Crónica DAN BAIRD AND HOMENADE SIN en Madrid
A posteriori hemos podido leer que Dan Baird iba a dejar de girar tras esta gira europea así que, tal vez sin saberlo, hayamos asistido a un evento histórico. Nos lo cuenta Pablo Kayadi:
DAN BAIRD AND HOMEMADE SIN: Jueves 31 de octubre de 2019 (sala Boite, Madrid)
Los viejos rockeros DAN BAIRD AND HOMENADE SIN volvían a Madrid, concretamente a la sala Boite ofreciendo un espectáculo que a más de uno nos dejó impresionados. Al borde del sold out (porque la sala estaba a reventar), esta carismática y humilde banda nos agradecía el apoyo a todos los presentes.
A veces leemos y escuchamos con mucha frecuencia que «el rock está muerto», «que no vende» o que «es un género que ha pasado de moda y hay que dejar paso a otros estilos de música». Una afirmación que personalmente, yo al menos, no comparto de ningún modo. Anoche viví un conciertazo de Rock N’ Roll en «familia», tuve esa ligera sensación al entrar y ver a tantos fans apoyando a la banda. Iba buscando un hueco entre la multitud para poder ver en primera línea a estos 4 maestros y me quedé totalmente impresionado por el sonido tan particular a la vez de pegajoso que tenían.
No sé vosotros pero, fueron las 2 horas más productivas vividas en un concierto en directo de una banda internacional (con todo el respeto del mundo a las bandas que he tenido oportunidad de ver en directo y que por supuesto, lo bordaron de principio a fin), este caso es totalmente distinto. La banda está compuesta por Dan Baird (guitarra y voz) líder de la banda, ya que por algo figura su nombre como el principal exponente. A la otra guitarra el divertido y carismático Warner E. Hodges (guitarra solista), al bajo Micke Nilsson y a la batería el incombustible Mauro Magellan.
Sonaron todos los temas clásicos de la banda: «I Love You Period«, «Damn Thing To Be Done«… fue con «Knocked Out Cold» donde mi cabeza estalló, puro Rock N’ Roll con solos de guitarra de auténtico bluesman. La balada «Crooked Smile» fue la canción que me dejó más sensible por cantaban y tocaban con alma. Dan Baird portaba un sombrero enorme que cubría parte de su cabeza, y se podía apreciar que encima del escenario hacía un calor de mil demonios (comparado con el frío abrumador que hacía fuera), pero mantenían el tipo como titanes.
Warner E. Hodges, además de ser un sobresaliente guitarrista se movía en el escenario incesantemente, los solos de guitarra se escuchaban hasta el último rincón de la sala, aunque… a más de uno se nos puso la piel de gallina al ver como hacía filigranas con su guitarra. Sí, trucos que yo mismo no sería capaz de hacer como pasarte la guitarra por el cuello, esperar a que caiga en tus manos y seguir tocando, todo un profesional. La banda de principio a fin sonó de una forma espectacular. Las expresivas guitarras de Dan Baird y Warnes Hodges hacían mover las caderas de los presentes con unas distorsiones de lo más peculiar.
Así es el Rock N’ Roll, ni muy fuerte, ni muy flojo; ni muy duro, ni muy blando… sonido óptimo para nuestros oídos. Micke Nilsson, el bajista, tan solo no fue el acompañante, sino que además improvisaba con sus compañeros manteniéndose fiel al ritmo y sin fallar ni una sola nota. Lo que más me llamó la atención de él fue que rellenó todos y cada uno de los temas con notas muy acertadas. Y por último, Mauro Magellan, demostrándonos a todos que tiene madera para rato aporreando la batería como un quinceañero permitiéndose el lujo de medir el ‘groove‘ e improvisar mientras sus compañeros bebían agua o interactuaban con el público.
Ojalá todas aquellas personas que se dedican a menospreciar este increíble género puedan pararse a escuchar a este maravilloso grupo y que no sólo lo escuchen, sino que analicen e interioricen sus obras. En la variedad está el gusto aunque, seamos claros… el Rock no morirá aunque nos empeñemos en catapultarlo. En pleno siglo XXI, con la abundancia de bandas emergentes, bandas underground, bandas consolidadas y leyendas vivas que hay en la actualidad, lo único que deberíamos hacer (en mi humilde opinión) sería apoyarles, disfrutar de su música y permitirles que puedan agrandar su nombre hasta el final de sus carreras profesionales.
Texto: Pablo Kayadi / Fotos: Juan A. Eagler Stoner (muchas gracias)
¿Vemos vídeo del concierto de Barcelona para cerrar?