CHINO BANZAI: “Gatos de la ciudad” (autoeditado)…

Salió por fin… Un disco esperado y deseado por los que nos definimos muy orgullosos fans del Chino. Yo además soy gata. Tercera generación de madrileños concretamente. Abuelos que lucharon y murieron por defender Madrid, padres de largas huelgas por conseguir unos derechos y finalmente yo, intentando como gata panza arriba quitarme esta estafa de encima. Porque los que vivimos y sentimos Madrid sabemos que es una ciudad para supervivientes. Una ciudad altamente agresiva a la libertad y en el que la individualidad hace a veces que veas muy lejos los sueños por realizar. Pero de igual manera que otro gato como el Chino tiene su talento para escapar de eso, yo tengo su nuevo disco en mis manos y, gracias a él y gente como él, me puedo sentir más cercana a mis hermanos y mis ideales.

El disco es altamente adictivo. Se cuela en la cabeza y en el alma. Me encuentro poniéndolo una y otra vez cuando finaliza. Los flamencos lo llaman duende… es lo que tiene este disco, el pellizco justo que te hace verte rápidamente en sus canciones, hacerlas tuyas. La música y las letras van de la mano sin ningún artificio, acompañándose, sirviéndose una de otra. Un trabajo exquisito de composición y ejecución. A las guitarras el Cachorro y José María Castañón, al bajo Miguel Corbacho y Teo Suazo a la batería. Y me he encontrado con una calidez en la  voz de Valentín del Moral que interpreta cada uno de los temas con mucho gusto.

El disco está concebido además como un todo, no una recopilación de temas. Por ello, tras un comienzo más rápido llegamos a la mitad del disco a una parte con varias canciones más introspectivas, con mucho sentimiento, para acabar de nuevo en todo lo alto. Y un agradecimiento personal por el cuidado de las letras. porque parece que está todo dicho desde hace tiempo pero no nos hacen caso. Y seguimos en las mismas a nivel social y cometiendo los mismos errores o ilusiones a nivel personal. (Así que) no se debe dejar de cantar a la libertad, al amor, al temor, al rock and roll…

Todo comienza con “El golpeador”, que nos pone rápidamente en el sitio en el que vamos a viajar a través del disco: cualquiera de nosotros en nuestro barrio, barrios de polvo y sudor. Y de lleno entramos a reivindicar nuestra forma de comunicación con “Lucharemos”, un trallazo con el que es imposible no identificarse de inmediato. ¿Quién de nosotros no ha esperado que llegue la noche para ir a ver a nuestra gente y disfrutar de un buen rock and roll? Con la hermandad y el lenguaje con el que nos entendemos y necesitamos para precisamente sobrevivir a esta ciudad y el ataque de tantos soldados a un hombre o alma libre.

“Sombras” tiene  algo que me gusta mucho y es contar una historia dentro de una canción. Y aparte de esa historia, cada uno se puede quedar con su parte, en la que entra la intuición de cada uno. Una canción dura con un romanticismo muy real, sufrimos o creamos sombras… “Gatos” nos lleva a esa necesidad de liberación, una escapada para devolvernos el alma llena de amor para lanzarla luego contra la realidad. Con una “chulería” muy madrileña, “sabe de espadas y sabe de amor”, ¡ahí queda eso! Necesitamos nuestros momentos de magia y esta canción inevitablemente trae recuerdos y muchas ganas de vivir esos momentos tan maravillosos.

Justo después entramos en esa parte del disco más tranquila e introspectiva a la que me refería al principio. “El color de la verdad” es quizá la más evocadora de todas, cantada con un gusto exquisito por parte del Chino, por cierto. “Balas de hierro” en el que interpreta muy bien esa impotencia que da la injusticia y ver el paso del tiempo en el que parece que nada se soluciona. Y es que, qué solos nos encontramos en la búsqueda de la paz y la libertad… Y todavía falta por llegar “Chino Banzai”, que se convierte desde la primera escucha en una de mis favoritas, porque directamente Valentín se desangra en ella. Autobiográfica en el que tiene la valentía de contarnos lo que ha vivido, que es muy fácil tirar de clichés rockeros de buen rollo, pero muy difícil hacer una confesión como ésta. Un tema además en el que está de lleno la actitud del Chino: seguirá hasta el final, nadie le pondrá cambiar. Auténtico.

Con “No le pares” vuelve la caña. Nada más escucharla pensé en la gente joven que se queja de las” viejas” glorias que impiden su reconocimiento. Y  el Chino hace un tema a su ilusión, porque la ilusión por la música no tiene edad y cada uno necesita comunicarse como sabe y nos debería dar igual si es más joven o más mayor, que todo tiene cabida cuando hay algo que contar. Yo veo que falta respeto y reconocimiento a las bandas pioneras en España, pues que se pongan las pilas los nuevos porque un “viejo rockero” ha hecho un discazo.  Y con cicatrices a su espalda llega la apasionada “Vamos corre” que sonará (y suena) increíble en un directo. Y termina el disco con una maravillosa “Luna rota”, una historia de desamor, apego a unos labios que ya no están, y finalmente de esperanza. Y aquí es cuando vuelvo de nuevo a ponerlo desde el principio.

10 temas en los que el Chino nos hace  saborear unas letras y una música con todo el sentido artístico del mundo. Y por ello, todo es autoproducido para que pueda ver la luz. Pero ahí está, y (nosotros) con muchas ganas de verle en directo para disfrutar de toda la banda. Los poetas de la calle siempre están en crisis. De pasta digo… porque de arte y actitud van “sobraos”.

Texto: Elena Sánchez