Disfrutamos tanto en el concierto como vais a disfrutar leyendo esta divertida contracrónica, porque el rock además de mala leche también es diversión, claro que sí. 

Contracrónica de ESTURION+CAPITÁN ENTRESIJOS+ PROUST’S  MUFFINS. (sala Stop, Madrid, viernes 14 de noviembre)

Bueno, pues resulta que me llevaron a ver un concierto al extrarradio. No me lo podía creer, rock en los barrios, ¡venga ya!… Con lo bonito que es ir a salas en el centro de Madrid en horario infantil y que te saquen de allí a empujones. Había ido hace no mucho al barrio de Salamanca en la que nos atracaron antes de entrar tomando una caña. Debe ser lo normal, que de chorizos saben bastante aunque de tapa te pongan tofu.

Iba a ver a dos bandas españolas y eso que últimamente sólo veo suecos. De hecho hay un chiste en Suecia famoso que termina diciendo que en España se lo tragan todo. Será guarro porque no lo entiendo muy bien. Yo creo que en Suecia no tienen problemas ya que para ellos es todo diversión y saltos. Se quitan ropa y las mujeres chillan. Si lanzaran penes desde el techo no caería ninguno al suelo. En Europa deben estar rotas las impresoras, porque las copias salen malas. Van de arrastrados pero beben agua, que la vida desenfrenada ya te la imaginas tú. Tampoco tienen toda la culpa, ya sabemos que las orgías se las han quedado en las parroquias ¿Qué mérito tiene ser alto, guapo, rubio y que el público esté ofrecido? La vida en el norte de Europa debe ser fácil…

Sin embargo CAPITÁN ENTRESIJOS nos pregunta sobre el recibo de la luz. No entiendo por qué, hace meses que no me llega a casa y en su lugar me viene la letra de un Ferrari que supongo me entregarán después. Confío en el Estado… Canciones desde las vísceras y pura cloaca, ¡qué respiro!. Me gustaron, porque además no me estaba preocupando de que al cantante se le corriera el rímel y eso tranquiliza bastante, y me dio tiempo a beber unas cervezas, bailar y  reírme con mis amigos. Eran tres, dos bajos y un batería, que usar guitarra es de cobardes. Además uno de los bajos tocado por una mujer que estaba más maciza que las lentillas de la Dama de Elche. Unos incomprendidos ya que en la sala había más hueco que en la defensa del Atleti. De la de hace unos años me refiero.

Y luego salió ESTURIÓN, que son de la época en la que se entendían los nombres de las bandas. En el próximo capítulo de la nave del misterio deberían centrarse en cómo puede caber tanto rock en un cuerpo tan pequeño. El Chiquitín tiene más nervio que Rambo en un restaurante vietnamita, y más solera que una cuchara de palo. No sé cómo es posible que me dedicara tantas canciones si no me conoce de nada. Que si vicio, algo de mala fe,  bailona, ves mucho fantasma del rock y de bonito revés. Desde aquí le doy las gracias… lo clavaron. Hasta con lo de que el humo confunde mi manera de mirar. Aluciné.

Interesante si quieres dejarte llevar. Imprescindibles si vuestros pies no se resisten al ritmo enloquecido de un buen rock and roll.

Amigos, amigas… vayan al Valle del Kas, porque lo van a encontrar, lo que van a buscar.

Texto: Elena Sánchez Benito

Fotos: David Esquitino