Acabamos de volver de esa increíble experiencia que es el Wacken Open Air, y que, en esta edición de 2023, ha tenido de todo: Barro, como en el pasado, lluvia y algunas incomodidades extras que han afectado a parte de los asistentes. Aún así, una buena (aunque diferente) nueva edición, y es lo que aquí os contamos a modo de resúmen general:

En esta ocasión, hemos estado un par de días en Hamburgo con lo que nos permitió acostumbrarnos a la climatología que prometía hacer de las suyas. Es verdad que una semana antes miramos las previsiones del tiempo de la zona que no se han cumplido. Es verdad  también,  que allí es más o menos imposible saber qué va a hacer puesto que el clima es extremadamente cambiante y, ni con la mejor tecnología, nadie es capaz de saber qué va a pasar. Dicho esto, eso de que los organizadores tenían que haber planificado, que se ha comentado estos días, pero ¿el qué? Si nadie puede controlar la Naturaleza y el tiempo de Schleswig-Holstein es el que es. Imprevisible, totalmente imprevisible.

Fuimos muy afortunados de poder acceder al recinto ya que nos vamos con Mondial Events, la empresa encargada de los traslados del Wacken Open Air desde Hamburgo y que cada año nos demuestran la increíble profesionalidad que tienen. Al estar totalmente colapsadas las pequeñas carreteras de acceso (con atascos monumentales no, lo siguiente… unas 22 horas en el coche, ojo), el equipo de Gaby Kardstadt y Milena, traían y llevaban gente desde Itzehoe después de dejar allí los automóviles y caravanas. Un trabajo y un esfuerzo tremendo que desde aquí agradecemos lo más sinceramente. De diez.

Fuera de todo esto, que ha marcado esta edición del festival (haciendo de hecho imposible que muchos con entrada llegaran literalmente al festival), ahora vamos con lo que ha sido esta 32 edición y que demuestra que el WOA no es un festival, es algo más pero que está teniendo algunas cosas sorprendentes para alguien como yo que lleva 24 ediciones. Es Wacken, sí, siempre, pero no el que conocemos porque el mundo ha cambiado y todo eso afecta al evento.

Ahora son 4 jornadas, que es verdad que han sido caóticas por el tiempo, pero también porque ahora algo intenta modernizarlo demasiado y eso vale para otros sitios quizás, para otros eventos quiero decir, pero no para el mejor festival de metal del Universo, al menos el más popular, y le hace mucha pupa. Una de ellas es que olvidaos de tener entrada (esa maravilla de cartón que ha desaparecido) y que esa maravillosa pulsera que te ponían (esta vez sin kilométricas colas como en 2022, un horror) ya no pone ni el nombre (al menos en la de prensa) y que lleva el repugnante sistema del “Cash-less” (sin dinero, ya que no se puede pagar con efectivo en ningún sitio dentro del festival).

Este método de pago será muy cómodo, sobre todo para el que se lucra de ello, pero es una manera legal de robar (ningún importe de nada que compres, cuadra con lo que acumulas) con lo que al final te sobra algo de dinero imposible de gastar y que poco a poco, para los creadores del invento es una manera de tener un euro y algo más por persona… Y esto multiplicado por miles…, pues eso, porque lo de devolver la pasta… mejor no hablo porque me enfado. Además en un minuto no controlas cuánto te has gastado y otra vez a recargar (importes sin decimales, esto es 20, 50, 100…). Fuera ese método ya.

Wacken 2023

Otro varapalo han sido las camisetas, las míticas de las que me he llevado casi todas todos los años y que éste era para pensárselo. Las han subido 6€ de media (y algunas, más) y los diseños pues…, que como me encuentre al que ha decidido meter las maravillosas espadas vikingas de Stavanger (Noruega) en una camiseta alemana, le voy a echar la charla pero para mal. Era bonita por los colores pero hombre, que estamos en Alemania y hay mil cosas, no unas espadas símbolos del país de arriba. En fin…

Luego ha desaparecido del interior del recinto (el InField) el merchandising sin año del festival. Ni CD´s, ni vídeos de otras ediciones,…. Bueno, pues venga, seguid así que no lo lleváis bien. Una sudadera maravillosa (del W:O:A con Sea Sheperd -una organización ecologista internacional sin ánimo de lucro, hermanada con Wacken desde hace años-) fue imposible saber dónde la vendían y así sucesivamente. Eso sí, han habilitado más puestos pero todos muy austeramente surtidos. Subidón de precio y diseños que en general no son Wacken. Eso sí, la del “Night to Remember” es preciosa y la sudadera de excelente calidad, que no todo van a ser quejas.

Por otro lado, han mejorado mucho los accesos al recinto de conciertos (las colas de 2022 fueron horribles y en esto han aprendido la lección) e hicieron lo imposible para quitar el barro para que estuviéramos más cómodos… Pero también han seguido con la metedura de pata de poner el escenario “Louder” tan lejos, tan mal puesto que se te quitan muchas veces las ganas de andar creo que cerca de 1 km para ver conciertos,  y más con el barro protagonista de esta edición. Por cierto, es el que mejor se oye y el que peor colocado está porque al listo pensante de ahora se le ha ocurrido moverlo para que coincida en sonido con el “Harder”… con lo que sucede algo que jamás ha pasado allí: los sonidos se mezclan. Madre mía… habrá estudiado y todo.

People of Wacken

Bueno, esto es otra que no se explica: el volumen de los dos grandes está muy bajado viendo por ejemplo a KREATOR sin la contundencia que debe, o a los gigantes IRON MAIDEN, sonando por debajo del volumen mínimo aquí. Y esto en el W:O:A es intolerable, punto. Menos mal que te ibas al Wackinger Stage (el del recinto vikingo) que han puesto más grande y es, para mi gusto, el mejor de todos. Los grandes, los legendarios «Faster» y «Harder» no son lo que era… y si no lo creéis, que se lo pregunten a WARDRUNA que sufrió un fallo sorprendente. En fin…

También tenemos que comentar que si antes comías por poco dinero y muy bien, ahora comes no mal pero prepara tu pulserita y cárgala porque los precios han subido y bastante. Si quieres comprar cosas para la tienda en el pueblo, éste ya sólo tiene como supermercado uno local que está a una caminata considerable a las afueras del pueblo. Eso hace que al final, consumas en los puestos que es lo que desgraciadamente va a pasar en los próximos años sobre todo al limitar el acceso con coches particulares. Bien por la contaminación y limpiar accesos pero habrá que agenciarse un carrito para trasladar las cosas al cámping o tu espalda se acordará de tu periplo festivalero.

Dicho todo esto con todo el dolor de mi corazón, porque adoro ese festival y es mi vida, también la 32 edición del WOA ha tenido cosas geniales… como la extremada profesionalidad de todos los que allí trabajan y que se han matado a trabajar para que esa sombra de cancelación (que la hubo y que rondó por nuestras cabezas durante muchas horas) se alejara. Es encomiable el tremendo esfuerzo, la replanificación, las carreras por intentar arreglar algo que debido a la lluvia, se iba de las manos. Tenemos que aclarar que hemos vivido W:O:A´s mucho peores en cuanto al barro (2005, 2012, 2015 entre otros) y no pasó nada, pero ahora la Seguridad Alemana, las Autoridades, al estar el mundo revuelto con mucho loco religioso y demás, no vio posible evacuar al público si pasaba algo, así que la decisión de limitar el aforo se tomó no sin antes sopesarlo mucho.

Barro

De hecho, vimos tractores gigantescos sacar unas caravanas más grandes que ellos hundidos en el barro y allí no podía pasar ni una mísera ambulancia hasta que aquello se pudo limpiar algo. La ayuda de unos a otros, cuando te hundías literalmente en el barrizal sin poder mover ni sacar tu pie (doy fe, la primera vez que me pasó en 24 años) era angustiosa con lo que todos estábamos en todo momento pendientes del resto. Eso es el Wacken que nosotros amamos y que mucha gente no puede entender… peor para ellos.

Por otra parte, el equipo de Seguridad, los Metal Guards, siempre tan amables, tan divertidos y a la vez unos increíbles profesionales, velaron en todo momento por la seguridad de todos nosotros sobre todo en IRON MAIDEN, show en el que más gente hubo en el barrizal. Desde aquí un aplauso a todo el equipo del WOA (ICS), Cruz Roja, Policía y demás personal que han hecho de este tremendo W:O:A que pasara a la historia sin cancelarse.

En cuanto a los grupos, descontrol de horarios los 2 primeros días pero hay que darle la enhorabuena a los nacionales ANEUMA (asturianos para más señas), dignos merecedores del segundo puesto en la Metal Battle, a nuestros queridos ALIEN ROCKIN’ EXPLOSION por alegrar 5 veces más el escenario “Welcome to the Jungle” de allí (y van 5 años consecutivos), a ANKOR por estar en el cartel en 2024 y a tantos increíbles artistas que han pasado como MEGADETH (con Marty Friedman como invitado especial), SANTIANO, FAUN, EIVOR, INMINENCE (tremendo) o por supuesto IRON MAIDEN cerrando gira, y tantos otros que os detallaremos más tarde en publicaciones posteriores.

Ha sido duro, desde aquí nombrar a esos miles que se quedaron en el atasco y luego fuera sin entrar y a los que recordamos todos los días allí, gracias a la lluvia y al barro que hizo de esta edición un auténtico “Wacken old school” (como dijo Gabriel de I WAS THERE) donde lo mejor es la gente,The People of Wacken, los Metalheads, .

Metal Yoga Schlamm

Ya soñamos con volver a The Holy Ground, a ese lugar del Norte de Europa al que adoramos con sus defectos de ahora (que antes no tenía) pero que estamos seguros de que volverá a ser más que una maravilla de evento. A veces se necesita un golpe para resurgir con más fuerza… Gracias Thomas Jensen y Holguer Hübner por lo que habéis hecho por la Humanidad (del metal al menos).

See you in Wacken 2024, rain or shine!… Allí estaremos, seguro.

Texto: Rocío Gómez (rocio@redhardnheavy.com) / Fotos: Oficiales Wacken

¿Cerramos viendo el Aftermovie oficial del festival? Y en breve las crónicas completas…