Recuperamos la crónica de BRYAN ADAMS en Madrid
De nuevo retrasados, que las cosas se acumulan y se quedan en cola de más, pero más vale tarde que nunca… Si hace unas semanas BRYAN ADAMS abría un poco la lata de los grandes conciertos internacionales, nosotros teníamos que estar ahí. Crónica y «fotos» (que practicamente no se acreditaron fotógrafos profesionales, ni para la organización) de Esquitino mediante. ¡Os lo contamos!
BRYAN ADAMS – 1 de febrero de 2022 (Wizink Center – Madrid)
¡Qué bribón el canadiense!, que llevaba una semana ensayando en Madrid el comienzo de su nueva gira y no nos había dicho nada. Tomando tapas, paseando, haciendo turismo y probando el nuevo repertorio (muy parecido, las cosas como son, de la vez anterior, que no hace tanto). Pero no, era diferente… primer concierto internacional y grande, artista de allende los mares, público variado pero muy fiel y muchas, muchas ganas de rock n´roll (o lo que sea que ofrece BRYAN ADAMS en directo a día de hoy) y de música en directo.
¿Cuántas veces ha venido? Ni él se acuerda, y ésta la primera con el público sentado (o semi, o lo que se aguantó en la silla), ¡tiene narices!, nos decía entre risas mediado el show. Pero da igual, él ya es “medio español” y por eso empezaba la gira mundial postcovid en España (y Portugal), pantallón de fondo mediante, y su bandaza habitual (por ejemplo con su guitarrista y mano derecha desde que ambos eran críos, o ese excelente batería con el que lleva también desde tiempos inmemoriales), su acústica y su voz de seda / lija y su magnetismo. Y el Wizink a tope y rendido al canadiense desde el primer minuto.
Cierto que su público a día de hoy es más generalista que rockero, pero bueno, ellos en directo son una bandaza de rock n´roll… mainstream pero de rock. El sonido siempre excelente (decente cuanto menos), los músicos entusiastas y las ganas, desbordadas por ambas partes. Así que nada podía fallar, y mucho menos la complicidad ya eterna entre este tipo tan majete y su gente de Madrid (y de España en general). Show sobrio, sencillo, comodón incluso por momentos, con exceso de almíbar / azúcar por una vez, que los viejos rockeros acabamos recelando un poco ante la profusión de baladas (que hubo más que otras veces, cierto), por mucho que mole “Heaven”, la banda sonora de la peli “Don Juan de Marco” (con el homenaje implícito a Paco de Lucía) y demás.
Escenario minimalista, pero por contra con superpantallón de altísima resolución y con un trabajo de vídeo / fotografía excelente (no en vano, y no es cuestión baladí, Bryan es fotógrafo y siempre ha cuidado muy mucho estas cosas). Ellos vestidos de negro riguroso, como unos veteranos y risueños camareros canadienses de bar de blues rock llamado “El arce feliz” (por ejemplo) y a darle sentido una y otra vez a los trucos de prestidigitador pero que nunca fallan… Bryan, pillín, que lo de las canciones que te pide el público es un truco chulo, efectivo pero de los que ya se saben (y aún así caemos encantados en la “provocación”, que por ejemplo el “House arrest” moló mucho). Y nos encanta bailar en tus conciertos y salir en la pantalla dándole al bullarengue.
Here I am!, en un nuevo comienzo… y funcionando siempre. Bueno, también nos gusta escuchar temas actuales, por supuesto, que tus discos siguen siendo frescos y funcionando, y estamos tan felices de cantar y bailar que hasta duele, tanto pateando culos para empezar como con la divertida “You belong to me”, que ya es un “must” en tus conciertos, con esa “decoración” tan chula con la que nos acompañas la interpretación y nos haces partícipes. O ese juego con los “mecheros” (perdón, móviles) de “Shine a light” más adelante. Y nosotros nos dejamos engatusar, ¡lo que tú quieras, Bryan!
Pero claro, cuando suena la guitarra y van cayendo los temazos imprescindibles como “Cant stop this thing we started” o “Run to you”, el corazoncito da un vuelco,. Tú lo sabes y te aprovechas, para bien… y gracias. Y la voz rota sigue funcionando como antaño, y ese flequillo “repeinado” que a tus casi 60, y sin el casi, te sigue dando ese aspecto juvenil y de forajido elegante que nos sigue enamorando… y lo sabes. Pero claro, es que tú seguirás teniendo “18´till die”, jeje…. Encender las luces, que quiero veros… ¿podéis creer que hayan sido dos años hasta volvernos a ver?
Y hubiera molado que estuviera Tina, ¿eh?, pero no pudo venir, jeje. Y aún así cómo mola, “It´s only love”, una de las grandes sorpresas de la noche. Y si muchos de los presentes supieran que Bryan tiene más pasta (casi) de componer para gente como KISS o la propia leona Turner, que de sus propias canciones y carrera (bandas sonoras aparte supongo, jeje). Pero genial el homenaje y el recuerdo, ¡y menudo temazo! Bueno, me quejaba antes de la profusión de baladas esta noche pero… no me refería a “Everything I do (I do it for you)”, ¡vaya momentazo siempre!, y encima esta vez quedó precioso con todas las luces encendidas y todo el mundo cantando.
Pero no, yo soy un tipo duro y me gustan los discos viejos, y me encanta cuando Bryan rescata (de verdad o de mentira) alguna joyita antigua, y si no, me conformo con canciones tan chulas e imprescindibles como “Back to you”, “Cuts like a knife” o “Somebody”, siempre efectiva en directo… y sí “Summer of 69” sigue molando un tacazo, que diría Manolito Gafotas (que ya ha crecido e iría a ver a Bryan Adams que estaba petándolo cuándo él aún estaba en el cole). Pocas canciones existen en el rock tan directas y ganadoras como ésta, ¿eh?… Si muchos / as de las que la cantan a voz en grito supieran de qué habla exactamente… Bueno, supongo que se lo imaginan, porque sí, habla de… eso, 69 veces algún verano de antaño en el porche de la madre de ella. Y con piel, sudor, pechos y sonrisas cómplices en pantalla, letra “tatuada” incluida para que hiciéramos kakaoke encantados.
“(…) Gracias, gracias, gracias, estoy tan feliz que hasta me duele (…)”, y sí, era obvio que iban a tocar el nuevo single, con el vídeo tan chulo en la pantalla de fondo, claro. Llevábamos dos horas y ya quedaba poquito, que la vez anterior fueron dos horas y media (con sorpresas hasta de THIN LIZZY jeje), pero aún así rematando acústico y solo en el escenario con “Straight from the heart” y la preciosa “All for one”, con casi todo apagado y todo luces de la gente. Vale, lo hace “siempre” pero sigue funcionando y molando. Sólo me faltó que apareciera Rod Stewart para rematar el suave orgasmo. Bromas aparte, este tío es muy grande y aunque curiosamente empecé a verle tarde (discúlpenme, que yo soy heavy y con los “moñas” me costó en mi época más ruda y salvaje… y, todo sea dicho, la de conciertazos que me perdí por gilipichis, purista y tonto del culo), desde ahora siempre que vuelva ahí me tendrá.
Reverencia y un tipo (o grupo más bien, ojo, que aunque “esto” se llame “Bryan Adams” es una bandaza completa… ¡qué grande Keith Scott y compañía, por cierto!) que nunca falla ni defrauda. Gracias una vez más, y gracias por además ser el primero (o uno de los primeros, vaya) en abrir la caja de Pandora de los conciertos postpandémicos en nuestro país
Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com)