Vinnie Moore y Juan Saurín, orgía guitarrera en Madrid

Noche de febriles guitarras y aterradores resultados electorales (en las Autonómicas Andaluzas) donde fluyeron notas por doquier, como si de un manantial se tratara, en una sala con su aforo por la mitad, en un frío domingo de diciembre que nos dejó mal cuerpo al finalizar el evento…

VINNIE MOORE + JUAN SAURÍN – Madrid, Sala Shoko, Domingo 2 Diciembre 2018

VINNIE MOORE

Escalas del más allá y punteos siderales es lo que pudimos ver en el show de Vinnie Moore, un espectáculo un tanto aburrido salvo en momentos puntuales, donde apenas despertábamos de tanto niiii-nuuu-niiii-niiii.  Hemos de subrayar que vistos por estos pagos los mejores guitarristas del planeta, tan solo Satriani tiene el talento suficiente para no acabar aburriendo con tanto punteo y tanto virtuosismo…

Maestro de maestros, es el más ágil en cuanto a repertorio, combinando buenas canciones con partes rítmicas muy ricas y entretenidas y melodías de otra liga que no dejan indiferente al espectador. Alejado del narcisismo enfermizo de un Yngwie Malmsteen o de la picaresca virtuosista de un Steve Vai que asombra pero también aburre a partes iguales. Pero antes de que el actual guitarrista de UFO luciera palmito y exhibiera sus espectaculares guitarras Dean, otro hacha (en este caso, un pata negra autóctono) ejerció de telonero, intentando calentar la velada en la medida de sus posibilidades

JUAN SAURÍN

JUAN SAURÍN

El guitarrista murciano, arropado por su banda de siempre, puso toda la carne en asador, dejando muy buen sabor de boca entre la concurrencia con temas como “Atlas”, “Trust no more”, “Liberty” o “Éxodo”. Todo ello facturando además un potente solo de guitarra acústica, en un “Mar” de notas muy bien acompasadas, que elevaron unos grados la temperatura del frío recinto madrileño, mostrando sin duda unos “Ímpetus” de buen hacedor de las seis cuerdas que viene pegando fuerte, dentro de esa nueva generación de instrumentistas, encabezada por los brillantes Fran Soler, Manuel Seoane (nuevo guitarrista de MÄGO DE OZ, por cierto) o el más internacional de todos, nuestro querido Jorge Salán, que pretenden subir un escalón en cuanto a técnica armónica se refiere, para dar el salto a territorios más propicios para este tipo de música.

VINNIE MOORE:

VINNIE MOORE

Dado el buen hacer de nuestro protagonista en UFO, esperábamos mucho de la descarga de un Vinnie Moore en estado de gracia, expectativas al alza que se vieron truncadas a los diez minutos de la función. Lastima el pésimo arranque con regular calidad de sonido y tonadas para el mero lucimiento personal, sin demasiada ‘chicha’ melódica, como decía el paisano que me tocó al lado.

Las primeras perlas del show “Daydream”, “With the Flow” o “The Maze” nos dejaron bastante fríos, pues ya sabemos que nuestro protagonista sabe tocar de sobra, y quizás esperábamos más feeling y menos ombliguismo guitarrero. De este modo llegamos a “Rain”, quizás la mejor canción del show, junto al clásico Beatleiano “When my guitar gently weeps”, claro está, que interpretó en los bises.

Mención aparte para los músicos italianos que le acompañaban, empezando por Marco Polizzi y su bajo de ¡nueve! cuerdas, todo un exceso que muchos no sabíamos cómo encajar, o el afinado y también virtuoso segundo guitarra Emiliano Tessitore que, amén de las partes rítmicas también, se marcó buenos solos a lo largo de la noche, o el batería Roberto Pirami, que le daba duro a los tambores al más puro estilo Tino Mojón (LOS SUAVES), cuyo estilo nos recordaba mucho.

De este modo fue transcurriendo una velada, sin pena ni gloria, salvo en momentos puntuales, algunas partes mejor hilvanadas de joyitas como “In control”, “Time Traveller” o “Ridin’ High” pero que en general invitaban más al bostezo que a otra cosa a este humilde escriba, a quien se le terminó de cortar la noche, cuando recibió el resultado de las Elecciones Andaluzas en una notificación de estas aleatorias que a veces te entran en el Móvil.

VINNIE MOORE

Perplejo ante la regresión democrática y el auge de VOX (para nuestra desgracia, no se trata del estupendo sonido clásico de los conocidos amplificadores) el resto de la velada ya fue entre incredulidad y amargura, con el mencionado “When my guitar gently weeps” que sonó como un agudo réquiem por el régimen clientelar de nuestra querida Susanita, la del ratón chiquitín y los ERES grandotes…

En fin, una noche para pasar página, con exceso de virtuosismo, aunque el frío de diciembre (que nos ha costado un buen GRIPAZO) y una cierta amargura por un mundo tan enfermo (a estas horas, también el ‘loco’ Bolsonaro es coronado Presidente de Brasil) todavía nos duran. Esperando que venga la primavera como agua de mayo, que diría un castizo…

Texto: Fran Llorente

Fotos: Boliche Ángeles

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