Crónica de BLACK LIST (con Armando de Castro) en Madrid

Era de recibo publicar la crónica de este concierto «pequeño» y con poco ambiente (ellos se lo pierden, como siempre digo) pero a la vez muy especial, atractivo e interesante. BLACK LIST (o lo que es lo mismo, Armando de Castro y su banda ¿en solitario?), trío de compinches rockeros demostrando que si se quiere, el rock y el heavy metal aún están vivos.

Armando de Castro

BLACK LIST – Jueves 13 de abril de 2023 (sala Rockville, Madrid)

Varias cosas, y casi todas buenas que comentar de esta fantástico concierto en una noche de jueves en la que era perfecto momento de tomar unas cervezas viendo las andanzas de nuevo (recordemos que les vimos también hace pocos meses en la misma sala, como os contamos aquí) del gran Armando de Castro y sus BLACK LIST. Pero me apetece empezar por lo “malo”, o por lo injusto, o por lo incomprensible… Porque sí, amigos, no éramos más de 50 los que estábamos delante de este fantástico trío de rock n´roll y heavy metal clásico que se lo hacen de lujo, suenan de maravilla… y tienen en sus filas al mejor guitarrista de la historia de este país.

Visto en positivo, fue un auténtico lujazo y un honor disfrutar en petit comité, casi a modo de fiesta privada, del arte y salero (y leyenda y casi divinidad, me permito dejar salir al fan irredento desde tan pronto)… pero a la vez es incomprensible que para ver al guitarrista principal de BARÓN ROJO y con un repertorio de canciones “inéditas” (permitirme decirlo así) y nada habituales del repertorio de BARÓN (vamos, de las que no tocan ni tocarán NUNCA la banda madre) fuéramos “cuatro” de nuevo. Se puede apelar a que no haya suficiente promo, que el grupo no sea conocido (aunque con ARMANDO ROCK, «precuela» de BLACK LIST pasó exactamente igual) que esto no se llame transmitiendo de una manera más claro lo que es o quien hay detrás… o que la gente “pasa” literalmente de conciertos pequeños y/o de bandas que no sean las típicas o las de siempre. Todo válido (y cierto), pero la realidad es que fue una pena ver una sala tan chula a medio gas para ver un show tan bueno e interesante (a priori y a posteriori).

Por otro lado, y quiero seguir siendo malo, e incluso quizás puñetero, pero es que además aquí está la voz que llevamos años sin escuchar en BARÓN (y no, no me refiero a la de Armando, que suena y seguirá sonando más que bien como co-protagonista vocal en ambas formaciones). Y así es como deberían sonar vocalmente tanto estas canciones olvidadas, como los clásicos, las versiones y la madre que nos parió a todos, permitirme el exabrupto porque a veces cabrean estas cosas. Lo mismo dijimos cuando estaba Manuel Escudero (SANTELMO, SACRAMENTO, ex MEDINA…) al frente de ARMANDO ROCK, y de nuevo lo digo sin tapujos ahora. Respeto máximo a una leyenda como Carlos de Castro, una cosa no quita la otra, pero ésta es la ayuda vocal o el complemento que necesita para seguir en la batalla. Pero…

Bueno, no hablaremos aquí de despedidas falsas y artificiales (por mucho que nos gustara aquello, aunque nadie se lo creyó como tal, porque a nivel práctico fue un camelo… o un señuelo, según se mire). Pero sí de que bandas auténticas de rock n´roll congregan a menos de 100 personas ofreciendo auténtico caviar sonoro, visual ¡y de repertorio! , mientras que nos comemos (TODOS y muchas veces) migajas de medio pelo a precio infinitamente mayor, ya sea de corte nacional o internacional. Pues como digo tantas veces, el que no vino, no se enteró o directamente ni sabe qué es esto, palmó de lo lindo y se perdió una grandísima noche de rock y heavy metal de primera.

Black List

Y sí, repetiré una y mil veces que, le guste el protagonismo o no, esto se tiene que llamar “Armando de Castro Band”, o ARMANDO DE CASTRO a solas, o mantener la denominación de “Armando Rock” (que al menos nos indica por dónde van los tiros), pero el jefe, cabezota como él solo cuando quiere, no le apetece o le da pudor o quién sabe. Pues es un error, Armando, como te dije en la misma sala tras el concierto, porque esto se merece mucha más difusión, atención y reconocimiento. Y el primer paso es el nombre del grupo… que ojalá funcione de una vez la siguiente, pero este matiz es importante para ello.

Bueno, vayamos a lo que fue y a lo que vimos: dos horas y media de un trío exquisito, excelso y realmente excelente. Y a su vez dos horas y media de disfrutar de una leyenda como Armando de Castro (y sus dos compiches, tocayos míos para más señas) a un metro, sonriendo, disfrutando él el primero y sobre todo siendo tan valiente de afrontar en primera línea y para unos pocos un repertorio absolutamente diferente del que hace BARÓN en la actualidad… recogiendo esas canciones maravillosas (en muchos casos al menos) y totalmente olvidadas que desde “Tierra de nadie” (y sobre todo “No va más” y “Obstinato”… e incluso “Desafío”) en adelante el tiempo, la banda en genérico, el público y tal vez ellos mismos han denostado de manera incomprensible.

Que sí, que a todos nos flipan los clásicos y los temazos inmortales pero esto le da completo sentido a lo que llevo años pidiendo y demandando a las bandas: ¡cambiar el puto setlist!… respetar vuestra historia, vuestro trabajo, vuestros discos y recuperar (y ensayar/preparar) esas canciones “de segunda fila” tan maravillosas que el tiempo sepulta injustamente. No seáis vosotros cómplices de tamaña injusticia y sinsentido… Por eso, ¡gracias, gracias, gracias!, Armando, por hacer justo lo contrario con esto. Y el que quiera el mismo filete rancio, pasado y quemado de siempre, que pague mucho por ello, pero un servidor está 100% en modo “no me trago más de lo mismo una y otra vez”. Y si tenemos que ser 40 los que mantengamos el espíritu, que seamos 40, pero que sea de verdad.

Armando Rock

Recuerdo que escribí para la crónica de urgencia in situ algo así que cuando uno está viviendo una crisis de identidad rockera galopante, cada píldora de autenticidad vale oro. Y para mí este concierto fue muy importante y especial por esto mismo, por ver a tres músicos disfrutando en el barro y ofreciendo algo diferente pero real, tanto de BARÓN ROJO como de ARMANDO ROCK (del tema de las versiones uno es menos fan, sobre todo de las de CREAM jeje, que cuando atacan un temazo de DIO “protesto” menos, las cosas como son). Realmente me sentí renacido escuchando cada gema y cada joya rescatada del baúl de la indiferencia y el olvido. Todavía se puede, todavía se puede si se quiere más bien, que aún hay magia en las salas de conciertos a veces. Y no es casual que fuera Armando el que destapara el tarro de las esencias, un tipo único, especial, auténtico de verdad y que sin él la gran mayoría de hijos de Caín no estaríamos aquí.

De la mano de esa guitarra tan pequeña, preciosa en tonos azules y negros pero sobre todo pesando poco, que las espaldas ya no están para tantos trotes (curioso que el bajo también era minimalista y a juego), Armando nos volvió a recordar que el rock de verdad no es negocio, no son clásicos manidos y sobados, no son grandes conciertos llenos pero vacíos en el fondo… No cayó esta vez, pero me acordé una y otra vez de dos de mis canciones favoritas de BARÓN y que me enseñaron tanto entonces: “El mundo puede ser diferente” y “Chicos del rock”. Así me sentí, tal cual, según iban cayendo canciones distintas… Ya fuera eso, del repertorio olvidado (y despreciado) de BARÓN, como de ARMANDO ROCK y alguna pildorita de los primeros años de COZ si no recuerdo mal, además de unas cuantas versiones bien escogidas (más tópicas en este caso, eso sí es verdad).

Eso no quita que un tema tan manido como “Lights out” de UFO sonara tan increíblemente bien en las manos de este humilde trío de viejos rockeros (bueno, el batería menos mayor de edad pero clásico en espíritu también jeje). Y lo mismo digo de un muy digno “Don´t talk to strangers” de DIO, nada fácil de cantar por razones obvias, y al que solo le pongo la pega de ir leyendo las letras en el atril… Esto es algo que, aun entendiéndolo, me cuesta aceptarlo (…llamarme iluso, romántico o poco práctico). Que oye, algo de gruñir también tengo que meter en este texto, ¿no?

Dicho esto, solo puedo reiterar que fue una noche maravillosa que, una vez más, solo contaremos a los nietos rockeros unos muy pocos (y sí, todos veteranos). Curiosamente entre el público estaba Kike, el manager de Barón, o el actual bajista del grupo, JL Morán, que a ver si entre ellos y Armando convencen a la otra parte contratante de que canciones como “Sombras en la noche”, “El precio del futuro”, “Cielo o infierno”, «Político» o “Rockstimulación” están al mismo nivel de x clásicos sobados y trillados pero aún nos sorprenden y nos emocionan. Ojo, que esto lo decimos de BARÓN, la banda más grande de nuestro rock y heavy metal, pero precisamente por eso… ¡será por canciones increíbles del grupo, leñe! Y que otros temazos como “Juego de necios” o “Carne de cañón” hubieran estado divinamente en ese potencial nuevo disco del grupo que por lo que sea se niegan a hacer. No lo entiendo…

Black List

Bueno, como os he dicho en muchos de mis últimas artículos de conciertos, estoy cansado, muy cansado de siempre lo mismo. Y creo que he llegado a “odiar” también la manera al uso de hacer crónicas o de contar los conciertos en un texto escrito cargado de topicazos. No me apetece ni creo que a nadie le interese que contemos que llegaron, que son estos músicos, que tocaron ésta, ésta y ésta y dijeron esto, hicieron lo otro y se despidieron entre aplausos y una sonrisa. No, no quiero, me niego a seguir siendo parte de la masa, como público o como periodista. BARÓN no me enseñaron eso, más bien lo contrario, y aunque con los años se haya pervertido la magia y la pureza de todo esto, todavía hay detalles que son sagrados y que nadie nos puede quitar. Y si para emocionarnos y disfrutar de conciertos de verdad tiene que ser así, que lo sea…

Yo allí estaré, en estas «ocasiones gourmet» me refiero, y creo que cada vez menos en despedidas, giras homenaje y sobre todo grandes conciertos prostituidos y que no aportan nada más que estropear leyendas y ensuciar historias (y no lo digo por nadie, ojo, que nadie lea lo que no he puesto). Cada uno es libre de elegir y apoyar lo que quiera, por supuesto, y yo lo he hecho claramente ya desde hace meses.

Gracias, Armando, de corazón, y enhorabuena por seguir siendo de verdad. Y gracias David y David por acompañar tan bien al maestro en este arriesgado viaje que solo unos pocos sabremos apreciar y saborear. ¡Nos vemos en la siguiente!

Texto: David Esquitino / Fotos: Fran Llorente

Galería completa de fotos del concierto de BLACKLIST en Madrid.

P.D. – Y la saga continúa, que un precioso cachorro humano de apellido ilustre, presente sorpresivamente hasta el final, atestiguaba que sí hay futuro en el rock, mientras siga siendo de verdad.

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