Crónica de TAHÚRES ZURDOS cerrando gira en Madrid
Si TAHÚRES ZURDOS vienen a Madrid, nosotros vamos… y os lo contamos. Y en este caso, cerrando gira, presentando nuevos temas, renovando el setlist, alternando concierto eléctrico con momentos acústicos… Muchas cosas que reflejar en esta crónica, siempre parcial y subjetiva (y particular, seguro) de Esquitino, con las fotos de Mar Fuertes.
TAHURES ZURDOS – Madrid, viernes 19 de enero 2024 (sala Copérnico)
Ver a TAHÚRES ZURDOS siempre es una experiencia especial, y más en estos tiempos en los que se está perdiendo el gusto por la buena música, por los grupos exquisitos, por las bandas reales, por los textos con mensajes, por los temas que dicen cosas, por las canciones denuncia…
Podría seguir con la queja y/o retahíla, pero ya sabéis de lo que hablo, y es que estamos cada vez más metidos en aquella frase inmortal del fallecido German Coppini de “malos tiempos para la lírica”… muy malos me permito añadir de mi cosecha. ¿Pesimista que está uno al respecto? Pues sí, y por eso las gemas en directo que aún podemos disfrutar en directo en estos tiempos, alimentan el espíritu y nos dan una vida extra antes de acabar echando el telón.
Y eso que, lo digo desde ya, no fue el mejor concierto de TAHÚRES al que he asistido ni tampoco la vez que mejor he visto a la banda en sí sobre el escenario (cierto que Aurora tenía un catarro importante, aunque quién lo diría escuchándola cantar tan bien una vez más)… Pero no sé, quizás les vi más deslabazados que otras veces, o fue solo mi impresión, o tal vez que Aurora, por derecho divino y galones sobre el escenario (y en el estudio, la composición, letras y demás) es cada vez más protagonista y sus compañeros, directa o indirectamente, acaban dando un paso atrás. Y no pasa nada, pues historicamente ha sido un poco así, y Lolo, Juanma y ahora Daniel (el nuevo batería) siempre han sido escuderos de lujo de la protagonista indudable… a la que también jalea el público de manera constante, formándose un círculo no vicioso que acaba contagiando supongo.
De cualquier manera, es maravilloso poder volver a disfrutar de la actividad de TAHÚRES ZURDOS en directo, cerrando gira en Madrid (con un concierto corto pero aún así más largo que en el resto de ciudades, lo que tenemos que agradecer en este caso) y si no con un llenazo rotundo, muy muy cerca estuvo. Público veterano, aquí no hay nada que decir al respecto ni hay nada que comentar fuera de la certeza, cada vez mayor, que las nuevas generaciones no están para nada interesadas en la música “de sus mayores”.
Ellos/as se lo pierden, pero es una pena corroborar una y otra vez que el rock (generalista o no, da igual) no va a perdurar, al menos ni de lejos al nivel generalista y mainstream que tuvo una vez… y TAHÚRES fue uno de los puntales aquí al respecto, que a nadie se le olvide. Pero a día de hoy… el más joven de la sala tendría 35 y ya está, es una realidad más que asumida desde encima y debajo del escenario… y he de decir que egoístamente muchos nos acabamos sintiendo cómodos así, visto lo visto. ¿Porqué? ¡Nah!, las explicaciones y debates en el bar, que ahora estamos a otra cosa, mariposa.
Bueno, noche fría y lluviosa en Madrid (y ellos que se comieron una gran nevada y atascos para llegar a tiempo, como comentaron un par de veces al comienzo), pero la cita era ineludible y aunque costó un tanto arrancar el concierto a nivel de calor y reacción de la gente, pronto aquello fue cogiendo color. ¿Razones? Pues un setlist nada típico y que me gustó que fuera así, sacrificando algo de ritmo como decía en pos de rescatar canciones diferentes, y a su vez apostar por darle cancha también a las dos nuevas composiciones del grupo… “Redención” y “Princesa hada”, (menos nueva de todos modos y curiosamente mejor recibida, seguramente por ser algo más conocida).
Por cierto, no me olvido siempre de destacar cuando voy a esta sala lo que me gusta el espacio, el escenario amplio y vistoso, la disposición de la sala en sí, a dos alturas y con visión excelente en todo momento y, cuando no está a reventar, 100%, comodísima para ver los conciertos. Sonido decente casi siempre (sobre todo cuando la banda es buena jeje, y sus técnicos…) y, exceptuando la eterna batalla perdida de los precios en barra, para mí la sala Copérnico (en su momento sala Revolver también) es de mis favoritas para ver conciertos en Madrid. Por quejarnos de algo, un punto extra de luces vendría bien, jeje, que no todo va a ser caricia en el lomo.
¡Ah! Y otro detalle a destacar, que seguramente fuera casual, pero lo cierto es que me gustó escuchar en directo dos o tres canciones no habituales en los repertorios de TAHÚRES (como “Mis hijos me espían” o “Arde Europa” por ejemplo) de los que hablamos en esta entrevista entre Aurora y un servidor hace unas semanas. De cualquier manera, benditos setlists diferentes en los conciertos, especialmente en las bandas clásicas, que aunque curiosamente el público general no conoce mucho ese tipo de temas no habituales, como “Miss Hyde”, con la que empezaron, o más adelante “Las botas”, de sus primerísimos tiempos, para mí son maná y ambrosía… cansadísimo de ir a ver a mis grupos y salir habitualmente hasta enfadado tras escuchar el 90% las mismas canciones una y otra vez. Bravo por TAHÚRES en este sentido… ¡y gracias!
Como siempre, buena comunicación entre banda y público, insistiendo en el protagonismo inevitable para / con Aurora, y buenos momentos en esa primera parte del show, ya digo que con ese sorpresón sobre todo de la cruda y dura “Arde Europa”, o el preciosismo de “Azul” (que no fue el tema que mejor cantó Aurora esta noche, las cosas como son… que el resfriado y las voces agudas son menos compatibles) o la siempre intensísima “Nieve negra”, que aún pone los pelos de punta pensando en la letra de la canción. Y es que… qué buenas canciones tiene este grupo, siempre, siempre lo he pensado…
Era el momento del acústico de Aurora, que no lo ha hecho en todos los conciertos, que siempre es maravilloso, y encima en Madrid lo alargó un tema más de lo habitual. Recomiendo de hecho a tod@s ir a verla en solitario la próxima vez que tengáis ocasión porque en este formato la intensidad es alucinante… y en los conciertos de TAHÚRES este rinconcito es muy especial. De hecho, si alguien no se emociona escuchando a Aurora Beltrán, ahora acústica en mano y sola en el escenario, cantando “Afiladas palabras”, “Las horas” y el regalo de “Silencio” (que sobrecoge indudablemente, sepas de lo que habla o no), algo falla.
Difícil levantar el concierto tras esto, eso sí, porque la intensidad y la emoción es máxima, pero a la vez había ganas ya de movimiento y, ahora sí, en general con temas más conocidos, que ya llegaron de la mano sobre todo de “Que entre la luz”, “Chicas fuertes” y “La noche es” (que hace tiempo que hicieron suya, con el beneplácito de Patti Smith). Mucha más típica e insulsa, ¡quién lo diría!, me pareció esta vez el superclásico que es “Tocaré”, quizás por tener que estar al final sí o sí (al menos antes de los bises), por llegar demasiado pronto (al menos parecía que el concierto duraría poco y esto no gustó)… o, también, asumo mi culpa, por mi ya patológico desapego actual a escuchar los superhits en directo, y que ellos lógicamente, por obligación y repetición, los tocan también con emoción contenida.
Afortunadamente, y es que algunos habíamos torcido el gesto al ver que quedaban “solo dos temas” en el repertorio, no fueron dos sino 5 las canciones que redondearon el concierto y lo remataron mucho mejor de lo que preveía la duración que “leíamos” en el papel base. Así, para el final nos regalaron 4 imprescindibles y una versión que, pese a no ser nueva precisamente para ellos, a mí me dejó muy frío (cosas de los rockeros duros o que alguna vez fueron “intransigentes” al respecto de abrir puertas al campo de más).
De cualquier modo, mucho mejor para el que firma la intensidad con “La caza”, “El chico de la mirada asustadiza” (más chicas cazadoras defendiendo feminidad y feminismo, por favor, y menos zorras al respecto… el que quiera entender que entienda), la siempre impactante “Planeta ruido” (tremenda y emocionante siempre en directo) o la preciosa y deliciosamente bisoña (aún hoy) “Una noche de amor, otro de sus grandes clásicos. Cerraron la fiesta con el “tema ídem” de Serrat que están haciendo en esta gira para terminar… Bien, correcto, interesante… y se acabó, ¡chimpún!
Gracias siempre a TAHÚRES, a Aurora y a la buena música en general por aún existir, dure lo que dure. Mientras tanto, a ver ese nuevo próximo disco y los siguientes conciertos con la banda, de Aurora Beltrán en solitario / acústico, que disfrutaremos otra vez cuando sea.
Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com) / Fotos: Mar Fuertes
Galería completa del concierto de TAHÚRES ZURDOS en Madrid en este enlace.