Crónica de OPETH + VOIVOD en Madrid

Dupla tremenda y un gran concierto especial de la mano de unos grandes del prog, OPETH, y unos legendarios del thash (técnica y cuasiprogresivo), VOIVOD. Os lo contamos y mostramos de la mano de dos Fernandos muy grandes: Galicia y Tribiño: 

OPETH + VOIVOD – Madrid, La Riviera – 25 de noviembre de 2022

Opeth

Día laborable, gris, frío y temprano… Todos esos factores enemigos de la música en directo se dieron cita el pasado viernes 25 de noviembre en la sala La Riviera, junto a los amantes del metal progresivo, para acudir a una convocatoria ineludible: la celebración por todo lo alto del XXX aniversario de OPETH. Un cumpleaños del que ya habían avisado que sería especial, motivo de más para intentar no perdérselo.

Pero por si fuera poco aliciente, con ellos venían VOIVOD y su propia fiesta. Para entendernos: si OPETH cumplen 30 años, los canadienses están celebrando los 40; y si OPETH tienen ya 13 discos, VOIVOD tienen 15. Digo yo que 28 discos de progresivo dan para muchos, muchos, muchos temas… y horas de concierto, pero que evidentemente hubo que concentrar en un total de menos de cuatro.

VOIVOD:

Matemáticas, que es una de las cosas que más gustan a VOIVOD con su propuesta temática a caballo entre lo apocalíptico y lo tecnológico, dentro de ese marco de thrash prog que tan bien defienden desde 1982. La banda, comandada por los miembros originales Michael Langevin “Away” y Dennis Bélanger “Snake”, acompañados por Dan Mongrain “Chewy” a la guitarra y Dominic Laroche “Rocky” al bajo, tuvo que lidiar con el ambiente gélido de las 19:00, con una sala medio vacía y un público que poco a poco iba entrando en calor… y en el recinto, aunque con cuentagotas. Tarea nada fácil la de encender la mecha de una audiencia tan exigente como era la de esta noche, acostumbrada a las interpretaciones perfectas y el sonido pulcro.

Voivod

Abrieron con “Experiment”, de su álbum Dimension Hatröss (1988), que a la postre sería el tema más antiguo que sonó en todo su show. Llamó la atención que, además de presentar su más reciente Synchro Anarchy, del que interpretaron el propio “Synchro Anarchy”, “Holographic Thinking” y “Planet Eaters”, de los 15 discos de estudio que tienen concentraran el resto del espectáculo en el breve período comprendido entre 1988 y 1993, con obras de Nothingface (-1989- “The unknown knows” y la final -y esperada- versión de “Astronomy Domine”, de Pink Floyd), Angel Rat (-1991- “The Prow”, una de las mejores de su concierto) y The Outer Limits (-1993- “Fix My Heart”), obviando su etapa más inicial y los últimos casi treinta años de carrera, con la excepción de su nueva entrega, de este mismo 2022. Cierto es que los 45 minutos escasos que estuvieron sobre las tablas no daban para hacer un recorrido extenso, pero el dato es cuanto menos curioso.

Sobre la actuación en sí, cualquiera que no hubiera visto previamente en directo a los canadienses estaría sorprendido por su manera de desenvolverse en el escenario, con un Snake con pinta de borrachín simpático deambulando por la tarima y cantando mientras sus compañeros, con Away como jefe absoluto dirigiendo desde la batería, se desempeñaban con rigor metronómico. Y sonrisas, nada que ver con las caras de mala leche más habituales en el thrash metal. Por establecer un paralelismo, era como estar viendo a sus compatriotas ANVIL, pero musicalmente más duros. El comienzo fue flojo, aunque los que estaban ya dentro de la sala, conocedores de la banda, les auparon coreando los temas. Pocos, sí, pero con muchas ganas y las gargantas preparadas.

A partir de “The Prow” todo mejoró enteros, incluso el aforo, y para cuando terminaron aquello ya se parecía más a una fiesta que a un funeral. Al final todos contentos, y con una sensación de buen rollo general. Bien por VOIVOD, que cumplieron con creces en su papel de banda underground, defendieron su propuesta con buen hacer y consiguieron caldear el ambiente.

Galería completa de fotos de VOIVOD en Madrid en este enlace.

Voivod

Setlist VOIVOD:

  1. Experiment
  2. The Unknown Knows
  3. Synchro Anarchy
  4. Holographic Thinking
  5. The Prow
  6. Planet Eaters
  7. Fix My Heart
  8. Astronomy Domine

OPETH:

La expectación por la gira Opeth Evolution XXX by Request está siendo enorme a lo largo de todo el periplo de los suecos. Ahí quedan las buenísimas entradas que están teniendo en todos los recintos del tour, de aforo grande (hablamos de salas, no de estadios ni pabellones), colgando el cartel de “no hay billetes” en la mayoría de ellos. En España no iba a ser menos, y si no se vendieron todas las entradas poco debió faltar a tenor de lo que vimos en Madrid.

Opeth

Las razones son variadas, pero más allá de la calidad indiscutible de la banda, que se ha granjeado por ello a miles de seguidores, pesaba seguro el hecho de que, por un lado, hacía más de diez años que OPETH no pasaba por salas en España (sí lo han hecho en festivales, como el Resurrection Fest o el Leyendas del Rock en este mismo 2022, o el Rock the Coast en 2019, pero en sala y con escenario propio, si no recuerdo mal, noviembre de 2011 junto a PAIN OF SALVATION); y por otro, la manera en la que venían a celebrar su 30º aniversario, con un repertorio escogido mediante una encuesta entre sus fans, a razón de tema por disco para recorrer los treinta años de carrera.

Ya lo había avisado Mikael Akerfeldt: era la ocasión perfecta para acercarse a OPETH, toda vez que iban a interpretar temas que nunca habían tocado, o que hacía mucho tiempo que no sonaban en directo, y que no volverían a hacer al menos en un futuro próximo. Sobre el papel sería una celebración de aniversario, de acuerdo, pero leyendo la letra pequeña también tenía la pinta de ser una manera de pasar página antes de seguir con su evolución… Una evolución, por otra parte, no exenta de críticas, sobre todo de sus fans más antiguos, que han visto cómo OPETH han pasado en este tiempo del metal extremo progresivo al prog rock; de sonidos más ásperos a los pasajes más ambientales y melódicos; de las voces guturales a la limpieza total.

Nada de eso importó esta noche. Con una sala, ahora sí, a reventar, a las 20’15h se apagaban las luces y comenzaba a sonar por megafonía el “Seven Bowls” de APHRODITE’S CHILD (aquel grupo progresivo de final de los 60 integrado, entre otros, por Vangelis y Demis Roussos), toda una declaración de intenciones y de los derroteros más actuales de la banda. A partir de aquí, sin aspavientos, ni fuegos ni parafernalia, con un escenario en dos alturas que situaba en la parte superior la batería y los teclados, y acompañados únicamente por su juego de luces y una pantalla trasera, fueron desgranando un setlist que no por ser de dominio público a cuenta de la votación fue menos espectacular. Había muchas ganas de ver a los suecos, y de principio a fin la comunión entre público y banda fue más que evidente.

Opeth

No tendría sentido, por tanto, enunciar uno a uno cada uno de los temas que sonaron. Para eso los dejo al final de esta crónica. Sin embargo, sí merece la pena detenerse en algunos detalles del mismo, como el hecho de que el repertorio incluyera la extensísima “Black Rose Inmortal”, con sus más de 21 minutos de duración intactos, y que por primera vez en su carrera interpretaron en directo.

Así eran las reglas del juego: la gente la eligió como representante de Morningrise (1996), y ellos cumplieron su palabra. O “Allting Tar Slut”, cantado en su idioma natal justo antes de unos bises para los que Akerfeldt bromeó diciendo que iba a anunciar que era la última canción, que nosotros teníamos que decir “¡nooo!”, y que cuando acabara teníamos que pedir dos más. Dicho y hecho. O escuchar el riff de “Paranoid” (BLACK SABBATH) al inicio de ”Sorceress”, muestra de una de las más claras influencias de la banda. Tampoco faltaron, como era previsible, imprescindibles como la inicial “Ghost of Perdition”, “Demon of the Fall”, “Windowpane” o el ya clásico “Deliverance”, con el que cerraron.

Más allá del setlist, es de justicia resaltar la calidad del concierto. El sonido fue perfecto de principio a fin, permitiendo apreciar cada detalle de la interpretación. Una interpretación, por otro lado, milimétrica, con una banda engrasada como una máquina en la que cada uno de ellos cumple con su parte sin el más mínimo fallo. Esto incluye a la incorporación más reciente, Waltteri Väyrynen, que se hizo cargo de la batería este mismo mes de septiembre, y que no desentonó en absoluto a pesar de la dificultad técnica que supone un repertorio de estas características. O a un participativo Joakim Svalberg que, desde su atalaya y tras sus teclados, cantaba todos los coros. Más sobrios estuvieron Martín Méndez, que nos agradeció en perfecto español el aguante al grupo, y Frédrik Akesson, escoltando en el frente al cerebro absoluto de todo esto: un Mikael Akerfeldt en pleno estado de gracia tanto desde el punto de vista como compositor, como del de intérprete.

Opeth

Al grito de “¡Miguelito, Miguelito!” por parte de la audiencia (creo que aún no es consciente de lo que hizo cuando él mismo se presentó así), Akerfeldt comenzó a soltar su característico humor irónico, y a mostrarse más cercano que en los primeros compases del concierto. De hecho, llegó un momento en el que admitió que necesitaba los parones entre tema y tema para recargarse, estableciéndolos como una especie de liturgia en el desarrollo del espectáculo. De esta manera, el tiempo de hablar era para agradecer el apoyo y para hacer comentarios ácidos. Rondando las dos horas de concierto preguntó si no estaríamos mejor, a esas alturas del viernes, bebiendo cerveza, que él estaba deseando ya bajar del escenario a tomarse una… pero que no lo iba a hacer porque era un profesional.

Cuando llegaba el tiempo de tocar, el tono cambiaba por completo y emergía la figura de ese profesional que se reivindicaba segundos antes, y que con la misma facilidad hacía growl como cantaba una nota aguda. Creo que nunca le había escuchado cantar tanto gutural en un solo concierto; volvemos a las reglas del juego que establecieron ellos mismos y a las canciones seleccionadas en su encuesta. La pregunta era la misma para todos: ¿de dónde saca ese rugido sin hacer ningún tipo de esfuerzo? ¿Cómo cambia el registro en décimas de segundo? Era realmente alucinante presenciarlo. Se suele hablar de Akerfeldt como compositor, pero pocas veces se menciona que es un vocalista excepcional. Y ojo, que se habla aún menos de su faceta como guitarrista, y es muy bueno. De hecho, si uno se fija en los detalles puede descubrir técnicas y gestos que delatan conocimientos guitarrísticos más allá del rock y el heavy metal. Lo cierto es que el Mikael Akerfeldt del pasado viernes fue un titán, una versión muy mejorada del que he podido presenciar otras veces, cosa que habla muy bien de él y de cómo de en serio se toma lo que hace.

Tras más de dos horas y media de actuación, sólo había que echar un vistazo a los presentes para darse cuenta de que algo especial había ocurrido esta noche: OPETH habían conseguido crear un ambiente hipnótico gracias a la construcción de diferentes espacios sonoros, desde los más densos hasta los más livianos, acompañándolos de sugerentes imágenes y juegos de luces, llevando al público a verdaderos estados de trance que se reflejaban en las caras de la gente, en sus movimientos o en los pogos que se formaron. Un estado de catarsis colectiva de esos que, como las auroras boreales, aparecen muy de vez en cuando, y que resultan espectaculares cuando los vives y presencias.

Opeth

A la salida la decisión era unánime: concierto espectacular, el mejor que los suecos han dado en suelo español hasta la fecha (con permiso de Bilbao y Barcelona en días previos, donde no estuvimos). Por calidad, por setlist, por sonido, por actitud, por interpretación, por ganas, por ambiente… Y nosotros estuvimos allí para verlo. ¿Ha sido un punto y aparte? Yo creo que sí, pero ya veremos qué depara el futuro.

Lo único que podemos pedir es que no vuelvan a pasar once años para que regresen en este formato, mucho más adecuado para su propuesta musical. La noche empezó desapacible, pero terminó pidiendo que nos fuéramos a tomar unas cervezas y seguir hablando de lo acontecido minutos antes, porque lo merecía.

Enormes OPETH… o, como diríamos en España: ¡que viva Miguelito! ¡que vivan los López!

Texto: Fernando Galicia / Fotos: Fernando Tribiño

Galería de fotos completa de OPETH en Madrid en este enlace.

Setlist OPETH:

Opeth

  1. Ghost of Perdition
  2. Demon of the Fall
  3. Eternal Rains Will Come
  4. Under the Weeping Moon
  5. Windowpane
  6. Harvest
  7. Black Rose Immortal
  8. Burden
  9. The Moor
  10. The Devil’s Orchard
  11. Allting tar slut
  12. Sorceress
  13. Deliverance

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2 comentario en “Crónica de OPETH + VOIVOD en Madrid”

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