BLACKBERRY SMOKE triunfando de nuevo en Madrid
BLACKBERRY SMOKE + BITERS: Martes 7 de marzo de 2017. Sala la Riviera. Madrid…
Al fin tuve la oportunidad de asistir a un concierto de una de esas bandas de la que todo el mundo te habla bien pero que con la que por h o por b no consigues coincidir de ninguna de las maneras. No había escuchado ninguno de sus discos a pesar de tocar uno de los palos del rock más atrayente para mí, aunque han actuado varias veces en nuestro país y en mi ciudad. Siempre ha pasado algo que me ha evitado ir a ver a una de los grupos llamados a ser de los muy grandes dentro de la escena del rock.
He de reconocer que todo lo que tiene pinta setentera me da algo de miedo últimamente puesto que hay una corriente moderna que copia la indumentaria y el estilo de aquella época para hacer temas insufribles y aburrir en directo. Por suerte, BLACKBERRY SMOKE es todo lo contrario: Es autenticidad pura y dura y, aunque beben de los clásicos más puros, sus canciones suenan novedosas y genuinas de principio a fin. Sus referencias son perfectamente reconocibles: LYNYRD SKYNYRD, ALLMAN BROTHERS, ZZ TOP y un largo etcétera de todo lo mejor que ha salido del rock sureño hasta ahora y aún así han conseguido renovar la formula.
BITERS:
Abrían la noche esta banda, que reconozco que no me dijeron gran cosa. Desde Atlanta (EEUU) al igual que sus anfitriones, son el lado oscuro del revival de los setenta al que me refería anteriormente. Correctos pero profundamente monótonos por mucho que su rollo se acerque más al hard rock y al glam con toques poperos. También es verdad que poco ayudaron el volumen y que el público asistente durante sus cuarenta y cinco minutos de show fuera bastante escaso, pero aún así no hay excusas.
Presentaban nuevo disco titulado ‘The Future Ain’t What It Used To Be’ y tenían que haber salido a comerse el escenario. Tendrán mejores noches, o eso espero.
BLACKBERRY SMOKE:
Hacía algo más de un año que los grandes protagonistas de la noche habían abarrotado la sala But, y ahora se atrevían a dar el salto a una sala de mayor aforo como es la Riviera, tocando un martes y con el futbol como enemigo… pero lo que al principio hacía prever un posible gatillazo volvió a convertirse en un éxito rotundo con la sala abarrotada y el público rendido a sus pies. Tocaba presentar su último trabajo, “Like An Arrow”, pero los norteamericanos no se olvidaron de los mejores temas de sus anteriores discos.
Charlie Starr a la voz y guitarra, con el rostro afeitado, Richard Turner al bajo con gafas de sol, sombrero y rostro pétreo impenetrable, Brit Turner a la batería con sus barbas legendarias, Paul Jackson a la guitarra y Brandon Still al teclado (oculto detrás de un horroroso tapiz decorado con renos y colocado delante suyo para dar ambiente), salían al escenario en la primera noche de su tour europeo para seducirnos desde el principio con “Fire in the Hole”.
No había escuchado ninguna canción suya, os lo aseguro, y todas me parecieron temazos, clásicos instantáneos. Una sorpresa tras otra. “Six Ways to Sunday”, “Let Me Help You (Find the Door)”, “Good One Comin’ On” o “Workin’ for a Workin’ Man” sonaron contundentes. La banda apenas hacía pausas ni concesiones al aburrimiento: Un tema tras otro de puro rock genialmente interpretado y ejecutado. Sin respiro continuaron con la canción que abre su más reciente creación, “Waiting for the Thunder”, para seguir con “Crimson Moon”, “Rock and Roll Again”, “Let It Burn”, ”Sleeping Dogs” y “Sanctified Woman”.
El primer corte de su tercer larga duración “The Whippoorwill” fue el elegido junto con “Believe You Me”, “Up In Smoke” y “Ain´t Got The Blues” para esta parte del show donde elevaron el concierto al Olimpo del rock, sobre todo después de rendir tributo a una de las bandas más aclamadas de todos los tiempos y de la que ellos son profundos admiradores, LED ZEPPELIN, atacando un maravilloso “Your Time Is Gonna Come”, que fundieron con “Black Dog”, para algunos minutos después rematar este homenaje con una versión de “Hey, Hey What Can I Do?”.
“One Horse Town” y “Leave A Scar” completaban el repertorio tras las que se tomaron un pequeño respiro para volver a rematar el show por todo lo alto con “Sunrise In Texas” y “Ain´t Much Left Of Me”. Casi dos horas de disfrute máximo y buena música se habían acabado y la sensación era que hay futuro en el rock. Es muy posible que en los próximos años les veamos reventando el (antiguo) Palacio de los Deportes o como cabezas de cartel de grandes festivales.
No sería de extrañar pues calidad tienen a raudales, y sólo falta que el público generalista vuelva a tener ganas de rock and roll autentico.
Texto: Ángel Corral
Fotos: Nerea Ramos (Selene Fry)
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Cerramos con un vídeo de los protagonistas de la velada en Madrid, ¿no?: