Nuevo disco de MR BIG, desafiando a la gravedad

MR BIG: «Defying Gravity» (Frontiers, 2017)… 

Vuelven MR. BIG, y lo hacen asociándose de nuevo con su productor de los viejos tiempos, Kevin Elson. ¿El resultado? Un disco con un sonido más directo y hard rockero que sus inmediatamente predecesores (What if… -2010- y The stories we Could tell -2014-) que intenta recuperar terreno paradójicamente deshaciendo el camino.

Un giro que se ha dejado notar incluso en la portada, cambiando de color y estética con respecto a la de éstos (y a mejor, ¡menos mal!). En Defying Gravity hay rock, hay hard rock, hay blues, hay country, hay raíces, hay virtuosismo, y hay reminiscencias pop e incluso grunge en algún momento puntual… hay temas muy distintos y variados, hay experimentación, y sobre todo la sensación de no querer estancarse sin perder sus señas de identidad. ¡Y lo han conseguido!

¿Significa esto que estamos ante un nuevo clásico de la banda? Tampoco hay que exagerar, aunque sólo el tiempo puede situar los discos en su lugar correspondiente. Por de pronto a mí me ha entrado mejor que los dos anteriores, que no es poco. Y ha ido ganando con cada escucha. Es muy recomendable darle varias vueltas para poder apreciar todos sus detalles.

El tracklist va de más a menos, con la consecuencia de que la primera mitad es buenísima, y la segunda se hace un tanto pesada. En la primera se aglutinan canciones de corte más clásico, como la inicial “Open your eyes”, la muy rockera “Everybody needs a little trouble”, la homónima “Defying Gravity” o la acústica “Damn I’m in love again”. Hay una característica en los discos de MR. BIG, y es que por flojo que sea siempre hay al menos dos temas sobresalientes. En este caso, sin pretender decir que el disco sea flojo, no nos equivoquemos, son precisamente estos dos últimos mencionados:

“Defying Gravity” es una reinvención de los MR. BIG de Lean into it (especialmente en el estribillo) con una actualización perfecta, dando rienda suelta a Paul Gilbert para que innove dentro de los parámetros de la banda. “Damn I’m in love again” es un medio tiempo acústico en el que las influencias del country y las raíces norteamericanas (benditas raíces) salen a la luz. Sin pretenderlo, MR. BIG han hecho la canción del verano, de verdad. Suena como las canciones de los anuncios de Estrella Damm, pero desprendiendo la autenticidad de la que carecen la mayoría de las canciones televisivas. Y si no, escuchadla y decidme si no tengo razón. Cerrando el bloque está “Mean to me”, que hace de eslabón perdido entre ambas partes, y es en la que el desarrollo virtuosístico llega al culmen con Paul Gilbert y Billy Sheehan desenfrenados en su habitual y particular duelo.

La segunda parte es más experimental, para lo bueno y lo malo. Es donde se aprecia mejor la influencia de las respectivas carreras en solitario o de los proyectos paralelos, desde el de Paul Gilbert hasta el de WINERY DOGS. En general es una parte más pesada, más lenta (“Nothing at all” es la mejor muestra), salvando pasajes frenéticos puntuales como el inicio de “1992” con la guitarra de Gilbert. Se aprecian especialmente algunos toques grunge en “She’s all coming back to me now”, algo que no cuadra muy bien con el estilo del grupo. Fuera de lo comentado queda “Be kind”, un blues con el que cierran el trabajo (y sabiendo que no hay blues malo, es una carta ganadora).

La producción es buena, permitiendo apreciar todos los instrumentos, y resaltando los puntos fuertes de MR. BIG: la guitarra solista de Paul Gilbert, el bajo continuo de Sheehan y la sempiterna y tan especial voz de Eric Martin. Es cierto que todo está afinado más bajo, pero el disco no pierde brillo por eso. Sí se ha notado, sin embargo, el cambio en la batería… Matt Starr (aunque en el vídeoclip sí sale el batería original, que imaginamos que habrá grabado partes, y también está en las fotos oficiales… aunque sin ser ya 100% miembro activo del grupo lamentablemente) hace bien su labor pero es menos sutil que Pat Torpey a la hora de atacar los parches, y en la mezcla final da la sensación de que ha quedado excesivamente alto, además de con un golpeo muy seco (un poco más de reverb no le hubiera venido mal).

Que a este Defying Gravity le falta la frescura de aquel irrepetible Lean into it  no hace falta decirlo, que los discos que brillan con luz propia son únicos. Pero sería injusto comparar continuamente cualquier trabajo que saquen con aquél. Tampoco vamos a pedirle ahora a MR. BIG que vuelvan a clonar sus orígenes, igual que no se puede pedir a JUDAS PRIEST que saquen otro Painkiller, o a IRON MAIDEN que lancen otro Piece of Mind. Los tiempos cambian, y hay que saber adaptarse. Después de algunos tumbos, MR. BIG lo han intentado de verdad, y creo que lo han conseguido más que dignamente.

Para mí mejor que en sus dos anteriores entregas. Han crecido en técnica y virtuosismo, algo que otorga la madurez (y el trabajo de tantos años, evidentemente). La segunda mitad del disco es claramente menos inspirada que la primera, y es cierto que lastra mucho al conjunto, pero al final el álbum se sostiene bien, y el tiempo seguro que lo va a respetar. Éste es el camino…

Texto: Fernando Galicia

Tracklist:

  1. Open Your Eyes
    02. Defying Gravity
    03. Everybody Needs A Little Trouble
    04. Damn I’m In Love Again
    05. Mean To Me
    06. Nothing Bad (About Feeling Good)
    07. Forever And Back
    08. She’s All Coming Back To Me Now
    09. 1992
    10. Nothing At All
    11. Be Kind

Pues nada, una vez contada la opinión y hecha la crítica en sí, momento de ver el vídeo del tema homónimo:

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