Crónica RockFest BCN 24 _ Viernes 5 julio (primera jornada)
Ya hemos dicho que es imposible cubrirlo todo en festivales de estas características, así que tras la intro, vamos con un resúmen amplio y profuso de lo que fue la primera jornada oficial del Rockfest24. Nos lo cuenta con su clase y tino habitual el gran Fernando Galicia (con fotos excelentes de Manu Damea):
Rock Fest 2024 – Viernes 5 de Julio (Parc de Can Zam, Santa Coloma –Barcelona-)
- MOTOSIERRAS:
Barcelona Rock Fest siempre tiene la deferencia con los grupos locales de guardarles un sitio en sus escenarios para comenzar la jornada. De esta forma, la difícil tarea de abrir la edición de 2024 recayó sobre MOTOSIERRAS. La banda de punk rock de Santa Coloma de Gramanet está inmersa en su gira de 35 aniversario, y aunque actuó bajo un sol de justicia y con el poco público que aún iba entrando al recinto, durante media hora dieron muestra de su estilo potente y descarado, desgranando temas como “No lo hagas más” o “I don’t remember you”, y con un buen sonido que, como se pudo comprobar en las tres jornadas, fue la tónica general del festival.
- RHAPSODY OF FIRE:
Los italianos fueron los encargados de abrir las actuaciones en el otro escenario a las 15:00, aún con el sol abrasador sobre nuestras cabezas. La formación, liderada por Alex Staropoli (único miembro original), desgranó durante una hora un setlist de once temas un tanto irregular en el que repasaron nueve de sus álbumes de estudio. De esta forma, aunque abrieron con “Unholy Warcry”, rápidamente dieron cabida a dos temas de su penúltima entrega (Glory for salvation -2021-), “I’ll be your hero” y “Chains of Destiny”.
Todo el concierto destiló esa sensación de goma elástica en el que, como no podía ser de otra manera, triunfaron los dos grandes hits de la banda, “Dawn of Victory” y “Emerald Sword”, en las que el público se vino totalmente arriba. Y aquí viene la primera reflexión que me vino a la cabeza en relación a los setlist para un festival: aunque siempre es de elogiar que las bandas defiendan su legado más reciente, ¿hasta qué punto un festival es el mejor sitio para darle prioridad, toda vez que sabes que gran cantidad de público no es el tuyo en particular? Ahí la dejo…
En cualquier caso, RHAPSODY OF FIRE hicieron un buen concierto en el que sin embargo, como me ha pasado siempre con ellos y aunque entiendo que es por sus características musicales, con tantos coros y orquestaciones, me sigue pareciendo que abusan de pistas pregrabadas que a otros, por mucho menos, no se les perdonan.
Aquí podemos ver una primera galería de fotos del día.
- KONTRUST:
Repetían los vieneses en Rock Fest, y me dio la misma sensación que la última vez que les vimos: no me gustan. No me preguntéis por qué, pero me siguen recordando a ACQUA (sí, los del “Barbie girl”) pero en metal. Vaya esto por delante pero sin detrimento en reconocer que su propuesta es muy fresca, divertida, diferente y que tiene su fans. Los mismos que, aunque les costó un poco, se iban arrimando a las primeras filas sin parar de saltar a pesar del calor. Y es que el concierto, si hay algo que desde luego tenía, era un ambiente festivo y en el que la banda hizo constante guiños a la gente para que se metieran en el ajo. Como viene siendo habitual en ellos, salieron muy enérgicos ataviados con sus trajes típicos austriacos y no dejaron de animar durante la hora completa que duró su show.
Un show que, sin embargo, no terminó de despegar hasta que sonó “The butterfly defect”, y que fue de menos a más, culminando muy arriba con “Hey DJ” y “Bomba”. Insisto, no son para mí, aunque reconozco que grupos como estos son la nota de color en un festival orientado al heavy metal de corte más clásico. Eso sí, me da la sensación de que es ese tipo de grupos que, aunque en lugares como Alemania tienen una buena cuota de seguimiento, aquí no van a terminar triunfando. El tiempo lo dirá… y si me equivoco ya saldré retratado en la maldita hemeroteca.
- KORPIKLAANI:
Los finlandeses son siempre sinónimo de fiesta, así que encontrárselos en un festival es una oportunidad magnífica para declarar el estado de buen rollo. Esta vez no iba a ser menos, aunque las condiciones no fueron las mejores: con el sol de cara a las 17:10 y con un sonido regulero (que mejoró a medida que avanzaba la actuación), consiguieron meterse en el bolsillo a los que nos plantamos delante del escenario…. Y a los no pocos que se fueron animando cerveza en mano.
KORPIKLAANI cuenta además con otra desventaja, y es que la mayoría de sus temas están en finés, así que hay que fiarlo todo a la música. Afortunadamente han encontrado una fórmula que siempre funciona bien cuando se pretende montar una juerga: melodías pegadizas unidas a una instrumentación perfecta para su folk metal, acordeón y violín incluidos, que les han aupado hasta convertirles en una de las mayores referencias de este estilo. Temas como “A man with a plan”, la súper festiva versión de “Gotta Go Home” (Bonney M.) o su archiconocida, y festiva, “Vodka” (con la que cerraron) lo atestiguan, y mantuvieron al público enchufado hasta el final. Y es que programar a estos simpáticos borrachines siempre es un acierto.
Aquí vemos la segunda galería de fotos del día.
- CAVALERA:
Una de las actuaciones más esperadas de toda la jornada era la que los hermanos Cavalera debían ofrecer sobre las tablas del Stage Rock, a los que íbamos a ver por primera vez juntos tras su salida de SEPULTURA. Y la ocasión era inmejorable, con Max e Igor dispuestos a recuperar su legado con respecto a la banda madre, y después de haber regrabado los discos clásicos Morbid Visions y Bestial Devastation. Ya desde el principio lo dejaron muy claro, no solo con el logo de CAVALERA con la misma tipografía que con la de SEPULTURA, sino con el propio Max, tan pasado de kilos como de ganas de dar un puñetazo en la mesa, proclamando que eran “los auténticos SEPULTURA”. Y el repertorio terminaría de apuntalarlo, compuesto íntegramente por temas de la banda brasileña.
La actuación fue de manos a más, con un inicio algo plano en el que abrieron con “Bestial Devastation”, “Antichrist” y “ Necromancer”, y en el que Max Cavalera ya comenzó a pedir movimiento abajo en forma de circle pits. En realidad no hacía falta azuzar demasiado a un público que estaba entregado desde el principio y que, ahora sí, era numeroso. De no haber sido por la coincidencia con el fútbol estoy convencido de que la afluencia hubiera sido aún mayor (el partido entre España y Alemania era a la misma hora, y lo estaban poniendo en la pantalla de la barra central; me di una vuelta para ver precisamente la incidencia que estaba teniendo este hecho, y resultaba cuando menos curioso ver a los futboleros agolpados delante de la pantalla al ritmo de los CAVALERA).
Sin duda el punto más alto del concierto fue cuando empezó a sonar “Refuse/Resist”, que unida a “Territory” consiguió transportarnos del todo a aquella época en la que SEPULTURA fueron una auténtica revelación en el mundo del metal. Terminarían el show con un medley de “Black Magic”, “Dead Embryonic Cells” y “R.I.P. (Rest in Pain)”. Me llamó la atención no escuchar nada de Roots, pero fue un mal menor para uno de los mejores conciertos de toda la jornada… y del festival.
- PRIMAL FEAR
Es de esos grupos de los que podemos decir que son una apuesta segura en cualquier festival. Siempre he pensado que su reconocimiento está muy por debajo de su calidad, y que merecen estar mucho más arriba en el escalafón de clásicos del estilo. Su actuación en esta edición de Rock Fest no ha hecho sino demostrarme una vez más este pensamiento, y a tenor de la gran cantidad de público presente, me atrevería a decir que no soy el único que lo piensa.
El setlist de los alemanes estuvo muy repartido en su discografía, con especial hincapié en los primeros álbumes, de los que fueron interpretando una canción de cada uno, aunque hicieron un inciso de su última entrega, Red Code, del que interpretaron hasta tres temas. De esta manera, tras abrir con “Chainbraker” (Primal Fear) y “Rollercoaster” (Seven Seals), dieron paso al trío más reciente con “The World is on fire”, “Deep in the night” y “Another Hero”. Después, “Nuclear Fire”, “King of Madness”, “The End is Near”, “Metal is Forever” y “Final Embrace” completaron un setlist de clásicos que dejó satisfecho a todo el mundo.
Por lo demás poco hay que decir que no se sepa ya de PRIMAL FEAR, siempre competentes y enérgicos. Lástima que comenzaran con algunos problemas de sonido que empañaron su salida a escena, aunque a partir del tercer tema todo fue rodado…
- CRISIX:
Los catalanes llegaban a Rock Fest de rebote, tras la caída del cartel de ÁNGELES DEL INFIERNO, y con el ambiente algo enrarecido por alguna polémica surgida en redes sociales que, sinceramente, nunca terminé de entender. Sigo diciendo que hay mucho ofendidito y que las redes sociales son una hoguera en la plaza pública en la que cualquiera puede acusar al vecino para verle arder.
Así las cosas, cuando tienes una actividad en estos sitios que supera la media, siempre estarás mucho más expuesto que el que la abre solo para mirar. Y CRISIX no solo son muy activos en redes, sino que han sabido construir gran parte de su reputación a partir de ellas… y de conciertos en directo, colocándose como una de nuestras bandas más internacionales.
Polémicas aparte, ver a CRISIX en directo siempre es una fantástica experiencia. Pocos grupos actualmente saben combinar la potencia del mejor thrash metal con la frescura que otorga la juventud; esa misma que les hace moverse en redes como pez en el agua. Otros tiempos, otras costumbres, está claro. Y se agradece. La sensación de que no le tienen miedo a nada hace de ellos una máquina de directo, que al mismo tiempo que insufla aire fresco me retrotrae a grupos como los mejores ANTHRAX.
Lo primero que llamaba la atención de su show fue el colorido: en contraste con el habitual negro que inunda la estética metalera, los colores amarillo y rosa eran los que predominaban en el escenario. A partir de aquí lo de menos era el setlist, porque desde la inicial “Bring’em to the pit” cada tema era una fiesta. Especialmente a partir de “Brutal Gadget”, donde Juli salió con vestido como “La Máscara” (y que terminó maracas en mano a ritmo de “Cuban Pete”). Fue una alegría poder ver a Javi Carry de nuevo en el escenario, después de tantas fechas de baja (una de ellas en Madrid junto a S.A. y ÁNGELUS APÁTRIDA, donde también estuvimos). Como ya es habitual, si los conciertos son de por sí explosivos, los finales aún más:
El medley de versiones “Fight for your right” (Beastie Boys) / ”Walk” (PANTERA, gran reclamo de esta edición del festival) / ”Antisocial” (TRUST, pero popularizado por ANTHRAX… y aquí tocado también por LOS SUAVES) puso patas arriba el concierto, seguido de una enorme “GMM (The Great Metal Motherfucker)”, que personalmente me parece una de las mejores de su discografía. El final con “Ultra Thrash”, con Javi Carry navegando sobre el público tocando la batería en una plataforma y que culminó ya en el suelo junto a Busi en medio de un circle pit, puso el broche de oro a una actuación sobresaliente.
Sólo ellos saben dónde tienen su techo. Enormes.
- KK’S PRIEST:
Para cualquier seguidor de JUDAS PRIEST la visita de KK Downing era motivo suficiente para acudir a la cita de este viernes. Con dos discos en solitario a sus espaldas, a nadie se le escapaba sin embargo que, seguramente, el de Rock Fest fuera un show plagado de clásicos metalicos, incluyendo varios de los que no sonaron en la gira de la banda madre pocos días atrás. Dicho y hecho, KK’S PRIEST salieron a por todas ante un público que les esperaba con ganas. Comenzaron defendiendo su propuesta más reciente, ese Sermons of the Sinner del que sonaron “Hellfire Thunderbolt” para abrir… y “Raise your fists” para cerrar. “Strike of the Viper” y “One more shot at Glory”, de su anterior y primer The Sinner rides again, completaron el elenco de temas propios al principio del show, dejando vía libre para toda una batería de canciones de JUDAS PRIEST que Downing reclama también como parte de su legado.
Resulta cuando menos curioso escuchar, con apenas 15 días de diferencia, varios de los clásicos de los británicos a manos de unos y otros, sobre todo cuando (como pudimos comprobar hace poco) JUDAS PRIEST están en un estado de forma tremendo. Las comparaciones son odiosas, pero hay que ser positivo y quedarse con lo mejor de ambos mundos. KK Downing salió reivindicando no solo su legado, sino también su imagen más tradicional enfundado en su ropa de cuero y tachas. A su lado, un Ripper Owens que, como complemento perfecto, ofrecía también “la otra versión”, y además lo hizo pletórico de voz. Como añadido, KK’S PRIEST fueron la primera banda que contó con fuego sobre el escenario, lo cual le daba un entorno aún más épico si cabe.
El rodillo comenzó a girar con “The Ripper” para alegría de los fans; un tema que no suele sonar en el repertorio habitual de JUDAS PRIEST, pero que Tim “Ripper” Owens acostumbra a interpretar por motivos evidentes. “Night Crawler” fue la siguiente, también muy celebrado por quedar habitualmente a la sombra de otros como ”A Touch of Evil” o, últimamente, “Between the Hammer and the Anvil” en los setlist de la banda madre. La gran alegría llegó con “Burn in Hell”, de los directamente desterrados discos con Ripper Owens. Está claro que sorpresa no podía ser teniendo en cuenta que Downing y Owens son cabezas principales de aquellos Jugulator y Demolition que, muy a mi pesar, ya no se encuentran ni en plataformas digitales.
Nunca entenderé esa cabezonería por censurarlos cuando no dejan de ser parte de la historia de la formación de Birmingham. De hecho, la sorpresa para mí fue que no decidieran interpretar ninguno más de esta etapa en lo que creo que fue un error manifiesto. Canciones como “Death Row” o “One on One”, por nombrar un par, hubieran sido toda una declaración de intenciones a la par que, estoy seguro, bien recibidas por el público. “Beyond the Realms of Death” y “Hell Patrol” (otra de las frecuentemente olvidadas) completaron una primera ristra que, curiosamente, no escuchamos en junio en los conciertos de JUDAS PRIEST.
Las tres siguientes sí, y con sensaciones muy distintas; “The Green Manalishi”, “Breaking the law” y “Victim of Changes” sonaron rápidas y potentes, podríamos decir que remozadas, lo cual da otra visión de los temas. Personalmente prefiero las de toda la vida, pero en cualquier caso fue una gozada escucharlas de esta manera. El final con “Raise your fists” supuso un pequeño bajón justo cuando el público estaba entregado, pero fue un mal menor.
Gran concierto de KK’S PRIEST, al que sin embargo sigo viendo más pendiente de referenciar a JUDAS PRIEST que de tener ideas propias. En parte me recuerda al caso doméstico de BARÓN ROJO y Sherpa. Desde el nombre del grupo hasta el título de los discos (¿en serio hacía falta lo de “Sinner” en ambos?… que, si me permitís el chiste, voy a empezar a llamarle “Pecador de la pradera”) o de los temas (para muestra un botón, “One more shot at glory”). Estoy convencido de que el día que se “independice” empezaremos a ver su potencial real.
Mientras tanto sigamos disfrutando de estos “otros PRIEST”. Pero las cosas como son: KK’s PRIEST no son, ni de lejos, JUDAS PRIEST. Y de este burro no me bajo. El que dude, que compare Firepower e Invincible Shield con los dos “sinners” (y eso que sobre todo el primero es muy bueno)… Ya os dije que las comparaciones son odiosas.
Aquí tenemos la tercera galería de fotos del día.
- SODOM:
SODOM llegaban a Rock Fest como uno de los principales reclamos para los fans más acérrimos del thrash metal clásico. Su participación, no obstante, no anduvo exenta de polémica toda vez que se tomó la decisión de mover su presencia del sábado al viernes, y de un escenario principal al de la carpa. Lo primero se debió, según la propia banda, a motivos logísticos que les impedían actuar el sábado; y lo segundo, según pude saber más tarde, se debió al delicado estado de voz de Tom Angelripper, que ya les había hecho cancelar varios de sus shows europeos. De esta manera, de acuerdo con el grupo, en caso de no poder actuar era menos trastorno para el festival sustituirles.
Así las cosas, SODOM sí se presentaron en una carpa abarrotada… aunque con un retraso de más de veinte minutos que hizo temer lo peor. Empezaron sonando bastante mal, aunque poco a poco se fue templando y consiguieron sacar adelante un concierto que parecía condenado al fracaso de antemano. Tom Angelripper no sufrió en exceso, y mantuvo un nivel muy alto durante la hora escasa que estuvieron sobre las tablas en las que tuvieron tiempo de desgranar doce temas que sirvieron de homenaje sobre todo a sus primeros tiempos.
Precisamente esto último es lo que más me llamó la atención, ya que más de la mitad de los temas (nueve) fueron de los discos de los 80 In the sign of Evil -EP, 1984- (“Blasphemer” y “Outbreak of Evil”), Persecution Mania (1987, “Procession of Golgotha”, “Christ Passion”, “Nuclear Winter” y “Bombenhagel”) y Agent Orange (1989, “Agent Orange”, “Ausgebombt”, “Remember the Fallen”), y de los tres restantes sólo uno (“Conflagration”, de Partisan -2018-) rebasaba la línea del año 2000. Apuesta segura para un festival que les esperaba con los brazos abiertos.
- W.A.S.P.:
Y si la actuación de SODOM estaba envuelta en polémica, no sería menos la de unos W.A.S.P. que ya se han acostumbrado a vivir en ese alambre de ver cómo se les mide, merecida o inmerecidamente, por un rasero más bajo que al resto. Como aquí siempre nos mojamos, diré que es cierto que la actitud de Blackie no ayuda mucho a considerarles con ese estatus de leyenda que sí tienen bandas de su misma categoría, y que todo el asunto de las pistas grabadas no les ha hecho ningún favor (todo lo contrario); pero también diré que me parece injusto el trato que se les está dando por un amplio sector de público que, muy en línea con todo lo que ocurre hoy en día a través de las redes sociales, ya sea política, deportes o asuntos de calado social, amplifica y exagera los acontecimientos.
Lo primero que causó revuelo fue que les colocaran de cabeza de cartel, aunque no es nada que no hayamos vivido en Rock Fest, como cuando lo fueron SAXON. Que a toro pasado es fácil hablar, pero recuerdo que antes del bolazo que se marcaron Biff Byfford y los suyos todo fueron críticas a la organización. Nunca llueve a gusto de todos.
Yendo a lo que fue el concierto en sí, lo primero que llamó la atención fue ver a Blackie Lawless sentado en una silla en medio del escenario. Ya estábamos advertidos viendo sus últimas apariciones, y está claro que la espalda no le está permitiendo ser él al 100%. Por otro lado, tampoco es que en los últimos años se muestre muy activo en el escenario (sí, alguna vez se ha encaramado al micrófono… con pésimas consecuencias), así que en mi opinión esto no afectó demasiado a la marcha del show. De hecho, la última vez que tocaron en Rock Fest lo hicieron desde el fondo del escenario sin apenas luces, lo cual fue muy criticado en su momento (y con razón).
Dicho todo lo anterior, llegado este punto voy a saltar al final de lo que debería ser esta crónica: W.A.S.P. hicieron un conciertazo esta noche donde, dejando a un lado la espalda de Blackie, todo fueron parabienes. El sonido fue espectacular, con una banda que (siempre lo he dicho) está en un estado de forma fantástico y en el que destaco la labor de un Doug Blair inconmesurable (comentar que el guitarrista lleva más de 20 años en la banda, las cosas como son); la voz de Blackie sonó potente, con sus aciertos y sus fallos, pero transmitía esa energía que es el sello de los norteamericanos. Y conectaron con el público, ¡vaya si conectaron!
Alguno estará ya pensando en el famoso asunto del playback y las dichosas pistas pregrabadas, así que abordaré el tema sin más dilación: No, no hubo playback. La voz de Blackie sonó como es, incluyendo sus errores de afinación que no escondió en ningún momento. Sí llevan, y el propio frontman lo ha dicho en más de una ocasión, voces pregrabadas de apoyo… que en ningún caso son la voz principal, sino coros y segundas voces que W.A.S.P. siempre ha metido en sus discos. Se notó especialmente en “Chainsaw Charlie”, justo antes del estribillo. Nada grave y nada que no hagan otros grupos, grandes o pequeños (sin ir más lejos, no sé qué hubiera sido de RHAPSODY OF FIRE en este mismo festival sin las pistas de apoyo).
Me dio la sensación precisamente de que Blackie Lawless quería demostrar algo esta noche, y de ahí que la voz sonara más alta que otras veces en las que les he visto: no quería tapar absolutamente nada. De hecho, hizo algo que nunca le había visto hacer: una larga e íntima intro para “Wild Child” él solo cantando con su guitarra “a pelo”, sin nadie más encima del escenario, antes de dar pie a sus compañeros para iniciar el tema. Y fue bueno, ¡muy bueno!
Por lo demás, todos sabemos que W.A.S.P. hacen conciertos cortos, de apenas una hora y 10 minutos, así que a ninguno nos extrañó que esta vez no fuera distinta, por muy cabezas de cartel que fueran. ¿Discutible? Sin duda, siendo yo el primero que cree que deberían dar esos 20 minutos de más que esperan todos los fans… aquí y en cada concierto suyo en solitario.
Sorprendió el arranque del setlist, con un potente “Blind in Texas”, otrora utilizado para cerrar. A partir de aquí tampoco innovaron mucho, todo hay que decirlo, así que fueron sucediéndose clásicos como “L.O.V.E. Machine”, “The Real Me”; una sección central donde (como siempre) dan preferencia a The Crimson Idol, del que sonaron “The Idol”, Chainsaw Charlie (Murders in the new morgue)”, una espectacular “Miss You” (que si bien no pertenece a dicho álbum de manera oficial, sino a su más reciente Golgotha, sí estaba en la composición original del disco y la han recuperado en la revisión que han hecho del mismo, colocándola en el lugar en el que estaba pensada), la tremenda “Arena of Pleasure” y “The great misconceptions of me”; y “Wild Child” y “I wanna be somebody”, en la que se recrearon dividiendo a la gente en dos para cantar el estribillo (como habitualmente).
Incluso aprovecharon para el momento bizarro del show, cuando Blackie Lawless paró para decir “España, escucha, España 2, Alemania 1”… y ponerse a tocar nuestro querido “oéoéoé”. Una nota de color para un concierto que, de no ser por la corta duración, sí fue digna de un cabeza de cartel. Esta vez sí.
Aquí vemos la cuarta galería de fotos del viernes.
Texto: Fernando Galicia Poblet / Fotos: Manuel Damea Morenas y RockFest Oficial.