Crónica de GRITANDO EN SILENCIO y KAMIKAZES de vuelta a Madrid
No sé si como fin de gira como tal, pero sí en una de las últimas fechas de presentación de su último disco, volvían GRITANDO EN SILENCIO a Madrid con KAMIKAZES. Nos lo muestra y cuenta Fran Llorente con su tino y chispa habitual.
GRITANDO EN SILENCIO + KAMIKAZES (Madrid, Sala Mon, sábado 25 Enero)
Volvieron los sevillanos a Madrid, nuevamente acompañados por KAMIKAZES como teloneros cuajando un estupendo concierto, como de costumbre,. Todo ello con la novedad que la banda de Marcos Molina decidió tocar sin amplis de escenario (circunstancia que hacía mucho tiempo que no veíamos por estos lares), con los instrumentos únicamente conectados a la P.A. (a las torres de sonido laterales), razón por la cual en las primeras filas centrales, la calidad de sonido no fue tan buena… como en el resto del local, momentos que utilizó este humilde escriba parta emigrar a la P.A. izquierda y seguir desde allí el desarrollo de los acontecimientos. Fue un bolo con mucho sudor y con mucha pasión a flor de piel entre el grupo y su amada parroquia.
Hay que reconocer que la Sala Mon Live es difícil en cuanto al sonido, pese a la reciente reforma que ha dejado el local muy lustroso y sin las incomodas columnas que impedían la visión. No es la primera vez que vemos allí un bolo en primera fila (suele ser nuestra ubicación habitual de hecho, muchas veces haciendo fotos) donde nos llevamos una master-class de guitarra, bajo o batería, pero que las voces del cantante o cantantes están mal sonorizadas. Ya nos ocurrió con DEF CON DOS la ultima vez y también con HABEAS CORPUS, así que los GRITANDO EN SILENCIO debieron pensar que ante las dificultades lo mejor era tocar conectados en línea, lo que nos dejó huérfanos de ese cálido sonido guitarrero de cuerdas crujientes que acarician nuestros oídos…
KAMIKAZES:
Los que si tocaron con diversos amplis en el escenario, fueron KAMIKAZES. Se marcaron un concierto de punk-urbano-callejero al uso, un in-crescendo donde fueron presentando las canciones de su primer disco “Niños Perdidos”. De este modo, entre rotundos acordes comenzaron al son de “Nada es eterno”, “Bonny and Clyde” y “Naufragio” hasta ir calentando a la concurrencia con perlas como “Se va a caer” o “Hijos de la derrota”! y que así dieran lugar los primeros pogos y los primeros empujones de la velada, agitación que se hizo omnipresente en temas como “Sin domesticar” o el esa rola que da título, esos “Niños perdidos” que se deslizaron por la Sala Mon como si fuera un tobogán de sensaciones y estados de ánimo, dejando un buen sabor de boca entre sus fans.
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GRITANDO EN SILENCIO, harina de otro costal
El grupo sevillano cumple una docena de años dando caña sobre las tablas y durante la pasada década han alumbrado tres gloriosos elepés que, junto a su álbum de debut “Contratiempo” (2009), cimentan, por ahora, su esforzada ascensión a los altares. Quizás falta un potente disco en directo para rematar la jugada, pero pronto tendremos noticias al respecto. Junto con los asturianos DESAKATO, son quizás la última banda en jugar en la primera división del Rock Estatal.
Marcos Molina (voz y guitarra), Alberto Curtido (bajo), Jorge Correa (batería) y Miguel Ángel Santos (guitarra solista) están pavimentando su particular escalera al cielo con ese rocanrol a quemarropa que traen entre manos, con cierto sabor a blues acre y asilvestrado, junto con lo más importante del asunto: esas dulces CANCIONES (con mayúsculas) cultivadas a la vieja usanza, en whisky de barrica y ron pirata de las noches sin final, viendo amanecer en cualquier garito.
Desde la primeras tonadas, “Estaré en el bar”, “Donde te has quedado?” y “Rumbo de colisión”, pasando por dulcísimos ambrosías como “Mi último cartucho”, “Sueños rotos” o “Entre tus piernas” hasta la última perla del bolo, ese “Rock’n’Roll de Barrabás”, todo fue coser y cantar en un encuentro donde al público que abarrotaba las sala, se le vio disfrutar a base de bien. Y es que el rock es ante todo una cuestión de “Actitud” como bien sabe un combo que agita bien las conciencias en rolas impagables: “A las armas” o “Rumbo de colisión” donde describen a la perfección los derroteros de un sistema perverso que va camino al abismo y que poco a poco, sin prisa pero sin pausa va devastando el planeta.
Delicioso rocanrol con “Alma de blues”, superando el “Vértigo” del salto al vacío, “Como si un hubiera nada más”, como si no hubiera un mañana, dándolo todo sobre las tablas, como si fuera el último día de nuestra sufrida existencia. Diabólico propósito digno del mismísimo Belcebú ese “Rock ‘n’ Roll de Barrabás” que nos llevó en volandas durante las dos horas que duró el show. Como el caballo de Atila, por donde pasan no crece la hierba, o quizás se la fumaron sus fans, acompañando esos vaporosos acordes de clasicismo arrebatado. ¡Bravo por ellos!
Texto y fotos: Fran Llorente
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