ASFALTO en La Riviera: Crónica urgente de un directo raro
ASFALTO: Sala La Riviera (Madrid), Sábado 4 de Febrero…
La mítica banda de Julio Castejón, celebraron su 45 aniversario y la publicación reciente de su décimo segundo disco de estudio, “Crónicas de un mundo raro” con un concierto familiar en la sala La Riviera. Todo ello con la satisfacción añadida de haber colgado el cartel de “Entradas Agotadas” en el concierto que servirá de base para su próximo CD + DVD, en lo que constituirá el segundo directo de su prolífica carrera.
Aforo completo, al menos según el nuevo criterio impuesto por la autoridad tras los desgraciados sucesos del Madrid Arena. Es decir, capacidad reducida, para 1800 personas (en la sala caben 2.500 almas, y alguno más se metía en su momento) disfrutando de un directo raro, donde aunar historia e invitados de postín, junto a las nuevas formas artísticas que traen ahora entre manos un combo histórico, renovado en su casi práctica totalidad, que tiene más vidas que un gato.
Encabezados por su alma máter, progenitor y máximo exponente, Julio Castejón (guitarra y voz) junto a su vástago Paul Castejón, (guitarra, flauta, y lo que haga falta), los nuevos miembros de ASFALTO, (especialmente su batería Arturo García) junto a Nacho de Lucas en los teclados y Pablo Ruíz al bajo, se mostraron tan solventes como de costumbre, si bien faltó (a juicio de quien esto suscribe) ese plus electrizante que vimos en otros conciertos de la gira, como en Rocktiembre, o en las Fiestas de Getafe o Chamartín (ndr.: o el extra de emotividad y fuerza de Miguel Oñate en Penélope hace no tanto tiempo).
Se diría que en la grabación de su concierto 45 Aniversario, ASFALTO quisieron contentar a todo el mundo y bien es sabido que nunca llueve a gusto de todos. Quizás hubo demasiados dientes de sierra a lo largo de las dos horas y cuarto que duró la actuación, momentos de gran emoción intercalados con otros mucho más fríos, donde dieron a conocer las canciones de este nuevo elepé , incluso pausas para la nostalgia y el recuerdo como cuando asomaron Mario Del Olmo (guitarra y voz de los primerísimos tiempo del grupo), o los sempiternos Cánovas, Adolfo y Guzmán (de los legendarios CRAG, una de las formaciones de pop/rock clave en los 70 en nuestro país, pioneros, como ASFALTO de un estilo y formas de hacer música elegante).
Por otro lado, los elementos audiovisuales que se proyectaron durante el show eran manifiestamente mejorables. Estos recursos escenográficos suelen ser muy caros y aquí se notaba cierta falta de presupuesto. Pese a ello, ASFALTO protagonizaron un comienzo radiante con unas magníficas “Déjalo Así”, “Crónica de un mundo raro” y el clásico “Más que una intención”, justo antes de que la “Lluvia de abril” apagara un poco la euforia inicial. Todo ello para dar paso en ese preciso instante al primer invitado de la noche, un Richie Benítez (ex cantante de ASFALTO en la época de mediados de los 80) en estado de gracia y en plena forma (como si el tiempo no hubiera pasado para él y todavía estuviera surcando la maratón del ‘Corredor de Fondo’), quien protagonizó unas emocionantísimas “No es solo amor” y “Prisionera enmarcada” a las que siguió otro tema estelar en la misma onda, “No estás solo”. Tres diamantes que erizaban la piel sin duda, de lo mejor de la noche. Hasta ese momento, la función transcurría por la vereda de las sensaciones fuertes.
Tras un pequeño discurso de Julio Castejón , asomó una pálida “Molinos de viento” (sin la energía e intensidad de otras ocasiones) y aconteció la primera ‘parada’ del show, cuando apareció el citado Mario del Olmo, como decíamos, uno de los miembros fundadores de la banda (junto al propio Castejón, José Luís Jiménez y Lele Laina) que asomó en el escenario para dar rienda suelta a los recuerdos de juventud y protagonizar una quizás fuera de lugar “Razones” (cara B del primer single de ASFALTO, editado en 1972) dando paso a CÁNOVAS, ADOLFO Y GUZMÁN, que regalaron almíbar por doquier en dos aperitivos confitados: la arcaica “Señora Azul” y “No se puede volar” (una golosina del disco “El Planeta de los Locos” del 94), acordes con la actualidad que vivimos.
Diríamos que el Expreso al Paraíso (que nos prometíamos) había hecho una pequeña parada en alguna capital de provincias, para recoger algunos paisanos célebres (hace tres décadas) de los que ahora ya casi nadie se acuerda. Tras esta fastidiosa detención en la nostalgia, la locomotora volvió a rugir y las calderas demandaron más madera con la maravillosa “Miedo” (una gema casi olvidada del doble álbum “Déjalo Así”), mientras “Melani”, el segundo corte de este reciente álbum, muestra la trágica realidad de la violencia de género, y unas terribles estadísticas que John Helliwell de SUPERTRAMP trató de hacernos olvidar con su elegancia y simpatía, haciendo aullar el saxo hasta evaporar la amargura de esta sociedad tan cruel.
Momentos para echar la vista atrás, y recordar la maravillosa “School” con nuestro saxofonista de cabecera en plan estelar, dando paso a otra pieza fundamental: “La Batalla”, (en fatigado trasiego de Cercanías, por la áspera metrópoli).Las pantallas del escenario vomitan grises momentos cotidianos, mientras ‘las antenas de televisión van controlando los sueños’, para ceder el testigo a Manolo García (EL ÚLTIMO DE LA FILA) en una doble escapada legendaria: “Todos los días”, más la emblemática “Días de Escuela”, donde ya asoma Aurora Beltrán (TAHÚRES ZURDOS) desafiando al ‘estrecho bigote de Don Ramón y a la estufa que no calienta ni a dios’, recuerdos de una sufrida infancia en la cutre y triste España de entonces. Penurias que no acaban en este desdichado país, pues aparece “La danza de los sin techo” como criminal contraste en tiempos de opulencia, con el desgarrador timbre de Aurora Beltrán poniendo el contrapunto necesario de rabia contenida.
Tiempo para olvidarse de todo y surcar los cielos a lomos de “Rocinante”, con el gran Enrique Villarreal, “El Drogas” dirigiendo el cotarro como showman privilegiado, mientras otro muy grande José Carlos Molina (ÑU) invoca a continuación al “Capitán Trueno” para que gane el bueno, como en los tebeos de nuestra niñez. A punto de finalizar el encuentro, la cerveza ha corrido a raudales entre la concurrencia y con ese punto que dan los vapores etílicos nos lanzamos a los postreros bises: “Es nuestro momento” y una coral “Ser Urbano” (con todos los invitados sobre las tablas) ponen el punto final a una velada que dejó un cierto sabor agridulce, por la falta de intensidad en algunos tramos y sobre todo por lo sinuoso del repertorio.
Seguro que cuando nos veamos en el DVD, el concierto nos emocionará el doble, es lo que tienen estas cosas…Y siempre podremos añadir, con todo merecimiento: nosotros estuvimos allí y fuimos testigos privilegiados de una noche única.
Texto: Fran Llorente
Fotos: Boliche Ángeles
Debajo vemos una galería de fotos del evento y un vídeo de una de las partes destacadas del concierto, primero sólo con Manolo García acompañando a ASFALTO y después también junto a la gran Aurora Beltrán.
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