Isabel Marco, la que fuera guitarrista (y segunda cantante) del grupo aragonés INSOLENZIA, hace ya tres años que vuela en solitario en una carrera que se nos antoja harto prometedora… Presentaba nuevo disco en Madrid y era de recibo estar y contároslo…

ISABEL MARCO & LOS ROCKANROLAS – Sala Rockville, Sábado 24 de Abril

Isabel Marco

La ahora solista maneja una sensibilidad muy especial, trayendo a colación las mejores esencias musicales en proyecto de rock clásico que podría catalogarse a medio camino de Pat Benatar y Tom Petty. Pero, como eso es apuntar muy alto, diremos que por ahora nos recuerda bastante a un híbrido de Amaral y Fito & Fitipaldis… Es decir, rocanrol autóctono pero con acento propio y unas letras estupendas que invitan al librepensamiento y a cierta insumisión frente a las injusticias del sistema. Algo atrás quedó ya el punk y el rock estatal sin más de su banda previa.

No, INSOLENZIA queda atrás, e Isabel Marco vino a presentar su último trabajo “Nada será igual” alumbrado el pasado año, pero que, con la dichosa pandemia a cuestas, no había podido vestir de largo hasta ahora. Apareció arropada por una banda sobresaliente, los Rockanrolas, donde destacó por méritos propios el dotado guitarrista, Guillermo Rubio “Mara”, con pulso exquisito toda la noche a las seis cuerdas. Todo ello junto a nuestra protagonista, ella enarbolando la eléctrica y la acústica de forma intermitente, al lado de Alex Serra al bajo, Adrián López a la batería y Alfredo González a los teclados y coros.

La felina cantante mostró garra y mucho ‘feeling’ en una velada que nos dejó un gratísimo sabor de boca. Empezando por tres animadas rolas: “En mis pies está el camino”, “Nada será igual”, “Somos todas”, y acabando el show con el público entusiasmado con las rutilantes “Desde el cristal”, “Tan lejos de todo” y “Abrázame”. Isabel vino con intención de iluminar la sala con su belleza y su talento: “Voy a pintarme el sol”, regaló a continuación, embutida en un pantalón plateado y un chaleco de lana.

Isabel Marco

Eso fue justo antes de invocar el latido de la naturaleza y el existir del mundo rural, de esa España ‘vaciada’ a la que casi nadie presta atención, a cargo de una artista crecida en Alcorisa, pueblo del interior de Teruel, una provincia -por desgracia- desconocida para muchos. Tomó el relevo “El respirar de las piedras”, bellísima canción donde las haya, y que fue editada en un precioso maxi en 2020, junto a sus ‘hermanas’ musicales, las correspondientes traducciones a los idiomas de la península ibérica: al aragonés, al asturiano (o bable), al catalán, al gallego y al euskera. Ya solo por eso, por esa sensibilidad tan especial hacia las lenguas vernáculas de nuestro país, merece nuestro más rotundo aplauso.

El concierto fue un continúo in-crescendo, con alguna pausa para marcar el contrapunto introspectivo. Isabel también mostró un pequeño ramillete de las canciones de su ópera prima: “Quiero ser agua”(2019), tonadas de exquisito sabor como “Perdiendo la gravedad” o “Lobos cenicientos”, una composición dedicada a esas personas que se mueven a su bola y que van por libre en un mundo marcado por el borreguismo y el más rampante gregarismo de la miseria reinante.

Exquisita musicalidad que tuvo su cenit en esa perla poética llamada “Víctima del ruido”, una canción destinada a conquistar grandes cimas en las listas de éxitos. Contra viento y marea, una nueva estrella asoma en el firmamento de una escena estatal en franca renovación. 

Texto y fotos: Fran Llorente / Galería de fotos completa en este enlace. 

Para terminar, podemos ver el concierto completo que lo han colgado ellos mismos: