DRY RIVER + 7 ALMAS + THE VAL: 26/09/2015 – Sala Caracol (Madrid)

Nuestro colaborador IVN nos cuenta (y retrata) de manera brillante y particular, aunque a modo genérico, la noche tan especial de rock, hard rock y magia que se vivió el pasado sábado en la Caracol…

Las grandes historias son grandes porque contienen numerosas historias pequeñas. Las relaciones entre personajes, el contexto socioeconómico, las particularidades de la ubicación, las anécdotas que marcan el carácter y explican las acciones de los protagonistas y el porqué del reto al que se van a enfrentar… Porque sin conflicto, no hay tensión; y sin tensión, no hay historia, ni música. Todo suma, todo contribuye para alcanzar el total, el súmmum.

El pasado sábado vivimos una gran historia, compuesta por numerosas pequeñas historias. Tres bandas fantásticas con muchos elementos en común, especialmente tres. Las tres apuestan por las voces melódicas y por las armonías vocales en directo. Las tres cuentan con músicos de altísimo nivel entre sus filas. Y, finalmente, las tres están vinculadas de una manera u otra con KREA Producciones. En una situación en la que la música en España pugna por sobrevivir, hay gente que no se resigna y enseña los dientes a la adversidad. Ahí están los chicos de KREA y ahí están THE VAL, 7 ALMAS y DRY RIVER. Aunque de eso saben mucho también en Caracol… La sala madrileña ha sido obligada a echar el cierre y, a pesar de todo, siempre ha conseguido volver abrir sus puertas a la música.

En realidad, todos los que participaron aquella noche pueden contar cicatrices de heridas de guerra. Todos han sufrido reveses y se han visto obligados a sacar fuerzas de donde no había para continuar haciendo lo que aman, que no es otra cosa que cantar, tocar, crear, emocionar, compartir… Porque la historia que estamos contando es una historia de coraje, de valentía, de superación. Y tiene un claro protagonista, aunque probablemente de forma indeseada. Ya sabéis que los héroes de las epopeyas se ven forzados a convertirse en tales empujados por las circunstancias, no por elección.

Llegado ese momento crucial, en el que todo parece estar abocado a salir mal, la gran mayoría se hunde ante el pesimismo, deja aflorar su enfado y frustración, culpando al destino y perdiendo la compostura. Sin embargo, ahí estaba Ángel Belinchón, front-man de DRY RIVER, adalid de nuestra historia, impecable con su armadura dorada, sonriente al infortunio, dando todo lo que tenía para conseguir que aquello fuera una fiesta inolvidable. ¿Qué más le podía ocurrir? ¿Otro percance? Ya encontraría una forma de solventarlo y de reírse de ello. Total, ¿qué podía ser peor que tu batería no pueda tocar en un concierto que llevas preparando durante meses? ¿Que enfermes y llegues al show renqueante, con faringitis y laringitis? ¿Que te toque actuar de madrugada? ¿Que la guitarra eléctrica que te entregan para tu “solo” no suene? ¿Que el cable de la acústica sea demasiado corto? ¿Que tu propio compañero, antaño barbuda compañera, te dé un guitarrazo en la cara?… Nada pudo con él.

THE VAL y 7 ALMAS dieron un espectáculo fantástico y el respetable se quedó con ganas de más. Alfred Berengena (SOZIEDAD ALKOHOLIKA) hizo un trabajo increíble a las baterías, lidiando con un repertorio tan sumamente complejo como el de DRY RIVER. La guitarra “satrianera” acabó sonando, la posición pudo ajustarse para que el cable de la acústica llegase y Ángel podrá sobrevivir con un solo ojo. Seguro que el parche de pirata le hará tener más éxito (aún) con las mujeres. Lo importante es que cantó, ¡y vaya si cantó! Sufrió, por supuesto, pero trató con todas sus fuerzas de no exteriorizarlo. E hizo disfrutar a una sala Caracol llena de gente deseosa de pasar una velada maravillosa.

La estrella de nuestro relato brilló, mostrando al mundo el lado bueno de las cosas malas.

Texto y fotos: Iván Dían Jiménez (IVN)