Recuperamos crónica de MOTORES + VOLVORETA en Madrid
La banda gallega volvió por sus fueros en una abarrotada Moby Dick, que fue testigo del potente directo de uno de los combos más ‘olvidados’ del rock’n’roll estatal. Y teloneados por una joven banda alcarreña, VOLVORETA, que vienen a rememorar los buenos tiempos, no tan lejanos, cuando esta bendita locura arrastraba masas de gente… Todos los detalles a continuación.
LOS MOTORES + VOLVORETA – Sala Moby Dick (Madrid), Viernes 26 Abril 2024
Ambiente de las grandes ocasiones en la sala Moby Dick y una atmósfera de apasionados fans que nos transportaba a épocas lejanas y gloriosas. Nos referimos a finales de los setenta y a los añorados (y dorados) años ochenta, cuando emergían como setas formaciones jóvenes que luego, a la postre, se convertirían en referencias ineludibles del género como LEÑO o BARRICADA y otros combos más ‘heavies’ (pero no menos versados) como SOBREDOSIS, BELLA BESTIA o NIAGARA, por decir algunos, que dieron mucho juego al rock autóctono.
En la actualidad hay escaso relevo generacional (por desgracia), y debemos admitirlo, pero siempre hay excepciones afortunadas, como esta que nos ocupa.
VOLVORETA, distopia rocanrolera a toda caña
Con sonoras e indisimuladas resonancias de LEÑO, este joven cuarteto ‘manchego’ son una ‘rara avis’ en los tiempos que corren, donde los chavales de su edad están a otra cosa, inmersos en otra película… Procedentes de Azuqueca de Henares y Marchamalo, Guadalajara, estos cuatro veinteañeros llenos de ilusiones y quimeras marcadas, abrieron fuego en la noche de autos con lozanas composiciones como “La Musa”, “Siempre con profesionales” y “Enganchados a la red” pertenecientes a su álbum de debut: “Vamos con todo” (2023). Un ramillete de descaradas y altivas llamadas de atención de que otra juventud se va abriendo paso entre el letargo y la confusión de un tiempo perverso y genocida, como se observa a diario en las noticias.
Carlos Martín a la guitarra y voz solista, acompañado por Alejo Martín a la guitarra, Daniel Manzanares al bajo y Pablo Romero a la batería, pusieron toda la carne en el asador a una función que dejó estupendas rolas como “Aquellas movidas” o “Que me parta un rayo”, a la que se sumó Juan Márquez de COZ, como páter de la causa y padrino ocasional, en “Amor por el rock’n’roll”. Toda una declaración de intenciones, seguida por “Las chicas son guerreras” (de los ídem), mítico hit, convertido en la actualidad en himno cuasi feminista, que dio paso al tramo final con las señeras “El Quijote”, “Soy bipolar”, “La Fábula del Pipa / Quema, quema” más la loa más reconocible y reivindicativa de todas: “Despierta Guadalajara”, que dejó un excelente sabor de boca entre la concurrencia.
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LOS MOTORES, lírica doliente y fogosa
El combo vigués ha sufrido como pocos el injusto ostracismo en esa particular ‘Jaula del Silencio’ (que antaño cantaban los TOPO) impuesta por los grandes emporios de la comunicación, siempre refractarios a cualquier atisbo de rebeldía y contestación social en el mundo del rock. El actual power-trío formado por Carlos del Rio al bajo y voz, Gorio Álvarez al bajo y Carlos Rivas a la batería son una maquina bien engrasada, una conjura de puro rock’n’roll en vena, que escupió fuego como un dragón desaforado en la noche de autos…
Como si fuera reflejo de la existencia misma, “Amigo, la vida es así”, “Jarra vacía” y “Noche de lobos” fueron las primeras andanadas de un aquelarre impetuoso, de lírica doliente. “Carroñero” siguió por el camino del desconsuelo, donde también se recordó a ilustres figuras, ya desaparecidas, como el gran Manolo Tena y su estremecedora “Frío”, justo antes que se sumara al festín Oscar Sancho, de LUJURIA en “Mala hierba” y seguir por idéntica senda febril con “Carne de cañón”, “¿Quieres jugar?” y “Yo te daré rock” con canciones como espadas, y lanzas en favor del libre albedrío como “Camino al porrón”, antes de denostar el molesto ruidismo de la funesta discoteca: “Debajo de mi casa” (invitando a participar al cantante Iván Bonilla de la banda canaria DOCTOR YAO) y recordar de paso a LOS SUAVES con la paradigmática “Maldita sea mi suerte”.
Fin de fiesta, al calor del público y al son de la emblemática “Si quieres un amigo, cómprate un perro” (que dio título a su primer álbum) y “Algún día caeré”, de sus primeros tiempos, con los VOLVORETA compartiendo escenario, mesa y mantel, donde maestros y discípulos se fundieron en un cálido abrazo. En resumen, una velada muy productiva de estupendo rock’n’roll y añejas perlas (a cargo de LOS MOTORES) que hicieron las delicias de propios y extraños. Bravo por su perseverancia.
Texto: Fran Llorente / Fotos: Mar Fuertes
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