Biografía / historia general de JETHRO TULL
Tras la previa genérica que publicamos hace unos días, vamos a repasar un poco la historia de JETHRO TULL que, en su encarnación actual (siempre liderada por Ian Anderson) nos visita en pocos días repasando su etapa más progresiva.
Todo lo que se podrá ver en estos próximos conciertos empieza en 1967, y comienza ya con una anécdota original. El nombre de la banda es el resultado de una actividad inusual: la agrupación de Ian Anderson y sus compañeros de entonces cambiaba de nombre en cada actuación, era la manera de conseguir que les siguieran admitiendo en los clubes de Londres.
Eran los agentes que les contrataban quienes elegían esos nombres, y JETHRO TULL no es ni más ni menos que el primero con el que fueron invitados a repetir su actuación en un mismo local (por cierto, es el nombre de un inventor que diseñó la primera máquina agrícola). Su primer single llevaba mal escrito este nombre (los coleccionistas lo buscan ansiosamente) y tras su primer disco, “This Was” (1968), hubo numerosos cambios de formación (incluyendo un breve paso por allí de Tony Iommi, justo antes de fundar BLACK SABBATH). Pero ya entonces Anderson comenzó a destacar como brillante flautista.
Durante los siguientes quince años desarrollaron una actividad frenética, publicando un nuevo disco cada año, o casi. Ya con los primeros discos, conceptuales, virtuosos y con canciones larguísimas, llegaron a los primeros puestos de ventas y demostraron las ganas de evolucionar, mezclando brillantemente el blues con el jazz, folk y rock. Y empezaron a batir récords: grabaron el primer single (no LP, eso lo habían hecho ya THE BEATLES) en estéreo en la historia de la música, titulado “Witch Promise” (1969).
Su cuarto disco, “Aqualung” (1971), les dio fama mundial. Amado y odiado, mezcla hard rock con melodías acústicas, letras duras con poesía. La revista Rolling Stone lo incluyó más de 30 años después en su lista de los 500 mejores álbumes de la historia. Las letras critican duramente a la Iglesia, a la religión y a la sociedad, hablan de un pedófilo alcohólico, de una prostituta menor de edad… A lo mejor por eso alguna canción e incluso las mallas medievales que vestían (revisadas in situ por un censor antes de un concierto) fueron censuradas aquí en España, en plena etapa franquista…. algo de lo que Anderson se ríe a menudo, desconocedor hasta ese momento de que él podría “despertar la libido” del público…
El siguiente, “Thick as a Brick” (1972), es considerado el mejor disco de la banda. Es una sola y larga canción dividida en dos partes (caras A y B del vinilo). Tanto este disco como el siguiente, “A Passion Play” (1973) coronaron las listas de Estados Unidos con esos temas larguísimos y con su virtuosismo extremo. Incluso empiezan a grabar ya sus primeras compilaciones en las que además hay joyas nuevas consideradas himnos. Pero llegan también las primeras críticas de la prensa especializada, y es cuando Ian Anderson deja de llevarse bien con ella, incluso aunque no tardaron en recuperar su elogio con sus siguientes trabajos.
Siguen apareciendo los álbumes conceptuales, uno tras otro, mejor recibidos por el público que por los medios. Al final de los años 70, dan un cierto giro hacia el folk rock y publican varios discos en esa línea (al mismo tiempo que su estilo de vida se vuelve más “rural”, y eso se nota en su música), y de nuevo llegan las buenas opiniones generalizadas. Tanto Anderson como sus compañeros están en un momento musical pletórico, tocando mejor que nunca y dando sus mejores conciertos (incluso batiendo el record de llenar el Madison Square Garden de Nueva York durante 4 noches seguidas). Y tal vez por eso empieza a aparecer algún álbum en solitario también.
Los años 80 fueron difíciles. Anderson se vuelca hacia sonidos más electrónicos, y casi se queda solo en el intento (su inseparable guitarrista Martin Barre es el único que le acompaña constantemente). Con la entrada de los sintetizadores surgen varios discos con un nuevo sonido, pero los músicos que apoyan a Anderson y a Barre van cambiando con frecuencia, y se nota mucho la ausencia de los que grabaron los primeros trabajos. Vuelven de nuevo las críticas, y Anderson, además de aficionarse al negocio de la cría de salmones y a la comida india (de la que es todo un experto), y operado de la garganta, ya no tiene la voz como antes.
Tras un disco instrumental, “A Classic Case” (1985), y algunos recopilatorios, consiguen acabar la década muy dignamente con “Crest of a Nave” (1987), aclamado, y arrebatando el Grammy de 1989 a los favoritos METALLICA, aunque costaba encajar a JETHRO TULL en la categoría de Hard Rock y Heavy Metal (se entregaba el premio a ese estilo por primera vez, y hubo hasta abucheos, aunque ellos no estaban presentes en la gala, y al año siguiente se separaron ambas categorías a la hora de premiar….. JETHRO TULL se situaba sin querer en el centro de la polémica, de la que salió su frase: “la flauta es un instrumento de heavy metal”).
En los años 90 vuelven a un estilo más blues, folk y clásico, y cumplen 25 años de carrera con un nuevo recopilatorio con cuatro CD’s en forma de caja de puros, que incluye alguna regrabación de temas antiguos con arreglos nuevos y algunas actuaciones inéditas. Además graban dos discos nuevos con marcadas influencias de las músicas étnicas que habían conocido en sus viajes y giras por todo el mundo, “Roots To Branches” (1995) y “J-Tull Dot Com” (1999). Anderson asume que es un viejo rockero y en estos discos trata temáticas que hablan de ello. Además graba su nuevo disco en solitario, instrumental, donde da el mayor protagonismo a su flauta.
A partir del nuevo milenio, Anderson, con la voz más recuperada, hace algo cuando menos curioso: graba cada disco de JETHRO TULL seguido inmediatamente de otro suyo propio, de estilo o temática similar. La primera “pareja de discos”, el ya mencionado “J.Tull Dot-Com” (1999) y “The Secret Language Of Birds” (2000), tienen una marcada influencia de las músicas del mundo. El disco de temas navideños que publican en 2003 (el último disco de estudio de la banda) es seguido por el “Rupi’s Dance” de Anderson. Después se publican casi a la vez grabaciones en directo tanto de la banda como del solista. No fue tan llamativo como el repentino cambio de sexo del ex – teclista de la banda, que, tras la muerte de su mujer, pasó de ser David Palmer a Dee Palmer… pero es cuando menos, curioso.
En 2005 Anderson anunció que no grabaría más discos de estudio con temas originales, sino que se dedicaría a actuar con JETHRO TULL y con su banda en solitario, entonces llamada RUBBING ELBOWS. Y efectivamente, a partir de entonces se publican varios directos y recopilatorios tanto en formato disco como en DVD (antes y después de que entren John O’Hara y David Goodier a la banda). Como anécdota, en 2007 la reina Isabel II le nombró Oficial de la Orden del Imperio Británico. Y en 2011, el 40 aniversario de su mítico “Aqualung” se convierte en una fiesta agridulce, ya que pese a que se re-editó con una nueva remezcla, este año supuso no el fin total y definitivo de JETHRO TULL, pero sí su división en dos bandas independientes, la de Ian Anderson y la de su (hasta entonces) fiel guitarrista Martin Barre, que continúan haciendo lo mismo (tocar sus temas de siempre), pero por separado.
Es cuando nace en realidad la banda que llega ahora a España. Anderson y sus músicos actuales (excepto Joe Parrish, claro) graban en 2012, con el guitarrista Florian Opahle, “Thick as a Brick 2” y “Homo Erraticus” (2014), catalogados como discos en solitario del frontman escocés. Y será así ya para siempre, titulando todos sus nuevos trabajos con su propio nombre, no con el de la banda. Siendo el creador exclusivo de todos los temas de JETHRO TULL, lo puede hacer sin ningún problema. Y esto es lo que ha hecho en estos últimos años: publicar algunos álbumes y estar casi en una gira permanente, promocionando todos ellos, y haciendo sonar de nuevo sus grandes trabajos e himnos clásicos, por supuesto.
Respecto a sus shows en directo, evolucionaron también como sus discos. Si inicialmente eran muy espectaculares y teatrales, con disfraces y elementos sorprendentes, después se volvieron más tranquilos, pero siempre de una grandísima calidad instrumental. Muchas bandas se han inspirado en ellos, nosotros aquí tenemos el claro ejemplo de ÑU, pero son unos cuantos los músicos que se decidieron a dar un aire parecido a sus temas incluyendo la flauta (y la mandolina, violín, armónica, etc.) entre sus instrumentos.
Antes he definido a cada miembro de la banda asociado a un único instrumento, pero esto no es del todo correcto. Ian Anderson y su flauta son un tándem indestructible e inseparable, está claro, pero el escocés además deleita a su público con la guitarra, con el bouzouki o mandolina griega, y con la armónica. A John O’Hara se le puede ver cambiando el piano y el teclado por el acordeón (y además domina también la percusión, el bajo, la flauta, la trompeta y el trombón). Y en alguna ocasión no han dudado de invitar a subir a su escenario a otros músicos, ya fueran violinistas o instrumentistas de viento, por ejemplo.
Además, siguiendo un poco en esta línea, Ian Anderson es el líder visible de esta mítica banda, siendo su único miembro fundador y el jefe indiscutible, pero sus colaboradores tienen también sus propias carreras y trayectorias, en algunos casos ambiciosas y llenas de proyectos paralelos junto a otros artistas de reconocido talento, y en diversos estilos. Es el caso del teclista John O`Hara, que además es director de orquesta, ha trabajado a menudo en el teatro (ya fuera como director musical de algún Ballet o de alguna Ópera), y enseña en algunas Universidades británicas. David Goodier pasó de ser profesor de Arte Dramático a colaborar como bajista con numerosos artistas de jazz, rock, flok, blues, soul e incluso salsa, tanto en los teatros como en la radio o la tele, en festivales y en clubes, y también da clases.
El batería Scott Hammond no sólo hace giras con su mujer (que toca el saxofón, teclados variados y canta), también lo hace con numerosos músicos europeos, algunos de fama mundial (¿os suena Bruce Dickinson, por mencionar uno?). El veinteañero Joe Parrish casi nació con una guitarra en la mano, y pasó de ser fan total de IRON MAIDEN (en su adolescencia) a profundizar y desarrollarse en estilos más folk y rock, hasta llegar a la música clásica y orquestal, y a dar clases y participar en muchos proyectos, pese a su juventud.
Ahora en 2020, tras medio siglo de trayectoria, tras haber producido todo lo que os he contado y tras haber dado más de 3000 conciertos por todo el planeta, celebran sus Bodas de Oro musicales con una media de 100 conciertos al año, y algunos de ellos los podrán disfrutar aquí en nuestro país unos pocos privilegiados. Si tú eres uno de ellos, felicidades por esta oportunidad.
Texto: Mar Fuertes
¿Vemos una actuación clásica del grupo para ponernos los dientes largos?
Aunque inicialmente se anunciaron dos conciertos seguidos ahora en febrero, la oferta se ha ampliado y aquí será donde algunos podréis verles (atención a los meses):
- Viernes 28 de febrero, sala Barts, Barcelona
- Sábado 29 febrero, Palacio Municipal de Congresos IFEMA, Madrid
También les veremos en verano en estas dos fechas:
- Domingo 14 de Junio, Plaza de Toros, Almería.
- Miércoles 12 de Agosto, en el 58º Festival Porta Ferrada, Sant Feliú de Guixols, Gerona.
Los conciertos de Barcelona y Madrid los organiza Madness Live. Las entradas estaban a la venta en Madness Live y en Ticketmaster, pero ya están completamente agotadas para ambos eventos. Se vendían a distintos precios, a partir de 55 euros. ¡Allí nos vemos!