Un compañero de las seis cuerdas con un peculiar sentido del humor dijo el pasado viernes que si alguien pusiera una bomba en Caracol, le iba a salir mogollón de curro. Bromas macabras aparte, lo que es cierto es que el guitarrista Andy Timmons logró congregar un gran número de seguidores en Madrid. Y eso que el viernes trece era un día con mucha oferta musical en Madrid: DANGER, TOKIO, ELDORADO…

Como telonero, se suponía que calentaría la noche CIRO MANNA. Sin embargo, nos comunicaron a la entrada que no habían llegado a tiempo para realizar la prueba de sonido y que su actuación se había cancelado. Cosas de la carretera… Así que disfrutamos directamente del protagonista de la jornada sin aperitivo en este caso, ¿qué le vamos a hacer?

Era el primer show de guitarrista norteamericano en esta gira europea y se notó en varios aspectos. Por un lado nos encontramos a un ANDY TIMMONS más dicharachero de lo habitual. El norteamericano explicó sin tapujos que él y su banda acababan de llegar y que aún sufrían de jet lag. Además, la salida de su disco se había retrasado por lo que éste no estaba disponible en el stand del merchan; únicamente su reciente DVD didáctico. Aun así, pudimos escuchar en premisa alguna de las nuevas composiciones en vivo y en directo.

En realidad, a lo largo de la noche pudieron apreciarse varias imprecisiones, fraseados algo sucios, miradas cómplices de reproches amistosos y olvidos simpáticos como el del slide: Andy tuvo que usar un teléfono móvil como slide al descubrir que se había olvidado el suyo en la maleta. Más tarde pediría prestada una botella de cerveza al público para el mismo fin. Por otro lado, el sonido fue algo sucio, especialmente molesto en algunas notas agudas (demasiado volumen además) y al norteamericano se le vio varias veces pelearse con sus pedales.

Sin embargo, todo eso cosas hizo el concierto más humano, menos mecánico, más cercano, entrañable. Andy Timmons no es de esos guitarristas “moscardones” que convierten sus interpretaciones en un circo técnico, sino que es de esos pocos que consigue hacer que su instrumento cante, llore, que narre historias… De los que ponen la técnica al servicio de la música y no al revés.

Fue una alegría ver la sala Caracol llena una vez más y, sobre todo, disfrutar del ex DANGER DANGER en todo su apogeo. Gustó, cumplió y se disfrutó de una interesante velada guitarrera de la mano de un grande del estilo. Salimos contentos e ilesos, que no hubo bomba, afortunadamente. Ellos continuarían con su gira europea. La próxima en Barcelona, ya el sábado.

Texto y fotos: Iván Díaz Jiménez (IVN)