BRITISH SUMMER TIME 2018: Clapton, Santana y Winwood
Un día que recordaremos siempre, una ocasión por la que nos decimos a nosotros mismos: “¡por esto merece la pena!”. ERIC CLAPTON, SANTANA, STEVE WINWOOD y GARY CLARK JR., casi nada…
Eric Clapton, Santana, Steve Winwood y Gary Clark Jr. (Hyde Park, Londres, 8 de julio 2018)
Todos los que amamos la música en directo, el rock, el blues, los conciertos… tenemos ya un concierto que es EL CONCIERTO… Merece la pena amar la música en vivo, ver tropecientos conciertos al año (unos mejores y otros peores), viajar fuera de España y ver tu cuenta corriente siempre al límite por culpa de este bendito y maldito vicio que a veces es la música.
Pero llega un día como este British Summer Time 2018 y te dices a tí mismo que eres muy afortunado porque has visto algo único, precioso, irrepetible. En mi caso lo tengo claro: de momento, a día de hoy, este concierto es ese concierto.
Encima el día acompañaba: Hacía un sol y un calor que yo por momentos dudaba si estábamos en Londres o en Cádiz. Me llamó mucho la atención cómo vivía la gente la ocasión… Se llevaban sus manteles y sus cestas o mochilas, como si fueran de picnic. Era un día de fiesta, concretamente la fiesta del rock y del blues, que vivimos las 65.000 personas que llenamos el recinto.
Me habría gustado llegar a tiempo para ver a Gary Clark Jr… Empezaba a las 15:30, pero entre el tiempo que tardamos en comer y el que tardamos en llegar a nuestra entrada del enorme recinto de Hyde Park, apenas llegué a escuchar un tema de lejos. A LUKAS NELSON & THE PROMISE OF REAL los habíamos descartado por motivos de salud… Y es que era una locura estar allí desde las 2 de la tarde con la solanera que estaba cayendo… Vale, lo reconozco, se estaba mucho mejor en el pub, comiendo y tomando unas pintas para coger energías. Había otros nombres en el cartel, otros escenarios… pero no se puede estar en 2 sitios a la vez.
STEVE WINWOOD:
A quién sí que no quería perderme bajo ningún concepto era a Steve Winwood. Por suerte conseguí ver su actuación completa y, la verdad, se me hizo cortísima. Derrochando clase y elegancia, con la voz en perfecto estado de revista, y con un repertorio en el que mezcló a la perfección clásicos de las diferentes épocas y bandas en las que ha trabajado… es muy difícil que pudiéramos aburrirnos. Nombres como SPENCER DAVIS GROUP, TRAFFIC y BLIND FAITH, donde colaboró con el gran protagonista del día, son ya historia de la música, no hace falta decir más.
Y con un Winwood magistral durante toda la actuación tanto al Hammond como a la guitarra (¡vaya solos se marcó en “Had to cry today” de BLIND FAITH y ”Dear Mr. Fantasy” de TRAFFIC!). Todo ello apoyado por una magnífica banda, en la que destacaba el brasileño José Neto a la guitarra, el tiempo volaba. Winwood tiene clase y repertorio para tocar 3 horas tranquilamente, pero él no era el protagonista de la noche así que, casi sin darnos cuenta, estábamos todos saltando y berreando con el inmortal himno de la SPENCER DAVIS GROUP que se llama “Gimme Some Lovin’”.
SANTANA:
A continuación era el turno de Carlos Santana. No tenía yo grandes esperanzas… pues nunca me ha apasionado su música. Pero oye, es un músico al que nunca he visto en directo (no se prodiga mucho por España), y tenía mucha curiosidad por verle. ¡Y menuda sorpresa me llevé! QUÉ CONCIERTO, qué ritmo, qué poderío de banda, qué barbaridad de sección de percusión que lleva el jodío…
El sensacional trabajo de Cindy Blackman (TREMENDA batería es esta chica), Karl Perazzo y Paoli Mejías en las percusiones, destacando especialmente en los ritmos africanos de “Jingo”, junto con el inconfundible sonido de la guitarra de Santana, crearon magia en esta soleada tarde de domingo, y nos pusieron a todos a bailar. El mejor reflejo de la alegría y felicidad reinante durante todo el concierto era mi vecino de al lado: un negro enorme que casi hacía creer que Clarence Clemmons (saxofonista clásico de la E Street Band de Springsteen) no estaba muerto, estaba parranda… y que no paró de reír, saltar y bailar durante todo el concierto de SANTANA, contagiando su felicidad a todos los que estábamos a su alrededor.
El concierto alcanzó su momento cumbre cuando sonaron dos de sus temas más reconocibles, dos versiones de las que Carlos Santana se ha apropiado ya con su fusión de ritmos psicodélicos, jazz y latinos: el “Black Magic Woman”, de los FLEETWOOD MAC de Peter Green (aunque Santana le cambia totalmente el final), seguida por el famoso ”Oye cómo va” de Tito Puente, que fue una auténtica fiesta, en la que brillaron como animadores y maestros de ceremonias (ya que no brillan demasiado como vocalistas), los 2 “cantantes” de la banda de Santana: Andy Vargas y Ray Green. Aunque creo que el tema que nos terminó de enloquecer a todos los presentes fue “Foo Foo”, devastador como un huracán del Caribe. Solo me sobró la insulsa “María María”, pero para gustos los colores.
No sucedió lo mismo, ni mucho menos, con los 3 cortes que sonaron de su último trabajo, “Power of peace” en colaboración con THE ISLEY BROTHERS. De hecho me encantó el “Love, peace & hapiness” con el que se cerró el concierto: puro flower-power, una gran versión del clásico del soul de los CHALMERS BROTHERS… aunque se echasen de menos unas buenas y poderosas voces negras para cantarlo.
ERIC CLAPTON:
El concierto de Santana había sido tan bueno que personalmente tenía algo de miedo… ¿Cómo estaría Clapton? Está muy mayor y además bastante malito… ¿Sería capaz de superar el altísimo listón que había dejado el mejicano, o sería una decepción? La verdad es que poco tardé en comprobar que mis temores eran totalmente infundados. Clapton aún conserva su toque especial con la guitarra, su estilo único e inconfundible, que la enfermedad aún no se lo ha arrebatado. Y encima es lo bastante inteligente como para rodearse de una MAGNÍFICA BANDA y dejarles brillar a cada uno con brillantes solos.
Acompañándole había gente como Paul Carrack en el órgano, Chris Stainton (JOE COCKER, THE WHO) a los teclados, Nathan East, un gran bajista de jazz, y nada menos que Doyle Bramhall a la guitarra. Este último es un detalle que demuestra lo inteligente que es Clapton. Tiene 73 años y está enfermo, quizás ya no está para ser el único guitarrista solista… En lugar de no asumir la realidad y cagarla, traes a un monstruo de las 6 cuerdas como Doyle, y le das un plus a la banda con su tremenda energía y con lo bien que mezclaban su guitarra y la de Clapton. ¡Bien jugado!
En cuanto al concierto, se me pasó como en una nube. El arranque fue muy bluesero, con Clapton demostrando que, aunque esté Doyle Bramhall en la banda, a él aún no se le ha olvidado eso de tocar la guitarra, con un precioso solo en “Key to the Highway”. También me encantó una magnífica versión que se marcaron de todo un clasicazo del blues: “I’m your Hoochie Coochie man”. Luego llegó su lado más rockero, con “Got to Get Better in a Little While”, de DEREK & THE DOMINOS… pero la verdad es que nos dejó un poco con ganas de más caña. Porque justo después se sentaron todos para tocar 4 temas en acústico. Y no es que no me gustase el set acústico… todo lo contrario, quizás fue el momento más bonito y emocionante del concierto.
El “Drifin’ Blues” sonó de lujo, perfecto, y con el “Tears in heaven”, que cerró esta parte del concierto, consiguió emocionar a las 65.000 personas presentes. Pero habría sido LA HOSTIA que sacase el “Layla” del set acústico y que hubiese sonado la versión rockera y salvaje del tema.
Hay quién dice que Clapton ya no está para esos trotes, que la edad no perdona y “Layla” es mucha tralla… Yo no lo creo, simplemente me da que prefiere la versión acústica. Con la ayuda de Doyle creo que podría tocar la otra versión perfectamente, y el propio Clapton demostró más tarde, en una poderosa y rockera “Crossroads”, mi favorita de la noche, que aún puede con lo que le echen.
Antes de eso, había dado tiempo a que Marcy Levy saliera a animar un poco el cotarro después del paréntesis acústico, aportando voz y armónica en dos canciones que escribió junto con Clapton: “Lay Down Sally” y “The Core”. Y también para volvernos a emocionar con uno de los temas más bonitos que ha compuesto Mano Lenta: “Wonderful tonight”. Para cerrar la noche, ya solo faltaba, volviendo a su lado más rockero, acordarse de su vieja amiga y enemiga, con un “Cocaine” coreado por las 65.000 gargantas presentes esa noche en Hyde Park.
En los bises, para delirio de los presentes, no podía haber un mejor fin de fiesta que salir acompañado por Carlos Santana para cerrar la noche con un irrepetible trío de guitarras, interpretando “High Time We Went”, de JOE COCKER, con Paul Carrack, ¡otro crack!, cantando. Todo un LUJAZO… Aunque habría sido aún más perfecto si hubiera salido también Steve Winwood con una 4ª guitarra, pero no se puede tener todo.
¿Vemos un vídeo de esto?
En definitiva, fue un día maravilloso que JAMÁS olvidaré, un día de esos que te hacen amar la música en directo. Aún me cuesta creer que no fuera sueño… Menos mal que tengo fotos para demostrar que estuve allí, viendo a estos maestros, estos 3 iconos irrepetibles de la música: STEVE WINWOOD, CARLOS SANTANA Y ERIC CLAPTON.
¡Qué grande es el rock y el blues y la fusión y… la MÚSICA!
Texto y fotos: Raúl Moreno (¡gracias!)
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