediáticamente hablando) va pavimentado su particular camino de baldosas amarillas, con unos riffs y unas letras súper airadas, repletas de personalidad. ¡Bravo por ellos!
Texto: Fran Llorente / Fotos: César Lorenzo
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