Crónica de THE CULT y LILI REFRAIN en Madrid

Jun 27, 2023 por Red Hard´n´Heavy en Conciertos

Íbamos a una gira de presentación de nuevo disco, y en realidad escuchamos los temas clásicos que nos tienen enganchados desde hace décadas. Los británicos THE CULT saben lo que nos gusta, y nos lo dieron hace unos días en Madrid. Os contamos y mostramos cómo fue:

THE CULT + LILI REFRAIN – Miércoles 21 de junio 2023, sala La Riviera (Madrid)

The Cult

La excusa para ir a sala madrileña La Riviera el pasado miércoles 21 de junio, bajo una incipiente lluvia que se convertiría en tormenta mientras estábamos bajo techo, era ir a ver a la mítica banda británica THE CULT presentando su último LP, «Under The Midnight Sun» (2022). Pero estos grandes músicos británicos, sobre todo sus fundadores Ian Astbury y Bully Duffy, ya han venido a vernos unas cuantas veces y saben lo que nos gusta… y nos lo dieron.

Tras una cuestionable actuación a cargo de la italiana LILI REFRAIN, disfrutamos del hard rock de tintes (algo menos) góticos y (cada vez más) desgarrados y ásperos. Os lo contamos.

LILI REFRAIN

Empezó mal la muchacha, con un retraso de casi media hora. La fórmula era simple: pego dos baquetazos y los grabo, le doy al «play-play-replay», que se vayan repitiendo los dos baquetazos, y ya tengo la base rítmica. Después, en el micrófono suelto dos susurros ahogados y los grabo, «play-play-replay», y ya tengo la base rítmica de antes con coros. Añado un brevísimo rascado de cuerdas y lo grabo, «play-play-replay», y ya tengo la guitarra. Añado una pandereta y alguna cosa más, y sobre eso, canto unas notas largas y sostenidas, combinando tonos graves con tonos agudos de soprano en un idioma ininteligible (pero mostrando una muy buena voz, eso sí, cuando la nota era lo suficientemente sostenida y potente), y ya tengo mi canción. Esto es como las cajas de autopago en las tiendas modernas… ¿Quién necesita contratar más empleados cuando una sola persona pude hacerlo?

A mí personalmente no me convenció, y me pareció escuchar algún abucheo bastante pronto, si bien he de decir que la italiana, lenta en movimientos (de acuerdo con su música de estilo nórdico oscuro y mágico, con ciertos aires tribales), se mostró cálida y cercana entre cada tema. Tal vez con eso se ganó que el público empezara a aplaudir algo más, para terminar su actuación de 35 minutos con un aplauso bastante aceptable para que se vaya contenta. Una persona malpensada podría decir que esta actuación estaba programada para que cualquier cosa que venga después nos parezca bien. Yo lo dejaré en que, si bien LILI REFRAIN, con su apariencia de bruja mística, ofreció una actuación sin duda original y novedosa, a medio camino entre un DJ y un playback moderno, no me pareció que fuera la intro más adecuada para THE CULT.

Lili Refrain

Sin desmerecer la calidad del resultado final, muy en la línea de bandas como HEILUNG, MYRKUR o FAUN (sin la fuerza visual de estos, por motivos obvios), su labor de caldear el ambiente se logró solo a medias.

Galería completa de LILI REFRAIN en Madrid en el enlace.

THE CULT

La media hora de retraso anterior no se pudo recuperar, y los británicos salieron al escenario con esa misma demora sobre el horario previsto, bajo el sonido etéreo de la banda sonora de la serie de televisión «Twin Peaks». Les esperaba una sala ya muy llena, hasta los balconcillos y las escaleras. Les había visto hace casi cuatro años en esta misma sala, también llena en un miércoles laborable/vacacional (os lo contamos aquí). Y esta vez noté algunos puntos en común y muy claras diferencias. Los puntos en común, aparte de la sala y que ésta estuviera llena, fueron que de nuevo vimos a un público muy variado, en edad y en estilo, y a un grupo en plena forma física y musical, «con clase, maestría y mucha calidad».

Igual que hace cuatro años, salieron con el retraso que os contamos y actuaron durante una hora y media. Pero si entonces nos dio la impresión de haber visto un «concierto frío, con poca interacción con el público, y ellos a cumplir y poco más… hay que conocer el rollo del grupo, y es que ellos siempre han sido así«, esta vez nada que ver. Astbury siguió pasando el concierto entero con un guardapolvos y su mirada / pose inconfundible, pese al calor reinante en la sala. Billy Duffy siguió algo estático (mientras nos deleitaba con su forma sobria de rasgar las cuerdas)… pero no tanto.

The Cult

Esta vez la frialdad que les caracteriza prácticamente desapareció. Ian Astbury, cual Sansón recuperado con su larga melena suelta, estuvo bailón (sí, bailón), muy movido con carreritas y saltos, muy divertido haciendo piruetas de fútbol y acrobacias con sus panderetas (plural), que sonaban mucho y que acabarían rotas a medio concierto… y tremendamente interactivo con el público. ¡Que sí, que sí, que estoy hablando de Ian Astbury, el cantante de THE CULT! Aparte de repartir las mitades de las panderetas rotas entre el público, «entrega en mano» en el sentido literal (acercándose peligrosamente al borde del escenario), además saludó a menudo (incluso chapurreando algunas frases en castellano); él mismo coreó el famoso «oe oe oe» típico de nuestras salas, antes de que se nos ocurriera hacerlo a nosotros; celebró profusamente estar en Madrid con los madrileños; nos pareció que mencionaba a Julio Iglesias… En fin, extremadamente simpático.

Duffy, como decimos, estuvo algo estático pero no tanto como otras veces, y en cualquier caso, no es nada que haya que reprochar cuando de nuevo nos lleva al éxtasis en sus solos perfectos, con actitud macarra y elegante a la vez, con las notas justas y necesarias, como hizo en «Aphrodisiac Jacket», o en el perfecto final con «Love Removal Machine». El sonido en general fue bueno pero, desafortunadamente desde donde yo estaba, muy a la izquierda, no pude ver (y apenas escuchar) al teclista Mike Mangan. Sí veía algo más al mítico John Tempesta (EXODUS, TESTAMENT…), y le escuchaba perfectamente descargando baquetazos brutales sin piedad, en perfecta combinación rítmica con el bajo de Charly Jones. Me pareció ver a una banda más compenetrada que la última vez, con más complicidad entre los músicos (de lo cual nos alegramos), con Astbury presentando a toda la banda solo unos segundos antes de abandonar el escenario. Y, sobre todo, disfrutamos con la perfecta comunión entre los celebrantes del ritual, menos oscuros que en otras ocasiones, y los fieles feligreses (lo explico mejor después).

El setist me pareció acertado por su variedad, aunque casi todos los temas eran de sus discos ochenteros (sobre todo de «Electric», publicado en 1987). Ya no se trataba de celebrar ningún aniversario de ningún disco, pero evidentemente nunca podrán dejar de tocar los cortes clásicos en los que el fervor se convierte en momentos de locura generalizada: «Sweet Soul Sister», «Lil’ Devil», «Wild Flower» (primera pandereta rota), hasta llegar al delirio final en «Rain» y «She Sells Sanctuary». Otra muy coreada fue «Spiritwalker» (segunda pandereta rota), y hubo momentos de «calma relativa» en «The Witch», muy rítmico; «Phoenix», y las dos únicas canciones que tocaron de su último disco, «Under The Midnight Sun» (2022): «Vendetta X» y «Mirror», que no por ser nuevas fueron menos valoradas.

The Cult

No hubo ni un solo parón en la actividad, ni un solo momento de bajada de animación: Desde el minuto 1 hasta el minuto 90 la gente se lo pasó en grande. Un comentario frecuente al salir de la sala fue que hacía tiempo que no veíamos a tanta gente disfrutar tanto. Hubo móviles grabando, claro, eso ya es inevitable, pero hubo mucho baile, mucho cántico de estribillos y de estrofas, muchas risas, y hasta unos cuantos abrazos de pura felicidad.

Si había comenzado el evento con la banda sonora de «Twin Peaks», la de encendido de luces y recogida de escenario fue la banda sonora de la película «La Misión». En apenas una hora y media habíamos asistido a un concierto magnífico, brillante en calidad musical, y muy divertido y empático. Da gusto cuando unos músicos con 40 años de carrera se siguen esforzando por estar en plena forma, tanto física como musical, y se siguen entregando así. Por eso, damos las gracias a la organización (aunque otra vez se lo puso muy complicado a los fotógrafos, relegándoles a un pequeño espacio al lado de la mesa de sonido), y sobre todo a esta gran banda, muy conocida y no demasiado seguida, eso dicen…

Una banda de culto, aunque visto lo visto, quien ve uno de sus conciertos sale extasiado y convertido en nuevo fan, si no lo era ya.

Texto: Mar Fuertes / Fotos: Ángeles Salmerón

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