Crónica de APOCALYPTICA + EPICA triunfando en Madrid
Vamos con la crónica del fantástico triplete de una noche de domingo “cualquiera” en Madrid que se convirtió en una velada excelente de metal sinfónico y diferente con tres grupos distintos, complementarios y a la vez realmente interesantes cada uno a su manera: APOCALYPTICA, EPICA y WHEEL abriendo para ambos. Os lo contamos y mostramos:
APOCALYPTICA + EPICA + WHEEL – Sala La Riviera (Madrid), domingo 12 de febrero de 2023
Hasta tres años se ha tenido que retrasar el Epic Apocalypse Tour, la ambiciosa gira que reunía a dos de los principales valores del metal europeo de lo que llevamos de siglo, APOCALYPTICA y EPICA. Y a tenor de la larga cola de entrada que había desde casi una hora antes de la apertura de puertas, se auguraba una noche, válgame la redundancia, épica.
Esto que acabo de comentar podría parecer intrascendente de cara a una crónica de un concierto, pero permitidme que vuelva a hacer hincapié en ello, primero porque cuando un concierto va a ser grande, se palpa en el ambiente previo. Segundo, porque después de tres años de cancelaciones y cambios de fecha, muchos podían haber desistido o devuelto (¡o vendido!) la entrada. Y tercero, porque era domingo, y aunque para el fútbol la costumbre nos dice que es lo lógico, para la música en vivo parece que a algunos, aún siendo a la misma hora, como que les da pereza. Así que no, no es intrascendente empezar esta crónica por el principio.
WHEEL:
Pero vayamos dentro. La puerta abrió a las 18:00, por lo que cuando WHEEL salieron al escenario media hora después, lo hicieron ya delante de un nutrido grupo de espectadores que, si bien es cierto que no estaban allí motivados por ellos sino para coger un mejor sitio, también lo es que intentaron dar calor a la banda. Y digo “intentaron” porque si sobre el papel era extraño ver a WHEEL en el cartel, a sabiendas de que su propuesta era muy diferente a lo que vendría a continuación, más extraña fue la sensación desde el momento en el que empezaron a descargar su metal progresivo de corte denso y oscuro, heredero del sonido de grupos como TOOL o SOEN, por poner dos ejemplos.
Una propuesta que no encajaba de ninguna manera con el carácter del concierto de esta noche, y que desconcertó a la mayoría de los presentes, que no terminaron de apreciarla en este contexto. Pero una cosa no quita la otra, y los finlandeses no se achantaron, dando muestra de un enorme derroche técnico y buen sonido. Con un montaje escénico muy escueto, a dos alturas y una pantalla con su nombre estático detrás, el peso de su actuación recayó sobre el vocalista-guitarrista, el británico James Lascelles, que acaparó toda la atención al frente del escenario tanto por su voz como por el hecho visual de llevar una guitarra zurda verde, contrastante con la monotonía cromática del show.
Así, en media hora casi clavada interpretaron temas de sus dos discos hasta la fecha, Moving Backwards (“Vultures” y “Wheel”) y Resident Human (“Hyperion” y “Movement”), que tan buenas críticas han recibido en el circuito progresivo actual, a las que añadieron “Blood Drinker”, de su EP más reciente, Rumination. En definitiva, un setlist muy acertado como carta de presentación de lo que son y lo que hacen.
Sin embargo, a pesar de que hicieron una buena actuación, la realidad es que no era ni su público ni el mejor sitio para recibirles. Habrá que verles en un contexto más apropiado.
Galería de fotos de WHEEL en Madrid en este enlace.
Setlist de WHEEL:
- Hyperion
- Blood Drinker
- Movement
- Vultures
- Wheel
EPICA:
EPICA asomó en escena a las 19:30, con una sala a rebosar y muchas camisetas de la banda entre el público. Es complicado saber cuál debía ser el cabeza de cartel de la velada, porque tanto con los holandeses como con APOCALYPTICA aquello fue un hervidero. En esta ocasión cerrarían los finlandeses, pero el tiempo estuvo totalmente repartido entre ambos, en un formato de gira con dos headliners que últimamente está cogiendo fuerza.
Ya desde la intro con “Alpha-Anteludium” quedó claro que había muchas ganas de ver a EPICA, pero cuando Mark Jansen comenzó a soltar los primeros guturales de “Abyss of Time: Countdown to singularity” y, sobre todo, cuando Simone Simons hizo acto de presencia, aquello se venía abajo. Definitivamente apuntaba a ser una gran noche. Más allá de la aparición de una espectacular Simons, lo primero que llamó la atención fue la puesta en escena a dos alturas que situaba batería y teclado en la parte superior, y unas pantallas de alta resolución con continuas proyecciones que acompañaron en todo momento a la interpretación del grupo.
A ello hay que añadir un juego de luces soberbio y un sonido que hizo palidecer el que tuvo WHEEL tanto por lo nítido como por lo excelso. El conjunto era demoledor tanto en lo visual como en lo sonoro.
Cuando se planteó la gira, para 2020, los holandeses acababan de editar Omega, que recibió buenísimas críticas por parte de los fans y la prensa especializada. Puede que tres años después tenga poco sentido seguir planteando la gira como de presentación del nuevo álbum, pero todo este tiempo no ha servido sino para que los seguidores de la banda se empapen bien de él, de modo que cuando sonaron los nuevos temas fueron igual de coreados que otros más antiguos. De hecho, Omega fue realmente protagonista en el repertorio, con hasta cuatro cortes del mismo: la inicial “Abyss of Time: Countdown to singularity”, “Code of life”, “The Skeleton Key” –posiblemente las tres mejores de todo el trabajo, llamadas a ser nuevos clásicos en un futuro que visto lo visto es casi presente ya-, más “Rivers” que, a pesar de llevarse la fama, fue un bajón de intensidad considerable después de lo que habíamos visto hasta ese momento, mediado ya el concierto.
Lástima que tampoco pudiéramos presenciar la colaboración de los miembros de APOCALYPTICA en esta canción, como sí ha ocurrido en otros lugares de la gira. El resto del setlist fue una representación de toda su discografía de una manera bastante equitativa, desde su debut The Phantom Agony (“Cry to the Moon”) hasta el penúltmo The Holographic Principle (“Beyond the matrix”), pasando por Consign to Oblivion (“Consign to Oblivion, con la que cerraron y para la que hubo un intento de organizar un sorprendente Wall of Death -no salió bien, no es el estilo ni el público para ello-), The Divine Conspiracy (“The obsessive devotion”), Design your Universe (“Unleashed”, que posiblemente tuvo el momento visual más intenso de todo el show) y The Quantum Enigma (“The Essence of silence” y “Victims of Contingency”, ambas al comienzo). Únicamente quedó sin sonar alguno del álbum Requiem for the Indifferent, de 2012, en una decisión que me sigue pareciendo extraña por la buena recepción que tuvo tras su lanzamiento.
Respecto a la banda no se puede decir otra cosa que no fuera lo sólida que se mostró desde el principio hasta el final. Y lo que es mejor: lo que se les vio disfrutar. Hay cosas que se perciben cuando ves tocar a los músicos, y sin duda me pareció lo más destacable de su ya de por sí soberbia actuación. Desde la sección rítmica demoledora y metronómica con Arien Van Weesenbeek y Rob Van Der Loo, que marcaron el ritmo del concierto como una máquina, al saber estar y la elegancia con la guitarra de Isaac Delahaye, al que personalmente vi mucho más curtido en todos los aspectos. Y desde el buen humor de Coen Janssen, que tanto al frente de su teclado giratorio como en sus incursiones al frente del escenario con su llamativo teclado portátil curvo no paró de intentar hacer sonreír al público y a sus compañeros con sus gestos e interpretaciones, representando mejor que ninguno el buen rollo que tienen; a un Mark Jansen que colidera la banda con mano firme.
Tal vez lo que menos me gustó fueron precisamente los guturales de Jansen, los peores que he visto en directo en una época en la que esta técnica ha pasado a primer plano y que cuenta con tantos buenos intérpretes. Siendo sinceros, aunque en estudio suenen bien (la magia de la tecnología), en vivo dejaron bastante que desear, pareciendo más los improperios de un tipo enfadado que la voz gutural de un cantante. Que me perdonen los acérrimos del grupo, pero en esta ocasión me pareció algo así como un Cavalera venido a menos.
Por el contrario, Simone Simons merece un punto y aparte. A nadie se le escapa que desde hace años es una de las mejores cantantes de metal sinfónico que existen, pero esta noche estuvo, aún si cabe, más radiante y espectacular. Era imposible no fijar la vista y los oídos en ella, que lo cantó absolutamente todo con un registro increíble, amplísimo, y a la que no se le escapó la afinación de ninguna nota en los alrededor de ochenta minutos que estuvo cantando sin parar. Creedme cuando os digo que me pareció algo sublime, y que hoy por hoy, aunque las comparaciones son odiosas, ha superado a todas las demás vocalistas de este estilo. Si la banda estuvo de diez, ella de Matrícula de Honor. ¡Qué barbaridad!
Al final, concierto de sobresaliente de unos EPICA que ya no son “uno de los mejores” del estilo, sino unos maestros, y que me atrevería a decir que han alcanzado a NIGHTWISH en ese lugar privilegiado al que sólo pueden acceder unos pocos elegidos. El trono del metal sinfónico es suyo.
Galería completa de fotos de EPICA en Madrid en el enlace.
Setlist de EPICA:
- Alpha – Anteludium (intro)
- Abyss of Time: Countdown to Singularity
- The Essence of Silence
- Victims of Contingency
- Unleashed
- The Final Lullaby
- The Obsessive Devotion
- The Skeleton Key
- Rivers
- Code of Life
- Cry for the Moon
- Beyond the Matrix
- Consign to Oblivion
APOCALYPTICA
Cambio de escenario y cambio total de apariencia para recibir a unos APOCALYPTICA que siguen defendiendo una propuesta por la que pocos hubieran apostado hace casi tres décadas. Y sí, seguro que ahora estáis contando sorprendidos los años que han pasado desde que lanzaron aquel Plays Metallica by Four Cellos (1996) con el que irrumpieron en el panorama del heavy metal internacional. Casi treinta años de carrera haciendo heavy metal con violonchelos, en la que han ido adaptando el modelo a medida que han ido sacando discos, nueve hasta la fecha.
Al igual que en el caso de EPICA, lo que iba a ser una gira de presentación del nuevo trabajo terminó siendo la gira de presentación de un álbum lanzado hace ahora tres años, por lo que hemos tenido tiempo de darle las suficientes escuchas como para conocer lo que sonaba en directo. No digo cantar porque Cell-0 es completamente instrumental, una vuelta a sus raíces conceptuales, algo que no habían hecho desde Reflections (2003). Posiblemente sea por ello por lo que el concierto de esta noche me gustó más que otros anteriores… porque donde son realmente fuertes APOCALYPTICA es en el protagonismo de sus instrumentos, y no cuando hay otros elementos que desvían la atención.
Con un escenario mucho más escueto y limpio que los holandeses, a una sola altura excepto la batería, situada en una tarima flanqueada por torres de luces estroboscópicas, y amparados por una pantalla trasera, los tres cellistas hicieron acto de aparición para abrir con “Ashes of the Modern World”, uno de los singles y temas más brillantes de su reciente trabajo. Elección lógica teniendo en cuenta la gira, y bien refrendada por la interpretación de “Grace”, un corte mucho más rápido que el anterior, acto seguido y sin mediar apenas un saludo por parte de Eicca. Inicio con carácter para un show que también contó con un sonidazo, y que tuvo dos partes bien diferenciadas: una primera con temas propios, que ocupó aproximadamente dos tercios del set, y una segunda prácticamente a base de versiones, tal y como es habitual en los repertorios de los finlandeses.
Así, en todo el primer bloque fueron alternando, de dos en dos, piezas instrumentales con otras en los que el vocalista Franky Pérez ejerció, y muy bien, de frontman. Entre las primeras, las mencionadas “Ashes of the Modern World” y “Grace”, más “Rise” y “En Route to Mayhem”. Es decir, que tres de las cuatro instrumentales pertenecieron a su último disco, Cell-0. Lástima que, al igual que ocurriera en el show de EPICA, tampoco en esta ocasión pudiéramos presenciar la colaboración de APOCALYPTICA con Simone Simons, ya que decidieron interpretar “Rise” en vez de la versión actualizada “Rise again”, single que cuenta con la participación de la neerlandesa. La ocasión, desde luego, era perfecta.
Entre las segundas cayeron una potente “I’m not Jesus”, “Not strong enough”, en la que Eicca rompió una cuerda (impresionante la velocidad y habilidad para cambiarla en medio de la ejecución, así como para templarla sin que se notara en la afinación), “Shadowmaker”, donde Franky Pérez demostró no ser sólo un buen cantante, sino también un batería muy solvente, y en la que introdujeron un fragmento de “Killing in the name of”, de RAGE AGAINST THE MACHINE; y “I Don’t care”, más coreada aún por el público que la anterior, y que sirvió como despedida del vocalista de origen cubano, no sin antes aprovechar su dominio del castellano para vacilar un poco con la traducción a los demás miembros de la banda, con el pertinente cachondeo del personal.
Fue este segundo conjunto de canciones con voz el que menos me gustó de todo el concierto, en primer lugar por lo que comentaba líneas atrás acerca del punto fuerte de APOCALYPTICA, y en segundo lugar porque todos estos temas tienen un aire a ese metal más moderno y al mismo tiempo descafeinado que nunca me ha convencido. No en vano, la colección de cantantes que han colaborado en los discos así lo confirma. Cuestión de gustos, lo sé, pero tenía que decirlo.
El último tercio del concierto estuvo conformado por buena parte de esas versiones que llevaron a APOCALYPTICA al reconocimiento mundial. De esta manera, la primera en sonar fue el sempiterno “Nothing Else Matters” (METALLICA), que bajó las revoluciones con respecto a un “I Don’t Care” en el que Franky Pérez puso toda la intensidad. Pero no por mucho tiempo, ya que Perttu, que había permanecido callado hasta este momento, se erigió como showman, presentó a la banda, e “Inquisition Symphony” (SEPULTURA) y “Seek & Destroy” (METALLICA de nuevo, como no podía ser de otra manera) volvían a llevar el concierto al terreno de la comunión con el público, que respondió al envite poniendo la voz. Eran los últimos momentos para ello, y los supieron aprovechar.
Entre las versiones se coló “Farewell”, uno de los mejores temas de toda la discografía del grupo, y que no por ser más tranquilo es menos intenso. De hecho, sigo pensando que es la pieza más chelística del repertorio de los finlandeses, donde se puede apreciar la sonoridad del instrumento en todo su esplendor, así como una buena muestra de su técnica más compleja, llegando incluso a realizar armónicos más allá del límite del diapasón. Una verdadera joya. El colofón final llegó con “In the Hall of the Mountain King” (del compositor clásico noruego Edvard Grieg), previo “duelo” de chelos entre Perttu y Paavo al son de Mozart, y en el que éste último reclama su cuota de protagonismo casi por primera y única vez en el concierto al llevar el peso melódico con el violonchelo más grave.
De la banda se podrían decir muchas cosas, aunque la mayoría en un terreno que excede al del propio heavy metal para adentrarse en el terreno de la formación musical, de la destreza y de la técnica clásica. Lo primero que llamó la atención fue que hicieron todo el concierto de pie. Atrás quedaron los tiempos en los que sacaban aquellos tronos con forma de calaveras. Dicho así parece poca cosa, pero el que nunca haya cogido un violonchelo no se puede imaginar lo que implica tocarlo erguido… y dando espectáculo. Por otra parte, llama la atención que sigan sin utilizar instrumentos eléctricos, sino violonchelos clásicos con caja y amplificados mediante una pastilla, lo cual les confiere un sonido mucho más natural y personal, con menos artificio (aunque sí llevan pedaleras para efectos).
Dejando a un lado estos dos detalles, lo que no deja de parecerme realmente espectacular es el derroche técnico de los tres. Especialmente un Perttu que, por la separación de roles, lleva las melodías principales y requiere de mayor destreza, con una utilización continua de la posición de pulgar, armónicos casi imposibles e incluso tocando por el otro lado del puente. Ver para creer. E insisto: de pie y dando espectáculo. No me olvido de Mikko, que como siempre estuvo perfecto a la batería haciendo de motor del concierto.
Decía al principio de esta crónica que APOCALYPTICA han ido reinventando su propuesta a lo largo de estas casi tres décadas, y han pasado en este tiempo de ser un cuarteto de chelistas a ser un cuarteto con batería, y a un trío con batería y cantante (no fijo). Por eso, del mismo modo que también he comentado que me gustan más cuando están en formato instrumental, es de ley decir que la inclusión de Mikko les dio un plus “heavy”, conectándoles con el estilo definitivamente. De hecho, sigo pensando que es precisamente la figura de Mikko la que ha posibilitado que la propuesta de los finlandeses siga tan vigente.
Haciendo un balance de lo presenciado esta noche, EPICA y APOCALYPTICA se repartieron un triunfo a partes iguales en una gran fiesta de heavy metal contemporáneo, en la que WHEEL no encajaron nunca. Los primeros derrocharon espectáculo visual, de una gran belleza plástica y sonora, con una Simone Simons realmente espectacular y una banda muy sólida y con los engranajes bien apretados. Los segundos volvieron a demostrar su gran personalidad y la vigencia de una propuesta tan inverosímil como actual dentro de la escena del heavy metal menos ortodoxo, con unos músicos en estado de gracia a los que vi “más músicos” y menos actores que otras veces. Quizá les sobraron luces estroboscópicas, que impidieron una mejor apreciación de lo que ocurría sobre el escenario.
En cualquier caso ambos grupos estuvieron soberbios, sobresalientes. Lástima que el formato les llevara a hacer sets cortos, de apenas 75-80 minutos, y que WHEEL resultaran una rara avis en todo esto, porque ni mucho menos lo hicieron mal… pero no era su sitio ni su momento. Sea como sea, mereció la pena esperar tres años para disfrutar esta gira y para bajarse a La Riviera la tarde de un domingo… incluso a hacer cola, como en los viejos tiempos.
Texto: Fernando Galicia / Fotos: Fernando Tribiño
Gran espectáculo, gran ambiente y grandes sensaciones. Ya os dije que se veía venir desde el principio…
Galería de fotos completa de APOCALYPTICA en Madrid en el enlace.
- Ashes of the Modern World
- Grace
- I’m Not Jesus
- Not Strong Enough
- Rise
- En Route to Mayhem
- Shadowmaker (Killing in the Name – Rage Against the Machine snippet)
- I Don’t Care
- Nothing Else Matters
- Inquisition Symphony
- Seek & Destroy (Thunderstruck snippet)
- Farewell
- In the Hall of the Mountain King