SONATA ARCTICA, y compañía, no marcaron en su nueva visita a Madrid

Sonata1SONATA ARCTICA + TRIOSPHERE + STRIKER (Domingo, 5 Marzo, sala La Riviera, Madrid)…

Hace unos días nos volvieron a visitar los fineses SONATA ARCTICA, en una gira triplete tan de moda actualmente pero que, al menos esta vez, no funcionó, ni encima ni debajo del escenario. En este caso, más que una crónica al uso, nos permitimos ofreceros un artículo/comentario del concierto un tanto más personal y genérico, mojándonos como siempre hacemos: 

La banda finlandesa volvió a actuar en nuestro país, teloneados en esta ocasión por el grupo noruego de metal progresivo, TRIOSPHERE, y los canadienses STRIKER (de lo poco salvable esta noche, ya lo adelantamos) en una velada con muy poco público en La Riviera (unas trescientas personas) y tónica de aburrimiento generalizado, excepto para los muy fans de Tony Kakko y Tommy Portino (miembros originales y creadores de SONATA ARCTICA hace ya 20 años, inicialmente aún como TRICKY BEANS, para los que gustan saber de estas curiosidades), cuyos ecos engolados de metal sobredimensionado se proyectaron a lo largo y ancho de la Riviera del río Manzanares.

Heavy-Metal a granel en un domingo que bien pudo ser de gramos (como cantaban MAGO DE OZ en su momento), pero acabó siendo una especie de prueba del algodón, donde comprobamos una vez más cuán sobrevalorado está el quinteto finlandés, dentro de un género, el power-metal, que tampoco pasa por sus mejores momentos, dicho sea de paso. Tuvieron su momento, lo hicieron bien, se reinventaron, pero nunca han vuelto a reverdecer laureles del pasado, ni siquiera rememorando hace poco su disco más popular, “Ecliptica”. Ahora con nuevo disco bajo el brazo, “The ninth hour”… tampoco.

Striker4A diferencia de la finura y elegancia que mostraron los madrileños DARK MOOR por ejemplo el día anterior también en Madrid, en la celebración de su 20 aniversario en la Sala Arena (como os contamos aquí), los finlandeses se mostraron como un combo vulgar donde predomina el discurso de doble-bombo y las voces altisonantes, que parecen sacadas de una caja de grillos (del teatro de los sueños), cuyas virtudes deforman en un magma espeso y viscoso, sin pies ni cabeza. Para mayor fastidio, todas las canciones son bastantes parecidas entre si (defecto que se le puede perdonar a un combo punk-garajero de tres acordes, pero no a estos adalides del metal operístico, épico y sinfónico). Su concierto nos recordó a una gallina poniendo huevos, presuntamente muy elaborados y pomposos todos, pero muy huecos en el fondo.

Todo comenzó bien, a ritmo de heavy metal clásico y potente de la mano de los STRIKER, aún con la sala bastante vacía y los seguidores de los protagonistas un poco perdidos con la propuesta tan heavy, valga la redundancia, de los canadienses. Quizás no era la mejor gira para meterse, pues sus fans no lo son de SONATA ARCTICA ni viceversa. Aún así, oficio, buena imagen, buenas canciones, no tan buen sonido y pasar el corte sin pena ni gloria en una noche que no era la suya y en un lugar y hora en el que tampoco terminaban de encajar. Bien y a otra cosa… Deje más progresivo, exquisito y técnico… pero aburrido en la segunda apuesta de la noche…

Triosphere3Buena banda, con bajista femenina además, que siempre luce, pero tampoco… De todos modos, si durante la actuación de TRIOSPHERE nos aburrimos como una ostra, la hora y media de SONATA ARCTICA se nos hizo eterna. Seguro que en otro momento veremos a TRIOSPHERE, y a STRIKER, en mejores condiciones y delante de su público, donde jugarán bazas más fuertes y apostarán a ganador, que esta noche ni era su gente ni siquiera mucha gente los que les vieron y disfrutaron, una pena pero así fue.

Aquí debajo vemos galería de fotos de las dos bandas teloneras:

SONATA ARCTICA:

Desde las primeras tonadas con cortes más actuales en general: “Closer to an animal”, “Life”, “Wolfes die young”, “In black and white”…, hasta las ultimas perlas del show: “Misplaces”, ”I have a right” o “Don’t say a Word”, más clásicas, el trasiego se nos hizo un poco difícil, hasta tal punto que, si no abandoné el recinto, fue por pura vergüenza torera. Para que luego no digan que las crónicas las hago desde casa básicamente, que no es nuestro estilo, ni lo será… Como diría Groucho: hay una reputación que mantener.

Sonata5Pensaba yo, en mi ingenuidad (que a veces me sorprende) que al menos sacaría algo en claro, si no en las canciones, al menos en la interpretación de los músicos sobre las tablas. Que tal redoble me podría encandilar o que algún solo o algún punteo podría llevarme en volandas durante un rato, pero ni eso… Quizás fuera yo, que el día de autos estuviera negado, pero incluso en los ratos más amargos o más cansinos, siempre un riff te despierta del letargo, algunos desarrollos armónicos te elevan de la monotonía o ciertas estructuras sonoras te hacen levantar el ánimo y observar con atención. Con la cabeza en otra parte, pasé tres cuartas partes de la actuación.

Podría afirmar que ese domingo, mi habitual siesta me la eché de pie, y al final, ante tamaño aburrimiento y escalas tan previsibles, me dio por elucubrar tácticas futboleras para derrotar al PSG y salvar la eliminatoria, milagro que se concretó (no del modo esperado, sino de una forma mucho más surrealista y gloriosa) tres días después. Toda la emoción que faltó en el recital de SONATA ARCTICA, me la proporcionó el Divino Tridente blaugrana un miércoles de pura Gloria y Pasión… pero ése es otro tema. A veces, la bendita locura rocanrolera hay que buscarla en otra parte. Y nosotros siempre encontramos la inspiración, aunque sea en cosas tan pedestres como el balompié.

Cualquier lector mínimamente neutral, al leer esto, podría pensar que estoy completamente chiflado (y colgado por el fútbol). Puedo asegurar (y aseguro) que también lo estoy por el ROCK N’ ROLL (así con mayúsculas) y que el FALSO METAL me mosquea una barbaridad. Al fin y al cabo es una cuestión de sentimientos, lo que te conmueve y te hace vibrar, y lo que no. Puedo asegurar (y aseguro) que hay más magia y pasión en un arrebato inspirado de Messi y compañía, que en cien minutos de SONATA ARCTICA, por mucho que su canto ampuloso quiera romper géneros y traspasar fronteras. Los aficionados al ROCK argentino, saben bien de lo que hablo…

Sonata3No nos gustaron, nada, y no es la primera vez, así que tal vez no seamos nosotros ni nuestros gustos. O sí, ¿quién sabe?, que quizás nuestra delicada boca de asno (y orejas de burro) no son dignas de paladear ciertos tipos de miel.

Texto: Fran Llorente (Madrid)

Fotos: Marce Miramendi (Barcelona)

Debajo tenemos la galería de fotos correspondiente de SONATA ARCTICA y un vídeo amateur de la noche (como se suele decir, como muestra un botón, con la gente en las primeras filas con ellos, pero poco más):

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