Crónicas Rockfest Barcelona 2019 – Cuarta parte (domingo)

Tras la intro general y las crónicas de jueves, viernes y sábado, es el momento de rematar la crónica del RockFestBCN. Una última jornada muy interesante y completa, como nos cuentan «los Fernandos»… ¿Vamos con las crónicas del domingo para cerrar el artículo completo?

Reiteramos por última vez: es imposible cubrirlo TODO (ni estar a la vez en los escenarios grandes y en las carpas y llegar a todos los conciertos), pero espero que os guste nuestro completo resúmen del último día del festival este año:  

ROCK FEST BCN – Domingo 7 de Julio de 2019: 

BIG MOUTHERS

BM – Fuente Big Mouthers

Comenzaba la última jornada del festival a una hora más temprana que el resto de días y por ello apenas pudimos ver más que dos o tres temas de BIG MOUTHERS, banda catalana que, pese a que lentamente iban entrando los asistentes al festival se tomaron su actuación de una forma muy seria y aprovecharon para ofrecer un buen puñado de temas de su disco “Whishes”.

Hard rock melódico con mucho nivel que sin duda disfrutaremos de nuevo más adelante con más tiempo. Eso sí, atención a esta banda que puede ser una de las grandes sensaciones de los próximos tiempos, al menos en tesituras hardroqueras. (Texto: Fernando Checa)

MICHAEL MONROE

Con el buen sabor que para comenzar la jornada del domingo habían puesto BIG MOUTHERS era momento de enfrentarnos a todo un clásico, MICHAEL MONROE, el loco cantante de HANOI ROCKS, uno de los mejores maestros de ceremonias de Hard Rock y Sleazy que pueda verse en directo. Y aquellos que por lo temprano de su actuación se lo perdieron no vieron otro de los conciertazos magníficos del festival. Sin parar de correr, saltar, tirarse por el suelo, subirse a las torres de amplificadores y cantando maravillosamente bien, Monroe demostró una vez más que las estrellas del rock suelen serlo por mérito propio, y él es una de ellas.

Michael Monroe

Con “One Man Gang” comenzaba un show en el que la electricidad parecía poseernos a todos. Decenas y decenas de personas se iban sumando pese a no ser las dos de la tarde a ver al loco cantante rubio que con todo el desparpajo lo mismo se abanicaba con un abanico rojo que tocaba la armónica o el saxo. Y, como digo, sin desfallecer en el apartado vocal… Impresionante la actuación de un cantante que no nos cansamos de señalar lo infravalorado que históricamente ha sido en nuestro país.

Prometió en su despedida con “Dead, Jail or Rock ’n’ Roll”, de sus primeros tiempos en solitario, que pronto volverá a los escenarios españoles y desde luego que estaremos esperándole con los brazos abiertos. Todo un pelotazo para los sentidos (Texto: Fernando Checa)

THERION

Tengo que reconocer que no soy en absoluto fan de THERION. Sus discos no me dicen nada y las grandiosas composiciones de la banda de Christofer Johnsson me dejan muy frío. Pero no obstante, y pese a que daban comienzo su actuación a las dos y veinte de la tarde, decidí prestar atención a su concierto y he de decir que no me arrepentí en absoluto. Guiado por el vocalista Thomas Vikström y por sus compañeras Chiara Malvetiti y Rosalía Sairem, me sentí durante la hora que duró su actuación totalmente atrapado, casi hipnotizado. Indudablemente el trabajo de las dos vocalistas, especialmente la sorpresa de Rosalía, cantante española incorporada en los pasados meses a la banda, tuvieron muy buena parte de culpa.

Therion

Aires orientales, cambios a himnos más épicos, detalles folk, baladas dulces…, la mezcla musical que perpetran THERION no es, sin duda, para todos los públicos. Pero en este caso, bien fuera porque el grupo se encontraba en estado de gracia, o por el importante número de fans que hubo apoyándoles o simplemente porque a veces hay que abrir la mente y escapar de los prejuicios, me sentí enganchado desde el comienzo del show hasta su finalización, convirtiéndose en uno de esos conciertos que, al acabar sientes que el tiempo se había detenido.

Sin duda uno de los conciertos más especiales de todo el festival. (Texto: Fernando Checa)

SONATA ARCTICA

Siempre me pareció un grupo que se puede comparar con esas jóvenes promesas del deporte que se quedan en precisamente eso: promesas. Y es que los finlandeses irrumpieron en la escena del heavy metal allá por 1999 con un fantástico power metal, plasmado en su disco debut Ecliptica y su continuación, Silence. Eran las nuevas hornadas, destinadas a coger el relevo de bandas como STRATOVARIUS o GAMMA RAY, y rápidamente se ganaron una legión de fans. Lo que vino después fue algo así como una crisis de identidad, en la que Toni Kakko y los suyos fueron buscando continuamente nuevos sonidos, desconcertando a sus seguidores. No quiero decir con esto que perdieran calidad: simplemente despistaron tanto a la gente que no han sido capaces de mantener un bloque sólido de apoyo entre el público.

Sonata

Unos prefieren la primera etapa, y reniegan de las posteriores; otros gustan más de lo actual, y no soportan lo primero… y así, entre tanto vaivén, se han convertido en uno de los grupos más irregulares de la escena. Y su concierto en Rock Fest no fue sino una plasmación de este hecho, acentuado por el hecho de que elaboraron un setlist basado en sus tres últimas obras… más algún clásico de sus dos primeros discos, evidenciando la diferencia notable entre los temas más nuevos y los más antiguos, y el apoyo de un sector del público o de otro.

De esta forma, abrieron y cerraron con temas de The Ninth Hour, “Closer to an Animal” y “Life” respectivamente; tocaron la (posiblemente) mejor canción del anterior, Pariah’s Child, “X Marks the spot”; interpretaron su single más reciente, “A Little less understanding”, y se descolgaron con las más azucaradas “Tallulah” o “The Day”. Pero la realidad es que no consiguieron enganchar lo suficiente a un público que, eso sí, celebró por todo lo alto el clásico primigenio “Full Moon”… Pensaba que era yo, que me hago mayor, pero la reacción de la gente me hizo ver que la sensación es general.

También es cierto que los subgraves, muy altos durante todo el show, embarullaron mucho el sonido, y eso no ayudó demasiado (como tampoco ayudó el look de Kakko a lo Justin Bieber, todo hay que decirlo, aún a sabiendas de que es una afirmación discutible; es cuestión de actitud). Iba a decir que fueron, seguramente, una de las grandes decepciones del festival… aunque, para ser sincero, ya lo veíamos venir… (Texto: Fernando Galicia)

SEBASTIAN BACH

Tras la cancelación de su actuación en el Rock Fest de 2015, SEBASTIAN BACH se presentaba, ahora sí, en Santa Coloma, para alegría de los más nostálgicos fans de SKID ROW. Y confieso que yo no las tenía todas conmigo, porque la fama le precede, y a las 16’30 era un horario digno para “marcarse un SACRED REICH” y volver a dar la espantada. Pero no, con el sol dando de plano, Sebastian salió como un ciclón, agitando el micro y haciendo headbanging como un poseso, en ese gesto tan característico suyo, al son de “Slave to the Grind”… aunque la voz no se empezó a escuchar hasta mitad de canción.

Sebastian Bach

Bach llegaba a Rock Fest anunciando que iba a comenzar una gira rememorando el 30º aniversario de aquel fantástico Skid Row (para el que ha hecho un enésimo pero infructuoso guiño a sus ex-compañeros), y no sabíamos si ésta sería una de esas fechas. Y a decir verdad, sigo sin saber si lo fue, porque interpretó casi todo el álbum, pero no entero, y lo intercaló con algunos temas de Slave to the Grind (“The Threat”, un buenísimo “Monkey Bussiness” y el mencionado e inicial “Slave to the Grind”) y un par de canciones más de su discografía en solitario (“Dream forever”, de su disco Kicking & Screaming, y la versión de “American Metalhead, de PANDEMONIUM).

Sabedor de que su carrera al margen de su grupo madre no es muy conocida y/o seguida, el vocalista tiró de oficio y elaboró un setlist muy apropiado para un festival, repleto de grandes éxitos que los presentes no dudaron en corear uno tras otro, y con momentos estelares y esperados como “18 and life”, “I remember you” o “Youth gone wild”. Algo pasado de forma, Bach defendió cada canción con mucha actitud. Los años no pasan en balde, es cierto, y la voz es de lo primero que se resiente, pero sus carencias en este sentido fueron bien suplidas con el apoyo del bajista Rob DeLuca, perfecto en la cobertura. No obstante, Bach no estuvo nada mal, a lo cual hay que añadir que en actitud sigue teniendo mucho que decir.

Buscó en todo momento el contacto del público, acercándose por la pasarela continuamente, intentando hablar y presentar cada tema en catalán (gesto muy populista a mi entender, y que podía haberse ahorrado, sobre todo porque no se le entendía bien y terminó ralentizando el ritmo); estuvo simpático y cercano, bromeando e incitando a interactuar con la banda. Buen ejemplo de que sigue conservando ese aura de macarra se pudo comprobar durante la interpretación de “I Remember you”, cuando sacó a su pareja al frente del escenario, le dio un buen morreo y le subió la falda a traición (por la cara de ella, seguro que luego le cayó lo suyo…).

El canadiense es uno de esos artistas a los que amas u odias, pero es innegable que tiene un carisma muy superior al de otros. Tal vez no fuera el concierto de su vida, pero estuvo más que correcto, hizo felices a los fans de SKID ROW que se agolparon frente al Rock Stage para ver a la leyenda de cerca… y no defraudó. (Texto: Fernando Galicia)

COB

CHILDREN OF BODOM

Volvían COB a España, y lo hacían tras publicar, hace unos meses, un fantástico Hexe que les ha devuelto a sus orígenes, tras algunos álbumes más erráticos. Tal vez por eso los finlandeses, liderados por el enfermizo Alexi Laiho, elaboraron un setlist que servía para presentar, en la primera mitad, algunos temas de este último trabajo (“Under Grass and Clover”, “Platitudes and Barren Words” y “This Road”), intercalados con clásicos como “Are you dead yet”, “In your face” o “Angels don’t kill”; y una segunda mitad en la que dieron total protagonismo a sus álbumes compuestos en torno al año 2000 (Hatebreeder –“Downfall”-, Follow the reaper –“Hate me!”-, Hate Crew Deathroll –“Bodom Beach Terror”, “Hate Crew Deathroll”, y Are you dead yet? –“Are you dead yet?”, “If you want peace… prepare for war”-).

Sin duda un hecho curioso el de centrarse en una época determinada, obviando todo lo demás, que no deja de ser al mismo tiempo significativo. Pero a la gente no pareció importarle, y el frente del Stage Fest estaba abarrotado de fans que les esperaban con los brazos abiertos. El grupo estuvo impecable en la ejecución, demostrando que tienen una calidad técnica fuera de toda duda, e incluso en el sonido, aunque empezó algo sucio. El concierto fue de menos a más, ganando en limpieza y energía, y terminó por todo lo alto con el público coreando un “If you want peace… prepare for war” que se ha convertido por derecho propio en uno de sus himnos.

Tal vez se podían haber ahorrado tantos silencios entre canción y canción, que restaban dinamismo al show, o haberlos rellenado con algunas frases, pero fue un mal menor visto el conjunto. Hubo un detalle que sí me llamó la atención, y es que en estos parones salía siempre un técnico para ponerle a Alexi un papel enorme en el suelo, seguramente con las letras. Todos sabemos que hay muchos vocalistas que utilizan un teleprompter, especialmente los que ya tienen una determinada edad… pero esto rizaba el rizo por lo aparatoso y lo evidente. Tan evidente como que el frontman no está bien, con un aspecto muy demacrado y cada vez menos pelo. Esperemos que no sea nada grave, y que tengamos CHILDREN OF BODOM para rato. (Texto: Fernando Galicia)

FM

FM

Con un ojo en el show de CHILDREN OF BODOM pero conscientes de la importancia del concierto de FM en el escenario Rock Tent, no podíamos perdernos a la banda de Steve Overland, a los que sin duda habríamos disfrutado más en alguno de los escenarios grandes. El calor que hacía en la carpa era considerable pero la inmensa calidad que atesora la banda y sus deliciosas composiciones hicieron que lo de menos fuera sudar la gota gorda: lo importante fue disfrutar de temazos imborrables como “Black Magic”, coreada desde el primer instante por cientos de gargantas.

Las melodías de “That girl», “Let Love Be The Leeder” o “Other Side of Midnight” nos ponían los pelos de punta en un bolo cuya intensidad recordó a las de las mejores noches de un grupo que se resiste a abandonar sus mejores tiempos. Aunque tocaron de día, se disfrutó muchísimo ese «I belong to the night» o el clásico «Tough it out», más duro, que daba título a su segundo disco…

Lo dicho, ofrecieron lo que todos deseábamos, estribillos coreables, sonido impecable y la demostración de que el hard rock melódico sigue ganando/teniendo un espacio en el corazón de los fans más duros. (Texto: Fernando Checa)

TESTAMENT

Pasar de la melodía de FM  a la tralla sin remordimientos de TESTAMENT y disfrutar de lo lindo de dos géneros tan dispares durante dos horas seguidas es algo que sólo puede ocurrir en un festival y RockFest es perfecto para ello. Apenas habían pasado cinco minutos de la dulzura que las composiciones que FM nos ofrecen y ya estábamos prestos a alucinar con una nueva descarga de los incombustibles TESTAMENT. Tiempo para disfrutar de Chuck Billy, cantando fantásticamente bien y acompañando a la banda perfectamente con ese pie de micro pequeño que tantas veces utiliza como guitarra imaginaria.

Chuck

Si Chuck Billy es la electricidad absoluta, Alex Skolnick es la clase guitarrística hecha Thrash Metal… Caña sin cesar, recorriendo todas las etapas del grupo y llamando a la participación en los circle pit que pronto se adueñaron de buena parte de las primeras filas. En suma, su concierto ofreció lo que cualquier fan de TESTAMENT desea: diversión a raudales y sonido sencillamente perfecto. Toda una apisonadora que dejó triturado a más de uno. ¡Into the pit! (Texto: Fernando Checa)

HELIX

Dicen que no hay dos sin tres, de forma que tras terminar TESTAMENT su concierto salí corriendo de nuevo al escenario/ carpa Rock Tent para ver a HELIX. De nuevo cambio de tercio para en este caso bailar las vacilonas composiciones de los clásicos canadienses. No fuimos muchos los que nos juntamos para ver a Brian Vollmer y sus chicos pero no nos arrepentimos, en una actuación repleta de sus clásicos ochenteros. Ver hoy a HELIX es un ejercicio de nostalgia, puesto que la banda poco nuevo tiene que aportar, pero lo que ofrecen lo hacen muy bien.

Helix

Profesionales pese a tocar en un recinto menor, con un sonido que falló un poco al comienzo pero que fue mejorando según avanzaba la actuación y con un puñado de canciones que ya han pasado al historia del hard rock más vacilón. Ciertamente los temas que todo el mundo acaba por recordar son “Gimme Gimme Good Lovin”, “Heavy Metal Love” y “Rock You”, que serían las elegidas para acabar la fiesta. Buen concierto, en suma, para una banda que nunca estuvo entre las más grandes pero que siempre saldrá en las nombradas de aquellos años ochenta y nos hará bailar con todas las fuerzas. (Texto: Fernando Checa)

DEE SNIDER

Cuatro conciertos seguidos, sin descansar, pueden hacerse cansados y más cuando el calor aprieta. Pero con el cielo de Santa Coloma amenazando tormenta no podía perderme la vuelta a Barcelona del gran Dee Snider. Sin duda hubiera preferido ver a TWISTED SISTER pero el rubio cantante convierte sus shows en una descarga tan absolutamente electrizante que uno casi olvida que ya no le acompañan sus viejos compinches. Además, siendo consciente de que el público sigue añorando a “las hermanas”, pese a incluir en el set temas propios, no olvida en ningún momento las canciones que le dieron la fama. Y su actitud desde el escenario es tan brutal que merece la pena verle una y otra vez, soportando incluso la potente tormenta que empezó a caer en el recinto del RockFest.

Dee

Clásicos de TS hubo, como esperábamos: “Under The Blade”, “You Can´t Stop Rock and Roll”, “I Wanna Rock” y el ya un tanto cansino jugueteo de los “huevos con aceite” en “We´re Not Gonna Take It”. La realidad es que la voz de Dee no brilló como en otras ocasiones, pero lejos de achantarse por ello y por la tromba de agua que caía durante su concierto, pasó la práctica totalidad del mismo en la pasarela, calándose hasta los huesos e incluso acostándose literalmente sobre los charcos que inundaban el borde de la misma. Fiesta de rock and roll es lo que siempre ha ofrecido y es lo que sigue haciendo, si bien la sombra de su antigua banda aún pesa.

¿Volverá el año que viene a Barcelona por sexta vez? Es muy posible y no dejaremos de soñar con el improbable regreso de la banda que le convirtió en uno de los cantantes más queridos de la historia. (Texto: Fernando Checa)

DREAM THEATER

Era otra de las bandas que repetía en el festival, y como siempre llegaba con mucha expectación entre los amantes del metal progresivo. Aunque han anunciado que harán una gira interpretando íntegro Metropolis Pt. 2: Scenes from a memory por su vigésimo aniversario, era evidente que no sería esta la ocasión de verla, básicamente porque en una hora de actuación se antojaba imposible. Dicho lo cual, los norteamericanos elaboraron un setlist para presentar su última obra, Distance over time, de la que dejaron caer cuatro temas (“Untethered angel”, “Fall into the light”, “Barstool Warrior” y “Pale blue dot”), acompañados de alguna que otra sorpresa, como un “Lie” que hacía muchos años que no interpretaban en directo, “Peruvian Skies”, la potente “As I am” o la instrumental e increíble “Dance of Eternity”, que se llevó gran parte de los elogios de la tarde.

Petrucci

Como es habitual, DREAM THEATER estuvieron impecables en ejecución, y contaron con uno de los mejores sonidos de todo el festival (si no el mejor de todos). Mike Mangini cada vez está más y mejor integrado, y se le vio muy suelto no sólo con los temas del nuevo disco, sino también realizando las partes de Portnoy en el resto de canciones. El público, además, cada vez lo encaja mejor, y da la sensación de que la normalidad (necesaria) está volviendo a instalarse en el seno del grupo, una vez pasado un período turbulento.

También ha ayudado la publicación de un disco más “al uso”, sacudiendo la incertidumbre creada por una obra como The Astonishing, que, pese a su calidad, nunca terminó de cuajar entre sus seguidores… Por poner una pega, Labrie no tuvo su mejor día. Sigo pensando que, pese a ser el vocalista perfecto para la banda, en directo es muy irregular, y debería centrarse en solucionar este problema. Se notó especialmente en “Lie”, donde estuvo muy fallón, arrastrando en exceso algunas sílabas y contrastando con la tremenda precisión de sus compañeros. Por el contrario, “Dance of Eternity” resultó sublime, con Petrucci y Myung al frente del escenario dando una auténtica master class. En general fue un muy buen concierto, y el público, muy numeroso, estuvo con ellos desde el principio.

No obstante, sabiendo que el género progresivo no es el más apropiado para festivales por su limitación de tiempo (motivo por el cual, además, procuran no hablar demasiado con el público), confiemos en que dé comienzo esa gira especial por salas y recintos… y que pase por Madrid, ciudad a la que prometieron compensar… y que parecen haber abandonado tras los problemas sufridos en 2014. De hecho, ya se perdió la gira especial de Images and words, que sí pasó por Barcelona.  (Texto: Fernando Galicia)

EUROPE

Europe

Paradojas de la vida, por aquello de la comparación histórica tan innecesaria como inevitable, al mismo tiempo que en Madrid salía a cantar un ajado BON JOVI, EUROPE aparecían en el Stage Fest de Santa Coloma, bajo la lluvia (no excesiva, pero lluvia al fin y al cabo), para demostrar que son el polo opuesto: una especie de Benjamin Button musical; el ying y el yang de la autenticidad en el rock. Y es que los suecos siguen cosechando éxitos desde su vuelta, basando sus shows en su calidad musical, y olvidándose de parafernalias escénicas más allá de vestir de riguroso negro o del sempiterno pie de micro blanco de Tempest. Y lo hacen con total fe en su material más reciente, aunque a sabiendas de que al público, en un festival, hay que darle más material para nostálgicos que en un concierto de sala.

De esta manera, con un sonido espectacular y un juego de luces brillante, EUROPE estructuraron su setlist dando predominancia inicial a Walk the Earth (“Walk the Earth”, “The siege”), War of Kings (“War of Kings”) y Last look at Eden (“Last look at Eden”), en alternancia con temas antiguos como “Rock the night”, una siempre potente “Scream of Anger” o “Ready or not”; e invirtiendo las tornas en el último tramo, ofreciendo las casi obligatorias, en un evento de estas características (y con DEF LEPPARD empujando por detrás), “Carrie”, “Superstitious”, “Cherokee” y “The final Countdown”, entre las que se coló un “Nothin’ to ya” algo gris, a modo de buscar un cierto equilibrio entre ambas etapas. Joe Tempest, muy sonriente, estuvo simpático, activo, y aunque en esta ocasión se le notó una voz más fina que otras veces, con alguna dificultad para llegar a las notas más agudas, no sólo no desafinó en ningún momento, sino que además supo encontrar soluciones melódicas.

El tiempo ha hecho de él un frontman con recursos, y el grupo lo nota sobremanera. Su carisma, fuera de toda duda, volvió a tirar de una banda que peca de ser excesivamente estática, pero ejemplar y elegante en lo musical, en la que destaca un sublime John Norum a la guitarra. El público, que abarrotaba el recinto, se lo pasó en grande, y se creó un ambiente propicio para llevarles en volandas (¡incluso algún sujetador cayó en el escenario, ante el cachondeo y la ovación de la gente y del propio Tempest!). Como detalle, no puedo dejar de señalar que, aunque el repertorio se estructuró de la misma manera, variaron el repertorio con respecto a su reciente visita a España en el Rock The Coast, algo que es de agradecer por los que hicimos doblete.

Joey

La única pega que les puedo poner es que hayan dejado de lado los magníficos Start from the Dark, Secret Society, o el injuntamente olvidado Prisoners in Paradise. Ojalá los rescaten en futuras ocasiones. Por lo demás, un concierto de altura; otra muesca en el haber de los suecos, que siguen convenciendo tras apostar abiertamente por no vivir de las rentas, y que están consiguiendo enganchar a una nueva generación de rockeros. (Texto: Fernando Galicia)

DEF LEPPARD

El cierre de RockFest 2019 llegaba de la mano de un grupo que no suele venir muy a menudo a actuar a nuestro país. DEF LEPPARD nunca fueron por estos lares tan importantes como en Estados Unidos, pese a que sus primeros discos tienen un lugar de especial en cualquier fan del Hard rock y el Heavy Metal. Ciertamente es un grupo cuyos conciertos no solo son impresionantes por la calidad que atesoran sus composiciones sino por el impactante show escénico con el que se acompañan… y bastante de eso hubo en Barcelona. Casi más luces y nombre mítico y un concierto sobresaliente. Y no es que DEF LEPPARD decidieran acudir a España para cumplir exclusivamente, pero hay que rendirse a la realidad: la voz de Joe Elliot ya está para pocas alegrías. Lo intenta, sin duda, pero en los temas más rockeros, aquellos que escapan de los más melódicos, le cuestan muchísimo.

Por fortuna, el resto de la banda cumplió con creces su función de las grandes estrellas que todo el mundo quería poder ver de cerca: Phil Collen y Vivian Campbell brillaron con creces en el apartado guitarrístico. Rick Savage, como siempre, no paró de correr por el escenario, pese a que su físico ya dista mucho del de hace años. Y Rick Allen volvió a maravillar con su manera de tocar la batería especialmente adaptada para su situación. Una banda tocada siempre por la tragedia pero que sigue afrontando sus actuaciones intentado que la fiesta y el buen rollo sean lo que se imponga por encima de todo.

Def Leppard

Comenzaron con “Rocket” y la fiesta se generalizó en el recinto de Santaco. Y mientras las luces láser se abrían paso entre el público afrontaron “Animal” recordando los motivos por los cuáles su peculiar sonido les diferenció del que grupos británicos contemporáneos hacían durante los años ochenta. Tras “Let It Go” sonaría el primero de los temas más suaves que acompañarían la noche, “When Love and Hate Collide” aunque a decir verdad creo que muchos de nosotros esperábamos más temas vacilones como “Let´s Get Rocked” que, por suerte, no tardó en caer. Con “Two Steps Behind”, “Love Bites” y “Bringin´ On The Heartbreak” el concierto entró en una fase demasiado calmada.

Ciertamente son temas clave de la historia de la banda pero cuando se acumulan ya tantos conciertos en un festival suele apetecer algo más animado que afortunadamente vendría de la mano de “Switch 625” de sus primeros tiempos con el álbum “High N´ Dry”. Instrumental que siempre me ha hecho emocionarme y que también ayudó a que Elliot pudiera reposar durante unos minutos su voz. Entrábamos en la recta final y ahí el concierto se embocó definitivamente con “Pour Some Sugar On Me”, “Pyromania”, “Rock Of Ages” y “Photograph” en el cierre. Levantando el vuelo y en cierto sentido ayudando a obviar las limitaciones vocales de Elliot.

En cualquier caso, cerrando ya el festival, y pese a que LEPPARD no pudiera decir que estuvieron perfectos, supusieron una estupenda guinda final. (Texto: Fernando Checa)


RockFest

RockFestBCN 2019 ya es historia. A partir de ahora habrá que pensar en Rockfest 2020, una edición que además de contar con los ya anunciados ACCEPT, seguro que pugnará por algunos de los grandes nombres que se sabe estarán de gira de festivales en el próximo verano.

¿Quiénes serán? Es temprano para saberlo pero lo que si que podemos decir es que el próximo año, de nuevo, volveremos a Santa Coloma…

Texto: Fernando Galicia y Fernando Checa 

Fotos: Oficiales Rock Fest (Sergi Ramos) 

Cerramos despidiéndonos un año más de un gran festival que durante cuatro días nos ha hecho vibrar y ver un montón de conciertos excelentes… ¿Vemos para terminar el resúmen de la cuarta jornada?:

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