Crónica del concierto de STEVIE KLASSON’S BLACK WEEDS en la sala Wurlitzer de Madrid

BLACK WEEDS: Vienes 18 de marzo, sala Wurlitzer (Madrid) …

Ya podemos leer la crónica del conciertazo de los BLACK WEEDS de Stevie Klasson (ex JOHNNY THUNDERS o DIAMOND DOGS entre otros, ¡casi nada!) y los nacionales JELLY BULLET. Macarrería, actitud y rock n´roll de corazón y genitales, como nos gusta, y como nos cuenta perfectamente Leticia RC (con fotos de Boliche Ángeles), ¡gracias a ambas! 

Nada es comparable a la primera vez… Si descubrir a una banda que te gusta es gratificante, verla por primera vez en concierto y comprobar que te apasiona es algo mágico. Hay grupos que no me canso de ver, pero debo reconocer que esa primera vez es tan especial como un primer beso o la sensación de enamorarte a primera vista. Algo así me ocurrió el pasado viernes 18 de marzo en la sala Wurlitzer y, aunque no me atrevería a llamarle amor, sí podríamos considerarlo apasionamiento…

Os diré que tengo la fortuna de rodearme de amigos bien informados, musicalmente hablando, y además que conocen bien mis gustos, así que con cierta frecuencia descubro artistas o nuevas formaciones que están en mi onda. A mi favor diré que tengo la virtud de dejarme aconsejar cuando de rock se trata, ser abierta de mente y posiblemente también de oídos, por lo que no es raro que acabe yendo a conciertos de gente a la que una semana antes no conocía. Por eso acabé yendo a la Wurlitzer, viendo a STEVIE KLASSON’S BLACK WEEDS y cayendo rendida a sus encantos. Y es que reconozco que hasta hace bien poco no había oído hablar de Stevie Klasson ni mucho menos de su nueva banda, si bien es cierto que en cuanto supe de su trayectoria con Johnny Thunders, DIAMOND DOGS o HANOI ROCKS, y que se acompañaba de antiguos componentes de THE HELLACOPTERS y los propios DIAMOND DOGS, me sentí inmediatamente atraída. Luego fue escuchar algunos temas y pasar al encandilamiento, quedando finalmente atrapada con su directo.

JELLY BULLET

En este caso, además, la sorpresa fue doble pues abrían el evento los madrileños JELLY BULLET, con los que también me estrenaba. Se trata de una banda de rock con claras influencias setenteras, que en poco más de tres años de vida han sabido crear un estilo propio: Riffs contundentes y ritmos pesados sobre una base de rock clásico, pero también pinceladas de stoner y del rock alternativo de los 90. Me habían hablado maravillas de esta formación y de su laureada mini-carrera, y desde luego no exageraban.

Poco menos de una hora para repasar su último disco, “Miracle Elixir”, y algunos de los temas de su primer EP, “First Shot”, dejándonos boquiabiertos con su directo sólido y frenético. Empezaron el repertorio como en su último trabajo, con “Streets of Shame”, un corte cargado de potentes riffs de guitarra y unos maravillosos slides, en la más pura tradición de rock sureño, que contrasta con ciertos cambios de ritmo. Si te piensas que eso es lo que vas a escuchar durante el resto del concierto estás muy equivocado, porque JELLY BULLET es capaz de moverse en menos de 5 minutos del rock clásico al sonido más punk, e incluso pueden cambiar de estilo en un tema como “Hit and Shiver”, en el que disfrutamos de una base rítmica clásica, con desgarradores solos de rock tradicional, intercalados con sonidos influenciados por THE OFFSPRING.

Mención especial para Aitor, que estaba sustituyendo por esa noche al guitarra solista titular, Matt Alcedo, y desde luego su perfecta ejecución no desentonaba ni un ápice. Cautivadora la manera de cantar de Juan Carlos Fernández, que posee una voz potente y con personalidad, y que muestra una gran variedad de registros al pasar de una maravillosa voz rasgada a unos falsetes del tipo de Justin Hawkins, vocalista de THE DARKNESS. Inmenso el batería, Charlie J. Sanz, contundente y enérgico a más no poder, y demostrando maestría al bajo Rocío Navarro, tan elegante y efectiva que me recordaba a Anna Portalupi (actual bajista de HARDLINE).

JellyBullet6De su último trabajo también incluyeron la rocanrolera “Don’t Save Me”, la setentera, psicodélica y adictiva “Shaky Bones”, “Tumbling Faith”, muy grunge para mi gusto tal vez pero con un final alargado a modo de jam que hizo que me terminara de entrar el tema; y mi favorita, “Rain”, un delicioso medio tiempo con interesantes cambios de ritmo donde comprobamos nuevamente la versatilidad del vocalista. También hubo tiempo para algunos disparos de su primer EP, como la pegadiza “Runt Of The Litter”, la sensual “Baby Give Me Your Love” y “On My Way”, con la que cerraron una apasionante actuación repleta de grandes balazos de rock.

STEVIE KLASSON’S BLACK WEEDS

A las 23:30, en una sala ya prácticamente llena, salía sobre las tablas Stevie Klasson con sus secuaces a demostrarnos cómo ser macarra, derrochando clase a raudales, a golpe de guitarra. El sueco parece hacer suya la máxima “No es la apariencia, es la esencia. No es la ropa, es la clase”. Y es que, aunque el hábito no hace al monje, hace falta mucho poderío para salir a tocar con una americana plateada, foulard hipster, sombrero tirolés y botas de cowboy, sin morir en el intento. Dejando al margen estilismos, Stevie Klasson tiene una voz, una actitud y unos temas que fascinan a primera vista, o mejor dicho, a primera escucha.

En esta gira el sueco venía acompañado de unos músicos que bien saben lo que es rockear y poner al público al borde del éxtasis: Anders Lindström “Bobba Fett” a la guitarra solista (THE HELLACOPTERS, DIAMOND DOGS), Martin Tronsson al bajo (DIAMOND DOGS, DREGEN) y Johan Johansson a la batería (KSMB, DIAMOND DOGS). Encantado de volver a España, donde ya estuvo para presentar su anterior trabajo en 2010, se embarcó en una gira que le llevó por más de 10 ciudades para presentar el disco-libro “Rock ‘N’ Roll Tales from a Crooked Highway”, junto a su banda BLACK WEEDS.

A lo largo de una hora y cuarenta minutos, en la que no pararon ni para respirar, fueron desgranando tema a tema su último álbum e intercalando algunos cortes de su anterior trabajo, «Don’t Shoot the Messenger». Comenzaron sin concesiones, como en el disco, enlazando la guitarrera “Gimme More“ con la bailonga “Hoodoo Cadillac” y su pequeño homenaje a THE FACES, “Good Stuff“, con mucho groove, acompañado de cambios de ritmo, macarreo y, como guinda del pastel, unos slides que te vuelan la cabeza.

Desde el inicio Stevie nos demostró que tiene una maravillosa voz de terciopelo, en ocasiones desgarradora, que emociona y se te clava en el corazón, a la que acompaña una actitud y una chulería que te quitan el sentío. Y es que ¿quién dijo que hacía falta ser un Adonis o medir 1,90 para conquistar al personal? Es evidente que el sueco no necesita seguir tendencias ni modas musicales, pues tiene un estilo muy personal que se reconoce tanto en los temas más rockeros, como en los blueseros y en los más macarras. Y es que, como él mismo dice, la línea que conecta el blues con el rock’n’roll y continúa con el punk rock es sencilla: 3 acordes y pura energía, una mezcla de corazón y alma, y eso es todo… Solo que él ha sabido llevarlo a su terreno y dotarlo de una impronta propia, con la ayuda inestimable de Bobba Fett, magnífico guitarrista que nos deslumbró con una buena colección de solos.

Del exhaustivo repaso a “Rock ‘N’ Roll Tales from a Crooked Highway” destacaría “Gypsy Lullaby”, un original blues con tempo de vals, la rockera “Goin Mental” y la bailable “Cool To Be Kind”, con ritmo vacilón que derrocha clase mientras te impide estar quieta en el sitio. Del anterior trabajo tocaron también una buena muestra, como la macarra “Hand Me Downs”, la maravillosa “Bedspring Symphony”, con ese rollo entre sureño y country que tan bien encajaría con STACIE COLLINS, y “Lucky”, una deliciosa oda al optimismo; pero sin duda mi favorita fue “Don´t Mess With Evil”, seductora hasta decir basta. Hubo tiempo incluso para tres versiones, “Let It Bleed” (STONES), “All the Young Dudes” (MOTT THE HOPLE) y “Downbound Train”, de Chris Wilson, y un par de bises, para cerrar con la instrumental “Silvio´s Deathwaltz“, el último corte de su último disco.

En definitiva, una noche de fantásticos descubrimientos y grandes pasiones, en la que solo faltó algo de kalimotxo, que debe ser que en esta sala no está bien visto servirlo… ¿Será que no les parece suficientemente macarra? Seguramente el bueno de Stevie tendría algo que enseñarles al respecto…

Texto: Leticia RC

Fotos: Boliche Angeles

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