Otro capítulo de la biografía LEIZE: Loca pasión tirando todo por el suelo

Tras el anterior capítulo de la biografía de LEIZE, dedicado al «Acosándome» y al «Buscando, mirando», damos el siguiente paso adelante… Una pena el que un disco tan bueno como «Loca pasión» se quedara a medio gas, el cambio de ciclo y formación… y que «Todo por el suelo» fuera época de cambios… Aún así, interesante nueva etapa de la banda que os contamos aquí…

DESPEDIDAS EN LA MITAD DEL CAMINO

A pesar de la naturalidad con la que afrontan su día a día, son conscientes de que LEIZE podría estar mejor posicionado. Con el año 1993 en las paredes, las relaciones con Barrabás se deterioran definitivamente: “Nos dimos cuenta de que habíamos cometido un error firmando con Mariano García cuando nos obliga a grabar el tercer disco -explica Toño-. Cumplimos el contrato leónico por tres discos y pedimos la carta de libertad”.

Contra del Loca Pasión

En las entrevistas de la época, achacan que una compañía pequeña siempre cuida de que sus grupos no crezcan demasiado, sólo lo justo, para evitar que vengan multinacionales a ficharlos y se queden sin sacarles su jugo. Con esa conciencia y rabia, y convencidos de que van obligados, entran a grabar en los estudios Tablac su cuarto disco, ‘Loca pasión’. “No queríamos grabar con él porque sabíamos que era, con el tiempo, tirar el elepé a la basura: no queríamos grabar porque creíamos que teníamos la posibilidad de hacerlo mejor de otra manera y sabíamos que Barrabás no iba a arriesgar ni un duro pero, dejándose llevar, haría caja con lo mínimo”, lamenta Félix.

Si ya entran con tiranteces, en el estudio encuentran un técnico que no acude ni puntual ni en las mejores condiciones cada mañana. “Le daba igual que tocaras en Mi, en La o desafinado… e incluso se le ocurrió explicarle a Patxi cómo hacer un solo de guitarra”, lamenta Félix. “En ese momento la pifió”, asiente Toño. Con un enfado infinito, la banda abandona el estudio y Toño se presenta en Barrabás, donde le reciben sus responsables custodiados por guardaespaldas. Ante la situación, regresan a Zarautz pero, a los días, Barrabás les anuncia que tienen a su disposición los estudios M-20, donde están grabando MEDINA AZAHARA. Eso sí, graban con un vigilante de Barrabás escudriñando cada movimiento, cada gasto.

Inevitablemente, la atmósfera que rodea al ‘Loca pasión’ es negativa, crispada y el grupo está a disgusto. “Las canciones son buenas, pero no está bien grabado”, se resigna Toño. “Yo, al menos, oigo el desánimo”, indica Félix. “Son buenas canciones pero transmiten todo el mal rollo que nos rodeaba y la mala ostia que sentíamos”, describe Patxi.

Con el ‘Loca pasión’ en las tiendas, aun con la resignación de que no ha quedado como les hubiera gustado, el alivio del grupo es la carretera. “A nosotros se nos curan todos los males cuando subimos a un escenario, porque de puertas hacia fuera hemos andado siempre bien”, sonríe Félix. Además, otro alivio viene al saber que han cumplido el contrato y que ya nada les ata a Mariano García.

Leize Loca pasión

Las actuaciones se suceden por toda España, continuando el dulce momento que vive el grupo, una agenda que el propio grupo sigue organizándose. “No había manera de encontrar un mánager que tirara bien de la banda”, afirma Félix. “Nos costó mucho librarnos de la sombra de Mariano García… si fuimos en enero del 2009 a presentar el ‘Sólo para ti’ a Madrid y ahí nos esperaba”, bromea con impotencia Toño.

En la gira de presentación del ‘Loca pasión’, una fecha está subrayada en el calendario de Toño, la de Bullas (Murcia). Porque ha decidido, tras darle muchas vueltas y tragar mucha saliva, dejar el grupo y concentrarse en su trabajo, pues la empresa familiar necesita un empujón. “Llevábamos once años de carretera y lucha por LEIZE, once años de nuestras vidas, pero en casa también había cosas que hacer… El grupo me gustaba, me hacía mucha ilusión estar con mis compañeros y tocar… pero había que vivir de algo. Y tomé la determinación, con mucha pena, de dejar el grupo”, rememora. Tras el concierto, llora toda la noche. “De las pocas veces que he llorado en mi vida”, suspira.

Pero su salida no es la única… Meses atrás, Patxi se ha casado, vive en Zumárraga y va a nacer Aitor. “Teníamos la buena costumbre de ensayar todos los días, con lo que me levantaba a las siete de la mañana y llegaba a mi casa a las once de la noche… no podía estar toda la vida así –recuerda Patxi-. Lo pasé muy mal, pasé semanas llorando, pero tuve que decirle a Félix que también dejaba el grupo”.

Con las marchas de Toño y Patxi, el núcleo fundador se separa. Esa virtud de LEIZE de ser un grupo de amigos llega a su final, pero Félix y Pedro quieren continuar. “La ostia fue dura, pero teníamos claro lo que nos gustaba hacer”, asiente Félix. Con Patxi todavía en el grupo, prueban a varios bajistas, entre ellos el compañero de Pedro en CAID DECEIT. Finalmente, entra Javier Hoyos. Con el anuncio de despedida de Patxi, tras varias pruebas, incorporan a Miguel Obregón, de Mondragón. “Tocaba muchísimo, pero entraba con calzador en un grupo de rock”, agradece Félix. Aún así, Miguel salió a completar el final de la gira de presentación del ‘Loca pasión’ antes de volver a entrar en estudio.

Junto a estas incorporaciones, Félix ha entrado en contacto con otro fichaje fundamental, Pablo Rodríguez, de Laagencia, que se convierte en el manager que nunca había tenido LEIZE y parte fundamental de los siguientes años.

CAMINANDO

Todo por el suelo

La nueva banda se ha rodado durante varios meses en la carretera y Félix tiene preparados nuevos temas. Es el momento de entrar a grabar… Libres de las ataduras de Mariano García, y aconsejados por Pablo, prefieren grabar cerca de casa. Y por ellos apuesta Oihuka. En los primeros meses de 1995 facturan en los estudios Elkar ‘Todo por el suelo’, su quinto álbum, el primero sin Patxi en la concepción de los riffs. “Sin Patxi, pero se compone igual, aunque cuesta más y por momentos piensas qué aportaría él”, afirma Félix, que mantiene la esencia intacta de LEIZE en un disco con temas quizá más elaborados. “Es el mismo estilo de siempre pero más ágil gracias a la pericia de la nueva guitarra solista. ‘Todo por el suelo’ es el disco más interesante desde el punto de vista instrumental”, apunta Pablo Cabeza en su crítica.

Tras la grabación, Miguel Obregón se baja de LEIZE y vuelve a su universo más académico, a su labor como profesor y concertista de guitarra clásica. “Es un musicazo, pero en directo sufría, tocaba agarrotado”, recuerda Félix. Para sustituirle, la banda suma a Rober Molillo, amigo de Javi Hoyos, todo un guitar hero que había tocado con SUBE AKI y OSTIKADA e imprime espectáculo desde el escenario. “Teníamos actuación en Córdoba y se aprendió el repertorio en ocho días. Eso sí, los solos esa noche fueron acorde básico, RE mayor y todas las escalas en RE… no se parecían en nada a los solos de Patxi”, bromea Félix.

Recompuestos, LEIZE vuelven a su hábitat, el escenario. Quizá por el empujón comercial de ‘Loca pasión’, quizá por el bagaje de toda una carrera, quizá por la labor de Laagencia, es el momento en el que más fechas tiene la banda. “En esos dos años es cuando más he tocado y me apena que no lo vivieran Patxi y Toño, porque entonces fue cuando el grupo ha estado más alto a nivel de calle, con las salas reventadas”, recuerda Félix. Y como consecuencia de grabar en Oihuka y su apoyo promocional, además del de Laagencia, aparecen también conciertos en el País Vasco, algo menos habitual hasta entonces. De hecho, algunos medios locales se cuestionan dónde había estado la banda durante esos años, reflejo de lo inadvertida que quedaba en su casa su intensa actividad por todo el país.

Durante la primavera de 1996 se suman a la gira de los míticos BURNING. “Era una gozada tocar con ellos, porque eran gente encantadora, y llegamos a gente más rockera que no hubiéramos llegado de otro modo”, valora el cantante. En una de esas fechas, Javi “comete un error”, como lamenta Félix, y tiene que ser sustituido. Kebra es el mejor para reemplazarle al bajo: roadie de la banda, se sabe todos los temas. “En el viaje a una actuación a Segovia, ensayó conmigo los temas en la furgoneta y se estrenó”, agradece Félix.

De nuevo repuestos, la gira seguía caminando. “La banda sonaba muy potente, de asustar”, describe Félix. A bordo de tantos kilómetros también llegan los sustos en la carretera. En dirección al Festival del Ajo en Cuenca, el coche en el que viajan Pedro, Rober, Kebra y Pablo se sale al prado a la altura de Briviesca. Después de mucho buscarlos, Félix los localiza en un hospital y tiene que suspender el concierto. A esa cita ha llegado desde Mallorca Stefan Vanhoute… “Ahí le conocí”, recuerda Félix con cariño de un seguidor al que citaría en los agradecimientos del ‘Esto es lo que hay’. “Es la única vez que hemos tenido un accidente, aunque en otras ocasiones hemos andado cerca, como cuando ‘el Pelao’ –uno de sus pipas- condujo algún kilómetro en dirección contraria en la M-30”, explica Félix.

Unos meses después, en dirección a un concierto en La Coruña, la casualidad, o vaya a saber qué, quiere que se le pinche la rueda al coche de Félix a menos de 200 metros donde sufrieron sus compañeros aquel accidente. “Y a la vuelta otra vez… ¡dos ruedas pinchadas en el mismo lugar!”, recuerda perplejo Félix…

Y hasta aquí leemos por ahora… Seguimos en el próximo capítulo…

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