W.A.S.P.: 25 años de «Crimson idol» en Madrid
WASP – “Reidolized tour”
Madrid, sala La Riviera, viernes 3 de nov., 2017
La esperada gira de 25 aniversario de Blackie Lawless y sus secuaces pasaba por Madrid, en una Riviera abarrotada como en las grandes ocasiones (con su aforo actual, eso sí, aunque seguro que en su formato anterior, más grande, también hubiera llenado, que seguimos con hambre nostálgica y con ganas de ir cerrando etapas con nuestros clásicos más afamados y respetados).
Hora y media de show dividida en dos partes: Una hora de “Crimson idol” completo y algo menos de media de clásicos, ya con la banda (y el público) desmelenados y todos moviendo la peluca a gusto, puño en alto, al ritmo de los 3 o 4 clásicos inmortales que, para mal o para bien, nunca faltan ni faltarán en sus conciertos… ¿Alguien se imagina ver a WASP sin berrear a voz en grito “I wanna be somebody” o macarrear al máximo con “Wild child”?, pues eso 🙂
Cierto es que la velada empezaba torcida en el sentido de la espantada de la gira, horas antes como quien dice, de los teloneros, unos BEAST IN BLACK (la nueva banda formada por el guitarrista original de BATTLE BEAST) a los que teníamos muchas ganas de ver en la gira. Parece ser que ha habido diferencias económicas, y seguro que también de trato, con el management de WASP (y con el propio Blackie, que a fin de cuentas es quien manda), y han dicho que no, que se bajaban del carro. De hecho tocaron en la primera fecha de la gira española, en Navarra (con excelente respuesta) y ya en Murcia supuestamente se les había roto el bus de gira (esas cosas que pasan en estos casos, jeje)… lo que finalmente ha desembocado en que se han apeado de la gira y, por lo pronto, en Madrid y Barcelona (y en el resto de gira europea, vaya) nos quedábamos sin los atractivos teloneros que acompañaban esta vez a WASP.
No valoro el hecho de que, tras esto, ni se ha devuelto parte proporcional de entradas ni se ha buscado telonero de urgencia ni, lo que hubiera sido lo ideal, que el señor Blackie hubiera dicho que alargaban 10 o 15 minutos el show y todos contentos. En fin, España y otra vez con cierta cara de tontos al respecto, aunque seguramente nunca sepamos si la culpa ha sido de BEAST IN BLACK, de W.A.S.P. o del promotor, seguramente un poco de todos. De cualquier manera, por supuesto que estábamos en la sala para ver a Blackie Lawless y sus WASP y para rememorar el que, para mí y para muchos, es uno de los mejores discos de la historia del rock duro y el heavy metal, el insigne “Crimson idol”.
Ya les vimos en la gira de hace 5 años en tesituras similares (demasiado similares quizás), pero bueno, vamos a ponernos una venda en los ojos y dejar a un lado el lado oportunista y mercantilista porque sin duda que la ocasión mereció la pena y WASP estuvieron, esta vez sí, 100% al nivel que tamaño disco merece. Pocas novedades con respecto a esa primera vez como digo, con las tres pantallas (la central, más grande, y las dos laterales) en las que se proyecta la película entera mientras la banda interpreta el disco al completo. Luces oscuras, un Blackie muy hierático y estático (que los años no perdonan, aunque en la segunda parte del show sí le vimos más activo y siendo ese frontman que a todos nos gusta ver sobre el escenario) y una banda excelente, de 10 en este caso…
Entre ellos, Mike Duda lleva ya casi 20 años siendo el bajista de WASP, que se dice pronto, y cumple de sobra con su papel, sin estridencias y ya siendo menos loco en escena, pero aportando base sonora que es lo importante. De Blackie luego hablamos en párrafo aparte, aunque esta vez estuvo en una de sus noches buenas, pero hay que destacar sin duda al gran Doug Blair (desde hace muchos años el guitarrista ya clásico de WASP y, nostalgias, amor de fan e imágenes mentales aparte, muy por encima de Chris Holmes obviamente en la actualidad); y sobre todo a un Aquiles Priester (ex PRIMAL FEAR y sobre todo ANGRA) que ha cogido el testigo por obligación de otro grande como es Mike Dupke (el que ha sido el batería de WASP de manera intermitente los 10 últimos años, aunque por ejemplo la última vez vimos a Randy Black –ex PRIMAL FEAR y ANNIHILATOR entre otros- con ellos). Aquiles lo bordó… con un kit de batería sencillo, poco aparatoso pero que sonaba como un trueno.
Tanto Doug Blair como Aquiles Priester fueron para mí lo mejor de la noche a nivel musical: el primero clavando cada riff y cada sólo del disco (y después con los clásicos en la parte final, donde curiosamente estuvo menos fino), y es que no en vano en gran parte son suyos (que no mucha gente sabe que este Doug Blair, sí, éste, grabó muchos de los solos originales y partes de guitarra del “Crimson idol” allá por el 91 y 92). Y Aquiles aportando una batería demoledora, seca, potente, totalmente dinámica y que le dio al concierto una dimensión rítmica que no habíamos visto en WASP en muchos años (y mira que tanto Mike Dupke como Randy Black, e incluso Stet Howland, son excelentes baterías… pero lo de Aquiles fue de traca, me quito el sombrero).
¿Y Blackie? Pues sí, cada vez más “señora mayor” (aunque le vimos en mejor forma, y más delgado, que las últimas dos o tres veces), algo más parado, que los años no perdonan, dando muchas veces la espalda al público en la primera parte, pero tan metido en el show como siempre. Con su estética habitual de sus últimos años (camiseta “beisbolera”, mallas negras y sus eternas botas blancas de flecos, que nunca falten, y sus rodilleras del mismo color) sigue imponiendo, con esa mirada perdonavidas y sus casi dos metros de rabia, mala ostia y aura especial. Es cierto que a todos nos gustaría que fuera más cercano en el trato y que rompiera esa barrera entre el estricto profesional y el rockstar y su gente, pero si no fuera así no sería Blackie ni WASP. Y sigue siendo imposible no mirarle con admiración y respeto casi sin darte cuenta, ¡que ese tío es Blackie Lawless, leñe!
Por otro lado está la ya perenne polémica con las voces, coros y sonidos pregrabados que, cada vez más, utiliza en los conciertos. Algo que además está ahora mismo más en boga que nunca con el tema de Michael Kiske en el primer concierto de reunión de HELLOWEEN en México… A ver, Blackie los utiliza, los ha utilizado ¿desde siempre?, y creo que no lo oculta o a nadie nos extraña. De ahí a decir que hace playback, como hemos oído muchas veces, va un mundo. Lo cierto es que Blackie es un profesional celoso, celosísimo de la máxima perfección posible en sus interpretaciones. Además, sabe de sus limitaciones actuales y le cuesta horrores aceptar el pase del tiempo y que veamos a un Blackie debilitado. Por eso (y me permito afirmar que es sólo por eso) en sus conciertos no hay muchas luces, ni un foco que le apunte a la cara como antaño, y sale maquillado, que en el fondo siempre ha sido un “coqueto”, las cosas como son… y no es fácil aceptar que ya no tienes 30 ni 40 años y que ya no humedeces braguetas femeninas ni endureces las masculinas como antaño (o sí, pero ya menos, jeje).
En cierto modo me parece loable, que insisto que es difícil aceptar que ya no eres el dios del Rock ni el motherfucker que aterrorizabas desde jóvenes a mayores con sólo pisar el escenario y mirar hacia delante con esos ojos azules tan intensos. Y que tu voz no corta como una cuchilla ni desgarra y tritura ya con ese tono marca de la casa que, todo sea dicho, aún impresiona. Además, todos sabemos que “Crimson idol” tiene tesituras muy altas, momentos de muchas intensidad vocal y muchos cambios de ritmo y de tonalidad. Pues bien, WASP lleva una base de voz grabada, y efectos y coros pregrabados…, y sobre ello Blackie canta todas las noches: unas noches peor (como en algunos conciertos de antaño) y otras mejor, como esta noche mismamente, que hay que ponerle pocos «peros» al respecto, porque se vació y ofreció mucho a nivel vocal (se notó al final, en “Golgotha” o en la propia “Wild child” que lo había dado todo).
Entonces, es difícil delimitar si es mejor que no use nada de voces grabadas o que podamos escuchar “Crimson idol” con la mayor fidelidad posible, a gusto del consumidor como quien dice. Ya digo, es difícil decidir si preferimos escuchar a Rob Halford o a Paul Stanley tal cual estén ahora o algo mejor con un poco de ayuda… No sé, supongo que a todos nos gustaría tener delante a nuestros ídolos en plenitud física y vocal, y quizás molaría ver un concierto de WASP con la voz de Blackie 100% en directo, tal cual está ahora, desgarrada y sucia, pero el señor “Negrito sin Ley” es muy suyo y muy celoso y egocéntrico, así que no sé si ya lo veremos alguna vez… A mi me gustaría mucho, sin duda, aunque ya digo que de esta noche le pongo pocos peros.
Por cierto, en la proyección de la película pocos cambios con respecto a lo que ya vimos en el 2012, aunque ahora por fin sale a la venta (después de 5 años que se dice pronto), algunos tonos y detalles rojizos para enfatizar momentos, algunos créditos extras y poco más… que suficiente fuerza tiene la historia y las imágenes en blanco y negro de Jonathan, el manager Chainsaw Charlie, el malvado Dr Rockter y compañía. Curioso que tantos años después la historia sigue manteniendo esa magia e intensidad y te quedas embobado viendo partes mientras suena de fondo la banda sonora en directo, permitirme expresarlo así. Ten cuidado con lo que deseas, Jonathan, porque se puede hacer realidad…
Lo que sí me impresionó para bien fue el excelente sonido en todo momento del concierto y lo metida que estaba la gente en “Crimson idol”, más que la vez anterior, que todavía pilló a pie cambiado a algunos. Impresionante lo bien que ha envejecido ese trabajo, cómo sigue sonando y cómo emociona 25 años después, con esa fuerza e intensidad intactas y la misma magia (que no impacto quizás) que entonces. Todavía recuerdo, permitirme sacar al fan una vez más, la primera vez que escuché “ese disco raro” de los WASP y quedarme con la boca abierta y pincharlo en la cinta de turno una y otra vez yendo al instituto, y de nuevo varias veces más en casa, y sacar las letras del “The idol”, “Chainsaw Charlie” y demás, y coger muchas ideas y forma de expresar ideas que ya había dentro de mí en ese incipiente cronista greñudo adolescente y periolisto en ciernes.
Seguramente sea uno de mis 4 o 5 discos de cabecera tantos años después, y aunque ya no tenga como digo el mismo impacto, sigue emocionando escuchar en directo ese “The invisible boy” para comenzar y sentirte ese chico raro e incomprendido por tu familia. O la caña de “Arena of pleasure”, mi canción de cabecera durante tantos años, la rabia especial de “Chainsaw Charlie”, el momento álgido que siempre fue y será “The idol” en directo (los pelos de punta escuchando cantar el estribillo a TODA la sala), o el punto “moñas” de “Hold on to my heart”. ¡Uff!… ya digo que oportunista, mercantilista y capitalista incluso, pero es bonito volver a sentirte adolescente de nuevo y revivir un disco que te ha marcado tanto y que en directo sigue sonando maravilloso y tan actual y atemporal como siempre.
Tras esto, siempre surge la duda de la racanería en los conciertos de WASP, que hace tiempo que no pasan de hora y media (y eso incluyendo intros y mamoneos varios), que para los bises nos tuvimos que contentar una vez más con los cuatro clásicos de turno que… bien, genial, estupendo y siempre una pasada… pero, como le digo a tantas bandas, ¿no hay más clásicos que “esos cuatro”? Y eso que hoy, creo que por primera vez, no cayó el “Blind in Texas” (que nunca me gustó demasiado, las cosas como son). Por supuesto que es genial ver a Blackie, ahora sí, corriendo por el escenario, y girándose con sus compañeros en esa pose tan suya, o acercarse a provocarnos en el borde del escenario, y obligarnos a cantar varias veces el estribillo del “I wanna be somebody”.
Y todos como locos moviendo el culito con “Love machine” y macarreando con “Wild child”, y viendo en las pantallas los videoclips de entonces acompañando los temas, ¡cómo no! Y eso que en esta gira han querido incluir ese medio tiempo fantástico de su último disco que es “Golgotha” (los fans de WASP deberíais tomaros un tiempo para escuchar sus tres últimos discos, “Domination”, “Babylon” y “Golgotha”, que son excelentes y sin duda lo mejor de la banda precisamente desde “Crimson idol”). Genial pero… ¿no hay más temas para sorprender?, ¿no nos merecíamos un par o tres de canciones más tras habernos quedado, por lo que sea, sin teloneros?, ¿no estaba la sala a muerte con WASP para “regalarnos” un bis extra?
En definitiva, muy buena noche de WASP en Madrid, con reparos ya de cada uno sobre la duración, el tema de la voz de Blackie, la espantada de los teloneros y que no pase nada, el oportunismo de la gira y demás… Pero al final lo que queda son las sonrisas a la salida, salir con el pelo húmedo y la ropa sudada, y las cervezas con los amigos en el bar comentando que, ¡joder, ha estado muy bien!
Jonathan, Blackie y compañía, gracias y hasta la próxima… ¿Qué le vamos a hacer?, son WASP, es “Crimson idol” y es Blackie Lawless… que me “engañen” así todas las veces que quieran, por favor… a ser posible alargando algo más el show la próxima, por favor.
Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com)
Fotos: Sabemos que las imágenes que acompañan al reportaje son malísimas, pero seguimos sin conseguir en muchos conciertos la acreditación para nuestros fotógrafos y hacemos lo que podemos (y más en un concierto como éste en el que la luz estuvo ausente casi todo el show). Seguimos peleando por poder trabajar en las mejores condiciones y ofreceros los artículos completos como nos gusta hacer, y con la calidad profesional que acostumbramos… pero en los últimos tiempos está costando mucho. Os pedimos disculpas una vez más a los lectores y seguimos apelando a que los promotores empiecen a entender que con una acreditación para hacer nuestro trabajo todos perdemos: vosotros, nosotros y ellos. Sin duda que no es el camino ni para los medios ni para los seguidores ni para los promotores. Seguimos apelando al entendimiento y la cordura, pero insistimos, no está siendo fácil. Seguimos luchando…