THE DAMNED: Madrid, sala Arena, Jueves 15 Diciembre 2016… 

La banda pionera del punk-rock británico, y luego devenida en gótica, actuó en la Sala Arena dentro de su gira 40 Aniversario. Celebración por todo lo alto con una de las formaciones más punteras del punk inglés de los años setenta, unos rapaces que se adelantaron a su tiempo y abrieron una brecha de la que luego saldrían ilustres luminarias como SEX PISTOLS o THE CLASH.

Haciendo honor a su nombre, THE DAMNED fueron una banda maldita, un grupo de culto, bastante underground y con unas ventas de discos poco significativas, que fue evolucionando con el paso de los años, hasta llegar a un sonido rayando en la efervescencia gótica de combos como LORDS OF THE NEW CHURCH o SISTERS OF MERCY. Dada su trascendencia histórica, son la típica formación a la que hay que ver por lo menos una vez en la vida. En 2014 actuaron en idéntico lugar, pero faltamos a la cita, y hace más de veinte años lucieron palmito en la añorada sala Revolver, si bien una de sus actuaciones más recordadas data de su histórica aparición en Rock-Ola en 1983. Así que ya hemos cubierto (por una buena temporada) nuestro particular expediente de leyendas que aún nos quedan por ver.

Capitaneados por Dave Vanian a la voz y Captain Sensible (Raymond Burns) a las seis cuerdas, se presentaron nuevamente en la Sala Arena, secundados por Stu West al bajo, Monty Oxymoron a los teclados y Pinch a la batería, para celebrar sus 40 años de singladura. Tras las primeras acometidas: “Street of dreams”, “Love song” o “I Just can’t be happy today”, lo que más nos sorprendía era la imagen impoluta de perfecto dandy del cantante Dave Vanian (como si fuera un refinado ejecutivo de Wall Street), ataviado con un elegante abrigo negro de lana y chaleco a juego, y su máscara de eterna juventud a lo Dorian Grey (como si no hubiera pasado el tiempo) en contraposición a las pintas estrafalarias, de un Captain Sensible bastante envejecido: guitarra SG en ristre y embutido en el típico pantalón escocés de cuadros granates, boina a juego y chaleco vaquero con multitud de insignias en la solapa. Una contraposición que ilustra a la perfección las dos almas del grupo: una más punkie, y otra más vampírica y versallesca.

Desde ese preciso instante, nos dimos cuenta que íbamos a disfrutar de un espectáculo diferente (y que no se trataba de una descarga punk al uso) que osciló entre la energía descarnada de algunas composiciones como “Nasty” o “Dr.Jeckyll”, y la lívida resonancia de otros cortes más ‘glam’ como “Disco Man” o “Eloise”, el clásico de BARRY RYAN, más conocido por aquí gracias a la versión que TINO CASAL se marcaría en 1987, en su álbum “Lagrimas de cocodrilo”. De igual forma, con piel de serpiente y voz engolada a lo Bowie, se mostró Dave Vanian en muchos tramos del show, alternando piezas de fina orfebrería como “The history of the World” con disparos a quemarropa del calibre de “Anti Pope”, todo un himno punk, que hizo bailar al más pintado.

De este modo, entre ardientes pogos (donde recibimos varios empellones) dejaron caer históricos himnos como “New Rose” (versioneado en su momento por GN´R) o “Neat, Neat, Neat”. Así transcurrió un encuentro que dejó un excelente sabor de boca entre el respetable. THE DAMNED pusieron el broche de oro a la velada con “Alone Again”, “Noise, noise, noise” y “Smash it up”, en medio de un jolgorio impresionante. Y salimos diciendo: “nos podemos colgar otra medalla”, que por hoy ya hemos cubierto nuestra ración de gloria (y de historia) con esta bendita adicción que tan enganchados nos tiene últimamente.

Texto: Fran Llorente

Fotos: Boliche Ángeles

‘1‘

Y para muestra un montón, con uno de sus clásicos en vivo el otro día en Madrid: