Crítica de «Rock or Bust» de AC/DC

291763-empAC/DC – «Rock or Bust» (Columbia Records)

Confiamos en el Rock. Es Rock o reventar. Una frase premonitoria para el último trabajo de la que tal vez sea la banda de rock más grande de la Tierra. Al menos con el permiso de los STONES. AC/DC hace años que se convirtieron en estrellas estratosféricas. Incluso a pesar de que sus nuevos discos dejen un cierto poso de insatisfacción entre algunos de sus seguidores más clásicos. Es difícil saber en qué momento comenzaron a tirar de una receta mágica que no por repetida deja de obtener éxito. Desde luego ya la aplicaron con “Black Ice”, su anterior trabajo, y no les fue nada mal. También discos como “Stiff Upper Lip” o “Ballbreaker” fueron criticados por ofrecer “lo mismo de siempre” y su resultado en el mercado fue arrasador: ventas que arrastran discos de platino y giras frente a cientos de miles de personas. Todo llevado adelante por un combo de amigos macarras que tan solo le cantaban a la cerveza, a las chicas y a la diversión. No es mal resultado.

“Rock or Bust” vuelve a poner a los australianos en lo más alto del Olimpo del Rock con un trabajo breve, sorprendentemente corto en estos años en los que los discos tienen tantos temas de relleno que se hacen difícil de escuchar completos. Apenas media hora de riffs y melodías que recuerdan a tantas canciones anteriores de la banda como uno puede esperar de cualquier disco de AC/DC. Lo que significa que no hay ninguna sorpresa, algo que posiblemente los más fans del grupo no estaríamos dispuestos a perdonar. ¿Alguien imagina a AC/DC haciendo baladas? ¿Rock progresivo? ¿Usando teclados? Eso si que sería imperdonable, no el hecho de que su nuevo disco suene a “lo de toda la vida”. Incluso pese a que Malcolm ya no está en el grupo y a que su ausencia sin duda acabará por sentirse, no solo en los temas compuestos sino también en las actuaciones en directo.

El disco se abre con el tema que es de suponer que abrirá su esperada gira de 2015: “Rock or Bust”. Claro, rotundo y conciso. Perfectamente reconocible como hemos comentado y en el que sobresale el machacón ritmo que Cliff Williams sabe imponer a su bajo. Solo de escuela y perfecto como apertura del disco.

“Play Ball”, el primer tema que conocimos del disco, juega con esas melodías a caballo entre el blues y el boogie que tanto han usado desde tiempos inmemoriales. El picoteo de las cuerdas de la guitarra de Angus y el fraseo que recorre toda la canción la hace absolutamente bailable y vacilona.

Por repetir esquemas, en “Rock the blues again” lo han vuelto a hacer con “Anything Goes” de su anterior trabajo. Al igual que me ocurrió hace cinco años es el tema que me gusta menos del disco, aunque estoy seguro de que será un single absolutamente millonario. El motivo: AC/DC hace muchísimos años que saben que su público es muy amplio y que este tipo de sonido mucho más “comercial” logra rendimientos excelentes en las emisoras de radio. Es pues una canción al estilo de los “últimos tiempos” que enamorará o será odiada por partes iguales.

ACDC_05_014Mucho más directa es “Miss Adventure”, vacilona y divertida, acompañada por los coros que hasta este momento se echaban de menos y perfectamente preparada para ser cantada en directo por miles de gargantas: El “nananana” del estribillo acabará siendo coreado en muchos conciertos.

“Dogs of War” es otra de esas piezas que mantienen un riff mucho más pesado y que podría encajar perfectamente en discos de la época de “Flick of the Switch”, disco al que curiosamente muchos acudimos como referencia de los trabajos menos populares del grupo pero al mismo tiempo con una inspiración más compleja.

AC/DC es diversión y puro blues eléctrico y de eso hay también mucho en “Got Some Rock and Roll Thunder”. Escuchándola de nuevo mientras escribo estas palabras, con el volúmen a un nivel casi peligroso, no puedo dejar de mover los pies y de disfrutar de la más simple de las sencilleces y al mismo tiempo de cerrar los ojos y pensar, “si, tíos, esto es puro AC/DC”.

De nuevo vuelta al estilo que ha predominado en los últimos discos, “Hard Times” funciona quizá algo peor que el resto de canciones. Tal vez por el tipo de riff escogido en esta ocasión o por resultar demasiado repetitiva en su planteamiento. No obstante en los apenas 2 minutos y 44 segundos que dura tampoco tiene sentido darle vueltas a si sobran o faltan acordes. Breve y digna.

“Baptism by Fire” nos devuelve al tono de vacile y con la melodía que lo mismo te lleva a mover la cabeza que a agitar los hombros. Ascendiendo en ritmo hasta llegar al estribillo y el tempo perfectamente marcado por los siempre efectivos tambores del viejo Phil (ndr: en principio fuera del grupo, al menos hasta nuevo aviso).

Con un riff setentero se inicia “Rock the House”. Una de las canciones que condensa en menos tiempo más complejidad, tanto en las guitarras que remiten a los viejos discos del grupo. Podría haber estado perfectamente incluida en la cara B de un “For Those…” Compleja y a la par muy interesante.

Cliff Williams, siempre él, machaca de nuevo la línea de bajo en “Sweet Candy” con un golpe que emana de aquellos tiempos en los que Mark Evans creó “Live Wire”. De nuevo el blues eléctrico se hace presente y la guitarra de Angus acompaña a las mil maravillas en un solo que no por escuchado mil veces se siente menos directo.

El disco se cierra con “Emission Control”, de nuevo una mezcla de fraseos de guitarra con algunos toques setenteros, un tempo machacón y una cadencia casi monótona rota en el momento del estribillo.

Poco más de media hora en la que no hay sorpresas. O quizá sí hay una, aunque ya no es tan novedosa: el fantástico estado de forma de Brian Johnson. El cantante que vino a sustituir a una persona insustituible ha pasado a convertirse en el verdadero espíritu de AC/DC, con el lógico permiso de Angus. Las viejas rencillas acerca de si Bon era mejor que Brian o al revés son ya cosa de un pasado remoto. Hoy Brian es la perfecta encarnación del rock and roll directo y descarnado. Sin subterfugios. Sin nada que esconder. Y eso es lo que a la postre son AC/DC. Simples, sencillos, rotundos. ¿Acaso hemos de pedirles más cuando siempre han hecho esto con completa honestidad? Disfrutemos pues, con Malcolm en la memoria, de este disco y no olvidemos nunca: o el Rock o Reventar. Es nuestra elección.

Texto: Fernando Checa (fernando@redhardnheavy.com)

Lista de temas:

  1. Rock or Bust
  2. Play Ball
  3. Rock The Blues Away
  4. Miss Adventure
  5. Dogs of War
  6. Got Some Rock & Roll Thunder
  7. Hard Times
  8. Baptism By Fire
  9. Rock the House
  10. Sweet Candy
  11. Emission Control

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