KOMA, la fiera nunca duerme, y menos en Madrid

Impresionante el recibimiento que está teniendo la gira de reunión de los navarros KOMA tras unos pocos años en barbecho. Hace pocas semanas se presentaban de nuevo en Madrid (en dos fechas sold out) y nosotros les vimos la segunda. ¡Menudos bestias!

KOMA: Madrid, sábado 18 de noviembre de 2018. Sala Mon (Madrid)

KOMA

En este tiempo es Brigi el que mejor provecho ha sacado al parón de KOMA (más que afianzado como batería de EL DROGAS) pero se nota que él el primero tenía las mismas ganas o más de resucitar a la bestia. Y es que Rafa, Natxo, Juan Carlos y el propio Brigi son una bomba de relojería cuando se juntan. Encima, están agotando en todos los conciertos de la gira y ofreciendo clases maestras de caña y de actitud (y aptitud) sobre el escenario.

¿Y cómo estuvieron en Madrid? Tremendos, como tremendo en sí fue el concierto que tuvimos la oportunidad de disfrutar la segunda noche en la capital, segundo llenazo y evento aún más especial por ser el que lamentablemente contó con un Brigi lesionado, tras un mal movimiento en la pierna el día anterior. Aún así, el concierto no se resintió lo más mínimo pues las dos horas y pico de caña y cera bruta fueron de agárrate y no te menees.

Como dice la canción, se vaciaron al 100%, y demostraron que KOMA fueron y son una de las mejores bandas que han surgido en este país. Tras su primera etapa, todos sus discos y en este caso el concierto que yo he tenido la oportunidad de verles ahora, sigo sin saber si hacen rock, metal, thrash, hardcore, rock urbano o jotas. ¡Da igual!, son KOMA y aquello fue un hervidero desde el primer minuto al último. Vale, están más “viejos” pero suenan aún más cabrones que antaño, durísimos, precisos como pocas bandas tenemos en este país y con una caña que ya la quisieran para sí los METALLICA, MACHINE HEAD y la virgen del palmar de Troya, que lo suyo siempre fue heavy metal.

Koma

Nos regalaron lo mejor de sus discos, nos demostraron que hay pocas bandas más auténticas y con mejor actitud y rollo, y que encima ellos lo disfrutan más y mejor que nadie en la sala, que no es poco. Y pogos por allí, y Wall of death por allá, y temazos por aquí y el público como locos canción tras canción. Por su parte, ellos sudorosos y felices, rabiosos en el mejor sentido de la palabra, y tensionados al máximo desde el primer momento al último. Bueno, miento, que hubo acústico y todo, e incluso amago de “batukada” y vientos (la parte que menos le gustó al que firma, ¿qué le vamos a hacer?, que soy más de cagarnos en la puta madre del “Tío Sam” o disfrutar hasta “El infarto” que de divertidos “Sonajeros”).

Un par d curiosidades que quiero comentar antes de ponerme a reflejar más o menos cronológicamente lo que vimos: público totalmente variado y variopinto en la sala (desde viejos roqueros, a chavales punkis, heavies de greñas y pijos con ganas de caña, y jóvenes que les veían por primera vez… y flipaban… y veteranos que les veíamos de nuevo… y flipábamos). Por otro lado, el calor en la sala fue de impresión hasta que por fin a algún lumbreras se le ocurrió poner el aire acondicionado cuando se empezaba a mascar la tragedia, ¡gracias! Y la sala a reventar, por si no lo hemos remarcado, y ellos tema tras tema casi sin parar y demostrando que, a nivel de dar cera, siguen sin tener rival. Y cómo suenan, cómo tocan, qué máquina de metal más precisa y… en definitiva, ¡qué buenos son!

Desde el principio la consigna era no hacer prisioneros, pero como lo hacen ellos, sonriendo mientras aprietan los dientes. Brigi aplastándonos, Natxo demostrando que no tiene nada que envidiar a ningún guitarrista con más nombre, Rafa con ese punto de ironía, sorna y mala leche marca de la casa y alternándose a la voz y coros con Brigi (¿todos sabemos que Rafa es el letrista brillante y genial de las canciones de KOMA, verdad?)… y Juan Carlos demostrando que, aunque físicamente cada vez se parezcan más Lars Ulrich y él, el enanito danés acabaría comiendo sopitas en la comparación, ¡qué animal el tío!

El letrista

Y claro, pasadas las 9 ya estábamos como locos todos coreando consignas e himnos como “Tío Sam”, “Jack Queen Jack” (ya sabéis, el extirpador de amígdalas), “Jipis” o el amargo “El catador de vinagre”, y todo ello por supuesto con “La chulería” del rock n´roll por bandera. En la parte intermedia del bolo, que llevábamos ya más de una sudando y sin parar de patalear, cabecear y hacer moshing y esas cosas que se hacen en los conciertos de las bandas duras sin parar de disfrutar y corear, era el momento de acordarnos de las tetas de su madre para hacer una bonita “Almohada cervical”, quizás el último gran clásico del grupo, o “Marea Gora”.

La sorpresa vendría cuando de repente, para descansar un poco, nos sorprenden con un pequeño set acústico, sólo Brigi y Natxo con sendas acústicas para regalarnos una preciosas versiones desenchufadas de “Buitres” y “Deprimido singular”, que hacía siglos que no la tocaban. Fue genial… aunque a algunos les cortó un poco el rollo, que no se puede contentar a todos (yo mismo disfrutaría menos poco después). Entrábamos ya en la parte final… que iba a ser media hora de impresión y de grandes éxitos para terminar de tirar abajo la sala, ellos de sudar aún más y nosotros de jodernos la garganta cantando lo que ya son superclásicos de nuestro rock como “Imagínatelos cagando”, la durísima “El pobre” o la grandísima “Sakeo”, posiblemente la favorita del que firma.

Paso por encima de la siguiente parte, lo siento, que soy un romántico y un nostálgico además de que los experimentos pachangueros no van conmigo (respetando infinito que son KOMA y hacen lo que les parezca del mismísimo), y de hecho la gente respondió superbién a las versiones más facilonas de “Sonajero” y una más extraña de lo habitual “Sé donde vives”… Mus para mí, que llegaba ya de lo bueno lo mejor. Es decir, que lo que no fallaría sería el medley de “El marqués de Txorrapelada” / “Aquí huele que han fumao” / “Mi jefe” / “El infarto”, ¡casi nada!

Y nos quedaba aún una bala en la recámara ya casi como bis inesperado con esa grandísimo “Bienvenidos a Degüelto” que nos supo a gloria bendita y que cerró el show por todo lo alto.

¿Acústico?

Un 10, sin más, y uno de los mejores bolos en sala (y en festivales más adelante) que vamos a ver este año. Si pasan por tu ciudad, no te digo nada… imprescindible. En Madrid reventaron la Mon dos días y no hicieron prisioneros. Que se lo llevaron de calle, vaya, y nos dejaron sonrientes y satisfechos hasta la próxima, que han vuelto para quedarse…

En resúmen: Bolazo… ¡Gracias!

Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com)

Fotos: Fran Llorente

¿Cerramos viendo galería de fotos completa de la noche?

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